El periodista José Luis Nicolas conversa con Jackie O. y Alejandro Caro en el Programa semanal "En Marcha" en Radio María, sección Cine con SIGNIS Chile.
La misión global de SIGNIS es colaborar con profesionales de los medios de comunicación y ayudar a transformar la cultura a través de valores artísticos, promoviendo la dignidad humana, la justicia y la reconciliación. La directiva en Chile está formada por Juan Pablo Donoso, Presidente, Elizabeth Salazar T., Vicepresidenta, y Jackie P. Olivo, Secretaria. Son miembros, Bernardita Santander Navarro, Pablo Crocquevielle, José Luis Nicolás, Alejandro Caro Contreras y Carlos Correa Acuña.
viernes, 30 de octubre de 2020
Rebbeca - Por Carlos Correa
Disponible en Netflix.
Una joven dama de compañía -Lily James- encuentra su príncipe azul en Montecarlo. Claro, el aristócrata y codiciado soltero Maxim de Winter -Armie Hammer-, es el hombre soñado. El romance es relámpago, idílico, lleno de magia y emoción. Todo avanza tan rápido que Maxim le propone matrimonio invitándola a mudarse con él a la mansión familiar de Manderley. El tema es que este galán es viudo y existe una misteriosa intriga en torno a la muerte de su esposa. Ya convertida en la nueva señora de Winter, la joven comprueba por si misma la poderosa fuerza que irradia la primera mujer de Maxim.
El recibimiento corre por cuenta de la ama de llaves de Manderley, la Sra. Danvers -Kristin Scott Thomas-. El enigma es aun mayor al darse cuenta que todo en el lugar está concebido como recuerdo de Rebeca. Los detalles están presentes por doquier, incluso en forma abrumadora. La sombra es potente, se la compara con ella en cada actitud, cada frase, cada movimiento. Maxim tampoco ayuda demasiado porque para él no es tema hablar sobre las circunstancias de la muerte de Rebeca y menos de los sentimientos que aun tiene por ella. El misterio se agiganta en cada rincón y la presencia de la mujer se siente tan fuerte que parece estar viva y dominar Manderley.
Este thriller está basado en la novela de Daphne du Maurier escrita en 1938. El éxito de la novela le ha significado cinco adaptaciones al cine y sin duda la más reconocida es la realizada por Alfred Hitchcock el año 1940. Pero las comparaciones son odiosas, y más aun si es con una cinta del maestro del suspenso, por lo que omitiré comentarios al respecto.
Esta versión del año 2020, dirigida por Ben Wheatley, viene precedida de expectación porque la historia seduce y tiene componentes especiales. Y tal como sucede en algunas ocasiones, el entusiasmo inicial se ve opacado por el resultado de la producción.
Lo primero que llama la atención en esta cinta es que la narración no encuentra un punto de tensión que sirva como hilo conductor. El relato se circunscribe a una exposición de elementos. Bellos paisajes y decorados entregan el marco para un comienzo de ensueño. Y cuando se debe imprimir el misterio, es decir aquello que es consustancial a Manderley, solo desde la imagen emana algo de la atmósfera necesaria para configurar las características del lugar. El protagonismo del nuevo matrimonio pierde fuerza, se encuentra en evidente desequilibrio ante la implacable personalidad de la ama de llaves.
Otro aspecto dice relación con la música, con un papel poco destacado. La partitura de Clint Mansell no logra generar ambiente y se va diluyendo con el correr de los minutos. Un tercer elemento tiene que ver con los descubrimientos y el momento elegido para darlos a conocer. Cuando se trata de suspenso, las decisiones son vitales; o nos hacen esperar ansiosos la revelación, la sorpresa, o bien se evidencia antes y se construye el relato en base a la forma de llevar la historia sabiendo de antemano el resultado. En este sentido, el guion de esta cinta compuesto por Jane Goldman, Joe Shrapnel y Anna Waterhouse, es confuso, lleva a equívocos, a falsas ilusiones, a esperar algo y a defraudarnos rápido.
Personalmente no me convence la actuación de Lily James. La siento sin convicción, poco comprometida y algo plana en gran parte de la cinta. Tampoco Armie Hammer consigue traspasar su interior conflictuado salvo en un par de escenas centrales que parecen llegar demasiado tarde. Solo la actuación de Kristin Scott Thomas se despega de la de sus colegas. Ella es capaz de mirar profundo e irradiar turbación y lealtad. Muy acorde a su personaje, transmite intriga, porque no deja vislumbrar sus sentimientos sino que nos provoca para interpretarla y deducir el propósito de sus acciones.
Esperaba más de “Rebecca”. Estaba entusiasmado con esta nueva versión, tal vez demasiado, un error en ese sentido. Las dos horas se hacen largas y debemos apelar a varios llanos de paciencia para no detenerla y conciliar el sueño. Así y todo, considero que no es tiempo perdido y que vale la pena verla para poder profundizar algunos aspectos respecto del género que representa. Con este tipo de ejemplos, valoramos más aquellos esfuerzos que resultan prodigiosos, donde el talento de la composición del suspenso adquiere características magnéticas. Esta cinta no lo tiene, nos deja a la deriva, nos abandona y cuando quiere recuperar terreno es demasiado tarde para reconstruir la historia.
Ficha técnica
Título original: Rebecca
Año: 2020
Duración: 121 minutos
País: Reino Unido
Productora: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; Netflix, Working Title Films. Distribuida por Netflix
Género: Intriga. Drama. Romance. Thriller | Melodrama
Guion: Jane Goldman, Joe Shrapnel, Anna Waterhouse (Novela: Daphne Du Maurier)
Música: Clint Mansell
Fotografía: Laurie Rose
Reparto: Lily James, Armie Hammer, Kristin Scott Thomas, Keeley Hawes, Ben Crompton, Ann Dowd, Sam Riley, Tom Goodman-Hill, Jane Lapotaire, Bryony Miller, Mark Lewis Jones, Bill Paterson, John Hollingworth, Lucy Russell, Julian Ferro, Toby Sauerback, Mark Schneider, Kevin Nolan, Chris Bearne, Keith Lomas, David Appleton, Tony Bligh, Poppy Allen-Quarmby, Ashleigh Reynolds, Jeff Rawle, Stuart Davidson
Dirección: Ben Wheatley
Una joven dama de compañía -Lily James- encuentra su príncipe azul en Montecarlo. Claro, el aristócrata y codiciado soltero Maxim de Winter -Armie Hammer-, es el hombre soñado. El romance es relámpago, idílico, lleno de magia y emoción. Todo avanza tan rápido que Maxim le propone matrimonio invitándola a mudarse con él a la mansión familiar de Manderley. El tema es que este galán es viudo y existe una misteriosa intriga en torno a la muerte de su esposa. Ya convertida en la nueva señora de Winter, la joven comprueba por si misma la poderosa fuerza que irradia la primera mujer de Maxim.
El recibimiento corre por cuenta de la ama de llaves de Manderley, la Sra. Danvers -Kristin Scott Thomas-. El enigma es aun mayor al darse cuenta que todo en el lugar está concebido como recuerdo de Rebeca. Los detalles están presentes por doquier, incluso en forma abrumadora. La sombra es potente, se la compara con ella en cada actitud, cada frase, cada movimiento. Maxim tampoco ayuda demasiado porque para él no es tema hablar sobre las circunstancias de la muerte de Rebeca y menos de los sentimientos que aun tiene por ella. El misterio se agiganta en cada rincón y la presencia de la mujer se siente tan fuerte que parece estar viva y dominar Manderley.
Este thriller está basado en la novela de Daphne du Maurier escrita en 1938. El éxito de la novela le ha significado cinco adaptaciones al cine y sin duda la más reconocida es la realizada por Alfred Hitchcock el año 1940. Pero las comparaciones son odiosas, y más aun si es con una cinta del maestro del suspenso, por lo que omitiré comentarios al respecto.
Esta versión del año 2020, dirigida por Ben Wheatley, viene precedida de expectación porque la historia seduce y tiene componentes especiales. Y tal como sucede en algunas ocasiones, el entusiasmo inicial se ve opacado por el resultado de la producción.
Lo primero que llama la atención en esta cinta es que la narración no encuentra un punto de tensión que sirva como hilo conductor. El relato se circunscribe a una exposición de elementos. Bellos paisajes y decorados entregan el marco para un comienzo de ensueño. Y cuando se debe imprimir el misterio, es decir aquello que es consustancial a Manderley, solo desde la imagen emana algo de la atmósfera necesaria para configurar las características del lugar. El protagonismo del nuevo matrimonio pierde fuerza, se encuentra en evidente desequilibrio ante la implacable personalidad de la ama de llaves.
Otro aspecto dice relación con la música, con un papel poco destacado. La partitura de Clint Mansell no logra generar ambiente y se va diluyendo con el correr de los minutos. Un tercer elemento tiene que ver con los descubrimientos y el momento elegido para darlos a conocer. Cuando se trata de suspenso, las decisiones son vitales; o nos hacen esperar ansiosos la revelación, la sorpresa, o bien se evidencia antes y se construye el relato en base a la forma de llevar la historia sabiendo de antemano el resultado. En este sentido, el guion de esta cinta compuesto por Jane Goldman, Joe Shrapnel y Anna Waterhouse, es confuso, lleva a equívocos, a falsas ilusiones, a esperar algo y a defraudarnos rápido.
Personalmente no me convence la actuación de Lily James. La siento sin convicción, poco comprometida y algo plana en gran parte de la cinta. Tampoco Armie Hammer consigue traspasar su interior conflictuado salvo en un par de escenas centrales que parecen llegar demasiado tarde. Solo la actuación de Kristin Scott Thomas se despega de la de sus colegas. Ella es capaz de mirar profundo e irradiar turbación y lealtad. Muy acorde a su personaje, transmite intriga, porque no deja vislumbrar sus sentimientos sino que nos provoca para interpretarla y deducir el propósito de sus acciones.
Esperaba más de “Rebecca”. Estaba entusiasmado con esta nueva versión, tal vez demasiado, un error en ese sentido. Las dos horas se hacen largas y debemos apelar a varios llanos de paciencia para no detenerla y conciliar el sueño. Así y todo, considero que no es tiempo perdido y que vale la pena verla para poder profundizar algunos aspectos respecto del género que representa. Con este tipo de ejemplos, valoramos más aquellos esfuerzos que resultan prodigiosos, donde el talento de la composición del suspenso adquiere características magnéticas. Esta cinta no lo tiene, nos deja a la deriva, nos abandona y cuando quiere recuperar terreno es demasiado tarde para reconstruir la historia.
Ficha técnica
Título original: Rebecca
Año: 2020
Duración: 121 minutos
País: Reino Unido
Productora: Coproducción Reino Unido-Estados Unidos; Netflix, Working Title Films. Distribuida por Netflix
Género: Intriga. Drama. Romance. Thriller | Melodrama
Guion: Jane Goldman, Joe Shrapnel, Anna Waterhouse (Novela: Daphne Du Maurier)
Música: Clint Mansell
Fotografía: Laurie Rose
Reparto: Lily James, Armie Hammer, Kristin Scott Thomas, Keeley Hawes, Ben Crompton, Ann Dowd, Sam Riley, Tom Goodman-Hill, Jane Lapotaire, Bryony Miller, Mark Lewis Jones, Bill Paterson, John Hollingworth, Lucy Russell, Julian Ferro, Toby Sauerback, Mark Schneider, Kevin Nolan, Chris Bearne, Keith Lomas, David Appleton, Tony Bligh, Poppy Allen-Quarmby, Ashleigh Reynolds, Jeff Rawle, Stuart Davidson
Dirección: Ben Wheatley
El diablo detrás de la puerta - Por José Blanco Jiménez
El cine español es escaso en el género terrorífico. Esta película consigue su objetivo sobre todo porque la ambientación recuerda la de antiguas casas en Chile y sobrecoge por la indefensión en que se encuentran los más débiles de la sociedad, tanto por sus limitaciones físicas como por las financieras.
No existe una gran tradición de cine de terror en España, con excepción de Rec, de Jaume Balagueró y Paco Plaza (2007) y – de hecho – esta Malasaña 32, del barcelonés Alberto Pintó se apoya en un guión escrito por cuatro personas: Ramón Campos, Gema R. Neira, Salvador S. Molina y David Orea. El título comercial en Chile es absurdo, pero necesario, puesto que no todos han estado en Madrid, no todos conocen la calle Malasaña y el número 32 no existe. En esa vía han ocurrido hechos horribles, pero ninguno tiene que ver con esta película.
Hay un prólogo que ocurre cuatro años antes del relato propiamente tal. En un edificio de varios pisos, dos niños jugando entran en una casa en busca de una canica que se les ha caído por la escalera. Ven un corredor, una mecedora y… ¡punto aparte!
Se pasa a 1976, año de transición en España, en el que – después de la muerte de Francisco Franco – muchos tienen la ilusión de una vida mejor. Al departamento contiguo de aquél en que se desarrolló el prólogo, llega una familia compuesta por Manolo (Iván Marcos), su esposa Candela (Beatriz Segura), Amparo (Begoña Vargas) y Pepe (Sergio Castellanos), hijos de ella, el pequeño Rafael (Iván Renedo) único hijo de este segundo matrimonio y “el abuelo” (José Luis de Madariaga). Cito los nombres de las actrices y los actores, porque son buenos intérpretes y poco conocidos en nuestro país, lo que les da mayor credibilidad.
Contrariamente a las películas norteamericanas, aquí los fenómenos paranormales están más insinuados que evidenciados y los resultados son eficaces.
La relación con otras películas es innegable y corro el riesgo de ser un spoiler, pero la infuencia de Poltergeist o El conjuro, la franchise de los Warren, saltan a la vista. Incluso, la marioneta de la televisión me recordó al muñeco de Saw. El juego del miedo.
Sin embargo, el principal atractivo para mí es que me recuerda el ambiente de las antiguas casas chilenas, con esos muebles que todavía existen, la máquina de coser, la victrola y los cables para tender la ropa sobre el patio interno. Es precisamente a través de ellos que Pepe (joven de bajo coeficiente intelectual) recibe papelitos escritos por “Clara” del tipo “los esperaba”. Porque la presencia maléfica se expresa a través de los más débiles y eso será fundamental para la intervención de una paralítica que servirá de “médium”.
No agrego más detalles. Sólo puedo decir que la película sobrecoge por la indefensión en que se encuentran los más débiles de la sociedad, sea por sus limitaciones físicas como por las financieras. Particularmente bien construido el rol de Amparo, que tiene 17 años (la actriz me recordó a una joven Penélope Cruz) y que es un nexo imprescindible de las relaciones intrafamiliares como asimismo de las presencias malignas.
Los últimos minutos son particularmente clarificadores de todo lo ocurrido. El grupo, que en algunos momentos me trajo a la mente cuadros de Goya (apareciendo también Saturno que devora a uno de sus hijos, símbolo del tiempo que todo lo consume), venía huyendo de sus problemas y encontró otros nuevos. No es la casa la embrujada, sino el dolor que rezuma y que seguirá acompañándolos mientras no se aquiete.
Se puede ver en www.cinemark.cl/cineonline y www.cining.cl.
(Malasaña 32. España/Francia, 2020)
Hay un prólogo que ocurre cuatro años antes del relato propiamente tal. En un edificio de varios pisos, dos niños jugando entran en una casa en busca de una canica que se les ha caído por la escalera. Ven un corredor, una mecedora y… ¡punto aparte!
Se pasa a 1976, año de transición en España, en el que – después de la muerte de Francisco Franco – muchos tienen la ilusión de una vida mejor. Al departamento contiguo de aquél en que se desarrolló el prólogo, llega una familia compuesta por Manolo (Iván Marcos), su esposa Candela (Beatriz Segura), Amparo (Begoña Vargas) y Pepe (Sergio Castellanos), hijos de ella, el pequeño Rafael (Iván Renedo) único hijo de este segundo matrimonio y “el abuelo” (José Luis de Madariaga). Cito los nombres de las actrices y los actores, porque son buenos intérpretes y poco conocidos en nuestro país, lo que les da mayor credibilidad.
Contrariamente a las películas norteamericanas, aquí los fenómenos paranormales están más insinuados que evidenciados y los resultados son eficaces.
La relación con otras películas es innegable y corro el riesgo de ser un spoiler, pero la infuencia de Poltergeist o El conjuro, la franchise de los Warren, saltan a la vista. Incluso, la marioneta de la televisión me recordó al muñeco de Saw. El juego del miedo.
Sin embargo, el principal atractivo para mí es que me recuerda el ambiente de las antiguas casas chilenas, con esos muebles que todavía existen, la máquina de coser, la victrola y los cables para tender la ropa sobre el patio interno. Es precisamente a través de ellos que Pepe (joven de bajo coeficiente intelectual) recibe papelitos escritos por “Clara” del tipo “los esperaba”. Porque la presencia maléfica se expresa a través de los más débiles y eso será fundamental para la intervención de una paralítica que servirá de “médium”.
No agrego más detalles. Sólo puedo decir que la película sobrecoge por la indefensión en que se encuentran los más débiles de la sociedad, sea por sus limitaciones físicas como por las financieras. Particularmente bien construido el rol de Amparo, que tiene 17 años (la actriz me recordó a una joven Penélope Cruz) y que es un nexo imprescindible de las relaciones intrafamiliares como asimismo de las presencias malignas.
Los últimos minutos son particularmente clarificadores de todo lo ocurrido. El grupo, que en algunos momentos me trajo a la mente cuadros de Goya (apareciendo también Saturno que devora a uno de sus hijos, símbolo del tiempo que todo lo consume), venía huyendo de sus problemas y encontró otros nuevos. No es la casa la embrujada, sino el dolor que rezuma y que seguirá acompañándolos mientras no se aquiete.
Se puede ver en www.cinemark.cl/cineonline y www.cining.cl.
(Malasaña 32. España/Francia, 2020)
Juego Perverso - Por José Blanco Jiménez
Película que requiere de algunas claves de análisis. Por lo tanto, recomiendo la lectura de este comentario después de verla, con la esperanza de aclarar algunas dudas acerca de este juego mortal y psicodélico.
Como ya sugerí con Pesadilla en el infierno, recomiendo leer mi comentario después de ver la película, porque su trama es enrevesada como su título original: Braid (trenza).
Y eso es lo que tres amigas han elaborado un juego desde pequeñas y juegan con todas las reglas que exige un juego, lo que me recuerda Homo ludens de Johan Huizinga. En este caso, éstas son: 1ª - Todas deben jugar; 2ª - No se permiten forasteros; y 3ª – Nadie se va.
Aclaro de inmediato que lo que estoy escribiendo no lo he inventado yo, sino que me baso en una entrevista a la joven directora Mitzi Peirone, que debuta con esta película. Es ella la que sostiene que, cuando somos adultos, dejamos de jugar. Y agrega: “Pero ¿es verdaderamente así? ¿No podemos ser el sueño de un sueño?”
Un resumen veloz.
Petula (Imogen Waterhouse) y Tilda (Sarah Hay), dos amigas traficantes de drogas, deben escapar al ser sorprendidas por la policía, toman un tren para volver a su pueblo y Petula seduce al inspector en el baño para no pagar. Como deben entregar dinero al “dealer”, resuelven robar el dinero de su herencia a Daphne (Madeline Brewer), una amiga de la infancia mentalmente desequilibrada. Para ello recurren a un juego sadomasoquista que realizaban en su infancia: son la madre, la hija y el doctor.
Todo va adquiriendo un cariz cada vez más obscuro y aparecen nuevos personajes: el vagabundo que reconoce a Petula en la estación; el inspector de policía que investigó cuando Daphne se cayó del árbol y que interviene para salvarla cuando las otras dos van a intervenirla quirúrgicamente. Es asesinado, descuartizado y sus despojos enterrados. Después, como en Las diabólicas de Clouzot, no se encuentra nada en ese lugar.
Todos estos hechos ocurren como si fueran reales y la directora ejecuta una serie de experimentos visuales, como por ejemplos los colores psicodélicos para manifestar alucinaciones producidas por narcóticos.
En realidad, casi todo lo que se ve en pantalla no es real y Peirone entrega algunas claves de lectura: el inspector de tren cobra dólares en vez de euros, las muchachas despiertan de su somnolencia y debajo del asiento encuentran un libro que en realidad está debajo del sofá de la casa, el tren es parte de los juguetes, el policía también es un muñequito
Las tres amigas han seguido jugando hasta la vejez y el espectador es cómplice de estos juegos. Ese juego de roles se ve interrumpido por el deseo que Petula tiene de escapar y de ser “alguien” (actriz, traficante de drogas): los intentos de fuga están en el cuaderno escrito con letras al revés, los juegos se recuerdan en dibujos infantiles pegados en las paredes, el anciano vagabundo le recuerda que siempre regresa, los celulares dentro del buzón representan el intento de conectar con el mundo real, el bate de béisbol con que la golpea Dafne para impedir que se aleje obviamente no existe.
Todas las heridas que las amigas se infligen durante sus juegos después desaparecen y no dejan cicatrices, incluso las presuntamente provocadas por un atropellamiento. La imagen de las muñecas, la música operática y el suicidio (una se cuelga en su dormitorio, otra se corta las venas en la bañera, la tercera se envenena) son otros episodios lúdricos que aumentan la tensión. Y el deseo infantil de ir a dormir.
Pero nada existe realmente. Y, si debo ser preciso, una película es una película y nada de lo que se ve en ella existe. El espectador entra en el juego para gozar y sufrir junto con los personajes. Eso no hay que olvidarlo nunca. El cine es voyerista y también nos hace cómplices de una realidad ajena, que puede ser una trenza imposible de deshacer.
Pueden verla en www.cinemark.cl/cineonline y www.cining.cl, desde ya con la idea de verla por una segunda vez.
(Braid. Usa, 12019)
Como ya sugerí con Pesadilla en el infierno, recomiendo leer mi comentario después de ver la película, porque su trama es enrevesada como su título original: Braid (trenza).
Y eso es lo que tres amigas han elaborado un juego desde pequeñas y juegan con todas las reglas que exige un juego, lo que me recuerda Homo ludens de Johan Huizinga. En este caso, éstas son: 1ª - Todas deben jugar; 2ª - No se permiten forasteros; y 3ª – Nadie se va.
Aclaro de inmediato que lo que estoy escribiendo no lo he inventado yo, sino que me baso en una entrevista a la joven directora Mitzi Peirone, que debuta con esta película. Es ella la que sostiene que, cuando somos adultos, dejamos de jugar. Y agrega: “Pero ¿es verdaderamente así? ¿No podemos ser el sueño de un sueño?”
Un resumen veloz.
Petula (Imogen Waterhouse) y Tilda (Sarah Hay), dos amigas traficantes de drogas, deben escapar al ser sorprendidas por la policía, toman un tren para volver a su pueblo y Petula seduce al inspector en el baño para no pagar. Como deben entregar dinero al “dealer”, resuelven robar el dinero de su herencia a Daphne (Madeline Brewer), una amiga de la infancia mentalmente desequilibrada. Para ello recurren a un juego sadomasoquista que realizaban en su infancia: son la madre, la hija y el doctor.
Todo va adquiriendo un cariz cada vez más obscuro y aparecen nuevos personajes: el vagabundo que reconoce a Petula en la estación; el inspector de policía que investigó cuando Daphne se cayó del árbol y que interviene para salvarla cuando las otras dos van a intervenirla quirúrgicamente. Es asesinado, descuartizado y sus despojos enterrados. Después, como en Las diabólicas de Clouzot, no se encuentra nada en ese lugar.
Todos estos hechos ocurren como si fueran reales y la directora ejecuta una serie de experimentos visuales, como por ejemplos los colores psicodélicos para manifestar alucinaciones producidas por narcóticos.
En realidad, casi todo lo que se ve en pantalla no es real y Peirone entrega algunas claves de lectura: el inspector de tren cobra dólares en vez de euros, las muchachas despiertan de su somnolencia y debajo del asiento encuentran un libro que en realidad está debajo del sofá de la casa, el tren es parte de los juguetes, el policía también es un muñequito
Las tres amigas han seguido jugando hasta la vejez y el espectador es cómplice de estos juegos. Ese juego de roles se ve interrumpido por el deseo que Petula tiene de escapar y de ser “alguien” (actriz, traficante de drogas): los intentos de fuga están en el cuaderno escrito con letras al revés, los juegos se recuerdan en dibujos infantiles pegados en las paredes, el anciano vagabundo le recuerda que siempre regresa, los celulares dentro del buzón representan el intento de conectar con el mundo real, el bate de béisbol con que la golpea Dafne para impedir que se aleje obviamente no existe.
Todas las heridas que las amigas se infligen durante sus juegos después desaparecen y no dejan cicatrices, incluso las presuntamente provocadas por un atropellamiento. La imagen de las muñecas, la música operática y el suicidio (una se cuelga en su dormitorio, otra se corta las venas en la bañera, la tercera se envenena) son otros episodios lúdricos que aumentan la tensión. Y el deseo infantil de ir a dormir.
Pero nada existe realmente. Y, si debo ser preciso, una película es una película y nada de lo que se ve en ella existe. El espectador entra en el juego para gozar y sufrir junto con los personajes. Eso no hay que olvidarlo nunca. El cine es voyerista y también nos hace cómplices de una realidad ajena, que puede ser una trenza imposible de deshacer.
Pueden verla en www.cinemark.cl/cineonline y www.cining.cl, desde ya con la idea de verla por una segunda vez.
(Braid. Usa, 12019)
Blade Runner 2049 - Por José Blanco Jiménez
Excelente secuela, que retoma la temática de la primera película replanteando todas sus inquietudes filosóficas y acercándonos aun más a un futuro distópico e inquietante.
Hace algunos años dediqué varias clases de mi curso CINE Y ARQUITECTURA en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile para analizar la película Blade Runner en sus dos versiones principales (más sus variantes para video y televisión). Por ello, esperaba con ansias esta secuela, que cumple con todas mis expectativas.
Digo desde ya que no es una obra para un público masivo, como tampoco lo fue en su estreno en 1982 (con los cortes de los productores), para ser reevaluada en 1993, transformándola en un filme de culto (con la reedición de Ridley Scott).
La película actual transcurre 30 años después de la primera (falta poco para el fatídico 2019) y, además de Rick Deckart (Harrison Ford), aparece Gaff (Edward James Olmos), que – recurriendo una vez más a la papiroflexia – elabora una oveja en origami, recordando el título de la novela que dio origen a esta serie cinematográfica.
En realidad, ya poco quedaba del ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Do Androids Dream of Electric Sheep?) de Philip K. Dick cuando Hampton Fancher empezó a redactar el primer guión, cambiando sobre todo la figura de Rachael (que de “dark lady” pasó a ser una figura romántica) y reduciendo la calidad de héroe de Deckart. Ahora, definitivamente, sólo permanecen los temas existenciales y por sobre todo – el de los recuerdos implantados, que para los seres humanos está tomando cada vez más importancia por el avance avasallador del Alzheimer.
Dejando de lado la contraposición fábula/relato, que remito al juicio de los espectadores, me limitaré a efectuar algunas claves de lectura.
Se da por sabido lo que ya ocurrió y cada uno interprete los anteriores finales alternativos como le parezca. Ahora el protagonista es “K” y debe “retirar” a los pocos sobrevivientes del Programa Nexus, si es que producen problemas. Ryan Gosling equivale a Harrison Ford como Denis Villeneuve (Sicario, 2015; Arrival, 2016) equivale a Ridley Scott. Esto es, sin perder un ápice de sus respectivas brillantes intervenciones, actualizan de la mejor manera sin desentonar en momento alguno. Y saben rescatar con gusto las grabaciones de la ya clásica entrevista a Rachael en la casa de Tyrell.
Hay - ¡eso sí! – una fuerte tendencia feminista. La jefa de K es “la Señora” (Robin Wright), Joi es una “aplicación holográfica” que acompaña fielmente (la cubana Ana de Armas), Luv es la violenta contrincante de la empresa Wallace (Sylvia Hoeks), Freysa es la guía de la incipiente revolución de los replicantes (Hiam Abbass), la Dr. Anna Stelline (Carla Juri) es experta en implantes y algo más. Varios de estos personajes y el nuevo villano Niander Wallace (Jared Leto), que ahora se ocupa de la confección de androides, llevan a pensar en una futura franchise.
De los tantos mensajes intertextuales me permito citar algunos que me parecen interesantes.
Al igual que el abandonado Ben Gunn, en La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson, Deckart interpela a K diciendo: “¿No llevarás encima un trozo de queso?” y se encuentra en la situación de Orfeo cuando su presunta Eurídice le pregunta “¿Ya no me amas?”. Por su parte Joi “utiliza” el cuerpo de una replicante (Mackenzie Davis) para unirse con K, lo que me recordó a Ghost (Jerry Zucker, 1990). No está demás que señale que lo que la androide se saca de la boca y pone en la ropa de K es el chip con el que podrá encontrarlo.
Pero sobre todo está la ambientación del casino en el que vive el viejo Blade Runner. El bar recuerda el hotel de El resplandor (The Shining, 1980) de Stanley Kubrick y no creo que sea casualidad. No hay que olvidar que el peor estropicio cometido por los productores fue insertar un final feliz con la pareja que se alejaba en automóvil a través de un paisaje verde, inexistente en ese mundo contaminado en el que siempre llueve y no existen árboles. Y esas tomas aéreas pertenecían justamente a la película de Kubrick. Por otro lado, los fantasmas están reemplazados por hologramas de Elvis Presley y Marilyn Monroe. Y el jukebox Sony exhibe la figura de Frank Sinatra. También son recuerdos, que se implantan en el ser humano, con todos los glitchs que produce el desgaste natural e informático. Como una vez lo fue la lechuza, el perro puede o no ser real: lo importante es que interactúa.
Éstas son sólo algunas observaciones acerca de la mejor película estrenada en lo que va transcurrido de este año 2017.
Una última opinión. Vi las dos versiones y prefiero la subtitulada, puesto que la doblada – en algunos pasajes – induce a error de comprensión.
(Blade Runner 2049. USA, 2017)
Hace algunos años dediqué varias clases de mi curso CINE Y ARQUITECTURA en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile para analizar la película Blade Runner en sus dos versiones principales (más sus variantes para video y televisión). Por ello, esperaba con ansias esta secuela, que cumple con todas mis expectativas.
Digo desde ya que no es una obra para un público masivo, como tampoco lo fue en su estreno en 1982 (con los cortes de los productores), para ser reevaluada en 1993, transformándola en un filme de culto (con la reedición de Ridley Scott).
La película actual transcurre 30 años después de la primera (falta poco para el fatídico 2019) y, además de Rick Deckart (Harrison Ford), aparece Gaff (Edward James Olmos), que – recurriendo una vez más a la papiroflexia – elabora una oveja en origami, recordando el título de la novela que dio origen a esta serie cinematográfica.
En realidad, ya poco quedaba del ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Do Androids Dream of Electric Sheep?) de Philip K. Dick cuando Hampton Fancher empezó a redactar el primer guión, cambiando sobre todo la figura de Rachael (que de “dark lady” pasó a ser una figura romántica) y reduciendo la calidad de héroe de Deckart. Ahora, definitivamente, sólo permanecen los temas existenciales y por sobre todo – el de los recuerdos implantados, que para los seres humanos está tomando cada vez más importancia por el avance avasallador del Alzheimer.
Dejando de lado la contraposición fábula/relato, que remito al juicio de los espectadores, me limitaré a efectuar algunas claves de lectura.
Se da por sabido lo que ya ocurrió y cada uno interprete los anteriores finales alternativos como le parezca. Ahora el protagonista es “K” y debe “retirar” a los pocos sobrevivientes del Programa Nexus, si es que producen problemas. Ryan Gosling equivale a Harrison Ford como Denis Villeneuve (Sicario, 2015; Arrival, 2016) equivale a Ridley Scott. Esto es, sin perder un ápice de sus respectivas brillantes intervenciones, actualizan de la mejor manera sin desentonar en momento alguno. Y saben rescatar con gusto las grabaciones de la ya clásica entrevista a Rachael en la casa de Tyrell.
Hay - ¡eso sí! – una fuerte tendencia feminista. La jefa de K es “la Señora” (Robin Wright), Joi es una “aplicación holográfica” que acompaña fielmente (la cubana Ana de Armas), Luv es la violenta contrincante de la empresa Wallace (Sylvia Hoeks), Freysa es la guía de la incipiente revolución de los replicantes (Hiam Abbass), la Dr. Anna Stelline (Carla Juri) es experta en implantes y algo más. Varios de estos personajes y el nuevo villano Niander Wallace (Jared Leto), que ahora se ocupa de la confección de androides, llevan a pensar en una futura franchise.
De los tantos mensajes intertextuales me permito citar algunos que me parecen interesantes.
Al igual que el abandonado Ben Gunn, en La isla del tesoro de Robert Louis Stevenson, Deckart interpela a K diciendo: “¿No llevarás encima un trozo de queso?” y se encuentra en la situación de Orfeo cuando su presunta Eurídice le pregunta “¿Ya no me amas?”. Por su parte Joi “utiliza” el cuerpo de una replicante (Mackenzie Davis) para unirse con K, lo que me recordó a Ghost (Jerry Zucker, 1990). No está demás que señale que lo que la androide se saca de la boca y pone en la ropa de K es el chip con el que podrá encontrarlo.
Pero sobre todo está la ambientación del casino en el que vive el viejo Blade Runner. El bar recuerda el hotel de El resplandor (The Shining, 1980) de Stanley Kubrick y no creo que sea casualidad. No hay que olvidar que el peor estropicio cometido por los productores fue insertar un final feliz con la pareja que se alejaba en automóvil a través de un paisaje verde, inexistente en ese mundo contaminado en el que siempre llueve y no existen árboles. Y esas tomas aéreas pertenecían justamente a la película de Kubrick. Por otro lado, los fantasmas están reemplazados por hologramas de Elvis Presley y Marilyn Monroe. Y el jukebox Sony exhibe la figura de Frank Sinatra. También son recuerdos, que se implantan en el ser humano, con todos los glitchs que produce el desgaste natural e informático. Como una vez lo fue la lechuza, el perro puede o no ser real: lo importante es que interactúa.
Éstas son sólo algunas observaciones acerca de la mejor película estrenada en lo que va transcurrido de este año 2017.
Una última opinión. Vi las dos versiones y prefiero la subtitulada, puesto que la doblada – en algunos pasajes – induce a error de comprensión.
(Blade Runner 2049. USA, 2017)
jueves, 29 de octubre de 2020
Contra el Demonio - Por Jackie O.
“Pudo haber sido mejor…”
Esta película está basada en hechos que ocurrieron en Puerto Montt, el año 2004. Y tengo entendido que es la historia de una adolescente que siempre se encontraba enferma no encontrándole nada los doctores, hasta que producto de la desesperación dan con un cura que le practica un exorcismo, salvándola. Este hecho fue contado en el programa “Informe Especial” en su momento. (Me corrigen si me equivoco)
De esa premisa, el director crea su propia historia para efectuar esta película: una familia destrozada por la muerte del hijo mayor, tener que cambiarse casa, adaptarse al nuevo hogar y colegio, la existencia de elementos poseídos, espíritus, ruidos, etc.
La trama demoniaca comienza cuando las niñas de esta familia están en una visita a un museo, el cual fue un internado antiguamente y se quemó en 1961 muriendo varios niños.
Luego de escuchar la historia de quien estaba a cargo de esta visita, las chicas se salen del grupo para dar vueltas por el lugar, hasta que curiosamente la chica mayor descubre un libro quemado, una especie de diario de vida de un joven, llevándoselo.
Desde ese momento comienzan sucesos paranormales en el hogar. Estos sucesos son los típicos de las películas de suspenso y terror: puertas que se cierran solas, cosas que desaparecen, sombras, etc. Comenzando a ver una copia de mezclas de muchas películas ya vistas, pero acá están ejecutadas más menos.
La trama confunde con diferentes temas que ninguno se profundiza correctamente: muerte, problemas matrimoniales, espíritus vengativos e inocentes, demonios, en fin, una mezcla de mucho. No profundizando bien en el tema central.
LO MALO: -El director no debería entregar como referencia y tanto orgullo (aunque lo tenga) el decir que dirigió “Fuerzas especiales”, pues es una de las películas más malas de la historia del cine chileno.
–Los actores jóvenes tienen poca credibilidad, no proyectan angustia o la cercanía que se debiera. No se empatiza con ninguno. –La música muy estridente que a veces no entiendes lo que hablan. –Lo cursi de “los angelitos” al final. –Poca coherencia en contar la historia (siendo una idea muy buena).
LO BUENO: -Se agradece que se incursione con este género, y así poder dejar de ver los mismos temas. –Bien que no haya ese exceso de garabatos que aburre en las películas chilenas. –Las letras de las canciones estaban bien buenas. –El maquillaje correcto.
–La actuación de los experimentados adultos estuvo mucho mejor. –Las locaciones. –El final inesperado, fue bien pensado (“antagonista”) Pero lamentablemente hay que esperar el final para lo mejor.
Disponible en Arena Virtual el 31 de Octubre de 2020.
Ficha técnica
Esta película está basada en hechos que ocurrieron en Puerto Montt, el año 2004. Y tengo entendido que es la historia de una adolescente que siempre se encontraba enferma no encontrándole nada los doctores, hasta que producto de la desesperación dan con un cura que le practica un exorcismo, salvándola. Este hecho fue contado en el programa “Informe Especial” en su momento. (Me corrigen si me equivoco)
De esa premisa, el director crea su propia historia para efectuar esta película: una familia destrozada por la muerte del hijo mayor, tener que cambiarse casa, adaptarse al nuevo hogar y colegio, la existencia de elementos poseídos, espíritus, ruidos, etc.
La trama demoniaca comienza cuando las niñas de esta familia están en una visita a un museo, el cual fue un internado antiguamente y se quemó en 1961 muriendo varios niños.
Luego de escuchar la historia de quien estaba a cargo de esta visita, las chicas se salen del grupo para dar vueltas por el lugar, hasta que curiosamente la chica mayor descubre un libro quemado, una especie de diario de vida de un joven, llevándoselo.
Desde ese momento comienzan sucesos paranormales en el hogar. Estos sucesos son los típicos de las películas de suspenso y terror: puertas que se cierran solas, cosas que desaparecen, sombras, etc. Comenzando a ver una copia de mezclas de muchas películas ya vistas, pero acá están ejecutadas más menos.
La trama confunde con diferentes temas que ninguno se profundiza correctamente: muerte, problemas matrimoniales, espíritus vengativos e inocentes, demonios, en fin, una mezcla de mucho. No profundizando bien en el tema central.
LO MALO: -El director no debería entregar como referencia y tanto orgullo (aunque lo tenga) el decir que dirigió “Fuerzas especiales”, pues es una de las películas más malas de la historia del cine chileno.
–Los actores jóvenes tienen poca credibilidad, no proyectan angustia o la cercanía que se debiera. No se empatiza con ninguno. –La música muy estridente que a veces no entiendes lo que hablan. –Lo cursi de “los angelitos” al final. –Poca coherencia en contar la historia (siendo una idea muy buena).
LO BUENO: -Se agradece que se incursione con este género, y así poder dejar de ver los mismos temas. –Bien que no haya ese exceso de garabatos que aburre en las películas chilenas. –Las letras de las canciones estaban bien buenas. –El maquillaje correcto.
–La actuación de los experimentados adultos estuvo mucho mejor. –Las locaciones. –El final inesperado, fue bien pensado (“antagonista”) Pero lamentablemente hay que esperar el final para lo mejor.
Disponible en Arena Virtual el 31 de Octubre de 2020.
Ficha técnica
Título original: Contra el demonio
Año: 2018
Año: 2018
Duración: 100 minutos
País: Chile
País: Chile
Género: Terror.
Dirección y guion: José Miguel Zúñiga
Música: Jorge Herrera y Jorge Dureaux
Fotografía: Carlos Madrid
Reparto: María José Prieto, Julio Milostich, Solange Lackington, Alonso Quinteros, Agustín Moya
Productora: Swing Management, Cinecolor Films, Mastodonte.
Dirección y guion: José Miguel Zúñiga
Música: Jorge Herrera y Jorge Dureaux
Fotografía: Carlos Madrid
Reparto: María José Prieto, Julio Milostich, Solange Lackington, Alonso Quinteros, Agustín Moya
Productora: Swing Management, Cinecolor Films, Mastodonte.
Juego Perverso - Por Jackie O.
“Mentes perturbadas, en un mundo bizarro.”
La trama trata de 2 jóvenes inmersas en las drogas, y ante la deuda que contraen con un traficante, deciden robarle el dinero a una amiga de infancia que está mentalmente desequilibrada. Pero esta millonaria no tiene problemas en entregarles su dinero, pero deberán someterse a un sádico y extraño juego de roles, tortura y muerte.
Lo que creíamos que sería una invasión a una mansión por estas chicas, se convierte en un caos psicótico. La trama está inmersa en un juego mental, sumergiéndonos en un extraño y sádico juego de 3 desequilibradas amigas. Donde sus vidas están marcadas por el dolor, la venganza, la mentira, los rencores, el excesivo uso de drogas y las relaciones tóxicas.
Petula y Tilda se someten una vez que llegan a la casa de Daphne, quien desde el principio se nota que es una “loca de patio”.
Visualmente al instante vemos que el diseño de producción de esta película es asombroso, hay una buena labor del director de fotografía y de diseño de arte: nos muestra lugares sucios, detalles lujosos o las imágenes de los delirios producidos por las drogas, y una enorme e intensa paleta de colores.
Las chicas además se ven naturales y confiadas en sus roles.
Visualmente como indiqué es muy hermosa. Los colores pastel dan un aire de surrealismo, que mezcla en momentos con el blanco y negro. Los ángulos de las cámaras en diferentes posiciones son sujetos a interpretaciones también, todo tiene un simbolismo diferente. No sabemos si lo que vemos es real o si están soñando despiertas para así no enfrentar la realidad ni sondear todos los obstáculos. Nos enredamos.
Su final es abierto, complicado, sujeto a muchas interpretaciones o ninguna, una estructura de la trama poco convencional e impredecible.
En cuanto a su género, la catalogaría más de thriller que de terror.
Peca eso sí de generar mucho contenido visual olvidándose de mantener un guión bueno.
Así que a veces todo lo que veas puede ser enredado como una trenza, por eso hay que ponerle atención a esta película.
Una cinta desafiante que de todas formas vale ver.
Disponible en cinemark.cl
Distribuida por BFDistribution.
Ficha técnica
Título original: Braid Género: Thriller.Terror.
Año: 2018
La trama trata de 2 jóvenes inmersas en las drogas, y ante la deuda que contraen con un traficante, deciden robarle el dinero a una amiga de infancia que está mentalmente desequilibrada. Pero esta millonaria no tiene problemas en entregarles su dinero, pero deberán someterse a un sádico y extraño juego de roles, tortura y muerte.
Lo que creíamos que sería una invasión a una mansión por estas chicas, se convierte en un caos psicótico. La trama está inmersa en un juego mental, sumergiéndonos en un extraño y sádico juego de 3 desequilibradas amigas. Donde sus vidas están marcadas por el dolor, la venganza, la mentira, los rencores, el excesivo uso de drogas y las relaciones tóxicas.
Petula y Tilda se someten una vez que llegan a la casa de Daphne, quien desde el principio se nota que es una “loca de patio”.
Visualmente al instante vemos que el diseño de producción de esta película es asombroso, hay una buena labor del director de fotografía y de diseño de arte: nos muestra lugares sucios, detalles lujosos o las imágenes de los delirios producidos por las drogas, y una enorme e intensa paleta de colores.
Las chicas además se ven naturales y confiadas en sus roles.
Visualmente como indiqué es muy hermosa. Los colores pastel dan un aire de surrealismo, que mezcla en momentos con el blanco y negro. Los ángulos de las cámaras en diferentes posiciones son sujetos a interpretaciones también, todo tiene un simbolismo diferente. No sabemos si lo que vemos es real o si están soñando despiertas para así no enfrentar la realidad ni sondear todos los obstáculos. Nos enredamos.
Su final es abierto, complicado, sujeto a muchas interpretaciones o ninguna, una estructura de la trama poco convencional e impredecible.
En cuanto a su género, la catalogaría más de thriller que de terror.
Peca eso sí de generar mucho contenido visual olvidándose de mantener un guión bueno.
Así que a veces todo lo que veas puede ser enredado como una trenza, por eso hay que ponerle atención a esta película.
Una cinta desafiante que de todas formas vale ver.
Disponible en cinemark.cl
Distribuida por BFDistribution.
Ficha técnica
Título original: Braid Género: Thriller.Terror.
Año: 2018
Duración: 82 minutos
País: EEUU
Dirección y guion: Mitzi Peirone
Música: Michael Gatt
Fotografía: Todd Banhazl
Reparto: Madeline Brewer, Scott Cohen, Sarah Hay, Imogen Waterhouse, Brad Calcaterra, Mauricio Ovalle, Mary Looram, Nancy Ozelli, Dhoni Middleton, Tai Lyn Sandhu, Jill Dalton, Lenore Wolf, Ethel Fisher, Zack Calhoon y Zoe Feigelson.
Productora: Wandering Bard, Somnia Productions. Distribuida por Blue Fox Entertainment.
Dirección y guion: Mitzi Peirone
Música: Michael Gatt
Fotografía: Todd Banhazl
Reparto: Madeline Brewer, Scott Cohen, Sarah Hay, Imogen Waterhouse, Brad Calcaterra, Mauricio Ovalle, Mary Looram, Nancy Ozelli, Dhoni Middleton, Tai Lyn Sandhu, Jill Dalton, Lenore Wolf, Ethel Fisher, Zack Calhoon y Zoe Feigelson.
Productora: Wandering Bard, Somnia Productions. Distribuida por Blue Fox Entertainment.
Juego Perverso - Por Juan Pablo Donoso
Un desastre seudo-feminista, petulante, y confuso.
Fotografía con estética forzada. Mucho con el violeta y el lila. A ratos blanco y negro y con tramado (¿para decir qué?).
La historia de fondo es tan pobre que la llenaron de “chorezas” eróticas y sangrientas.
Por falta de motivaciones claras ni siquiera cumple con ser un filme esnob “de culto”. Hasta el intento de gore queda deslavado: pura salsa de tomate.
La banda sonora mezcla antiguas canciones infantiles con corales clásicos y oberturas de ópera sin fundamento argumental. Sólo por capricho.
La historia (si es que la hay) jamás atrapa nuestro interés. Las protagonistas son tan raras y antipáticas, que ni siquiera generan empatía.
Tratamiento audiovisual rebuscado bajo el pretexto de tener a las muchachas drogadas.
¿De qué estamos hablando? De 3 niñitas que eran muy amigas cuando chicas, lo siguieron siendo cuando adolescentes y, de pronto, parece que trataron de enloquecer a una de ellas para robarle el dinero en su mansión. Masacran, descuartizan y sepultan a un Inspector de Policía en el jardín… cuyos restos más tarde también desaparecen (¿?).
Creen que para demostrar el desquicio de los personajes basta con desbaratar la ornaméntica visual (¡!).
La gran conquista la hizo Mitzy Peirone - guionista y directora - una joven y hermosa modelo italiana que consiguió (¿cómo?) un suculento presupuesto para darse el gusto de filmar este disparate. Plata para la producción tuvo de sobra. Hasta sazona el relato con glamorosas cucharaditas de lesbianismo.
La guionista se enredó en su propio guion y jamás halló la salida. Se refugió en los desnudos, en la utilería lujosa y en los juegos ópticos. En el reparto figuran personajes y actores que nunca aparecen en la película.
La premisa pareciera ser: ¿cuán locas, y asesinas pueden ponerse la mujeres cuando quedan solas, feministas y andróginas?
INNECESARIAMENTE PRETENCIOSA, REBUSCADA, Y CONFUSA. LAMENTABLE.
Ficha técnica
Título Original: Braid - 2018
Fotografía con estética forzada. Mucho con el violeta y el lila. A ratos blanco y negro y con tramado (¿para decir qué?).
La historia de fondo es tan pobre que la llenaron de “chorezas” eróticas y sangrientas.
Por falta de motivaciones claras ni siquiera cumple con ser un filme esnob “de culto”. Hasta el intento de gore queda deslavado: pura salsa de tomate.
La banda sonora mezcla antiguas canciones infantiles con corales clásicos y oberturas de ópera sin fundamento argumental. Sólo por capricho.
La historia (si es que la hay) jamás atrapa nuestro interés. Las protagonistas son tan raras y antipáticas, que ni siquiera generan empatía.
Tratamiento audiovisual rebuscado bajo el pretexto de tener a las muchachas drogadas.
¿De qué estamos hablando? De 3 niñitas que eran muy amigas cuando chicas, lo siguieron siendo cuando adolescentes y, de pronto, parece que trataron de enloquecer a una de ellas para robarle el dinero en su mansión. Masacran, descuartizan y sepultan a un Inspector de Policía en el jardín… cuyos restos más tarde también desaparecen (¿?).
Creen que para demostrar el desquicio de los personajes basta con desbaratar la ornaméntica visual (¡!).
La gran conquista la hizo Mitzy Peirone - guionista y directora - una joven y hermosa modelo italiana que consiguió (¿cómo?) un suculento presupuesto para darse el gusto de filmar este disparate. Plata para la producción tuvo de sobra. Hasta sazona el relato con glamorosas cucharaditas de lesbianismo.
La guionista se enredó en su propio guion y jamás halló la salida. Se refugió en los desnudos, en la utilería lujosa y en los juegos ópticos. En el reparto figuran personajes y actores que nunca aparecen en la película.
La premisa pareciera ser: ¿cuán locas, y asesinas pueden ponerse la mujeres cuando quedan solas, feministas y andróginas?
INNECESARIAMENTE PRETENCIOSA, REBUSCADA, Y CONFUSA. LAMENTABLE.
Ficha técnica
Título Original: Braid - 2018
Locura, crimen, misterio EE.UU. - 1,23 hrs.
Fotografía: Todd Banhazl
Edición: David Gutnik
Música: Michael Gatt
Diseño Prod.: Annie Simeone
Actores: Madeline Brewer, Imogen Waterhouse, Sarah Hay
Guionista y Directora: Mitzy Peirone
BFDistribution
El Diablo detrás de la Puerta - Por Juan Pablo Donoso
Una buena y efectiva película española de terror, suspenso y misterio.
Aunque es tema repetido en filmes de muchos países - la buena familia que se instala en un hogar maldito con fantasmas perversos - en este caso hay un prolijo trabajo de guion, personajes variados y bien definidos, actores de buen rendimiento profesional, y un tratamiento fotográfico con adecuada iluminación y excelentes movimientos de cámara: exactos, cómodos y siempre al servicio de la historia más que a su propio lucimiento.
Predomina el buen gusto: carencia de estruendos musicales y - mejor aún - de los consabidos “screamers” (súbitas apariciones monstruosas para saltar en el asiento).
La participación de 4 guionistas permitió un desarrollo inicial de la trama lo más lógico posible. Un ascenso progresivo que va gradualmente generando misterios, dosificando escalofríos ante pequeñas sorpresas, que van revelando un mundo lleno de secretos y aberraciones ocultas.
Cada personaje tiene un carácter empático sustentado en su historia de vida. Ninguno sobra y cada cual tiene una motivación verosímil. Así, los fenómenos sobrenaturales resultan más aterradores, inexplicables y menos gratuitos.
La historia se cuenta a través de los ojos de Amparo, muchacha adolescente, hijastra de Manolo, el padre de familia. Han vendido su propiedad en el campo para comprar un departamento en Madrid. Esperan mejorar su nivel de ingresos. Pero en este hogar habita la presencia siniestra de un atormentado propietario anterior.
A la luz de los acontecimientos cada vez más traumáticos se irán revelando las causas sobrenaturales del tormento para esta indefensa familia.
La gracia del argumento es que por muy aterradores que sean los efectos, siempre hallan un vínculo humano y terrenal para haber alcanzado tan demoníacos niveles.
La joven actriz Begoña Vargas, como Amparo, carga el mayor peso actoral junto a su madre Candela - Bea Segura - por secretas culpas anteriores. Y con ello sumergen al resto de su familia en un torbellino de venganzas fantasmales.
Es grato reencontrarnos con figuras españolas tan paradigmáticas como Concha Velasco (Teresa de Jesús 1984), y admirar las caracterizaciones satánicas de Jaime Botet, ese actor de 2 metros de altura - víctima del síndrome de Marfán - en su doble rol de administrador y también del espectro monstruoso.
TERROR Y SUSPENSO EFECTIVOS GRACIAS A UN BUEN GUION, ACTUACIONES SINCERAS Y EXCELENTE REALIZACIÓN TÉCNICA. RECOMENDABLE EN SU GÉNERO.
Aunque es tema repetido en filmes de muchos países - la buena familia que se instala en un hogar maldito con fantasmas perversos - en este caso hay un prolijo trabajo de guion, personajes variados y bien definidos, actores de buen rendimiento profesional, y un tratamiento fotográfico con adecuada iluminación y excelentes movimientos de cámara: exactos, cómodos y siempre al servicio de la historia más que a su propio lucimiento.
Predomina el buen gusto: carencia de estruendos musicales y - mejor aún - de los consabidos “screamers” (súbitas apariciones monstruosas para saltar en el asiento).
La participación de 4 guionistas permitió un desarrollo inicial de la trama lo más lógico posible. Un ascenso progresivo que va gradualmente generando misterios, dosificando escalofríos ante pequeñas sorpresas, que van revelando un mundo lleno de secretos y aberraciones ocultas.
Cada personaje tiene un carácter empático sustentado en su historia de vida. Ninguno sobra y cada cual tiene una motivación verosímil. Así, los fenómenos sobrenaturales resultan más aterradores, inexplicables y menos gratuitos.
La historia se cuenta a través de los ojos de Amparo, muchacha adolescente, hijastra de Manolo, el padre de familia. Han vendido su propiedad en el campo para comprar un departamento en Madrid. Esperan mejorar su nivel de ingresos. Pero en este hogar habita la presencia siniestra de un atormentado propietario anterior.
A la luz de los acontecimientos cada vez más traumáticos se irán revelando las causas sobrenaturales del tormento para esta indefensa familia.
La gracia del argumento es que por muy aterradores que sean los efectos, siempre hallan un vínculo humano y terrenal para haber alcanzado tan demoníacos niveles.
La joven actriz Begoña Vargas, como Amparo, carga el mayor peso actoral junto a su madre Candela - Bea Segura - por secretas culpas anteriores. Y con ello sumergen al resto de su familia en un torbellino de venganzas fantasmales.
Es grato reencontrarnos con figuras españolas tan paradigmáticas como Concha Velasco (Teresa de Jesús 1984), y admirar las caracterizaciones satánicas de Jaime Botet, ese actor de 2 metros de altura - víctima del síndrome de Marfán - en su doble rol de administrador y también del espectro monstruoso.
TERROR Y SUSPENSO EFECTIVOS GRACIAS A UN BUEN GUION, ACTUACIONES SINCERAS Y EXCELENTE REALIZACIÓN TÉCNICA. RECOMENDABLE EN SU GÉNERO.
Ficha técnica
Terror, suspenso, familia - 2020 España y Francia - 1,44 hrs.
Fotografía: Daniel Sosa Segura
Edición: Andrés Federico González
Música: Frank Montasell, Lucas Peire
Diseño Prod.: Carlos Dorremochea
Guion: Ramón Campos, Gema R. Neira, David Orea, Salvador Molina
Actores: : Begoña Vargas, Bea Segura, Concha Velasco
Director: Enrique Pintó
BFDistribution
miércoles, 28 de octubre de 2020
Los chicos de la banda - Por Carlos Correa
Disponible en Netflix.
Nueva York, 1968. Un grupo de amigos homosexuales se reúne en un departamento para celebrar los 32 años de Harold -Zachary Quinto-. El anfitrión es Michael -Jim Parsons-, y el primero en llegar es Donald -Matt Bomer-, quien está de paso por la ciudad. Juntos, mientras recuerdan su propia historia, comienzan a preparar la fiesta de cumpleaños a la que pronto se sumarán los demás invitados, Bernard -Michael Benjamin Washington-, Emory -Robin de Jesús-, Larry -Andrew Rannells- y Hank -Tuc Watkins-, más Cowboy -Charlie Carver-, el “regalo” de Emory para Harold.
El punto de inflexión se produce con la llegada de Alan -Brian Hutchison-, una visita inesperada para Michael. Como ex compañero de la Universidad al que no ve hace años, Alan desconoce la vida privada del dueño de casa. La tensión asoma fulminante, tal vez por la aparente homofobia de Alan hacia el grupo y la evidente incomodidad que aquello ocasiona.
Llega Harold luego de una larga espera y se roba la escena. Es allí cuando Michael, que recae en su adicción producto de varias rondas de alcohol, propone un desafío que termina por generar el conflicto. Cada uno debe hacer una llamada a la persona que realmente ama. Es un juego peligroso, se obtienen puntos en cada etapa de la llamada y a esta altura están todos bastante borrachos. La inquietante puesta en escena revela los aspectos más íntimos de los participantes y da cuenta de sus sentimientos profundos y enormes contradicciones. También deja al descubierto la manera que tienen de enfrentar su condición, la realidad de sus relaciones amorosas y la feroz discriminación social de la que son objeto. Las heridas se abren, se exponen, se sienten intensas, la sinceridad emerge y también aparece la vulnerabilidad que cada uno vive en forma permanentemente.
Joe Mantello dirige esta producción realizada por Ryan Murphy sobre la obra original que Mart Crowley escribió para el teatro. Su estreno fue en 1968 y tuvo su primera versión fílmica en 1970, dirigida por William Friedkin. El mismo grupo de actores originales protagonizaron dicha película y esta vez sucede algo similar en esta nueva versión. Llevada a escena en el año 2018, al cumplirse 50 años del estreno, el mismo grupo actoral y su director desarrollaron como filme lo que antes abordaron en el escenario del Booth Theatre de Broadway.
La película es eminentemente una obra de teatro. Los diálogos son el pilar fundamental y funcionan como el hilo conductor del relato. La cinematografía, algo disminuida por momentos, incluye algunos seguimientos y planos cerrados que entregan cierta frescura al guion pero que, sobre todo en la primera media hora, no logran impulsar el ritmo de la narración. Se hace difícil sumarse al metraje hasta que se revela el corazón de la trama, momento en el que las actuaciones impulsan y dan forma a la historia. Algunos flashback nos remiten a recuerdos de los protagonistas, pero son los menos, porque la acción transcurre casi íntegramente al interior del departamento newyorkino.
Es difícil dejar afuera el contexto original en el que surge esta obra. Las condiciones de 1968 no son las actuales y por cierto, una temática de este tipo y su performance debe haber generado controversia en ese tiempo. Ese valor intrínseco, esta nueva versión indudablemente lo rescata y además lo actualiza. Mantenemos la época pero el cambio está en nosotros los espectadores. La sensibilidad es diferente y la apertura a la diversidad sexual lleva bastante camino recorrido. En ese sentido, “Los chicos de la banda” funciona como homenaje a una pieza que generó una marca provocando cambios gracias a su estilo abierto y sin concesiones.
Ficha técnica
Título original: The Boys in the Band
Año: 2020
Duración: 122 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Netflix
Género: Drama | Homosexualidad. Amistad
Guion: Mart Crowley, Ned Martel (Obra: Mart Crowley)
Fotografía: Bill Pope
Reparto: Jim Parsons, Zachary Quinto, Matt Bomer, Andrew Rannells, Charlie Carver, Robin de Jesus, Brian Hutchison, Michael Benjamin Washington, Tuc Watkins
Dirección: Joe Mantello
El punto de inflexión se produce con la llegada de Alan -Brian Hutchison-, una visita inesperada para Michael. Como ex compañero de la Universidad al que no ve hace años, Alan desconoce la vida privada del dueño de casa. La tensión asoma fulminante, tal vez por la aparente homofobia de Alan hacia el grupo y la evidente incomodidad que aquello ocasiona.
Llega Harold luego de una larga espera y se roba la escena. Es allí cuando Michael, que recae en su adicción producto de varias rondas de alcohol, propone un desafío que termina por generar el conflicto. Cada uno debe hacer una llamada a la persona que realmente ama. Es un juego peligroso, se obtienen puntos en cada etapa de la llamada y a esta altura están todos bastante borrachos. La inquietante puesta en escena revela los aspectos más íntimos de los participantes y da cuenta de sus sentimientos profundos y enormes contradicciones. También deja al descubierto la manera que tienen de enfrentar su condición, la realidad de sus relaciones amorosas y la feroz discriminación social de la que son objeto. Las heridas se abren, se exponen, se sienten intensas, la sinceridad emerge y también aparece la vulnerabilidad que cada uno vive en forma permanentemente.
Joe Mantello dirige esta producción realizada por Ryan Murphy sobre la obra original que Mart Crowley escribió para el teatro. Su estreno fue en 1968 y tuvo su primera versión fílmica en 1970, dirigida por William Friedkin. El mismo grupo de actores originales protagonizaron dicha película y esta vez sucede algo similar en esta nueva versión. Llevada a escena en el año 2018, al cumplirse 50 años del estreno, el mismo grupo actoral y su director desarrollaron como filme lo que antes abordaron en el escenario del Booth Theatre de Broadway.
La película es eminentemente una obra de teatro. Los diálogos son el pilar fundamental y funcionan como el hilo conductor del relato. La cinematografía, algo disminuida por momentos, incluye algunos seguimientos y planos cerrados que entregan cierta frescura al guion pero que, sobre todo en la primera media hora, no logran impulsar el ritmo de la narración. Se hace difícil sumarse al metraje hasta que se revela el corazón de la trama, momento en el que las actuaciones impulsan y dan forma a la historia. Algunos flashback nos remiten a recuerdos de los protagonistas, pero son los menos, porque la acción transcurre casi íntegramente al interior del departamento newyorkino.
Es difícil dejar afuera el contexto original en el que surge esta obra. Las condiciones de 1968 no son las actuales y por cierto, una temática de este tipo y su performance debe haber generado controversia en ese tiempo. Ese valor intrínseco, esta nueva versión indudablemente lo rescata y además lo actualiza. Mantenemos la época pero el cambio está en nosotros los espectadores. La sensibilidad es diferente y la apertura a la diversidad sexual lleva bastante camino recorrido. En ese sentido, “Los chicos de la banda” funciona como homenaje a una pieza que generó una marca provocando cambios gracias a su estilo abierto y sin concesiones.
Ficha técnica
Título original: The Boys in the Band
Año: 2020
Duración: 122 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Netflix
Género: Drama | Homosexualidad. Amistad
Guion: Mart Crowley, Ned Martel (Obra: Mart Crowley)
Fotografía: Bill Pope
Reparto: Jim Parsons, Zachary Quinto, Matt Bomer, Andrew Rannells, Charlie Carver, Robin de Jesus, Brian Hutchison, Michael Benjamin Washington, Tuc Watkins
Dirección: Joe Mantello
Blade Runner 2049 - Por Jackie O.
"SCIFI con muchos sentimientos".
Esta vez, de la mano de Denis Villeneuve, nos trae esta producción donde tenemos casi 3 horas de película. Y con varios actores y actrices de renombre que son "el gancho" promocional perfecto.
Tenemos a un Ryan Gosling, quien es un blade runner "replicante" o "portapiel" llamado K, que tiene la función de eliminar a sus pares antiguos.
K un ser que debe ser apático, pero tiene una novia holográmica, ya que en el fondo quiere "sentir" como un humano, pero al resto debe ocultar esos deseos. Pero siente que falta algo más en su vida. No es feliz, salvo cuando está con ella.
La película arranca cuando K se encuentra con un replicante, Dave Bautista. Y ojo con su actuación, mantiene un buen dramatismo.
El grueso de la película en sí se basa en la búsqueda de un bebé que nació en el 2021, entre el blade runner Rick Deckard y la replicante Rachel (¿los recuerdan?) Algo que no debe suceder por el caos que esto provocaría. Donde se van desarrollando diversos momentos interesantes con el desarrollo de ello.
Ahí aparece JLetto que es el Director Wallace de una compañía que hacen estos nuevos replicantes, y también le interesa a ese bebé pero para experimentar. Su actuación es algo breve y no lo enaltece como actor.
En cuanto a la música de esta cinta es buena, pero extrañas a Vangelis. Hay mucha buena SCi Fi pero poca acción, y tiene un diseño de producción impresionante.
Es una historia lenta, pero no aburre para nada. Se entiende la historia y el mensaje:
"¿Cuál es la esencia de un humano? Pregunto... Y se preguntan..." "Todos necesitamos saber de nuestros orígenes". "Todos queremos sentir".
LO BUENO: -Dave Bautista. -Harrison Ford no pierde su toque. -La fotografía. -El vestuario.
LO MALO, que no es tan malo: -Sylvia Horks como LUV. -Faltó un "Roy Batty". -Faltó Vangelis. -A pesar de que fue buena la dirección, el Director no logró la emoción que provocó la primera entrega. -Faltó trabajar más la psicología de los personajes.
Una buena película que recomiendo, pero verla con paciencia y tiempo.
Disponible en Netflix.
Ficha técnica
Dirección. Denis Villeneuve
Guion. Hampton Fancher y Michael Green
Historia. Hampton Fancher
Basada en Do Androids Dream of Electric Sheep?
de Philip K. Dick
País. EEUU. AÑO 2017
GÉNERO. Ciencia ficción
Duración. 163 minutos
Música. Hans Zimmer y Benjamin Wallfisch
Fotografía. Roger Deakins
Montaje. Joe Walker
Vestuario. Renée April
Reparto
Ryan Gosling como Joe, oficial K.
Harrison Ford como Rick Deckard.
Ana de Armas como Joi.
Sylvia Hoeks como Luv.
Edward James Olmos como Gaff.
Dave Bautista como Sapper Morton, un replicante Nexus-8 fugitivo.
Jared Leto como Niander Wallace, un fabricante de replicantes.
Esta vez, de la mano de Denis Villeneuve, nos trae esta producción donde tenemos casi 3 horas de película. Y con varios actores y actrices de renombre que son "el gancho" promocional perfecto.
Tenemos a un Ryan Gosling, quien es un blade runner "replicante" o "portapiel" llamado K, que tiene la función de eliminar a sus pares antiguos.
K un ser que debe ser apático, pero tiene una novia holográmica, ya que en el fondo quiere "sentir" como un humano, pero al resto debe ocultar esos deseos. Pero siente que falta algo más en su vida. No es feliz, salvo cuando está con ella.
La película arranca cuando K se encuentra con un replicante, Dave Bautista. Y ojo con su actuación, mantiene un buen dramatismo.
El grueso de la película en sí se basa en la búsqueda de un bebé que nació en el 2021, entre el blade runner Rick Deckard y la replicante Rachel (¿los recuerdan?) Algo que no debe suceder por el caos que esto provocaría. Donde se van desarrollando diversos momentos interesantes con el desarrollo de ello.
Ahí aparece JLetto que es el Director Wallace de una compañía que hacen estos nuevos replicantes, y también le interesa a ese bebé pero para experimentar. Su actuación es algo breve y no lo enaltece como actor.
En cuanto a la música de esta cinta es buena, pero extrañas a Vangelis. Hay mucha buena SCi Fi pero poca acción, y tiene un diseño de producción impresionante.
Es una historia lenta, pero no aburre para nada. Se entiende la historia y el mensaje:
"¿Cuál es la esencia de un humano? Pregunto... Y se preguntan..." "Todos necesitamos saber de nuestros orígenes". "Todos queremos sentir".
LO BUENO: -Dave Bautista. -Harrison Ford no pierde su toque. -La fotografía. -El vestuario.
LO MALO, que no es tan malo: -Sylvia Horks como LUV. -Faltó un "Roy Batty". -Faltó Vangelis. -A pesar de que fue buena la dirección, el Director no logró la emoción que provocó la primera entrega. -Faltó trabajar más la psicología de los personajes.
Una buena película que recomiendo, pero verla con paciencia y tiempo.
Disponible en Netflix.
Ficha técnica
Dirección. Denis Villeneuve
Guion. Hampton Fancher y Michael Green
Historia. Hampton Fancher
Basada en Do Androids Dream of Electric Sheep?
de Philip K. Dick
País. EEUU. AÑO 2017
GÉNERO. Ciencia ficción
Duración. 163 minutos
Música. Hans Zimmer y Benjamin Wallfisch
Fotografía. Roger Deakins
Montaje. Joe Walker
Vestuario. Renée April
Reparto
Ryan Gosling como Joe, oficial K.
Harrison Ford como Rick Deckard.
Ana de Armas como Joi.
Sylvia Hoeks como Luv.
Edward James Olmos como Gaff.
Dave Bautista como Sapper Morton, un replicante Nexus-8 fugitivo.
Jared Leto como Niander Wallace, un fabricante de replicantes.
Blade Runner 2049 - Por Alejandro Caro
Sinopsis: Treinta años después de los eventos del primer film, un nuevo blade runner, K (Ryan Gosling) descubre un secreto profundamente oculto que podría acabar con el caos que impera en la sociedad. El descubrimiento de K le lleva a iniciar la búsqueda de Rick Deckard (Harrison Ford), un blade runner al que se le perdió la pista hace 30 años y….. ¿Cuál es ese secreto?.
El film de Villenueve se aleja de la primera versión, aunque mantiene su espíritu, lo cual es un mérito y se agradece. Por otra parte, uno podría pensar, a priori, que es un film de acción, pero es de ciencia ficción, thriller futurista y casi por momentos un drama de búsqueda.
Con un estilo de cine negro (neo-noir), pintando la fotografía de Roger Deakins que juega con las luces, sombras y por supuesto humo, es una genial y artística película. Esto último le da el toque necesario para una ambientación post apocalíptica.
Las interpretaciones son contundentes, Ryan Gosling y Harrison Ford actuaciones garantizadas, que transmiten perfectamente el estado psicológico de sus personajes.
Coloca una temática muy humana, aunque se ubica en futuro, se plantea problemas del espíritu humano, como la búsqueda de sus raíces gestacionales, de la memoria que se remontan a la familia e infancia. En este aspecto, el guion lo hace muy bien, con sus giros, dejando espectador con preguntas que hay que resolver.
También deja sobre la mesa algunos problemas éticos, como por ejemplo que los androides, casi totalmente humanos, con cierto autonocimiento de sí mismo, ofrecen su vida por quien supuestamente aman y donde el humano también puede orientar sus emociones, erotismo y amor. ¿Estamos muy lejos de eso hoy?
Es una provocación al espectador a pensar, lo que somos y lo que no somos.
Ficha técnica
El film de Villenueve se aleja de la primera versión, aunque mantiene su espíritu, lo cual es un mérito y se agradece. Por otra parte, uno podría pensar, a priori, que es un film de acción, pero es de ciencia ficción, thriller futurista y casi por momentos un drama de búsqueda.
Con un estilo de cine negro (neo-noir), pintando la fotografía de Roger Deakins que juega con las luces, sombras y por supuesto humo, es una genial y artística película. Esto último le da el toque necesario para una ambientación post apocalíptica.
Las interpretaciones son contundentes, Ryan Gosling y Harrison Ford actuaciones garantizadas, que transmiten perfectamente el estado psicológico de sus personajes.
Coloca una temática muy humana, aunque se ubica en futuro, se plantea problemas del espíritu humano, como la búsqueda de sus raíces gestacionales, de la memoria que se remontan a la familia e infancia. En este aspecto, el guion lo hace muy bien, con sus giros, dejando espectador con preguntas que hay que resolver.
También deja sobre la mesa algunos problemas éticos, como por ejemplo que los androides, casi totalmente humanos, con cierto autonocimiento de sí mismo, ofrecen su vida por quien supuestamente aman y donde el humano también puede orientar sus emociones, erotismo y amor. ¿Estamos muy lejos de eso hoy?
Es una provocación al espectador a pensar, lo que somos y lo que no somos.
Ficha técnica
Título original: Blade Runner 2049
Año: 2017
Duración: 163 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Denis Villeneuve
Guion: Hampton Fancher, Michael Green (Historia: Hampton Fancher. Personajes: Philip K. Dick)
Música: Hans Zimmer, Benjamin Wallfisch
Fotografía: Roger Deakins
Reparto: Ryan Gosling, Harrison Ford, Ana de Armas, Jared Leto, Sylvia Hoeks, Robin Wright, Mackenzie Davis, Carla Juri.
Productora: Coproducción Estados Unidos-Reino Unido; Warner Bros., Scott Free Productions, Thunderbird Films, Alcon Entertainment, 16:14 Entertainment, Torridon Films
Género: Ciencia Ficcion, Thriller futurista, neo-noir, secuela.
Disponible en: NETFLIX
Premios
2017: 2 Premios Oscar: Mejor fotografía y mejores efectos visuales. 5 nominaciones
2017: 2 Premios BAFTA: Mejor fotografía y efectos especiales visuales. 8 nominaciones
2017: Critics Choice Awards: Mejor fotografía. 7 nominaciones
2017: Asociación de Críticos de Los Ángeles: Mejor diseño de producción.2 nominaciones
2017: Satellite Awards: Mejor fotografía y efectos visuales
2017: Asociación de Críticos de Chicago: Mejor fotografía y Mejor dirección artística
martes, 27 de octubre de 2020
Emily en Paris - Por Jackie O.
“Moda, instagram y selfies”.
Esta serie narra la historia de Emily Cooper, una chica estadounidense quien por trabajo se muda a Paris, para ser parte de una prestigiosa empresa de Marketing. Allí en Paris, busca llevar una perspectiva fresca, innovadora y creativa sobre el marketing y como este puede funcionar a través de las redes sociales, pero es muy mal recibida por sus nuevos coleguitas.
Esta serie es fresca, espontánea y natural. Llena de simpatía, redes sociales y mucha moda. Cada hombre y mujer de todas las edades se lucen con su vestuario y marcan sus personalidades.
La reconocidísima diseñadora de moda Patricia Field quien se encargó del vestuario de la serie “Sex and The City” y la cinta “El diablo viste a la moda”, ahora nos trae nuevamente un vestuario hermoso, donde combina diferentes texturas, usa colores llamativos, juega con la mezcla de estampados y siempre cierra el “outfit” con algún accesorio de moda. Y hay una larga lista de diseñadores que ayudan a que nos deleitemos con los atuendos, como Dior, Givenchy, Jean-Paul Gaultier, Kate Spade, Louboutin, Vivienne Westwood y más, pero la firma más importante para la vestuarista fue Chanel, por su estilo clásico y fácil de combinar.
Emily va adaptando su manera de vestir a medida que avanzan los capítulos. Al llegar a Paris lo hace con una impronta estadounidense, donde su vestuario es muy audaz, pero también juega con conjuntos más clásicos y chic. También tenemos a la jefa de Emily, una mujer empoderada, con carácter, sexy y quien luce esplendorosamente. La primera amiga que hace Emily es una asiática muy agradable, que siendo una niñera en Paris, no pierde su estilo exótico y algo estrafalario. Sin embargo Camille, otra amiga de Emily tiene un estilo mucho más accesible, más sencillo y chic, aunque sus gustos, colores, y el estilo de ella creo que sobresale en la serie.
Los varones, cada quien con su estilo, los franceses muy a la moda para resaltar.
Pero según lo que se ha dicho, los franceses no quedaron muy contentos con la forma en que muestra a éstos en la serie, ya que los hacen ver como flojos, desorganizados y más.
En cuanto a las redes que es otro de los temas importantes que marcan la serie, si bien es un poco irreal la forma en la que comienzan a crecer los seguidores de Emily (en la realidad aumentar los seguidores lo hacen muchos comprándolos, ya que algunos se desesperan con eso de las redes, además de acosarlos enviándoles mensajes internos), este tema va atrapando a nuestra amiga Emily quien sin querer la convierte en una influencer.
¿Y cuál sería la clave del éxito de Emily en las redes? La respuesta, creo, es que ella comenzó a conocer y saber lo que quería su público, y éste quería conocer su vida en París.
Otro tema que vemos que es muy importante, es respecto al trabajo. Y es que podemos intercambiar ideas y opiniones si trabajamos en equipo, eso es algo muy relevante, trabajar juntos sin miedos ni envidias. Trabajar por un bien en común.
En resumen hablé de cosas muy interesantes que nos muestra esta serie: moda, trabajo en equipo y tecnología.
Pero a pesar de ello no es “la” serie del siglo, está lleno de muchos clichés y nada novedosa. En cuanto a la parte amorosa, hay muchas historias de amores fugaces, intensos, deslealtades, separaciones y reencuentros. Donde deja cierto vacío en ese aspecto al terminar la serie.
Espero que en esto mejore la próxima temporada, porque sí se viene la segunda.
Véanla y diviértanse, porque visualmente es deslumbrante.
Disponible en Netflix.
Esta serie narra la historia de Emily Cooper, una chica estadounidense quien por trabajo se muda a Paris, para ser parte de una prestigiosa empresa de Marketing. Allí en Paris, busca llevar una perspectiva fresca, innovadora y creativa sobre el marketing y como este puede funcionar a través de las redes sociales, pero es muy mal recibida por sus nuevos coleguitas.
Esta serie es fresca, espontánea y natural. Llena de simpatía, redes sociales y mucha moda. Cada hombre y mujer de todas las edades se lucen con su vestuario y marcan sus personalidades.
La reconocidísima diseñadora de moda Patricia Field quien se encargó del vestuario de la serie “Sex and The City” y la cinta “El diablo viste a la moda”, ahora nos trae nuevamente un vestuario hermoso, donde combina diferentes texturas, usa colores llamativos, juega con la mezcla de estampados y siempre cierra el “outfit” con algún accesorio de moda. Y hay una larga lista de diseñadores que ayudan a que nos deleitemos con los atuendos, como Dior, Givenchy, Jean-Paul Gaultier, Kate Spade, Louboutin, Vivienne Westwood y más, pero la firma más importante para la vestuarista fue Chanel, por su estilo clásico y fácil de combinar.
Emily va adaptando su manera de vestir a medida que avanzan los capítulos. Al llegar a Paris lo hace con una impronta estadounidense, donde su vestuario es muy audaz, pero también juega con conjuntos más clásicos y chic. También tenemos a la jefa de Emily, una mujer empoderada, con carácter, sexy y quien luce esplendorosamente. La primera amiga que hace Emily es una asiática muy agradable, que siendo una niñera en Paris, no pierde su estilo exótico y algo estrafalario. Sin embargo Camille, otra amiga de Emily tiene un estilo mucho más accesible, más sencillo y chic, aunque sus gustos, colores, y el estilo de ella creo que sobresale en la serie.
Los varones, cada quien con su estilo, los franceses muy a la moda para resaltar.
Pero según lo que se ha dicho, los franceses no quedaron muy contentos con la forma en que muestra a éstos en la serie, ya que los hacen ver como flojos, desorganizados y más.
En cuanto a las redes que es otro de los temas importantes que marcan la serie, si bien es un poco irreal la forma en la que comienzan a crecer los seguidores de Emily (en la realidad aumentar los seguidores lo hacen muchos comprándolos, ya que algunos se desesperan con eso de las redes, además de acosarlos enviándoles mensajes internos), este tema va atrapando a nuestra amiga Emily quien sin querer la convierte en una influencer.
¿Y cuál sería la clave del éxito de Emily en las redes? La respuesta, creo, es que ella comenzó a conocer y saber lo que quería su público, y éste quería conocer su vida en París.
Otro tema que vemos que es muy importante, es respecto al trabajo. Y es que podemos intercambiar ideas y opiniones si trabajamos en equipo, eso es algo muy relevante, trabajar juntos sin miedos ni envidias. Trabajar por un bien en común.
En resumen hablé de cosas muy interesantes que nos muestra esta serie: moda, trabajo en equipo y tecnología.
Pero a pesar de ello no es “la” serie del siglo, está lleno de muchos clichés y nada novedosa. En cuanto a la parte amorosa, hay muchas historias de amores fugaces, intensos, deslealtades, separaciones y reencuentros. Donde deja cierto vacío en ese aspecto al terminar la serie.
Espero que en esto mejore la próxima temporada, porque sí se viene la segunda.
Véanla y diviértanse, porque visualmente es deslumbrante.
Disponible en Netflix.
Ficha técnica
Primer episodio, se estrenó el 02 de octubre de 2020
Cantidad de episodios: 10
Cantidad de temporadas: 1
País de origen: Estados Unidos
Creador del programa: Darren Star.
Primer episodio, se estrenó el 02 de octubre de 2020
Cantidad de episodios: 10
Cantidad de temporadas: 1
País de origen: Estados Unidos
Creador del programa: Darren Star.
lunes, 26 de octubre de 2020
El caso Watts: el padre homicida - Por Carlos Correa
Disponible en Netflix.
Este documental está elaborado mayormente en base a imágenes sin editar. Se trata de un hecho que ocurre el 13 de agosto de 2018 en Frederick, Colorado. Esa madrugada, Shanann Watts y sus hijas de cuatro y tres años, Bella y Celeste, desaparecen de su hogar. Una amiga de Shanann da la voz de alerta, la policía comienza a indagar, Chris, su marido, no sabe su paradero, un vecino muestra imágenes de su cámara de seguridad, nadie ha visto nada.
Lo que sucede con trabajos de este tipo, donde sabemos gran parte de la historia o al menos el desenlace, es que aquello podría quitarle interés. Entonces, a pesar de conocer de antemano que el padre es el homicida -y no es spoiler, el título lo dice claramente-, en esta ocasión no sucede porque el guion está muy bien armado y la edición de las secuencias de imágenes reales compone perfectamente el relato.
La directora Jenny Popplewell usó varios registros. Las imágenes obtenidas de la policía -cámaras corporales de los agentes-, películas caseras y la reconstitución del intercambio de mensajes de texto, son la base de un material que debió ser unido con extremo cuidado. Junto a la diversidad de videos que la propia Shanann Watts compartió en redes sociales, especialmente Facebook, Popplewell fue capaz de construir un metraje que nos mantendrá al borde de la silla.
Reconozco que en un primer momento tuve dudas de verlo. Me pareció que podría ser morboso y que el tratamiento podría acercarse más a un cliché de impacto mediático. Pero me sorprendió, porque la forma que tiene de mostrar y enfrentar los hechos es equilibrada, sin dejar por ello de impactar y provocar conmoción.
La realidad supera la ficción. Este caso perfectamente podría ser un thriller donde debemos descubrir los detalles de un suceso que no tiene aparente explicación. La vida expuesta en los videos de la familia Watts es casi idílica. Un matrimonio feliz, hijas preciosas, un buen lugar donde vivir, empleos estables y una relación, que aunque con tensiones, no presagia en absoluto lo que podría suceder. Pero el curso de los hechos toma otro camino, se desencadena la tragedia.
¿Qué tiene de particular este documental? Es una denuncia de situaciones que se dan, lamentablemente, con mucha frecuencia, además de ser un transparente descriptor de una realidad horrorosa. Cada día en Estados Unidos, señala el testimonio, hay tres crímenes de este tipo y son mayormente premeditados. Realmente alarmante, no resiste análisis.
Queda la reflexión ante una atrocidad de esta naturaleza. Las motivaciones, las señales de alerta, alguna luz que pudiera haber evitado lo sucedido, no lo sabemos. También queda un homenaje póstumo a Shanann Watts y sus hijas junto a una precaución latente para estos tiempos; la cantidad de videos y fotos familiares subidas por ella a las redes sociales es enorme y aquello también supone un riesgo importante. Infortunadamente, esta vez la mayor amenaza estaba dentro de la misma familia, escondida incluso para quien es el autor de este indescriptible, brutal y horroroso crimen.
Ficha técnica
Título original: American Murder: The Family Next Door
Año: 2020
Duración: 82 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Knickerbockerglory TV. Distribuida por Netflix
Género: Documental | Metraje encontrado. Secuestros / Desapariciones. True Crime
Música: Nainita Desai
Reparto: Documental
Dirección: Jenny Popplewell
Este documental está elaborado mayormente en base a imágenes sin editar. Se trata de un hecho que ocurre el 13 de agosto de 2018 en Frederick, Colorado. Esa madrugada, Shanann Watts y sus hijas de cuatro y tres años, Bella y Celeste, desaparecen de su hogar. Una amiga de Shanann da la voz de alerta, la policía comienza a indagar, Chris, su marido, no sabe su paradero, un vecino muestra imágenes de su cámara de seguridad, nadie ha visto nada.
Lo que sucede con trabajos de este tipo, donde sabemos gran parte de la historia o al menos el desenlace, es que aquello podría quitarle interés. Entonces, a pesar de conocer de antemano que el padre es el homicida -y no es spoiler, el título lo dice claramente-, en esta ocasión no sucede porque el guion está muy bien armado y la edición de las secuencias de imágenes reales compone perfectamente el relato.
La directora Jenny Popplewell usó varios registros. Las imágenes obtenidas de la policía -cámaras corporales de los agentes-, películas caseras y la reconstitución del intercambio de mensajes de texto, son la base de un material que debió ser unido con extremo cuidado. Junto a la diversidad de videos que la propia Shanann Watts compartió en redes sociales, especialmente Facebook, Popplewell fue capaz de construir un metraje que nos mantendrá al borde de la silla.
Reconozco que en un primer momento tuve dudas de verlo. Me pareció que podría ser morboso y que el tratamiento podría acercarse más a un cliché de impacto mediático. Pero me sorprendió, porque la forma que tiene de mostrar y enfrentar los hechos es equilibrada, sin dejar por ello de impactar y provocar conmoción.
La realidad supera la ficción. Este caso perfectamente podría ser un thriller donde debemos descubrir los detalles de un suceso que no tiene aparente explicación. La vida expuesta en los videos de la familia Watts es casi idílica. Un matrimonio feliz, hijas preciosas, un buen lugar donde vivir, empleos estables y una relación, que aunque con tensiones, no presagia en absoluto lo que podría suceder. Pero el curso de los hechos toma otro camino, se desencadena la tragedia.
¿Qué tiene de particular este documental? Es una denuncia de situaciones que se dan, lamentablemente, con mucha frecuencia, además de ser un transparente descriptor de una realidad horrorosa. Cada día en Estados Unidos, señala el testimonio, hay tres crímenes de este tipo y son mayormente premeditados. Realmente alarmante, no resiste análisis.
Queda la reflexión ante una atrocidad de esta naturaleza. Las motivaciones, las señales de alerta, alguna luz que pudiera haber evitado lo sucedido, no lo sabemos. También queda un homenaje póstumo a Shanann Watts y sus hijas junto a una precaución latente para estos tiempos; la cantidad de videos y fotos familiares subidas por ella a las redes sociales es enorme y aquello también supone un riesgo importante. Infortunadamente, esta vez la mayor amenaza estaba dentro de la misma familia, escondida incluso para quien es el autor de este indescriptible, brutal y horroroso crimen.
Ficha técnica
Título original: American Murder: The Family Next Door
Año: 2020
Duración: 82 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Knickerbockerglory TV. Distribuida por Netflix
Género: Documental | Metraje encontrado. Secuestros / Desapariciones. True Crime
Música: Nainita Desai
Reparto: Documental
Dirección: Jenny Popplewell
sábado, 24 de octubre de 2020
La cordillera de los sueños - Por José Blanco Jiménez
Se cierra la trilogía iniciada con Nostalgia de la luz y El botón de nácar. La protagonista ahora es la piedra, que permanece ahí, mientras la infancia y la alegría parecen imposibles de recuperar. Puede verse en Cinemark.cl y Cinépolis.cl.
Claudio Guzmán vuelve su país de origen, que resulta un lugar muy lejos en el pasado. Está radicado en Europa desde hace casi medio siglo y cada regreso implica superar la barrera de la Cordillera de los Andes, que sus compatriotas no ven en directo, sino por una pintura de Guillermo Muñoz Vera en una estación del Metro. Ésta, por lo demás, no ha sido “retratada” en directo, sino dibujada a partir de fotografías en su taller de Madrid, porque – nacido penquista (1956) – ahora es ciudadano español. Así la “majestuosa blanca montaña” resulta ser la metáfora de un sueño.
El escultor Francisco Gazitúa, en cambio, nació en Santiago (1944), hizo carrera en el extranjero, pero volvió a Chile en 1984, porque quería trabajar con los materiales autóctonos. Para él “la cordillera está” y el artista debe ser “el guardián de la belleza de su país”. Por su parte, Vicente Gajardo (Tomé, 1953, con permanencia de 4 años en Portugal) se manifiesta aún fascinado por descubrir que hay “más allá de la cumbre” y construye monumentos con piedras talladas.
Para Guzmán, “la montaña es testigo” de lo que ocurrió en el país: las piedras resquebrajadas hablan de crisis, los adoquines que pavimentan una calle tienen placas con nombres de torturados desaparecidos, las riquezas que esconde y que – con la sola excepción del gobierno de Allende – han sido entregadas a intereses extranjero. En efecto, “trenes invisibles”, que ha logrado filmar, se llevan lo que es chileno de manera subrepticia.
La ciudad de Santiago ha ido creciendo verticalmente y hasta la cordillera desaparece de la vista. La torre el Edificio Diego Portales (ex Unctad, actual Gabriela Mistral), donde se tomaron las decisiones que cambiaron el destino económico del país, aparece fantasmagóricamente vacío, así como de la casa de su niñez no queda más que la caparazón pintarrajeada.
Son varios más los testimonios de amigos y personajes, como del vulcanólogo Álvaro Amigo y la cantante Javiera Parra, pero sobre todo del camarógrafo Pablo Salas, que ha conservado una cantidad increíble de material acerca de las manifestaciones contra la dictadura cívico-militar y que puso a disposición para esta película.
Y, para cerrar el ciclo, están los meteoritos a los que se pueden pedir deseos mientras se les ve caer. Pueden ser deseos difíciles de realizar, pero no imposibles, como el que se expresa en el plano secuencia del diminuto andinista que trata de conquistar la montaña.
“No sé dónde estoy”, dice con desazón al comienzo del documental. Pero sabe que la cordillera de los sueños de la infancia está ahí.
(La cordillera de los sueños. Francia/Chile, 2019)
Claudio Guzmán vuelve su país de origen, que resulta un lugar muy lejos en el pasado. Está radicado en Europa desde hace casi medio siglo y cada regreso implica superar la barrera de la Cordillera de los Andes, que sus compatriotas no ven en directo, sino por una pintura de Guillermo Muñoz Vera en una estación del Metro. Ésta, por lo demás, no ha sido “retratada” en directo, sino dibujada a partir de fotografías en su taller de Madrid, porque – nacido penquista (1956) – ahora es ciudadano español. Así la “majestuosa blanca montaña” resulta ser la metáfora de un sueño.
El escultor Francisco Gazitúa, en cambio, nació en Santiago (1944), hizo carrera en el extranjero, pero volvió a Chile en 1984, porque quería trabajar con los materiales autóctonos. Para él “la cordillera está” y el artista debe ser “el guardián de la belleza de su país”. Por su parte, Vicente Gajardo (Tomé, 1953, con permanencia de 4 años en Portugal) se manifiesta aún fascinado por descubrir que hay “más allá de la cumbre” y construye monumentos con piedras talladas.
Para Guzmán, “la montaña es testigo” de lo que ocurrió en el país: las piedras resquebrajadas hablan de crisis, los adoquines que pavimentan una calle tienen placas con nombres de torturados desaparecidos, las riquezas que esconde y que – con la sola excepción del gobierno de Allende – han sido entregadas a intereses extranjero. En efecto, “trenes invisibles”, que ha logrado filmar, se llevan lo que es chileno de manera subrepticia.
La ciudad de Santiago ha ido creciendo verticalmente y hasta la cordillera desaparece de la vista. La torre el Edificio Diego Portales (ex Unctad, actual Gabriela Mistral), donde se tomaron las decisiones que cambiaron el destino económico del país, aparece fantasmagóricamente vacío, así como de la casa de su niñez no queda más que la caparazón pintarrajeada.
Son varios más los testimonios de amigos y personajes, como del vulcanólogo Álvaro Amigo y la cantante Javiera Parra, pero sobre todo del camarógrafo Pablo Salas, que ha conservado una cantidad increíble de material acerca de las manifestaciones contra la dictadura cívico-militar y que puso a disposición para esta película.
Y, para cerrar el ciclo, están los meteoritos a los que se pueden pedir deseos mientras se les ve caer. Pueden ser deseos difíciles de realizar, pero no imposibles, como el que se expresa en el plano secuencia del diminuto andinista que trata de conquistar la montaña.
“No sé dónde estoy”, dice con desazón al comienzo del documental. Pero sabe que la cordillera de los sueños de la infancia está ahí.
(La cordillera de los sueños. Francia/Chile, 2019)
El botón de nácar - Por José Blanco Jiménez
Después de haber meditado acerca de la luz, Patricio Guzmán busca en el agua el testimonio de vida y de muerte como una necesidad de conservar la memoria. Puede verse en www.ondamedia.cl
“El océano contiene la historia de la humanidad. El mar guarda todas las voces de la tierra y las que vienen desde el espacio. El agua recibe el impulso de las estrellas y las transmite a las criaturas vivientes”, señala la sinopsis del filme ganador de un Oso de Plata a mejor guión en el último Festival de Berlín.
Como en Nostalgia de la luz, la poética de Patricio Guzmán se basa en el silencio de los humanos y en el ruido de la naturaleza. Si primero fue el viento y la pitagórica música de las esferas desde la bóveda celeste, ahora es el agua con todo su mensaje generador de vida o responsorio de la muerte.
El botón del título alude a aquél que un capitán inglés Robert Fitz Roy usó, en 1830, para pagar la compra de Orundellico un joven yámana, que ha pasado a la historia con el nombre de Jemmy Button. En 1950, Benjamin Subercaseaux publicó su biografía en estilo novelesco y se puede decir que tuvo un final feliz, puesto que el adolescente fue traído de regreso años después.
Pero esa historia recuerda también el genocidio de los pueblos fueguinos, que habían construido su civilización en los canales australes y cuya supervivencia se sustentaba en el agua. Y también en el agua se consumó el exterminio de los opositores de la dictadura cívico-militar en Chile, cuando entre 1.200 y 1.400 cadáveres fueron arrojados al océano atados a rieles de ferrocarril.
Y ése es el otro botón al que alude Guzmán: uno de concha perla, que es todo lo que quedó de lo que alguna vez vistió un ser humano, definitivamente aniquilado por el mar y sus criaturas. Un testimonio rememora el procedimiento, que quedó en evidencia por la aparición de un cuerpo en una playa del denominado Norte Chico el 12 de septiembre de 1976.
Ese botón es el símbolo de una crueldad innecesaria, negada además por sus autores, que pretendían que los “desaparecidos” se habían ido del país para disfrutar de una nueva vida. Los europeos fueron más directos y no negaron siquiera sus intenciones: había que exterminar a los salvajes para traer la “civilización” a las tierras que habían decidido conquistar. Un genocidio más de tantos que registra la “historia oficial”.
En vista que los patagones fueron extinguidos, el director fue a entrevistar a algunos sobrevivientes del pueblo indígena de los kawésqar, que vivían más al Norte. ES así como el espectador puede conocer la vida sencilla de seres humanos que no manejaban conceptos como “Dios” y “policía”. Su existencia, con el mar como telón de fondo, no se relacionaba con lo trágico, sino con lo vital. Los selkman, por ejemplo, pintaban sus cuerpos y efectuaban rituales cuyos motivos no conocemos. Guzmán quiere creer que ciertos dibujos identificaban a los astros hacia los cuales partían después de morir.
En fin de cuentas, el agua da la vida y el mar – hacia el cual ésta fluye – puede ayudar a reconciliarse con el pasado, porque el realizador cree que “si no se investiga la memoria, el futuro se cierra”.
(El botón de nácar. Francia/España/Chile/Suiza, 2015)
“El océano contiene la historia de la humanidad. El mar guarda todas las voces de la tierra y las que vienen desde el espacio. El agua recibe el impulso de las estrellas y las transmite a las criaturas vivientes”, señala la sinopsis del filme ganador de un Oso de Plata a mejor guión en el último Festival de Berlín.
Como en Nostalgia de la luz, la poética de Patricio Guzmán se basa en el silencio de los humanos y en el ruido de la naturaleza. Si primero fue el viento y la pitagórica música de las esferas desde la bóveda celeste, ahora es el agua con todo su mensaje generador de vida o responsorio de la muerte.
El botón del título alude a aquél que un capitán inglés Robert Fitz Roy usó, en 1830, para pagar la compra de Orundellico un joven yámana, que ha pasado a la historia con el nombre de Jemmy Button. En 1950, Benjamin Subercaseaux publicó su biografía en estilo novelesco y se puede decir que tuvo un final feliz, puesto que el adolescente fue traído de regreso años después.
Pero esa historia recuerda también el genocidio de los pueblos fueguinos, que habían construido su civilización en los canales australes y cuya supervivencia se sustentaba en el agua. Y también en el agua se consumó el exterminio de los opositores de la dictadura cívico-militar en Chile, cuando entre 1.200 y 1.400 cadáveres fueron arrojados al océano atados a rieles de ferrocarril.
Y ése es el otro botón al que alude Guzmán: uno de concha perla, que es todo lo que quedó de lo que alguna vez vistió un ser humano, definitivamente aniquilado por el mar y sus criaturas. Un testimonio rememora el procedimiento, que quedó en evidencia por la aparición de un cuerpo en una playa del denominado Norte Chico el 12 de septiembre de 1976.
Ese botón es el símbolo de una crueldad innecesaria, negada además por sus autores, que pretendían que los “desaparecidos” se habían ido del país para disfrutar de una nueva vida. Los europeos fueron más directos y no negaron siquiera sus intenciones: había que exterminar a los salvajes para traer la “civilización” a las tierras que habían decidido conquistar. Un genocidio más de tantos que registra la “historia oficial”.
En vista que los patagones fueron extinguidos, el director fue a entrevistar a algunos sobrevivientes del pueblo indígena de los kawésqar, que vivían más al Norte. ES así como el espectador puede conocer la vida sencilla de seres humanos que no manejaban conceptos como “Dios” y “policía”. Su existencia, con el mar como telón de fondo, no se relacionaba con lo trágico, sino con lo vital. Los selkman, por ejemplo, pintaban sus cuerpos y efectuaban rituales cuyos motivos no conocemos. Guzmán quiere creer que ciertos dibujos identificaban a los astros hacia los cuales partían después de morir.
En fin de cuentas, el agua da la vida y el mar – hacia el cual ésta fluye – puede ayudar a reconciliarse con el pasado, porque el realizador cree que “si no se investiga la memoria, el futuro se cierra”.
(El botón de nácar. Francia/España/Chile/Suiza, 2015)
Nostalgia de la luz - Por José Blanco Jiménez
Esa luz, que viene desde un pasado muy remoto, es todo un símbolo de nuestra caducidad y de nuestra lábil permanencia en el tiempo. Porque el tiempo, contrariamente a los que sostienen que sólo el presente existe, para Guzmán es sólo pasado. Puede verse en www.ondamedia.cl
Patricio Guzmán – con su Batalla de Chile (1977-1980), Chile, la memoria obstinada (1997), El caso Pinochet (2001) y Salvador Allende (2004), entre otros – está catalogado como un “director político”. Y político es también este documental, no sólo por sus referencias a la historia pasada y reciente, sino sobre todo por su incisiva exaltación del conocimiento como el camino para liberarse de la opresión de la ignorancia, que genera la opresión del hombre por el hombre.
El “húmedo” planeta Tierra, visto desde el espacio, aparece como una gigantesca esfera azul. Pero se advierte una mancha de color marrón: es el desierto de Atacama, que – junto con la luz – es el protagonista de este documental.
Ese rincón del globo terráqueo es el más árido y seco del mundo. De allí que su cielo es de una pureza inigualable, al punto que ha sido escogido por los astrónomos para instalar los telescopios más poderosos del mundo. Son los que aparecen en la película, como centinelas de los misterios del cosmos.
Mientras tanto, otras personas buscan aclarar otros misterios en la tierra seca y estéril. Los arqueólogos van tras los rastros de los pueblos prehispánicos, con su caminos y petroglifos. Las mujeres que perdieron a un ser querido, en cambio, buscan los restos de los “desaparecidos”, enterrados clandestinamente y luego exhumados para arrojarlos al mar o en otro sitio.
Pero el desierto es también historia del siglo pasado, primero con las salitreras y los cementerios; después con el Campo de Concentración de Chacabuco, ubicado a 100 kilómetros de Antofagasta. Como tantos otros tópicos del filme, constituye dos caras de una misma moneda: la vida de los mineros era muy similar a la de los prisioneros políticos. Sólo que estos últimos se organizaron para estudiar astronomía en las largas noches de cautiverio. Hasta que los carceleros prohibieron las reuniones, porque “estaban estudiando el cielo para fugarse guiándose por las estrellas”.
Esa luz, que viene desde un pasado muy remoto, es todo un símbolo de nuestra caducidad y de nuestra lábil permanencia en el tiempo. Porque el tiempo, contrariamente a los que sostienen que sólo el presente existe, para Guzmán es sólo pasado. Los sonidos y la luz requieren de un tiempo para llegar a nosotros. Por lo tanto, toda la información que recibimos ya es pasado. Y ese pasado es el que el hombre trata de conocer por medio de la luz, que hace desaparecer las tinieblas. Hay que pensar que la obscuridad es el estado normal de la materia inerte, pero ésta cobra vida cuando es tocada por la luz.
Fotografía y música impecables hacen de esta película una creación estética de altísimo nivel, que despertará inquietudes filosóficas en la mayoría de los espectadores. El resto disfrutará de la belleza de nuestro maltratado hogar planetario.
(Nostalgia de la luz. Francia/Alemania/Chile/España/USA, 2010)
Sangre Eterna - Por Jackie O.
“Inmersos en un juego, y en la oscuridad de la mente”.
Disponible en ondamedia.cl
Ficha técnica
Director: Jorge Olguín
Escritor: Carolina García y Jorge Olguín
Música: Rodrigo Cuadra y Gamal Eltit
Reparto:
Blanca Lewin como Carmila
Juan Pablo Ogalde como M
Pascale Litvak como Pancha
Patricia López como Elizabeth
Claudio Espinoza como Martin
Carlos Bórquez como Dahmer
En términos generales para tener una idea de lo que veremos, les cuento: Carmila es invitada por M a un juego de roles llamado Sangre Eterna. Y luego de ir a una fiesta en una antigua casona, conocen a Dahmer un misterioso joven que practica el vampirismo, y comienza a influenciar a los jóvenes, pero M no cae en su juego. ¿O sí?
Esta película está considerada dentro de las precursoras del género del terror, en especial sobre vampiros en Chile.
Tenemos los principios de la década del 2000, con los Emos y sus características ropas negras, unos malos maquillajes, carrete y marihuana. Ahí está un trio de amigos que les encanta un juego de roles que se toman muy en serio, su imaginación vuela, pero se dan cuenta de que necesitan otro integrante e invitan a Carmila, quien también toma tan en serio el rol que sus nuevos amigos.
Hasta que un día, una noche más bien, M ve un crimen pero no sabía si lo que vio había sido real o todo producto de su alcohol y droga ingerido. Queda algo confundido.
Hasta que en una fiesta en una casa abandonada ve nuevamente a estos muchachos de ese día del crimen, y se pone alerta pero no cuenta nada. Sus amigos están muy entusiasmados con este enigmático sujeto que se hace llamar Dahmer. Pero M trata de alguna forma de que sus amigos dejen de verlo, pero es infructuoso, ya el juego de roles imaginario se comienza a mezclar con la realidad.
La mente comienza a jugar malas pasadas.
Una película rupturista para nuestro país. Ya habíamos visto muchas películas de vampiros en tv o cine, pero hecha en Chile a este nivel al parecer no. Y la taquilla superó todas las expectativas.
El maquillaje empleado fue bien detallista, en algunos se veía bien la representación monstruosa de vampiro, pero Blanca Lewin no le jugó a favor fue la única que no le quedaba bien el maquillaje y se notaba más falso que el resto.
Los demonios calvos que los atacaban estaban bien representados, excelente maquillaje en ellos.
El vestuario acorde a la representación que mantenían.
Los efectos especiales, notorios en su mayoría. Los decorados, el diseño de arte es detallista y se agradece.
En cuanto a las actuaciones, señalo que todos estaban totalmente entregados en sus roles. Pero eso no significa que actuaran bien, solo algunos estuvieron creíbles.
La historia es interesante, una buena idea. Pero aun así no es una gran película, la forma de su realización no fue del todo la mejor, debe ser a la poca experticia en la dirección de grabar este tipo género en ese momento.
Pero se agradece mucho el esfuerzo, por incursionar en este género y subgéneros de terror y ciencia ficción.
Lamentablemente es difícil encontrar una destacada película de este género en nuestro país.
Vale verla solo por lo precursora de la época, y por ser ya un clásico del cine chileno.
Esta película está considerada dentro de las precursoras del género del terror, en especial sobre vampiros en Chile.
Tenemos los principios de la década del 2000, con los Emos y sus características ropas negras, unos malos maquillajes, carrete y marihuana. Ahí está un trio de amigos que les encanta un juego de roles que se toman muy en serio, su imaginación vuela, pero se dan cuenta de que necesitan otro integrante e invitan a Carmila, quien también toma tan en serio el rol que sus nuevos amigos.
Hasta que un día, una noche más bien, M ve un crimen pero no sabía si lo que vio había sido real o todo producto de su alcohol y droga ingerido. Queda algo confundido.
Hasta que en una fiesta en una casa abandonada ve nuevamente a estos muchachos de ese día del crimen, y se pone alerta pero no cuenta nada. Sus amigos están muy entusiasmados con este enigmático sujeto que se hace llamar Dahmer. Pero M trata de alguna forma de que sus amigos dejen de verlo, pero es infructuoso, ya el juego de roles imaginario se comienza a mezclar con la realidad.
La mente comienza a jugar malas pasadas.
Una película rupturista para nuestro país. Ya habíamos visto muchas películas de vampiros en tv o cine, pero hecha en Chile a este nivel al parecer no. Y la taquilla superó todas las expectativas.
El maquillaje empleado fue bien detallista, en algunos se veía bien la representación monstruosa de vampiro, pero Blanca Lewin no le jugó a favor fue la única que no le quedaba bien el maquillaje y se notaba más falso que el resto.
Los demonios calvos que los atacaban estaban bien representados, excelente maquillaje en ellos.
El vestuario acorde a la representación que mantenían.
Los efectos especiales, notorios en su mayoría. Los decorados, el diseño de arte es detallista y se agradece.
En cuanto a las actuaciones, señalo que todos estaban totalmente entregados en sus roles. Pero eso no significa que actuaran bien, solo algunos estuvieron creíbles.
La historia es interesante, una buena idea. Pero aun así no es una gran película, la forma de su realización no fue del todo la mejor, debe ser a la poca experticia en la dirección de grabar este tipo género en ese momento.
Pero se agradece mucho el esfuerzo, por incursionar en este género y subgéneros de terror y ciencia ficción.
Lamentablemente es difícil encontrar una destacada película de este género en nuestro país.
Vale verla solo por lo precursora de la época, y por ser ya un clásico del cine chileno.
Disponible en ondamedia.cl
Ficha técnica
Director: Jorge Olguín
Escritor: Carolina García y Jorge Olguín
Música: Rodrigo Cuadra y Gamal Eltit
Reparto:
Blanca Lewin como Carmila
Juan Pablo Ogalde como M
Pascale Litvak como Pancha
Patricia López como Elizabeth
Claudio Espinoza como Martin
Carlos Bórquez como Dahmer
viernes, 23 de octubre de 2020
"Avant Premiere" en Radio María - SIGNIS en el cine Viernes 23 de Octubre 2020
El periodista José Luis Nicolas conversa con Alejandro Caro y Carlos Correa en el Programa semanal "En Marcha" en Radio María, sección Cine con SIGNIS Chile.
Jorge Novak, Siclum Apóstol - Por Carlos Correa
Disponible en Vimeo.
Monseñor Jorge Novak fue el primer obispo de la Diócesis de Quilmes, Argentina. Destacado por su dedicación a los más pobres y la defensa de los Derechos Humanos en la dictadura militar, este trabajo documental ilustra su vida, su familia, su incansable trabajo pastoral y su perfil más íntimo.
Dirigido por Adrián Baccaro, docente y realizador audiovisual, miembro de SIGNIS Argentina, y editado por Sergio Flamminio, este testimonio aborda en forma lineal los principales hitos de una persona que siempre tuvo una especial preocupación por los más vulnerables, por los más desposeídos, realizando acciones concretas en su favor.
Monseñor Novak nació el 4 de marzo de 1928 en San Miguel Arcángel, Provincia de Buenos Aires, al interior de una familia descendiente de alemanes del Volga. Luego de ingresar a la Congregación del Verbo Divino, el 10 de enero de 1954 fue ordenado sacerdote en la ciudad de Bahía Blanca.
Jorge Novak destacó también por su gran inquietud intelectual. En 1958 obtuvo el doctorado en Historia en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y a su regreso a Argentina se dedicó extensamente a la docencia y a la formación como rector del seminario de la Congregación, consejero provincial y desde 1972 como superior provincial.
El 7 de agosto de 1976, Monseñor Novak fue designado primer obispo de la Diócesis de Quilmes por Pablo VI. Comienza aquí un camino especial para configurar los destinos de esta nueva diócesis. Durante su ministerio episcopal, su impulso por la opción preferencial por los pobres fue vital. También la promoción del diálogo ecuménico -fue cofundador del Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos (MEDH)- junto a la creación de muchas parroquias y capillas además de variadas iniciativas de atención religiosa y comunitaria.
El documental presenta la figura de este obispo en un formato clásica. A través de un retrato compuesto por cerca de 50 entrevistas, vamos apreciando las virtudes que caracterizan a Novak en su trabajo cotidiano. Los testimonios resultan emotivos, pues se trata de gente que trabajó con él, que compartió su causa y que guardan el mejor recuerdo de un pastor siempre al servicio de los demás. Frases como, “abrí las puertas del obispado e ingresó un río de dolor” y “las primeras personas que me golpearon la puerta fueron las madres de los desaparecidos, y eso me cambió la vida”, reflejan el hondo sentir de un sacerdote vinculado desde lo más profundo con su pueblo.
El guion del documental resulta ágil. Es tal vez lo mejor de este trabajo pues las notas de producción señalan cerca de 1.500 minutos de entrevistas de los que solo se utilizaron 40. El trabajo de investigación y la selección de los textos tiene un valor significativo, pues el metraje se construye justamente en base a la historia relatada por quienes le conocieron de cerca.
Algunas transiciones son difíciles de interpretar, lo mismo que la utilización de la música solo en ellas y no en simultáneo a los testimonios, salvo en la parte final. La banda sonora compuesta por Pablo Baccaro, Cecel Alves y Adrián Baccaro, posee sensibilidad y delicadeza, sin embargo al profundizar se le percibe algo más lejana de las imágenes y testimonios a los que acompaña.
En 1984, Monseñor Novak sufrió el síndrome de Guillain-Barré durante un viaje a Costa Rica. La parálisis completa de su cuerpo fue un duro golpe a su energía vital, sin embargo logró recuperar motricidad con esfuerzo y templanza hasta su muerte, el 9 de julio de 2001, producto de un tumor en el estómago.
“Jorge Novak, Siclum Apóstol”, nos anima a conocer más sobre este obispo argentino. El 11 de diciembre de 2017 se inició el Proceso Diocesano -postulación- de la causa de beatificación y canonización de Jorge Novak como Siervo de Dios. Vemos, al respecto, un cálido mensaje a la diócesis, el Papa Francisco espera ver pronto a este pastor en los altares. La multitudinaria admiración y confianza en Monseñor Novak da cuenta de este clamor popular, algo que se respira en este trabajo documental y que nos revela en toda su dimensión a un obispo austero y espiritual, cercano y jugado, incansable luchador en favor de los pobres y defensor de principios humanos fundamentales.
Ficha técnica
Documental. Biografía
Catolicismo - 2020 Argentina
57 minutos
SIGNIS Argentina
Operadora de Drones: Mayra Albornoz
Edición: Sergio Flamminio
Música: Pablo Baccaro, Cecel Alves y Adrián Baccaro
Guion: Natalia Soledad Segura, Adrián Baccaro
Testigos: Padre Arlindo Pereyra Díaz, Tarcisio Novak, Alberto Bahl, Carlos Custer, Damián Alvarado, Teresa Novak
Dirección: Adrián Baccaro
Dirigido por Adrián Baccaro, docente y realizador audiovisual, miembro de SIGNIS Argentina, y editado por Sergio Flamminio, este testimonio aborda en forma lineal los principales hitos de una persona que siempre tuvo una especial preocupación por los más vulnerables, por los más desposeídos, realizando acciones concretas en su favor.
Monseñor Novak nació el 4 de marzo de 1928 en San Miguel Arcángel, Provincia de Buenos Aires, al interior de una familia descendiente de alemanes del Volga. Luego de ingresar a la Congregación del Verbo Divino, el 10 de enero de 1954 fue ordenado sacerdote en la ciudad de Bahía Blanca.
Jorge Novak destacó también por su gran inquietud intelectual. En 1958 obtuvo el doctorado en Historia en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y a su regreso a Argentina se dedicó extensamente a la docencia y a la formación como rector del seminario de la Congregación, consejero provincial y desde 1972 como superior provincial.
El 7 de agosto de 1976, Monseñor Novak fue designado primer obispo de la Diócesis de Quilmes por Pablo VI. Comienza aquí un camino especial para configurar los destinos de esta nueva diócesis. Durante su ministerio episcopal, su impulso por la opción preferencial por los pobres fue vital. También la promoción del diálogo ecuménico -fue cofundador del Movimiento Ecuménico de los Derechos Humanos (MEDH)- junto a la creación de muchas parroquias y capillas además de variadas iniciativas de atención religiosa y comunitaria.
El documental presenta la figura de este obispo en un formato clásica. A través de un retrato compuesto por cerca de 50 entrevistas, vamos apreciando las virtudes que caracterizan a Novak en su trabajo cotidiano. Los testimonios resultan emotivos, pues se trata de gente que trabajó con él, que compartió su causa y que guardan el mejor recuerdo de un pastor siempre al servicio de los demás. Frases como, “abrí las puertas del obispado e ingresó un río de dolor” y “las primeras personas que me golpearon la puerta fueron las madres de los desaparecidos, y eso me cambió la vida”, reflejan el hondo sentir de un sacerdote vinculado desde lo más profundo con su pueblo.
El guion del documental resulta ágil. Es tal vez lo mejor de este trabajo pues las notas de producción señalan cerca de 1.500 minutos de entrevistas de los que solo se utilizaron 40. El trabajo de investigación y la selección de los textos tiene un valor significativo, pues el metraje se construye justamente en base a la historia relatada por quienes le conocieron de cerca.
Algunas transiciones son difíciles de interpretar, lo mismo que la utilización de la música solo en ellas y no en simultáneo a los testimonios, salvo en la parte final. La banda sonora compuesta por Pablo Baccaro, Cecel Alves y Adrián Baccaro, posee sensibilidad y delicadeza, sin embargo al profundizar se le percibe algo más lejana de las imágenes y testimonios a los que acompaña.
En 1984, Monseñor Novak sufrió el síndrome de Guillain-Barré durante un viaje a Costa Rica. La parálisis completa de su cuerpo fue un duro golpe a su energía vital, sin embargo logró recuperar motricidad con esfuerzo y templanza hasta su muerte, el 9 de julio de 2001, producto de un tumor en el estómago.
“Jorge Novak, Siclum Apóstol”, nos anima a conocer más sobre este obispo argentino. El 11 de diciembre de 2017 se inició el Proceso Diocesano -postulación- de la causa de beatificación y canonización de Jorge Novak como Siervo de Dios. Vemos, al respecto, un cálido mensaje a la diócesis, el Papa Francisco espera ver pronto a este pastor en los altares. La multitudinaria admiración y confianza en Monseñor Novak da cuenta de este clamor popular, algo que se respira en este trabajo documental y que nos revela en toda su dimensión a un obispo austero y espiritual, cercano y jugado, incansable luchador en favor de los pobres y defensor de principios humanos fundamentales.
Ficha técnica
Documental. Biografía
Catolicismo - 2020 Argentina
57 minutos
SIGNIS Argentina
Operadora de Drones: Mayra Albornoz
Edición: Sergio Flamminio
Música: Pablo Baccaro, Cecel Alves y Adrián Baccaro
Guion: Natalia Soledad Segura, Adrián Baccaro
Testigos: Padre Arlindo Pereyra Díaz, Tarcisio Novak, Alberto Bahl, Carlos Custer, Damián Alvarado, Teresa Novak
Dirección: Adrián Baccaro
jueves, 22 de octubre de 2020
No Matarás - Por Jackie O.
“Éxodo 20, 13”.
Sinopsis: Dani es un buen chico que durante los últimos años de su vida se ha dedicado exclusivamente a cuidar de su padre enfermo y decide retomar su vida tras la muerte de éste. Justo cuando ha decidido emprender un largo viaje, conoce a Mila, una chica tan inquietante y sensual como inestable. Convirtiéndose la noche en una auténtica pesadilla para él.
Con los años ha ido mejorando un poco las actuaciones Mario Casas, es bueno verlo en roles diversos, aunque aún sigue siendo “el niño bonito” para algunas.
En esta película, debo confesar que me cayó muy mal el personaje pánfilo y de poco carácter que representa. Además lo personificó un poquito fingido, le faltó más credibilidad y eso me molestaba más. La trama no mantenía un buen ritmo al comienzo, pero de a poco se fue arreglando y me comencé a interesar en su desarrollo.
Dani, este joven que no sabe tomar decisiones en su vida conoce de casualidad una noche a una mujerzuela, la cual entre mucho trago y erotismo le trae a él un problema tras otro, y muy graves.
La trama comienza a subir de tono y a pasar de un momento tranquilo a tener este muchacho una loca noche. Todo sucede en un par de horas. La vida de Dani, el cual comete un acto terrible, se vuelca y no sabe qué hacer, pues al tratar de solucionarlo se va enfrascando en más y más problemas.
La cinta se va volviendo vertiginosa, su ritmo es frenético, la cámara se mueve velozmente como los actos y pensamientos de Dani. La noche es testigo de la angustia de este hombre que deambula de un lugar a otro inquieto y temeroso.
El director creó una buena atmosfera en términos generales.
La música es buena, pero en algunos momentos se siente fuera de lugar.
La cámara muestra buenos primeros planos, donde vemos esa angustia, sufrimiento, locura, desenfreno y mucho miedo.
Mantiene unos falsos planos secuencias buenos, que te hacen involucrarte más en lo que va sucediendo.
La parte de erotismo que mantuvo unos buenos minutos al espectador pegado a la pantalla, no fue del máximo erotismo de ese que te atrapa o estimula. Fue más bien burdo.
Qué más puedo mencionar, a Mario le falta más credibilidad en sus roles. No así el papel de las mujeres en esta cinta, que fueron muy auténticas.
Acá también nos encontramos con ciertos problemas de guion que da unos saltos sin continuidad lógica. Una especie de continuidad descontinua y rara en parte de su montaje. Con cosas muy ilógicas, como escapar de un grupo en un callejón o entrar al hospital así como si nada (no puedo dar mucho detalle al respecto para no estropear la historia)
De todas formas es una interesante película que te mantendrá alerta, porque sus altos y bajos en ritmo hacen que quieras saber qué pasará con este individuo.
Individuo que al final su vida cambia, sus pensamientos cambian, él cambia por completo... Ya no es el mismo. Dejándonos un final abierto a interpretaciones.
Disponible en www.cinemark.cl/cineonline.
Ficha técnica
Estreno: Octubre 2020.
Director: David Victori
Duración: 92 min.
Sinopsis: Dani es un buen chico que durante los últimos años de su vida se ha dedicado exclusivamente a cuidar de su padre enfermo y decide retomar su vida tras la muerte de éste. Justo cuando ha decidido emprender un largo viaje, conoce a Mila, una chica tan inquietante y sensual como inestable. Convirtiéndose la noche en una auténtica pesadilla para él.
Con los años ha ido mejorando un poco las actuaciones Mario Casas, es bueno verlo en roles diversos, aunque aún sigue siendo “el niño bonito” para algunas.
En esta película, debo confesar que me cayó muy mal el personaje pánfilo y de poco carácter que representa. Además lo personificó un poquito fingido, le faltó más credibilidad y eso me molestaba más. La trama no mantenía un buen ritmo al comienzo, pero de a poco se fue arreglando y me comencé a interesar en su desarrollo.
Dani, este joven que no sabe tomar decisiones en su vida conoce de casualidad una noche a una mujerzuela, la cual entre mucho trago y erotismo le trae a él un problema tras otro, y muy graves.
La trama comienza a subir de tono y a pasar de un momento tranquilo a tener este muchacho una loca noche. Todo sucede en un par de horas. La vida de Dani, el cual comete un acto terrible, se vuelca y no sabe qué hacer, pues al tratar de solucionarlo se va enfrascando en más y más problemas.
La cinta se va volviendo vertiginosa, su ritmo es frenético, la cámara se mueve velozmente como los actos y pensamientos de Dani. La noche es testigo de la angustia de este hombre que deambula de un lugar a otro inquieto y temeroso.
El director creó una buena atmosfera en términos generales.
La música es buena, pero en algunos momentos se siente fuera de lugar.
La cámara muestra buenos primeros planos, donde vemos esa angustia, sufrimiento, locura, desenfreno y mucho miedo.
Mantiene unos falsos planos secuencias buenos, que te hacen involucrarte más en lo que va sucediendo.
La parte de erotismo que mantuvo unos buenos minutos al espectador pegado a la pantalla, no fue del máximo erotismo de ese que te atrapa o estimula. Fue más bien burdo.
Qué más puedo mencionar, a Mario le falta más credibilidad en sus roles. No así el papel de las mujeres en esta cinta, que fueron muy auténticas.
Acá también nos encontramos con ciertos problemas de guion que da unos saltos sin continuidad lógica. Una especie de continuidad descontinua y rara en parte de su montaje. Con cosas muy ilógicas, como escapar de un grupo en un callejón o entrar al hospital así como si nada (no puedo dar mucho detalle al respecto para no estropear la historia)
De todas formas es una interesante película que te mantendrá alerta, porque sus altos y bajos en ritmo hacen que quieras saber qué pasará con este individuo.
Individuo que al final su vida cambia, sus pensamientos cambian, él cambia por completo... Ya no es el mismo. Dejándonos un final abierto a interpretaciones.
Disponible en www.cinemark.cl/cineonline.
Ficha técnica
Estreno: Octubre 2020.
Director: David Victori
Duración: 92 min.
País: España
Cinematografía: Elías M. Félix
Reparto: Mario Casas, Milena Smit, Joaquín Caserza, Victor Solé, Andreu Kreutzer, Albert Green, Elisabeth Larena.
BFdistribución.
Cinematografía: Elías M. Félix
Reparto: Mario Casas, Milena Smit, Joaquín Caserza, Victor Solé, Andreu Kreutzer, Albert Green, Elisabeth Larena.
BFdistribución.
miércoles, 21 de octubre de 2020
Divinas - Por Carlos Correa
Disponible en Netflix.
Esta película, escrita y dirigida por Houda Benyamina, narra la historia de Dounia -Oulaya Amamra- y Maimouna -Déborah Lukumuena-. Ambas viven en los suburbios de Paris, son grandes amigas, sueñan, se acompañan, resisten; son inseparables. En los estudios no lo pasan tan bien, sin embargo junto a sus compañeros se muestran alegres. Pero estas dos inquietas jóvenes quieren más. Dounia es ambiciosa y aspira a un lugar en la banda de traficantes de drogas que lidera Rebecca -Jisca Kalvanda-. Maimouna la apoya pero con reparos. Su familia, muy religiosa, intenta evitar que se meta en problemas, pero Maimouna no necesariamente sigue sus indicaciones y consejos.
Los planes parecen ir bien. Rebecca las admite al clan y deben sortear los primeros problemas. El tráfico en la calle es en serio, ponen en riesgo su propia integridad. En el camino, la figura de Djigui -Kévin Mischel-, un joven bailarín de danza contemporánea, distrae los ojos de Dounia. Hay atracción, fuerza, tensión. El futuro de pronto se abre, la preocupación ya no radica solo en su amiga, también debe velar por ella misma. Su principal motivación es generar dinero rápido para poder tener todo lo que la vida le ha negado sistemáticamente y claro, ojalá junto a Djigui.
