La esencia teatral de esta obra se trasluce nítidamente. Es posible que el encierro del protagonista en su hogar, producto de su condición, y que coincide plenamente con el claustro de su pensamiento en un cuerpo que sobrepasa todo límite, obligue al desarrollo dramático en un mínimo espacio físico, pero claramente esta película va mucho más allá. Constituye un trabajo denso, y crudo sobre una humanidad que se va deformando, exterior e interiormente, un feroz tránsito condensado hacia la desesperanza y pérdida del sentido de la existencia.
Charlie -impresionante actuación de Brendan Fraser, nominado al Óscar-, es un profesor que da clases de escritura a distancia en formato virtual. Debido a su mórbida obesidad no se muestra en pantalla, prefiere mantener su cámara apagada y solo conversar con sus alumnos. Es mejor así, protege su intimidad y está a cubierto de cualquier posible discriminación. ¿Cómo llegó a ese estado? No lo sabemos, pero poco a poco se nos devela que es producto de una espiral que incluye soledad, angustia, depresión, descuido, y una serie de otros factores que iremos descubriendo a medida que avanza el metraje.
Los problemas de salud de Charlie son más que evidentes. La insuficiencia cardíaca que genera su sobrepeso puede llevarlo a la muerte si no es tratado oportunamente. Necesita cuidado, y es su amiga Liz -Hong Chau-, quien además es enfermera, la persona que le ayuda y presta auxilio, pues Charlie se niega concurrir a un hospital. Asimismo, las conexiones que tiene con el exterior son ínfimas; una rutina con el repartidor que le lleva pizzas, y la visita inoportuna e intempestiva de un misionero llamado Thomas -Ty Simpkins-, que insiste en conversar sobre Dios y la Biblia.
Sin embargo, hay algo que es capaz de remover absolutamente a Charlie. Se trata de su hija Ellie -Sadie Sink-, una adolescente de 16 años y a quien no ve hace ocho. Cuando, de pronto, aparece en su casa, una bocanada del pasado se hace presente y parece doblegar, incluso, su voluntad. Es un golpe duro, un choque frontal cuyas consecuencias son inconmensurables. Presenciamos un evento que reabre su historia, lo interpela y, a la vez, lo sentencia.
Brendan Fraser realiza una actuación descollante, creíble, vibrante, conmovedora, honesta, desgarradora y visceral. Sí, son muchos los elogios y podrían ser muchos más, para un actor que logra un rol significativo e impactante. Fraser transmite muchísimas emociones al dar cuenta del severo daño emocional de su personaje, con cicatrices, heridas aún abiertas, y traumas que no puede dejar atrás. Por amor tomó decisiones. Por amor cometió errores. Se arrepiente, siente vergüenza y culpa. No lo puede sobrellevar, menos olvidar. Cual estudio de carácter, el nudo ciego de Charlie no solo abarca su paternidad, es un nudo que lo consume todo, la vida entera; una vida que quizás nunca podrá recuperar.
Basada en la obra de Samuel D. Hunter y dirigida por Darren Aronofsky, “The Whale” es una película incómoda en lo formal. El dolor, la transformación y la trascendencia son temas transversales, presentes en diversas capas y se encuentran tratados con diferentes niveles de profundidad. También vemos bondad y ternura, aunque en dosis más bajas pero no menos importantes. Al tenor de algunas luces que se transforman en pequeñas constantes, como la TV con las campañas primarias -mayormente la Republicana-, un texto sobre “Moby Dick”, y un plato en el exterior de la cocina con comida para un pararillo, descubrimos que Charlie se desespera: ¡necesito saber que he hecho una cosa bien en mi vida! Es el instante más desgarrador del relato, y aunque lo hayamos visto en el trailer, resulta extremadamente conmovedor.
Provocativa y cuestionadora, sensible y afectiva, “La Ballena” no solo se nutre de la soberbia actuación de su protagonista. Es mucho más. Se trata de una película certera sobre la compasión y también sobre la búsqueda de redención de un ser humano que sufre una amargura que supera sus capacidades físicas y su propio espíritu.
Ficha técnica
Título original: The Whale
Año: 2022
Duración: 117 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: A24, Protozoa Pictures. Distribuidora: A24
Género: Drama | Familia. Enfermedad. Homosexualidad
Guion: Samuel D. Hunter. Obra: Samuel D. Hunter
Música: Rob Simonsen
Fotografía: Matthew Libatique
Reparto: Brendan Fraser, Sadie Sink, Hong Chau, Ty Simpkins, Samantha Morton, Sathya Sridharan, Jacey Sink
Dirección: Darren Aronofsky
La misión global de SIGNIS es colaborar con profesionales de los medios de comunicación y ayudar a transformar la cultura a través de valores artísticos, promoviendo la dignidad humana, la justicia y la reconciliación. La directiva en Chile está formada por Juan Pablo Donoso, Presidente, Elizabeth Salazar T., Vicepresidenta, y Jackie P. Olivo, Secretaria. Son miembros, Bernardita Santander Navarro, Pablo Crocquevielle, José Luis Nicolás, Alejandro Caro Contreras y Carlos Correa Acuña.
miércoles, 1 de marzo de 2023
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario