miércoles, 27 de febrero de 2019

El repostero de Berlín - Por Juan Pablo Donoso

Sensible, inteligente, difícil de narrar y, a la vez, fácil de comprender por su transparente humanidad.

Una bella historia de amor - ¡muy atípica! - que denuncia los convencionalismos vacíos, y los prejuicios irracionales. Promueve la armonía y reconciliación de razas. Prioriza la honradez, la buena voluntad, el talento y el sincero amor entre las personas sin importar de dónde vengan, ni tampoco de la historia de sus pueblos ancestrales.

Comienza con la relación homosexual entre un empresario judío y un sencillo pastelero alemán. Oren Nachmias (Roy Miller), casado y con un hijo pequeño, debe viajar mensualmente a Berlín por asuntos de negocios. Thomas (Tim Kalkhof), joven alemán, tímido y solitario, homosexual, dueño de una tienda de pasteles, entabla una relación amorosa con el judío.

Tiempo después, Thomas, se entera que Oren falleció en un accidente de tránsito. Desconsolado decide partir a Israel para conocer – de manera anónima – a la esposa e hijito del que fuera su amante en Berlín.

La esposa, Anat (magnífica actriz Sarah Adler), para sobrevivir en la viudez, logra que el Estado le autorice instalar un restaurante en Jerusalén de comida exclusivamente kosher.

Como Thomas visita el negocio a menudo sin darse a conocer, ofrece sus servicios como lavaplatos. Al poco tiempo Anat descubre que el tímido alemán es experto en refinada pastelería. El restaurante prospera y la relación entre la viuda y el alemán se hace más estrecha, sexual y consoladora.

Los parientes fundamentalistas de Anat comenzarán a desconfiar del alemán y a instigar para su despido. Pero ya la mujer, y la suegra, se han enterado de la relación que Thomas tenía con Oren, de lo frágil que estaba su matrimonio, y de la imposibilidad de seguirlo teniendo junto a ella. Y aunque la mujer era arreligiosa se ve en la encrucijada de obedecer la tradición social, o darle a su vida un destino de auténtico y personal riesgo.

Todo está logrado en esta bellísima historia. El Jerusalén contemporáneo, las costumbres y ritos de sus habitantes, la sencillez de sus personajes, la necesidad de afecto, los vacíos de la soledad, e incluso los encantos del arte culinario, tanto alemán como judío.

Íntima, honesta, y muy bien actuada. Nadie es malo porque sí. Es un gradual amasijo de tradiciones, temores, costumbres, y sentimientos naturales que necesitan expresarse para recuperar la salud del alma.

Ópera Prima del guionista y director Ofir Raul Graizer, joven realizador israelí, que ya ha ganado importantes reconocimientos en festivales del mundo y va nominada al Oscar como Mejor Película Extranjera.

UNA ESTUPENDA PELÍCULA QUE LLAMA A LA TOLERANCIA, A LA CORDURA, Y A LA PUREZA NATURAL DE LOS SENTIMIENTOS. EXCELENTE Y MUY RECOMENDABLE.

Ficha técnica


Título Original: The Cakemaker מברלין אופה הפאי
Drama, romance, costumbrismo
Festival de Cine Israelí en Chile
Israel, Alemania – 1,53 hrs.
Fotografía: Omri Aloni
Edición: Michal Oppenheim
Música: Dominique Charpentier
Diseño Producción: Yael Bibel, Daniel Kossow
Actores: Tim Kalkhof, Sarah Adler, Roy Miller
Guionista y Director: Ofir Raul Graizer

Cafarnaúm - Por Juan Pablo Donoso

Un prodigio cinematográfico. Un impacto temático, de tratamiento y actoral.

Su guionista y directora – Nadine Labaki – libanesa de 43 años, ya figura entre las grandes realizadoras según la revista Variety (Caramel – 2007; ¿Y ahora dónde Vamos? - 2011). Ha sido miembro del Jurado de los últimos festivales del mundo.

Al ver esta película compartimos tales reconocimientos.

En la historia del cine se han hecho magníficas obras sobre la infancia, y con niños excepcionales como actores. La lista sería demasiado larga y atañe a muchos países desde América pasando por Europa, Asia y África.

Lo que logra Nadine Labaki con su cámara en este relato, es internarse en el corazón flagelado de un niño pobre, comprender sus emociones y sentimientos, presenciar cómo su inteligencia descubre los recursos más brutales para sobrevivir, y cómo emerge con una luz de esperanza, gracias a su natural instinto de compasión.

Narrada con cámara en mano – como si fuera un documental – nos sumergen en los barrios más lóbregos de una ciudad del Líbano. La miseria es tan grande que la familia del pequeño Zain – de 12 años - deben vender a su hermanita Sahar a un proxeneta para poder subsistir.

En el alma del niño brotarán los impulsos más salvajes de rencor hacia sus padres por haberlo traído al mundo y de homicidio hacia quien le arrebató la compañía de su hermana.

Mientras lo seguimos por los callejones inmundos recogiendo basura y comiendo desechos, conocerá a Rahil, una joven negra prostituta indocumentada, madre de Yonas (Boluwatife Treasure Bankole), un niño de apenas 2 años que aún se alimentaba de leche materna para vivir. Será ella quien acoja a Zain en su covacha a cambio de que el niño cuide y acompañe al negrito mientras ella busca algún trabajo más honesto.

Comprendemos que los pocos datos deprimentes que recién entregamos provoquen rechazo para ver este filme. Sin embargo, la intimidad casi maternal con que la realizadora nos acerca a estos dos niños, más otros al pasar, nos absorben con tal ternura y realismo que sólo deseamos seguir junto a ellos en las vicisitudes de cada instante para saber en qué termina.

Las reacciones espontáneas de esos niños, ante cada circunstancia, transmiten niveles de empatía pocas vistas en el cine. Y nada pudo ser forzado ni ensayado – menos con el pequeño Yonas aún lactante.

Exuda VERDAD en todo momento.

Si bien es dolorosa, la experiencia de ver este filme es inolvidable, y se nos queda latiendo bajo la piel, y emocionándonos al recordarla mucho después de verla.

OBRA MAESTRA REALIZADA POR UNA DE LAS MÁXIMAS CREADORAS CINEMATOGRÁFICAS CONTEMPORÁNEAS. IMPERDIBLE. UNA BOMBA DE AMOR.

Ficha técnica


Drama Líbano, Francia, EE.UU. - 2,06 hrs. 
Fotografía: Christopher Aoun 
Edición: Konstantin Bock, Laure Gardette 
Música: Khaled Mouzanar 
Diseño Prod.: Hussein Baydoun 
Guionistas: Nadine Labaki, Jihad Hojeily 
Actores: Zain Al Rafeea, Yordanos Shiferaw, Boluwatife Treasure Bankole 
Directora: Nadine Labaki

Nueve Premios Internacionales

El repostero de Berlín - Por Carlos Correa

“The Cakemaker” es un bello relato, narrado con calma, que hace una delicada descripción de una historia íntima, reflexiva y la vez profunda.

Thomas -Tim Kalkhof- trabaja como pastelero en una pequeña cafetería. Recibe visitas a diario, sin embargo una de ellas capta su atención. Se trata de Oren -Roy Miller-, un constructor israelí que por trabajo frecuenta Berlín. No sabemos detalles, pero ambos se involucran sentimentalmente, a pesar que Oren tiene a su familia, esposa e hijo, en Jerusalén. Luego de un tiempo sin tener noticias del viajero, Thomas se entera que Oren ha muerto en un accidente automovilístico y decide viajar a Israel sin tener claridad de las motivaciones que lo impulsan.

El director y guionista Ofir Raul Graizer elabora en este relato una pequeña joya. Con entornos precisos y cuidados, con una cámara exacta y planos que se notan trabajados en todos sus detalles, nos presenta las ciudades de Berlin y Jerusalén como retratos urbanos y cotidianos. La actuación del elenco es particularmente emotiva. Miradas sencillas, gestos delicados, diálogos perfectamente estructurados, breves y concisos, dan cuenta de simpleza y a la vez muestran el vasto mundo interior de los protagonistas que es enorme y rico en emociones.

Y en Jerusalén, Thomas conoce a la mujer de Oren, Anat -Sarah Adler-, que es propietaria de un café quien le ofrece un trabajo menor como asistente de limpieza. Aun no salen a relucir los talentos de este joven pastelero, sin embargo éstos quedan al descubierto cuando prepara unos bocados especiales para el cumpleaños del hijo de Anat lo que provoca una tensión entre las reglas religiosas de la comida, de conformidad con la ley judaica, y los nuevos sabores que comienzan a ser reconocidos y alabados por los cada vez más asiduos visitantes del pequeño café.

Varios temas están presentes en esta cinta. El abandono, la soledad y el cariño son particularmente importantes especialmente en la vida de Thomas. Su carencia afectiva hace aun más intrigante su actuar, que siempre es tímido y contenido. Su mirada perdida y su concentración en las tareas de la cocina se reflejan en su particular capacidad de disfrutar de las cosas más simples, a la vez de conectar profundamente con la intimidad de quienes le rodean.

La cocina es tal vez una excusa, sin embargo también se muestra como un reflejo particular y transparente de manifestación de amor y de cariño. Thomas tiene una historia de vida que vamos descubriendo lentamente durante el metraje. Cada aspecto que conocemos nos entrega un rasgo diferente de su personalidad y nos permite atisbar un poco más dentro de su interior. Pero no solo Thomas posee este magnetismo. Lo tiene Oren y también su esposa Anat, quien lentamente se va acercando a Thomas sin entender bien por qué. Nosotros, los espectadores, lo intuimos y por ello observamos sus pasos con complicidad y cierta ternura. Cuando nos involucramos con la plenitud de ambos es justamente el punto más alto del relato pues desde ese momento las piezas comienzan a ordenarse y el rumbo de la vida se define por pequeños detalles, acciones y omisiones, que llegan a lo más profundo del corazón de Anat y Thomas.

Ficha técnica

Título original: The Cakemaker
Año: 2017
Duración: 104 minutos
País: Israel
Productora: Coproducción Israel-Alemania; Film Base Berlin / Laila Films
Género: Drama | Cocina. Homosexualidad
Guion: Ofir Raul Graizer
Música: Dominique Charpentier
Fotografía: Omri Aloni
Reparto: Zohar Shtrauss, Sarah Adler, Tim Kalkhof, Roy Miller, Stephanie Stremler, Tagel Eliyahu, David Koren, Sagi Shemesh, Gal Gonen, Tamir Ben Yehuda, Sandra Sadeh, Eliezer Shimon, Iyad Msalma
Dirección: Ofir Raul Graizer

Réplicas - Por Carlos Correa

William -Keanu Reeves- es un científico especializado en desarrollar el traspaso de información del núcleo cerebral humano al cerebro sintético de un robot. Las pruebas con donantes no han resultado según lo esperado y los pocos avances, en realidad la dudosa efectividad que ha alcanzado la técnica, amenazan con cerrar el proyecto y concluir la investigación. Sin embargo, un accidente automovilístico marca la vida de este científico pues su esposa y sus tres hijos mueren. William en ese momento se obsesiona para recuperarlos a través de la clonación de sus cuerpos y posterior traspaso de su respectivos cerebros.

Esta cinta del director Jeffrey Nachmanoff tiene una premisa interesante. No solo es ciencia ficción sino también aborda temas cruciales y actuales referidos a la manipulación genética, la clonación de las cadenas de ADN y la inteligencia artificial, en este caso focalizada en la posibilidad de conservación y transferencia del cerebro humano hacia máquinas y clones.

También se hace presente en esta película el tema de los receptores de dichas transferencias -posiblemente transados en mercados ilegales- y la manipulación de los recuerdos de los cerebros a traspasar infringiendo con ello un cambio radical y profundo en su secuencia emocional.

Sin dejar de lado la vital motivación familiar, “Réplicas” también incursiona en la disyuntiva moral sobre los medios y los fines. Obviamente detrás de estas costosas investigaciones hay un negocio, un uso económico que perfectamente puede vincularse con el poder y un potencial riesgo de mal uso de los resultados obtenidos de una experiencia de esta naturaleza.

Hasta acá todo cuadra bastante bien, pero llevamos apenas veinte y algo minutos de película. De ahí en más, la cinta tiene un declive imparable hasta el final. El guion se debilita y cada vez se vuelve más delgado y carente de sentido. Las actuaciones comienzan a deambular y el rumbo, que en un principio apenas se percibía, desaparece en un mar profundo de lugares comunes y de situaciones que no logran vincularse ni racional ni emocionalmente.

No es la primera vez que una idea interesante no consigue plasmarse en un relato que tenga consistencia, interés, ritmo y tensión. “Replicas” lo intenta, la verdad sin mucho énfasis y casi como un saludo a la bandera. Pareciera que no se definiera bien en el foco del relato y en cuál historia es la que debe prevalecer. De esa forma diluye su contenido hasta, literalmente, desaparecer con los créditos finales.

Ficha técnica  

Título original: Replicas
Año: 2018
Duración: 107 minutos
País: Reino Unido 
Productora: Coproducción Reino Unido-China-Puerto Rico-Estados Unidos; Company Films / Di Bonaventura Pictures / Riverstone Pictures / Remstar Studios / Fundamental Films / Lotus Entertainment / Ocean Park Entertainment
Género: Ciencia ficción. Thriller
Guion: Chad St. John (Historia: Stephen Hamel)
Música: Mark Kilian, Jose Ojeda
Fotografía: Checco Varese
Reparto: Keanu Reeves, Alice Eve, Thomas Middleditch, John Ortiz, Emily Alyn Lind, Emjay Anthony, Nyasha Hatendi, Aria Lyric Leabu, Amber Rivera, Amber Townsend, Sunshine Logroño, Jeffrey Holsman, Omar Cruz Soto, Jean Pierre Prats
Dirección: Jeffrey Nachmanoff

jueves, 21 de febrero de 2019

3 Rostros - Por Juan Pablo Donoso

Nueva e inquietante película de un realizador iraní “maldito”: Jafar Panahi (Taxi Teherán - 2015).

Este guionista, director y editor está vetado desde hace tiempo por el gobierno de Irán. En sus filmes documenta, de la manera más objetiva posible, el dolor, la resignación, y las tradiciones de su pueblo aplastado por una tiranía religiosa fundamentalista.

Ahora, con un presupuesto mínimo, y con gran riesgo para su libertad, nos entrega nuevamente un relato muy simple, pero de profunda elocuencia.

La cinta comienza con el testimonio visual, grabado en celular, de una muchachita muy joven que se despide, segundos antes de ahorcarse. Lo hace en una caverna cercana a su hogar en el campo.

Una famosa actriz iraní, Behnaz Jafari – interpretándose a sí misma – recibe este mensaje telefónico y entra en pánico. Abandona el set de filmación donde estaba trabajando y – junto a su amigo, el mismo Jafar Panahi – parten en auto a la región montañesa de donde provenía la también verdadera joven Marziyeh Rezaei.

La muchachita provinciana se estranguló por la tenaz oposición de su familia para que ella ingresara al Conservatorio Dramático de Teherán.

La actriz y el director van al suroeste de Azerbaijan a dar el pésame y honrosa sepultura al cuerpo de la joven suicida. La consagrada Behnaz había patrocinado a la chica ante la Academia debido a su vocación y talento.

El trayecto es largo, escabroso, y sólo consultando a los primitivos habitantes de la zona van acercándose al villorrio de la muchacha. Una vez allí, nadie de su familia sabía del suicidio ni parecían tampoco preocuparse. Los visitantes atribuían la negativa a la vergüenza de tan ominosa determinación.

En este recorrido que duró dos días de agotadora búsqueda del cuerpo de Marziyeh, las conversaciones con diversos lugareños, y con los miembros de la misma familia de la niña, nos enteramos de su forma de ver el mundo, la vida y sus propios destinos.

Se titula 3 ROSTROS porque en este periplo enfrentamos la realidad de 3 mujeres cuyos ideales estaban en el arte de la actuación: la joven Marziyeh, frustrada por la intransigencia familiar; Behnaz, ya triunfante y famosa, y, una anciana ermitaña que fue actriz conocida tiempo atrás, y que ahora, olvidada, permanece recluida en una covacha miserable de las montañas.

Gracias al cansancio y lentitud del viaje exploratorio, somos testigos de un mundo que mezcla lo milenario con lo actual en una simbiosis sumergida en fanatismo y conformidad.

Todos los personajes son auténticos y aparecen con sus nombres reales. Sólo un gran poeta del cine, como Panahi, logra combinar con tanta sensibilidad lo documental, la denuncia muda, y despertar en nosotros una sentida conmiseración.

INEFABLE DENUNCIA CONTRA EL FANATISMO INSERTO EN UNA SENSIBLE TRADICIÓN. GRAN DILEMA CONTEMPORÁNEO POLÍTICO Y SOCIAL.

Ficha técnica

Título Original: Se rohk Drama social Irán – 1,40 hrs. 
Fotografía: Amin Jafari 
Edición: Mastaneh Mohajer, Jafar Pinahi 
Diseño Prod.:Leila Naghdi Pari 
Guion: Jafar Panahi, Nader Saeivar 
Actores: Behnaz Jafari,Jafar Panahi, Marziyeh Rezael 
Director: Jafar Panahi 
Premio Cannes Mejor Guión Extranjero 2018 (en ausencia del guionista) 

miércoles, 20 de febrero de 2019

El Vicepresidente - Por Carlos Correa

Dick Cheney ocupó altos cargos en la Casa Blanca. Jefe de Gabinete del presidente Ford, Secretario de Defensa del presidente George H. Bush y Vicepresidente en los dos períodos -2001 al 2009- de George W. Bush. Esta película es su historia y se centra justamente en esta última posición, donde su poder e influencia se estima marcaron profundamente la historia de la primera década del siglo XXI.

Christian Bale realiza una caracterización excelente y sólida de un político que es tal vez “atípico”. Cultivando un cierto bajo perfil, callado y observador, Cheney fue avanzando en la burocracia gubernamental casi sin proponérselo. Bajo el alero de Donald Rumsfeld -Steve Carell en otro papel distinto a sus acostumbradas entregas- Cheney logra pactar con George W. Bush -un excelente Sam Rockwell- atribuciones especiales para aceptar ser su compañero de fórmula. Y vaya que acuerdo según el relato, pues juega un rol clave en una serie de eventos que están marcados a fuego: los atentados a las Torres Gemelas y al Pentágono, y la invasión a Afganistán junto con la guerra contra Irak, ambas reacciones posteriores a uno de los actos terroristas más significativos de este siglo.

La cinta desarrolla la historia con saltos temporales que nos van entregando un marco de los acontecimientos y de la historia personal del protagonista. Mucho hay de sátira y de comedia. El drama del que da cuenta tal vez no se podría narrar de otra forma porque la política es una fiel muestra de todo ello.

Fundamental en el relato es la esposa de Cheney interpretada por Amy Adams. Una mujer de armas tomar, sostiene e impulsa a su marido en todo momento y se transforma en pieza clave de la cinta. Porque del Cheney de juventud va quedando poco y nada gracias a la fortaleza que su esposa impregna a su lado.

En general, todas las actuaciones son muy buenas y contribuyen a modelar un relato que sobre todo en el primer tercio es desordenado y difícil de entender. Además, sin información previa puede ser aún más complejo, pues los pasillos de la Casa Blanca y los dobleces de la política norteamericana tienen códigos que es necesario conocer, al menos en términos globales.

La cantidad de detalles que entrega la cinta dirigida por Adam McKay es por momentos son abrumadores. Vemos como todos los temas pasan por los despachos del Ala Oeste y las decisiones se toman en poco tiempo. La templanza y sangre fría son atributos imprescindibles para sobrevivir en un mundo tremendamente especial donde la realidad parece superar a la ficción. Por momentos, da la impresión que la excelente “House Of Cards” queda relegada a segundo plano luego de observar algunas acciones que sorprenden e impactan.

Si bien esta película no es un clásico de Marvel, por favor no se retiren de la sala cuando aparezcan los primeros créditos pues viene una escena posterior que es notable. Y es que toda la cinta se desarrolla así, con giros, sorpresas, curvas y recovecos. Son los laberintos del poder que parecen inexpugnables y que sin ningún pudor son expuestos en una de las mejores cintas del año y que no solo impresiona sino que deja mucho, mucho para pensar.

Ficha tecnica

Título original: Vice
Año: 2018
Duración: 132 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Gary Sanchez Productions / Plan B Entertainment / Annapurna Pictures. Distribuida por Annapurna Pictures
Género: Drama. Comedia | Biográfico. Años 60. Política
Guion: Adam McKay
Música: Nicholas Britell
Fotografía: Greig Fraser
Reparto: Christian Bale, Amy Adams, Steve Carell, Sam Rockwell, Jesse Plemons, Eddie Marsan, Alison Pill, Stefania Owen, Jillian Armenante, Brandon Sklenar, Brandon Firla, Abigail Marlowe, Liz Burnette, Matt Nolan, Brian Poth, Joey Brooks, Joe Sabatino, Tyler Perry, Bill Camp, Shea Whigham, Cailee Spaeny, Fay Masterson, Don McManus, Adam Bartley, Lisa Gay Hamilton, Jeff Bosley, Scott Christopher, Mark Bramhall, Stephane Nicoli, Kirk Bovill, Naomi Watts, Alfred Molina, Lily Rabe
Dirección: Adam McKay

Mis huellas a casa - Por Carlos Correa

Basada en la novela “A Dog's Way Home” de W. Bruce Cameron, esta cinta dirigida por Charles Martin Smith encuentra su nicho en todas las personas que aman a los animales y en especial a los perros. Narra la historia de Bella, quien al verse separada de Lucas -Jonah Hauer-King-, su dueño, emprende un viaje de más de 600 kilómetros para regresar a casa.

El guion firmado por el autor de la novela junto a Cathryn Michon es fluido y sencillo. No presenta mayores sorpresas y el relato es sumamente confortable, a pesar de ciertos giros que en ningún caso provocan sobresaltos. Los temas importantes están igualmente presentes; la familia, el cariño, la acogida y el cuidado, sin embargo no logra profundizar en ellos pues se aprecia que no está en el objetivo central del filme.

Lo que más destaca de esta cinta es que logra captar a Bella y sus compañeros de ruta en ambientes que parecen muy naturales. Sin duda es un gran desafío y el rodaje, que debió ser bastante arduo, lo saca adelante con precisión. La fotografía de Peter Menzies Jr. contribuye enormemente al desarrollo de la historia pues es parte importante de la ternura que transmite la película, que con evidencia se enfoca en tocar nuestras fibras emocionales.

En lo personal me parece siempre complejo retratar a las mascotas como seres humanos. Sin desconocer su empatía, inteligencia y fidelidad me cuesta sintonizar con ello. En esta oportunidad el relato lo lleva Bella y en primera persona, por lo que me resulta aún más difícil. No obstante este punto, reconozco que para quienes logran desarrollar una relación muchísimo más cercana, especialmente con los perros, está historia sin duda les llegará de manera mucho más profunda.

“Mis huellas a casa” es pura bondad y esperanza, algo que en un mundo convulsionado, temeroso y desconfiado, siempre es algo bueno de entregar. El efecto que producen los animales, su cariño sin cálculo y sin frenos, curiosamente nos hace más humanos, más sensibles y menos calculadores. Ojalá que toda esta enseñanza la tuviéramos siempre a mano para sobrellevar lo que el día a día nos provoca y que, asimismo, pequeñas fábulas como ésta nos recuerden siempre que de nosotros depende construir un mundo más acogedor y más cariñoso.

Ficha técnica

Título original: A Dog's Way Home
Año: 2019
Duración: 95 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Columbia Pictures. Distribuida por Sony Pictures Entertainment (SPE)
Género: Drama | Perros/Lobos
Guion: W. Bruce Cameron, Cathryn Michon (Libro: W. Bruce Cameron)
Música: Mychael Danna
Fotografía: Peter Menzies Jr.
Reparto: Ashley Judd, Jonah Hauer-King, Alexandra Shipp, John Cassini, Wes Studi, Edward James Olmos, Chris Bauer, Barry Watson, Tammy Gillis, Patrick Gallagher, Farrah Aviva, Veenu Sandhu, Lucia Walters, Spencer Drever, Jennifer Gibson, Benjamin Ratner, Leo Li Chiang, Lane Edwards, Darcy Laurie, Arielle Tuliao, Kimi Alexander, Javier Lacroix, Troy Rudolph, Sean Quan, Rolando Boyce, Cesar De León, Broadus Mattison, Jesse Miller, Gregory Tunner
Dirección: Charles Martin Smith

jueves, 14 de febrero de 2019

Green Book - Por Juan Pablo Donoso

Inteligente y encantadora. Denuncia la estupidez de los prejuicios étnicos en pleno siglo XX. Muy merecido el Globo de Oro a la Mejor Película de 2018.

Los Hnos. Farrelly saben hacer farsas exitosas y, por lo general, grotescas. (Dos Tontos muy Tontos – 1994; Algo Pasa con Mary – 1998; Yo, Yo Mismo e Irene -2000; Los Tres Chiflados – 2012). Pero esta vez incursionan en un tema nacional serio, que manteniendo el tratamiento humorístico y respetuoso, eleva la categoría del filme a otros niveles.

El título – GREEN BOOK – es la clave que desencadena esta tragicomedia. En 1962 era un catálogo impreso de Rutas con los hoteles y restaurantes exclusivos para negros en las regiones del sur de Estados Unidos.

Un gran pianista de color llamado Don Shirley, multimillonario, es contratado para dar una gira de conciertos por varios estados sureños. Conociendo lo conflictivo y peligroso de tal viaje, contrata a un chofer blanco famoso por ser un experto guardaespaldas del hampa: Tony Lip Villelonga. Deberán convivir en la carretera durante varias semanas. El blanco (Viggo Mortensen) alojando y comiendo en buenos hoteles, y el concertista (Marhershala Ali – Luz de Luna 2016) sólo en los ghettos para negros.

Los hechos fueron ciertos, y al final nos muestran a los personajes reales.

La convivencia fue difícil al comienzo entre el blanco, que se sentía humillado por servir a un negro, y el refinado pianista que debía soportar la vulgaridad, y malas costumbres, de su empleado de origen italiano.

Con el correr de los días se van agudizando las circunstancias de humor y las diferencias psicológicas de ambos individuos. Y cada uno se verá obligado a reconocer, aceptar y admirar las cualidades del otro.

Si el destino nunca los hubiese reunido habrían pasado el resto de sus vidas prisioneros de sus propios prejuicios.
La cinta tiene valor histórico y sociológico. Sin ser predicante es positiva y conciliadora. Un canto a la amistad.

El mensaje que nos proponen es que la mejor forma de derrumbar falsas barreras (en este caso entre blancos y negros, y otras razas) es la “proximidad” física y sentimental.

Aporta, además, una bella selección de canciones populares – y jazzísticas – de comienzos de los años 60.

ENTRETENIDA, INTELIGENTE, GRACIOSA, Y CON ESTUPENDAS ACTUACIONES.

Ficha técnica


Biografía – tragicomedia social Diamond Films EE.UU. – 2,10 hrs. 
Fotografía: Sean Porter 
Edición: Patrick J. Don Vito 
Música: Kris Bowers 
Diseño Prod.: Tim Galvin 
Guionistas: Nick Vallelonga, Brian Hayes Currie, Peter Farrelly 
Actores: Viggo Mortensen, Mahershala Ali, Linda Cardellini 
Director: Peter Farrelly

miércoles, 13 de febrero de 2019

Green Book - Por Carlos Correa

Esta preciosa historia, inspirada en hechos reales, es cercana y muy empática. Habla de la construcción de amistad entre dos personas que probablemente muy poco tengan en común. El pianista afroestadounidense Don Shirley -Mahershala Ali- y su chofer Tony Vallelonga -Viggo Mortensen- emprenden un largo y rudo viaje por el sur profundo de Estados Unidos a principios de los años sesenta. El pianista, junto a su grupo, debe dar conciertos en diferentes ciudades, tal vez al público más acaudalado de la época y en lugares donde el racismo aun es una condición inexcusable. El guion, escrito por Nick,el hijo de Vallelonga, junto a Farrelly y Brian Hayes Currie, se interna en temas trascendentes de la realidad de la época y no evade ninguna de las problemáticas que de él se desprenden.

Los diálogos son realmente deliciosos y es uno de los aspectos que más destaca en la película. Don Shirley es culto y refinado, sin embargo Tony Lip es lo opuesto, torpe y bruto. Sus orígenes son muy diferentes. Tony es italoamericano del Bronx, con una numerosa y extrovertida familia y sus modales lo describen a la perfección. Por su parte, Shirley vive solo y ha debido superar muchas situaciones para llegar a ser un virtuoso pianista con estudios en la Unión Soviética y que está de regreso en su país desarrollando su arte. ¿Qué hacen juntos y cómo pueden comunicarse estos dos mundos tan opuestos? Tony depende de su trabajo para mantener a su familia y Shirley parece tener resuelta su vida, al menos económicamente. Uno es negro y el otro blanco; ¿qué situaciones de vida podrían ser más extremas?

Las actuaciones de ambos protagonistas son excelentes, vibrantes, están llenas de sensibilidad y transitan por emociones de las más diversas índoles. Es cierto que mucho del guion puede resultar predecible, sin embargo está tan bien narrado que aquello le permite sortear incluso la aparente ausencia de un gran conflicto central. Claro, tal vez no existe un gran conflicto porque todo lo que acontece está en conflicto y tensión, en mayor o menor medida -claro está- desde el primer minuto hasta los créditos finales.

Las historias subyacentes al relato principal están muy bien tratadas. No necesitan detallar demasiado, su construcción apela a personajes secundarios que están precisos en sus intervenciones y en la conexión con los protagonistas. El drama, las dificultades de vida, el racismo y la amistad, brotan así espontáneamente durante todo el metraje. Hay momentos de lujo, como la parada en el camino frente a los trabajadores de la tierra o aquella donde Don Shirley obliga a Tony a retroceder el auto en la carretera. No son solo iconos, son algo más y vale la pena atesorarlas.

La banda sonora es preciosa. Kris Bowers logra reconstruir con canciones una época que estaba cambiando el rumbo de la sociedad norteamericana. Y por supuesto, la música es más que un mero acompañamiento. Hay un contrapunto importante que se manifiesta en el carismático pianista, una veta interior que asoma apenas durante la cinta y que tiene que ver con sus frustraciones más íntimas, sus sueños y el éxito que sin embargo ha logrado alcanzar. Lo mismo sucede con Tony, aunque a su modo, más rústico y menos refinado. Son vetas como las que tiene la madera, que si las miramos en detalle podemos observar que los caminos son múltiples y que las opciones dependen de nosotros. Por ello tal vez el título de la cinta es muy sugerente al hacer mención a aquel “Libro verde”, (“The Negro Motorist Green Book“) una guía anual para viajeros afroamericanos que señalaba hoteles, restaurantes, bares y estaciones de servicio que sí atendían a personas de color y en donde no corrían riesgos. Sin embargo, no es solo el título de la cinta pues naturalmente Don Shirley y Tony Lib no siguen al pie de la letra las indicaciones y se internan en un viaje profundo al interior de su país y también en la profundidad de sus propias vidas.

Ficha técnica

Título original: Green Book
Año: 2018
Duración: 130 minutos
País: Estados Unidos
Productora
Universal Pictures / Participant Media / DreamWorks SKG / Innisfree Pictures / Wessler Entertainment. Distribuida por Universal Pictures
Género
Drama | Basado en hechos reales. Drama sureño. Comedia dramática. Años 60. Racismo. Amistad
Guion: Brian Hayes Currie, Peter Farrelly, Nick Vallelonga
Música: Kris Bowers
Fotografía: Sean Porter
Reparto: Viggo Mortensen, Mahershala Ali, Iqbal Theba, Linda Cardellini, Ricky Muse, David Kallaway, Montrel Miller, Harrison Stone, Mike Young, Jon Michael Davis, Don DiPetta, Mike Hatton, Dimiter D. Marinov, Craig DiFrancia, Gavin Lyle Foley, Randal Gonzalez, Shane Partlow
Dirección: Peter Farrelly

Battle Angel: la última guerrera - Por Carlos Correa

Futuro; sinónimo de guerra y destrucción. Han pasado años desde la crisis -“La caída”- y el mundo conocido está dividido en dos planos: arriba, una ciudad perfecta donde solo los elegidos pueden estar. Abajo, caos, desorden y ley de la selva, sometidos por el poder superior, el objetivo es sobrevivir y de alguna forma intentar escalar a la ciudad de las oportunidades. Con una historia basada en “GUNNM”, creado por Yukito Kishiro entre 1991 y 1995 y publicado en la revista Business Jump, James Cameron colabora en el guion y produce una cinta que lleva su mano, independiente que la dirección esta vez recae en el talentoso Robert Rodriguez.

En este mundo distópico que se nos presenta en pantalla, el doctor Ido -Christoph Waltz- encuentra dentro de la numerosa chatarra una cyborg destrozada y abandonada que es interpretada por Rosa Salazar. Su cerebro y corazón están milagrosamente vivos, por lo que decide repararla entregándole un nuevo cuerpo que le permite aprender a vivir nuevamente en la ciudad. Hugo -Keean Johnson- se transforma en su joven amigo y compañero de aventuras, en especial cuando Alita -que no tiene ningún recuerdo- comprende que su pasado tiene mucho que enseñarle y que posee habilidades de combate únicas que se habían perdido en el mundo desde hace cerca de 300 años. Los peligros en Iron City son crecientes y la búsqueda de esta pequeña guerrera por parte de quienes dominan la ciudad -Mahershala Ali hace un papel excelente junto a Jennifer Connelly, consolidando una pareja realmente de temer- la llevan a luchar por permanecer con vida y acercarse lentamente a conocer más de su pasado para poder salvar a su nueva familia y amigos de una destrucción casi segura.

La realización de la película es fascinante. La técnica del “Live-Action” está desarrollada de manera impecable y no hay nada que no parezca real. La combinación de animación con actores es excelente, los efectos son naturales, en ocasiones deslumbrantes, y no desvían por ello la atención principal de la historia. Las peleas, las batallas, las carreras de “Motorball” y, en general, cada uno de los escenarios en donde transcurre la acción, están perfectamente dibujados y animados, con una dosis de realismo que en ocasiones nos hace dudar si estamos viendo cuadros y escenas solo con animación.

Párrafo aparte para Christoph Waltz y para Mahershala Ali que le entregan un peso propio a la cinta. Actores de su calidad aportan bases sólidas a la construcción del relato, teniendo un protagonismo preciso para que las figuras emergentes, en este caso los dos jóvenes, crezcan junto a ellos. La cinta también explora temáticas interesantes, aunque no sean determinantes para la acción y la entretención que se desarrolla. Están presentes valores fundamentales sobre la familia, otros referidos a la discriminación, la sociedad y por supuesto al abuso de poder físico, político y económico de quienes gobiernan el mundo para su propio beneficio.

“Alita, Battle Angel” es una grata sorpresa, entretiene y refresca la cartelera del verano. Recomendada en IMAX 3D, tiene todos los elementos que logran sacar partido a la pantalla extra grande. No debemos olvidar que James Cameron tiene un gran oficio en ello y que sin duda logra constituir al cine en una experiencia que va más allá de la historia que nos narra.

Ficha técnica

Título original: Alita, Battle Angel
Año: 2019
Duración: 121 minutos
País: Estados Unidos
Productora: 20th Century Fox / Lightstorm Entertainment / Troublemaker Studios / TSG Entertainment
Productor: James Cameron
Género: Ciencia ficción. Acción. Romance. Thriller | Cyberpunk. Robots. Manga. Live-Action
Guion: James Cameron, Laeta Kalogridis, Robert Rodriguez (Novela gráfica: Yukito Kishiro)
Música: Junkie XL
Fotografía: Bill Pope
Reparto: Rosa Salazar, Christoph Waltz, Jennifer Connelly, Jackie Earle Haley, Ed Skrein, Mahershala Ali, Lana Condor, Keean Johnson, Michelle Rodriguez, Jorge Lendeborg Jr., Eiza González, Leonard Wu, Elle LaMont, Marko Zaror, Jorge A. Jimenez, Derrick Gilbert, Billy Blair, Jeff Fahey, Casper Van Dien
Dirección: Robert Rodriguez

Feliz Día de tu muerte 2 - Por Carlos Correa

Lo más interesante de esta secuela es la conexión que hace con la primera historia. Claro, la idea es la misma; revivir un día, el del cumpleaños, una y otra vez y reiniciarlo cada vez que la protagonista muere. Sin embargo en esta ocasión, se agrega un elemento que le da variación y le permite a la historia escapar de una monotonía casi asegurada.

Theresa "Tree" Gelbman -Jessica Rothe- vuelve a entrar en ese ciclo temporal sin proponérselo. Sus amigos están involucrados -en realidad son los causantes- y lo que parecía haber concluido definitivamente toma una nueva dimensión. Ahora Lori -Ruby Modine- es asesinada y Tree debe desenmascarar al asesino para poder escapar del bucle. Obviamente no todo sale bien y junto con los problemas comienzan los esfuerzos y búsquedas para tratar de resolver el puzzle del tiempo.

La cinta escrita y dirigida por Christopher Landon es entretenida aunque se alargue un poco. El guion fluye y la recapitulación a la primera historia -para explicarla o bien recordarla, según sea el caso- está muy bien hecha y no necesita forzar ningún elemento. El elenco juvenil posee mucha química y funciona perfecto en el enganche con el público. Los personajes, sin bien son caricaturas, están bien esbozados y dejan entrever varias de las problemáticas más actuales.

Volviendo a la historia, es un pié forzado muy frecuente encontrar el efecto “deja vu”. Las variaciones sobre el tema son múltiples y adquieren variadísimas perspectivas. La película vincula ese concepto y se hace cargo de agregarle una nueva dimensión, por lo que el “leitmotiv” se enriquece a pesar de mostrarnos, una y otra vez, que estamos sobre terreno más que conocido.

Con una buena realización, actuaciones frescas y grandes dosis de humor, “Feliz día de tu muerte 2” es una buena alternativa para pasar un rato sin mayores expectativas ni compromisos.

Ficha técnica

Título original: Happy Death Day 2
Año: 2019
Duración: 100 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Blumhouse Productions / Digital Riot Media. Distribuida por Universal Pictures
Género: Terror. Intriga. Thriller | Viajes en el tiempo. Slasher. Secuela
Guion: Christopher Landon
Música: Bear McCreary
Fotografía: Toby Oliver
Reparto: Jessica Rothe, Israel Broussard, Suraj Sharma, Sarah Yarkin, Ruby Modine, Rachel Matthews, Charles Aitken, Steve Zissis, GiGi Erneta, Tenea Intriago, Laura Clifton, Sylvia Grace Crim, Blaine Kern III, Phi Vu, Cariella Smith, Rob Mello, Kenneth Israel, Kaleb Naquin, Lindsey G. Smith, Ramsey Anderson
Dirección: Christopher Landon

Plaza París - Por Juan Pablo Donoso

Pudo ser un testimonio más punzante sobre la miseria y la compasión.

Más, por un afán de preciosismo cinematográfico, y falta de síntesis, quedo larga y diluida en su objetivo.

El guion es más autocomplaciente de lo necesario.

La premisa era poderosa: ¿cuánto puede el dolor de un paciente perturbar la psiquis de su terapeuta?

Gloria es una mujer negra, proveniente de la favela de Río de Janeiro, abusada por su padre desde pequeña, y con un hermano presidiario que, desde la cárcel, le controla la vida por medio del hampa.

Su joven psicóloga es Camila quien, sesión tras sesión, va constatando que el remedio es más político y social que clínico. Comienza a dudar de su profesión y a sentirse culpable indirecta del dolor de su paciente.

Para comprender el origen de este caso debemos saber que su guionista y directora - Lucía Murat (1949)- integró la guerrilla izquierdista brasileña en los momentos más duros de la dictadura militar (1968 – 1979). Fue arrestada y torturada brutalmente en la prisión. Y reitera esta la experiencia en cada una de sus películas. Hoy es una de las más sensibles y mordaces representantes del nuevo cine de su país.

Logra honestas actuaciones de las actrices principales. Intenta un lenguaje de “cine verdad”, recurriendo a larga tomas cercanas al “plano secuencia”. Pero se desvirtúa por inserciones de sueños y pesadillas que flirtean con recursos del surrealismo.

Resulta difícil, durante el alambicado relato, deducir lo que en verdad está “en Juego”. Sólo después de una larga reflexión descubrimos que el meollo dramático era mucho más simple y esencial.

INTENTO DE DENUNCIA PSICO/SOCIAL QUE, TRATANDO DE SER INTIMO, SE TORNA RIPIOSO

Ficha técnica

Título Original: Praça París Drama social y psicológico Brasil: 1,50 hrs. 
Fotografía: Guillermo Nieto 
Edición: Mair Tavares 
Música: André Abujambra, Marcio Nigro 
Diseño Prod: Dina Salem Levy 
Guionistas: Raphael Montes, Lucía Murat 
Actores: Grace Passó, Joanna de Verona, Marco Antonio Caponi 
Directora: Lucía Murat

miércoles, 6 de febrero de 2019

Beautiful Boy - Por Carlos Correa

Difícil película y con un contenido aún más complejo. Basada en la historia real de Nic Scheff que es relatada por su padre David en el libro “Beautiful Boy: A Father's Journey Through His Son's Addiction”, narra la visión de un padre desesperado por la adicción de su hijo a las metanfetaminas.

Dirigida por Felix Van Groeningen y con un guion escrito por Luke Davies, la cinta da cuenta del drama de manera implacable. Es densa y también extensa, no tiene ventanas ni posibles salidas; es un golpe duro como un ladrillo, con un peso que abruma durante todo su metraje. El ritmo de la filmación tampoco ayuda a poder soltar un poco la extrema tensión de las circunstancias que describe con lujo de detalles.

Steve Carrel interpreta a David con mucho oficio y solidez. Logra compenetrarse. Verlo construir un personaje muy distinto a los que nos ha tenido acostumbrados es fascinante, aunque la ausencia de matices podría ser extraño para un actor tan versátil y talentoso. Es posible que el condicionamiento lo haya tenido demasiado comprimido y por ello enfocado en una menor diversidad y más en demostrar estamos de ánimo. David es periodista y por ello el relato fluye, sin embargo mucho del texto del guion es dejado en manos de largas tomas que más que transmitir emociones lo que hacen es reducir el impacto dramático.

Timotheé Chalamet está muy bien en su papel de Nic. Su desplante natural colabora muchísimo a la configuración de la personalidad cambiante del joven. Más que mal, el drama es justamente lo que le sucede a este adolescente adicto, su lucha interior, su lucha exterior y todo lo que dificulta la comprensión del estado vital en que se encuentra, los peligros que enfrenta y lo difícil que resulta intentar superar una condición de esta naturaleza.

Hay algo que la cinta consigue mostrar muy claramente. Es el gran dilema parental frente a un caso de esta magnitud donde no solo está en juego la vida del adicto sino también los ambientes en los que normalmente es acogido y también cuando no lo es. El proceso de rehabilitación es ingrato. Las recaídas son violentas y por ello surgen los cuestionamientos por el curso de la vida que se ha elegido, las decisiones tomadas, las responsabilidades y el acompañamiento brindado. En todo ello la película es muy clara, ilustrativa e incluso aleccionadora. Sin embargo, un exceso de elementos descriptivos y pasivos no le permiten al relato posicionarse con más brío. Decae y diluye la atención y ese peso que describimos en las primeras líneas se hace muy difícil de sobrellevar.

“Beautiful Boy” tiene una excelente factura, sin embargo lamentablemente falla en su construcción. Aun reconociendo lo difícil que es abordar el tema, queda al debe en lo más importante que es la empatía con los protagonistas y la historia. A pesar de vernos representados como padres -o hijos- no logra superar las dos capas iniciales y aquello frustra las expectativas que se postergan hacia un final que podemos deducir o anticipar en algunas de sus posibles versiones. Una lástima, pues sin duda se aprecia que podría haber sido diferente sobre todo al leer y escuchar el texto final que cierra -y encuadra- naturalmente la historia.

