Un filme inmenso por sus implicancias poéticas, antropológicas y esotéricas.
Narra los viajes de dos exploradores científicos en la selva amazónica en busca de una planta con poderes curativos: primero fue el alemán Theodor Koch-Grünberg, y 30 años después el estadounidense Richard Evans Schultes.
Inspirado en los diarios de viaje de estos dos hombres, el guionista y director colombiano Ciro Guerra recrea ambas expediciones con talento y coraje narrativo.
Pero lejos de hacerlo con tratamiento documental, optó por imbuirse en la subjetividad de ambos exploradores generando así una experiencia “alucinante y alucinógena” en todo sentido.
El sólo hecho de tomar como guía a un chamán aborigen llamado Karamakate, e internarse con él por la selva milenaria, obliga a adoptar, además de su idioma, su visión de mundo, del lenguaje de la naturaleza y de los animales, de los aborígenes, del sentido de la vida, de la muerte y del origen del universo. Y bajo esa óptica evaluar el daño y el horror que los “civilizados” de comienzos del siglo XX trajeron a ese mundo tan sabiamente primitivo.
Filmada con premeditación en blanco y negro nos transporta a la época en que esos testigos vivieron sus experiencias, que para nosotros amalgaman lo tangible con lo paranormal. Y la belleza que alcanza la cámara de David Gallego es más elocuente que si se hubiera rodado en colores, por muy exuberante que fueran la vegetación y los ríos. Porque lo importante era internarse en el latido espiritual, de luces y sombras, de aquel mundo esotérico.
En el lenguaje del director resulta imposible desconocer la influencia de realizadores previos en esa línea temática como Glauber Rocha y Alejandro Jodorowski . Pero Ciro Guerra consigue diferenciar su mensaje de manera personal y responsable.
En todo momento se narran en forma alternativa las vivencias de ambos exploradores. Los une, y complementa, la presencia del chamán, joven y agresivo al comienzo, maduro y desmemoriado después, pero siempre fiel al espíritu trascendente de ese universo invadido y contaminado por la cultura enloquecida y “salvaje” llamada civilización moderna.
Los 125 minutos se siguen con embeleso precisamente por la corriente de misterio que fluye bajo las imágenes, reflejando tanto lo visible como lo subyacente.
Aquí los sueños de sus habitantes son tanto o más reveladores que el testimonio de los sentidos. Es un choque de culturas donde cabe preguntarse cuál de ellas es más válida para la preservación de la vida en el planeta.
Después de estas experiencias, que rayaron en el delirio existencial, dudamos si esos dos científicos pudieron readaptarse a la civilización occidental como la conocemos y vivimos hoy día. Es posible que a su retorno se los rotulara como dementes por su incapacidad para expresar lo que les fue revelado en aquella fragua de dolorosa lucidez interior.
UNA JOYA CINEMATAOGRÁFICA CUYO DISCURSO LATENTE ES AÚN MÁS PODEROSO QUE LA BELLEZA DE SUS IMÁGENES.
Ficha técnica
Semi- documental
Aventura, Drama, Antropología
Colombia, Venezuela, Argentina
125 minutos
Guionistas: Ciro Guerra, Theodor Koch-Grunberg (based on the diary by), Richard Evans Schultes, Jacques Toulemonde Vidal
Fotografía: David Gallego
Edición : Etienne Boussac
Música : Nascuy Linares
Actores: Nilbio Torres, Jan Bijvoet, Antonio Bolivar
Director: Ciro Guerra