Ficha técnica 

Título original: Beautiful Boy
Año: 2018
Duración: 111 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Big Indie Pictures / Plan B Entertainment / Starbucks Entertainment / Amazon Studios
Género: Drama | Drogas. Adolescencia
Guion: Luke Davies, Felix Van Groeningen (Memorias: David Sheff, Nic Sheff)
Fotografía: Ruben Impens
Reparto: Steve Carell, Timothée Chalamet, Maura Tierney, Amy Ryan, Christian Convery, Kaitlyn Dever, Oakley Bull, Amy Forsyth, Stefanie Scott, Julian Works, Jack Dylan Grazer, Kue Lawrence, Marypat Farrell, Mandeiya Flory
Dirección: Felix Van Groeningen

Beautiful Boy - Por Juan Pablo Donoso

Tema siempre interesante lesionado por un guion errático y majadero.

Aunque director y actores quisieron darle humanidad y juegos de edición, quedó pesada, larga y poco efectiva como relato.

EL TEMA

La drogadicción juvenil, en su escalada desde la marihuana a la metanfetamina.

¿¨Cómo ayudar a mi hijo”? se pregunta el padre (Steve Carell) en su calvario por salvarlo de la autodestrucción.

¿A quién culpar de esta esclavitud? El adolescente Nic Sheff (Timothée Chalamet), teniendo una hermosa familia, rodeado de cariño, inteligente y con medios económicos declara: “Siento un vacío negro dentro de mí”.

Dice hacerlo por “rebeldía” y para “fugarse”… ¿de quién y de qué? …quiere escapar de la “realidad”, ¿de cuál si la suya es mil veces mejor que tantas otras? Se aman mucho con su padre, su madrastra y hermanitos.

Vendrán múltiples rehabilitaciones estériles. Quien haya tenido un adicto en la familia sabe de este tormento, y se identificará con la historia y sus personajes. Será catártica.

En su angustia – para comprender a su hijo – el padre prueba la droga en sí mismo. Reconoce su impotencia: “Nada lo puede salvar; ignoro cómo ayudarlo”. Perder a un hijo(a) es terrible, pero dejarlo a su suerte, por agotamiento o cobardía, es aún peor.

Maravilloso testimonio de tenacidad y amor paterno.

“Yo quiero cambiar, e intento hacerlo. ¡Pero me resulta imposible!”. (Nic)

O el enfermo se vence a sí mismo, o quienes lo rodean deben presenciar cómo bebe, se inyecta, inhala o ingiere hasta matarse.

Creemos, por experiencia, que mostrarla a los jóvenes como “educativa” tendría poco efecto. Las causas son más complejas; tienen que ver con la estructura valórica de nuestra sociedad contemporánea.

LA PELÍCULA

New York Times dijo que “endulzaba la realidad”. Discordamos, pero el filme pudo ser más conciso e impactante.

Abunda en rellenos y reiteraciones. Creyeron que con una edición juguetona de “raccontos” ocultarían la carencia del ascenso progresivo, indispensable para alcanzar un clímax dramático. Queda más diluida que cercana.

Se siente monótona por el sinfín de sanaciones y recaídas.

Timothee Chalamet (Nic), Steve Carell (el padre) cumplen con excelencia. Maura Tierney (la madrastra) pudo ser mejor aprovechada (ER).

Acertada canción Territorial Pissings, de Nirvana; nos recuerda el tormento de su compositor Kurt Cobain, también drogadicto.

Por tener un guion fláccido y errático, muchas escenas suenan pretenciosas, pudiendo ser penetrantes. Se salva la secuencia entre las olas del mar: metáfora profética del padre que pierde de vista a su hijo.

Tema tratado con más éxito en PÁNICO EN NEEDLE PARK (1971) – EL HOMBRE EL BRAZO DE ORO (1955) y recientemente en REGRESA A MÍ (2018), junto a tantas otras sobre alcoholismo.

EL GRAN ERROR

Cuando los créditos finales van en la mitad, y mucho público abandonó la sala, un narrador entrega el testimonio literario fundamental: VERDADERO y MEJOR GUION sobre el cual debió hacerse esta película. Habría sido poética, poderosa y sensible. ¡Plop!

TEMA MUY CANDENTE QUE PUDO SER MÁS PRECISO Y CONMOVEDOR.

Ficha técnica

Biografía, drama Diamond Films EE.UU. -2 hrs. 
Fotografía: Ruben Impens 
Edición: Nico Leunen 
Diseño Prod.: Ethan Tobman 
Guionistas: Luke Davies - Felix van Groeningen 
Actores: Steve Carell, Timothée Chalamet, Maura Tierney 
Director: Felix van Groeningen

La Gran Aventura Lego 2 - Por Juan Pablo Donoso

Exuberante secuela que mezcla animación con actores de carne y hueso. La primera fue de 2014 y tuvo buena acogida mundial.

Los monitos son piezas armables del juego LEGO CONSTRUCTION TOYS. Significa que son modulares: cada pieza tiene huecos y protuberancias para construir con ellos desde animales hasta vehículos, grandes castillos y naves espaciales.

Las aventuras son innumerables, como también la cantidad de nuevos personajes que se multiplican a un ritmo desenfrenado. Sólo hay cierto alivio durante las canciones y bailes, que resultan gratas y pegajosas.

Es necesario proponer una hipótesis de lo que pretenden sus autores. Al iniciar mostrándonos a un adolescente y a su hermanita Blanca jugando con estas piezas articuladas, suponemos que con su imaginación le transmiten vida a sus juguetes. Y estos – olvidando que existen estos “Creadores” – se embarcan en complicadísimas batallas, como si sólo esa fuera la Realidad: la de ellos.

Con esta lectura habría un símil de la relación entre los amorosos Creadores de aquel Universo y sus criaturas expuestas a luchar, sufrir, amar y morir, casi sin comprender el propósito de sus existencias.

Los personajes principales son una pareja llamados Emmet, bonachón e inseguro, y su novia Lucy Wyldlife, muchacha inteligente, de gustos sombríos, y de armas tomar. Los buenos habitantes del reino de Ladriburgo reciben la invasión de alienígenas provenientes de LEGO DUPLO®, del espacio exterior, dispuestos a destruirlo todo rápidamente.

Por ello vendrán en su ayuda múltiples héroes de la cultura animada infantil: Batman, Superman, Mujer Maravilla, princesas Animé japonesas, dinosaurios y Transformers. Todos los combates serán para impedir el advenimiento del Armagedón.

Quienes vieron Lego 1 resistirán mejor esta vorágine de acciones. Y más aún si sienten familiaridad con los protagonistas. Para los que se inicien con esta 2ª Parte, las epopeyas y constantes giros argumentales podrían resultar abultados y cansadores.

Recomendamos mantener en mente que el cruel avatar de estos seres proviene de la fantasía de dos niños “verdaderos”, a los cuales su Mamá les sugiere que, por madurez, los desechen y jueguen a otra cosa. Pero el vínculo inefable entre las criaturas autónomas y sus Creadores, los seguirá manteniendo unidos por Amor, aunque les digan que son sólo juguetes prescindibles.

EXUBERANTE EPOPEYA DE ANIMACIÓN QUE GUARDA UN MENSAJE ESPIRITUAL MÁS PROFUNDO Y TRASCENDENTE.

Ficha técnica

Título Original: The Lego Movie 2: The Second Part
Animación, aventuras
Warner Chile
Dinamarca, Canadá, Noruega, Australia, EE.UU. – 1,46 hrs. Edición: Clare Knight
Música: Mark Mothersbaugh
Diseño Prod.: Grant Freckelton, Patrick Marc Hanenberger
Guionistas: Phil Lord, Christopher Miller
Voces: Chris Pratt, Elizabeth Banks, Will Arnett
Director: Mike Mitchell

Vox Lux - Por Juan Pablo Donoso

Parece una alegoría de la decadencia social.

Por su errática plétora gustará a algunos, y por lo mismo desconcertará a otros. Así logra, su guionista y director Brady Corbet, generar polémica y contradicción.

Con actores conocidos incursiona en temáticas socio/policiales y faranduleras. Denuncia cómo - ya en los albores del nuevo milenio - el aguijón venenoso está ensartado en el subconsciente de las masas… y también de sus ídolos.

A partir de una masacre escolar en New Brighton, EE.UU., una de las alumnas más traumatizadas entona, oficialmente, una canción de responso por los compañeros asesinados. Con ello, la joven Celeste se da a conocer como cantante y comienza un ascenso hacia el estrellato que nadie podrá detener.

Dieciocho años más tarde será instrumento comercial de sus representantes, fetiche del público, madre de una adolescente desvalida y, ella misma, enajenada de su propia identidad e incapaz de controlar el desquicio de sus nervios.

Se debe a su fama, las masas la aclaman, su presencia es deslumbrante, pero ya nadie sabe quién es como persona: es una cáscara vacía, exquisitamente maquillada y vestida, que canta y baila sobre un escenario bajo mil luces robotizadas.

Las canciones originales pertenecen a la famosa cantante australiana Sia (Sia Kate Isobelle Furler), conocida por grandes éxitos como ‘Chandelier’, ‘Titanium’ o ‘The Greatest’.

Mientras el guion oscila entre un tema y otro, nos preguntamos adónde va todo esto: ¿qué está en Juego? ¿Qué nos quieren decir?

¿Que los momentos más cruciales de una nación se deben siempre a grandes tragedias?

Lo que comienza bien termina como un caos narcisista.

El relato evita ser claro: acumula intensidades dramáticas buscando una premisa más sólida. Como si un estudiante de cine se esforzara demasiado en ser “creativo”. Y cae aplastado por su propio guion ambicioso.

Aunque es incómoda y perturbadora, logra intrigarnos con sus personajes.

Una vez más los admiradores de Natalie Portman la disfrutarán en un rol intenso, como Celeste adulta, desafiante y casi caricaturesca en su metáfora.

Muy bien la joven inglesa Raffey Cassidy, como Celeste adolescente y luego como su hija Albertine (Blanca Nieves y el Cazador – 2012, y El Sacrificio del Ciervo Sagrado – 2017). Carismática Stacy Martin, francesa, como la hermana Ellie (Ninfomaníaca – 2013). Actrices bien escogidas y dando lo mejor de sí mismas. Y como revelación, Celia Rowlson-Hall, en su breve escena como la coreógrafa.

Un filme más insinuante que eficaz.

ESPECTACULAR BIOGRAFÍA MUSICAL QUE SÓLO DENUNCIA LA ALIENACIÓN DE LAS MASAS Y DE SUS ESTRELLAS. SE ABSTIENE DE SUGERIR LAS CAUSAS.

Ficha técnica


Drama, música EE.UU. – 1,54 hrs. 
Fotografía: Lol Crawley 
Edición: Matthew Hannam 
Música: Scott Walker 
Diseño Prod.: Sam Lisenco 
Actores: Natalie Portman, Raffey Cassidy, Jude Law, Willem Dafoe 
Guionista y Director: Brady Corbet BF Distribution

Lux Vox - Por Carlos Correa

Luego de un comienzo brutal, esta cinta del director Brady Corbet se desdibuja entre la descripción de la vida de una cantante que ha alcanzado la fama y una historia personal intensa y particularmente emotiva. La violencia del comienzo, el sentimiento de indefensión, el valor para superar el trauma y la resiliencia de la protagonista no se condicen con el progreso dramático que la cinta intenta construir a lo largo de sus 110 minutos de duración.

La historia pertenece a Celeste -una sólida joven Raffey Cassidy- quién sobrevive a un brutal ataque al comienzo del año escolar en un tiroteo que deja muchas víctimas fatales. Su rehabilitación se transforma en un icono nacional y junto a su hermana componen una canción en homenaje a las víctimas que llega a ser un verdadero himno. Las diferencias y los naturales celos entre hermanas aumentan con la maduración y el crecimiento de ambas jóvenes, tema que también queda a medio camino en esta primera parte de la narración.

El relato es presentado en capítulos, por ello nos saltamos muchos años para observar a Celeste en pleno apogeo de su popularidad. Ahora, encarnada por Natalie Portman, la agenda de la artista es manejada por su representante -Jude Law- y la cantante de 31 años tiene una difícil relación con su hija adolescente, rol entregado con propiedad a la misma Raffey Cassidy.

El director Brady Corbet señala en los créditos finales que la cinta “es un retrato del Siglo XXI”. Y tiene toda la razón, pues sin duda los caminos y rumbos que toma la protagonista tienen que ver con sus propias decisiones y también con las presiones ajenas, entre las que influyen fuertemente aquello que dictan los modelos sociales y económicos imperantes. Hay un tremendo vacío y soledad en el personaje desarrollado por Portman quien sin duda lo logra transmitirlo muy bien. Además observamos un clarísimo conflicto interior, desprotección y tristeza. Mucha tristeza acumulada y que la mayoría de las veces la hacer tropezar, caer, retroceder, volver a empezar, reconstruir, sobreponerse y tal vez disfrazar en forma de show aquello que verdaderamente le es trascendente.

Sabemos que la fama, el dinero y las drogas son probablemente pan de cada día dentro del ambiente artístico. La película no pretende darnos lecciones de ello, sin embargo se transforma en una ventana para observar la decadencia a la que puede ser arrastrada una artista dependiendo de su personalidad y del manejo que se haga del “producto”. La cinta no entrega ninguna esperanza, más bien nos llena de interrogantes. Tampoco juzga, sólo presenta las situaciones sin señalar lo bueno o lo malo. Posiblemente lo podremos inferir, porque tenemos nuestra propia opinión y nuestros propios juicios sobre varios de los temas que allí se exponen abiertamente.

“Vox Lux”, nombre de la película y que corresponde simbólicamente al álbum más reciente de la famosa artista, nos deja con una sensación incompleta. Tal vez sea por su formato “tipo documental”, o por su separación en capítulos o bien por ser un retrato de la música pop -la australiana “Sia” se une a Scott Walker para componer una vibrante banda sonora- que produce un cruce de géneros con los que la película no se identifica plenamente. Es quizá por ello que la construcción se percibe inconclusa y no logra consolidar el relato, todo aquello a pesar de los enormes esfuerzos que realiza Natalie Portman para intentar lograrlo, esfuerzos que sin duda merecen reconocimiento pero que aún así no llegan a ser suficientes.

Ficha técnica

Título original: Vox Lux
Año: 2018
Duración: 110 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Killer Films / Andrew Lauren Productions (ALP) / Bold Films / Sierra Affinity. Distribuida por Neon [USA]
Género: Drama. Musical | Música
Guion: Brady Corbet
Música, Canciones: Sia
Fotografía: Lol Crawley
Reparto: Natalie Portman, Jude Law, Raffey Cassidy, Stacy Martin, Jennifer Ehle, Susanna Guzman, Chris Banks, Matt Servitto, Natasha Romanova, Daniel London, Nastasha Strang, Fred Hechinger
Dirección: Brady Corbet