La cinta es conmovedora y por varias razones. La directora se sumerge en la marginalidad y no esconde sus consecuencias. La cámara incursiona en estos guetos sociales difíciles de describir. Ella los filma, lo hace con seguridad, poniendo delante a dos jóvenes que poseen características resilientes pero que sucumben ante lo resplandeciente, ante lo que parece sencillo, ante lo que se percibe como una oportunidad inmejorable. Money, money, money…
En un paralelo interesante, la banda sonora adquiere intensa presencia. El uso de piezas clásicas, de Handel y en especial el “Lacrimosa” del Requiem de Mozart, imprime una tensión transversal a las escenas. Los momentos complementarios son especiales, elegidos con sensibilidad, naturalidad y delicadeza. Además, agrega canciones y piezas que la compañía de danza ensaya, en una combinación estética muy bien balanceada.
El drama de la historia estremece y la construcción hacia el desenlace provoca desesperanza. Quisiéramos rescatar a estas adolescentes, prevenirlas de sus decisiones, de los caminos que eligen, de las personas a quienes quieren seguir y con quienes quieren relacionarse. No podemos, somos espectadores de su vulnerabilidad, observamos aquello que en ocasiones no queremos ver o que consciente o inconscientemente escondemos.
“Divines”, con actuaciones certeras y una mirada profunda, nos involucra. La energía que sale de la cinta es poderosa, en especial la que irradia la joven Oulaya Amamra. Ella trasluce sus miedos y conflictos internos, su búsqueda desesperada de una salida ante una condición de la que parece no poder escapar. Con una madre lejana, ni siquiera el soporte emocional le permite sobrellevar una pobreza material llena de grietas. Allí surge la amistad y el cariño de estas dos adolescentes que luchan por mejores condiciones, donde su espiritualidad está rota porque la esperanza de un futuro mejor se queda solo en el eslogan.
Ficha técnica
Título original: Divines
Año: 2016
Duración: 105 minutos
País: Francia
Productora: Easy Tiger, France 2 Cinema, France Télévisions
Género: Drama | Amistad. Adolescencia. DrogasGuion: Houda Benyamina, Romain Compingt
Música: Demusmaker
Fotografía: Julien Poupard
Reparto: Oulaya Amamra, Déborah Lukumuena, Kevin Mishel, Jisca Kalvanda, Yasin Houicha, Majdouline Idrissi, Bass Dhem, Farid Larbi, Maryama Soumare, Wilfried Romoli, Tania Dessources, Mounir Amamra, Samir Zbrouki, Mohamed Ourdache, Garba Tounkara, Hana Savané
Dirección: Houda Benyamina
Los planes parecen ir bien. Rebecca las admite al clan y deben sortear los primeros problemas. El tráfico en la calle es en serio, ponen en riesgo su propia integridad. En el camino, la figura de Djigui -Kévin Mischel-, un joven bailarín de danza contemporánea, distrae los ojos de Dounia. Hay atracción, fuerza, tensión. El futuro de pronto se abre, la preocupación ya no radica solo en su amiga, también debe velar por ella misma. Su principal motivación es generar dinero rápido para poder tener todo lo que la vida le ha negado sistemáticamente y claro, ojalá junto a Djigui.
La cinta es conmovedora y por varias razones. La directora se sumerge en la marginalidad y no esconde sus consecuencias. La cámara incursiona en estos guetos sociales difíciles de describir. Ella los filma, lo hace con seguridad, poniendo delante a dos jóvenes que poseen características resilientes pero que sucumben ante lo resplandeciente, ante lo que parece sencillo, ante lo que se percibe como una oportunidad inmejorable. Money, money, money…
En un paralelo interesante, la banda sonora adquiere intensa presencia. El uso de piezas clásicas, de Handel y en especial el “Lacrimosa” del Requiem de Mozart, imprime una tensión transversal a las escenas. Los momentos complementarios son especiales, elegidos con sensibilidad, naturalidad y delicadeza. Además, agrega canciones y piezas que la compañía de danza ensaya, en una combinación estética muy bien balanceada.
El drama de la historia estremece y la construcción hacia el desenlace provoca desesperanza. Quisiéramos rescatar a estas adolescentes, prevenirlas de sus decisiones, de los caminos que eligen, de las personas a quienes quieren seguir y con quienes quieren relacionarse. No podemos, somos espectadores de su vulnerabilidad, observamos aquello que en ocasiones no queremos ver o que consciente o inconscientemente escondemos.
“Divines”, con actuaciones certeras y una mirada profunda, nos involucra. La energía que sale de la cinta es poderosa, en especial la que irradia la joven Oulaya Amamra. Ella trasluce sus miedos y conflictos internos, su búsqueda desesperada de una salida ante una condición de la que parece no poder escapar. Con una madre lejana, ni siquiera el soporte emocional le permite sobrellevar una pobreza material llena de grietas. Allí surge la amistad y el cariño de estas dos adolescentes que luchan por mejores condiciones, donde su espiritualidad está rota porque la esperanza de un futuro mejor se queda solo en el eslogan.
Ficha técnica
Título original: Divines
Año: 2016
Duración: 105 minutos
País: Francia
Productora: Easy Tiger, France 2 Cinema, France Télévisions
Género: Drama | Amistad. Adolescencia. DrogasGuion: Houda Benyamina, Romain Compingt
Música: Demusmaker
Fotografía: Julien Poupard
Reparto: Oulaya Amamra, Déborah Lukumuena, Kevin Mishel, Jisca Kalvanda, Yasin Houicha, Majdouline Idrissi, Bass Dhem, Farid Larbi, Maryama Soumare, Wilfried Romoli, Tania Dessources, Mounir Amamra, Samir Zbrouki, Mohamed Ourdache, Garba Tounkara, Hana Savané
Dirección: Houda Benyamina
Valparaíso, mi amor - Por José Blanco Jiménez
Un clásico de la marginalidad y un documento acerca de la desigualdad que aún impera en nuestro país. ¡Amarga, pero necesaria!
Sobre esta película se ha escrito mucho, pero nunca demasiado. Me sería fácil hablar con mi tocayo Pepe Román y pedirle información complementaria. ¡Pero, no! Prefiero hablar de la obra plasmada, desde afuera, como la vieron y la ven los espectadores que hubo, hay y habrá.
Comienzo por decir que he visto obras maestras del neorealismo italiano y que sufro con su contenido, pero, al mismo tiempo, suspiro pensando que las situaciones que plantea ya son historia y – felizmente – ya no existen.
En cambio, Valparaíso, mi amor es una herida abierta y sangrante.
Ha pasado medio siglo y las situaciones que denuncia la película no sólo no han desaparecido sino que – al contrario – han aumentado. Basta ver las noticias cada vez que hay un incendio en “el puerto principal”. No sólo se ha acrecentado el abismo social, sino que se le ha agregado la expansión del tráfico de drogas, acompañado por la violencia que provoca la rabia contra la injusticia.
Aldo Francia, pediatra de profesión, se dio cuenta de los riesgos de la pobreza. Tituló su obra Valparaíso, mi amor en homenaje a Hiroshima, mon amour de Alain Resnais (1959), que para la época era una “escandalosa” historia de amor adulterino en la que la actriz francesa Emmanuelle Riva abrazaba con los pechos desnudos a su amante japonés, interpretado por Eiji Okada.
En esta película chilena, en cambio, había más de una razón para escandalizarse.
Se trata de hechos reales. En el puerto de Valparaíso (que ya no es presentado como objeto turístico), cuatro niños están desamparados porque su padre está en la cárcel. Los acompaña la “madrastra”, que está embarazada y que poco puede hacer por ellos. La única ruta que la sociedad les abre es la marginalidad y, por ende, la delincuencia.
Los niños no son un signo de alegría y futuro esplendor. Al contrario: provocan tristeza y desazón. Se mueven en grupos no para jugar, sino para agredir. La cámara los sigue desde lo alto y a través de las callejuelas, topándose con un Valparaíso real (notable la secuencia de los “chinchineros”). Francia jamás negó la influencia de realizadores como Vittorio De Sica y otros italianos del cine postfascista. Incluso, como en Rocco y sus hermanos, de Luchino Visconti (1960), un cartel anuncia el nombre del niño que será protagonista de la siguiente secuencia.
Su fotografía escruta, acompaña en travelling y se mete en tugurios de mala muerte o en la casa de la señora caritativa a la que el pilluelo paga como Jean Valjean al obispo en Los miserables de Victor Hugo. Mientras tanto, los ascensores suben y bajan conectando dos mundos antitéticos.
Hay que pensar que esta película fue filmada cuando estaba en marcha el gobierno de Eduardo Frei Montalva, que había decretado una Reforma educacional y un plan denominado Promoción Popular. Al comienzo una mujer de pueblo exclama: “¡Los pacos sólo sirven para molestar a los pobres!”. En realidad, no hacían más que cumplir con su deber. En tanto, en esos años, gracias a la iniciativa de algunos jefes y oficiales (los principales fueron Pedro Véliz y Alfredo Vicuña, apoyados por el general director Arturo Queirolo) se había creado la Policía de Menores, que tenía como finalidad erradicar la delincuencia de la clase baja desde sus raíces. Estaba claro que nunca podría eliminarse la de las clases pudientes, que seguirán asesinando personas para ser impunemente sobreseídos por los jueces. Sólo sobrevive la Fundación Niño y Patria, después que ciertos jerarcas atacaron a la institución, porque Carabineros de chile no debían trabajar como “niñeros”. Para eso está el SENAME y ¡no digo más!
Un último párrafo para la música. Gustavo Becerra escribió un comentario musical adecuado, realizando variaciones sinfónicas sobre La joya del Pacifico de Víctor Acosta y Lázaro Salgado, que en la película canta Jorge Farías. ¡Créanme! Todos aquéllos que hayan visto la cinta no podrán sentir más que una fuerte tristeza al oír este vals, que debiera expresar sólo alegría. Es ya un reflejo condicionado.
¡Ojalá algún día podamos decir: “Esto ya no ocurre en Chile”!
(Valparaíso, mi amor. Chile, 1969)
Sobre esta película se ha escrito mucho, pero nunca demasiado. Me sería fácil hablar con mi tocayo Pepe Román y pedirle información complementaria. ¡Pero, no! Prefiero hablar de la obra plasmada, desde afuera, como la vieron y la ven los espectadores que hubo, hay y habrá.
Comienzo por decir que he visto obras maestras del neorealismo italiano y que sufro con su contenido, pero, al mismo tiempo, suspiro pensando que las situaciones que plantea ya son historia y – felizmente – ya no existen.
En cambio, Valparaíso, mi amor es una herida abierta y sangrante.
Ha pasado medio siglo y las situaciones que denuncia la película no sólo no han desaparecido sino que – al contrario – han aumentado. Basta ver las noticias cada vez que hay un incendio en “el puerto principal”. No sólo se ha acrecentado el abismo social, sino que se le ha agregado la expansión del tráfico de drogas, acompañado por la violencia que provoca la rabia contra la injusticia.
Aldo Francia, pediatra de profesión, se dio cuenta de los riesgos de la pobreza. Tituló su obra Valparaíso, mi amor en homenaje a Hiroshima, mon amour de Alain Resnais (1959), que para la época era una “escandalosa” historia de amor adulterino en la que la actriz francesa Emmanuelle Riva abrazaba con los pechos desnudos a su amante japonés, interpretado por Eiji Okada.
En esta película chilena, en cambio, había más de una razón para escandalizarse.
Se trata de hechos reales. En el puerto de Valparaíso (que ya no es presentado como objeto turístico), cuatro niños están desamparados porque su padre está en la cárcel. Los acompaña la “madrastra”, que está embarazada y que poco puede hacer por ellos. La única ruta que la sociedad les abre es la marginalidad y, por ende, la delincuencia.
Los niños no son un signo de alegría y futuro esplendor. Al contrario: provocan tristeza y desazón. Se mueven en grupos no para jugar, sino para agredir. La cámara los sigue desde lo alto y a través de las callejuelas, topándose con un Valparaíso real (notable la secuencia de los “chinchineros”). Francia jamás negó la influencia de realizadores como Vittorio De Sica y otros italianos del cine postfascista. Incluso, como en Rocco y sus hermanos, de Luchino Visconti (1960), un cartel anuncia el nombre del niño que será protagonista de la siguiente secuencia.
Su fotografía escruta, acompaña en travelling y se mete en tugurios de mala muerte o en la casa de la señora caritativa a la que el pilluelo paga como Jean Valjean al obispo en Los miserables de Victor Hugo. Mientras tanto, los ascensores suben y bajan conectando dos mundos antitéticos.
Hay que pensar que esta película fue filmada cuando estaba en marcha el gobierno de Eduardo Frei Montalva, que había decretado una Reforma educacional y un plan denominado Promoción Popular. Al comienzo una mujer de pueblo exclama: “¡Los pacos sólo sirven para molestar a los pobres!”. En realidad, no hacían más que cumplir con su deber. En tanto, en esos años, gracias a la iniciativa de algunos jefes y oficiales (los principales fueron Pedro Véliz y Alfredo Vicuña, apoyados por el general director Arturo Queirolo) se había creado la Policía de Menores, que tenía como finalidad erradicar la delincuencia de la clase baja desde sus raíces. Estaba claro que nunca podría eliminarse la de las clases pudientes, que seguirán asesinando personas para ser impunemente sobreseídos por los jueces. Sólo sobrevive la Fundación Niño y Patria, después que ciertos jerarcas atacaron a la institución, porque Carabineros de chile no debían trabajar como “niñeros”. Para eso está el SENAME y ¡no digo más!
Un último párrafo para la música. Gustavo Becerra escribió un comentario musical adecuado, realizando variaciones sinfónicas sobre La joya del Pacifico de Víctor Acosta y Lázaro Salgado, que en la película canta Jorge Farías. ¡Créanme! Todos aquéllos que hayan visto la cinta no podrán sentir más que una fuerte tristeza al oír este vals, que debiera expresar sólo alegría. Es ya un reflejo condicionado.
¡Ojalá algún día podamos decir: “Esto ya no ocurre en Chile”!
(Valparaíso, mi amor. Chile, 1969)
Disponible en https://www.cclm.cl/cineteca-online/valparaiso-mi-amor/
No Matarás - Por Juan Pablo Donoso
Filme de suspenso español que -si obviamos los giros ilógicos -logra mantenernos atentos gracias a su buena factura.
Dani es un joven tranquilo, empleado en una agencia de turismo. Cuando muere su padre anciano planean con su hermana, Laura, hacer un viaje para calmar la pena.
Esa noche, por auxiliar a una muchacha desconocida, despierta en ella una gratitud que lo irá involucrando en un encuentro sexual inesperado. A pesar de su afán por evadirla, se verá envuelto en una escalada demencial que incluye suicidios y asesinato en defensa propia.
Como nadie creería en su inocencia, conseguirá escapar del sitio de crimen. Mas, el trauma psíquico y el temor a ser acusado lo apremian al punto de empezar a cometer imprudencias.
Historia de un súbito cuasi romance que entra en un torbellino de angustias del cual nunca sabremos si el pobre inocente pudo salvarse.
Prolija realización que sucede casi entera en una sola noche. Seguimos a la víctima con ágil cámara en mano. El actor Mario Casas (Los 33 -2015, El Practicante -2020), como Dani, transmite su angustia con variados matices. Los roles femeninos de Milena Smit - como la deschavetada ninfómana - y Elizabeth Larena (Vivir sin Permiso, 2018), como la compasiva hermana Laura, se limitan a servir de contraparte al acongojado protagonista.
Para mantener el suspenso le dan demasiados avatares a la trama: terminan sintiéndose algunos forzados y otros gratuitos.
La resolución - para los guionistas y también para nosotros - fue dejar un “final abierto”. Un dilema ético. Así quedamos todos liberados de la moraleja y contentos con el desarrollo de la aventura.
SUSPENSO CON BUEN NIVEL TÉCNICO Y ACTORAL. ENTRETENIDA PARA QUIENES PERDONEN LAS OMSIONES DE LÓGICA.
Ficha técnica
Suspenso, crimen - 2020
Dani es un joven tranquilo, empleado en una agencia de turismo. Cuando muere su padre anciano planean con su hermana, Laura, hacer un viaje para calmar la pena.
Esa noche, por auxiliar a una muchacha desconocida, despierta en ella una gratitud que lo irá involucrando en un encuentro sexual inesperado. A pesar de su afán por evadirla, se verá envuelto en una escalada demencial que incluye suicidios y asesinato en defensa propia.
Como nadie creería en su inocencia, conseguirá escapar del sitio de crimen. Mas, el trauma psíquico y el temor a ser acusado lo apremian al punto de empezar a cometer imprudencias.
Historia de un súbito cuasi romance que entra en un torbellino de angustias del cual nunca sabremos si el pobre inocente pudo salvarse.
Prolija realización que sucede casi entera en una sola noche. Seguimos a la víctima con ágil cámara en mano. El actor Mario Casas (Los 33 -2015, El Practicante -2020), como Dani, transmite su angustia con variados matices. Los roles femeninos de Milena Smit - como la deschavetada ninfómana - y Elizabeth Larena (Vivir sin Permiso, 2018), como la compasiva hermana Laura, se limitan a servir de contraparte al acongojado protagonista.
Para mantener el suspenso le dan demasiados avatares a la trama: terminan sintiéndose algunos forzados y otros gratuitos.
La resolución - para los guionistas y también para nosotros - fue dejar un “final abierto”. Un dilema ético. Así quedamos todos liberados de la moraleja y contentos con el desarrollo de la aventura.
SUSPENSO CON BUEN NIVEL TÉCNICO Y ACTORAL. ENTRETENIDA PARA QUIENES PERDONEN LAS OMSIONES DE LÓGICA.
Ficha técnica
Suspenso, crimen - 2020
BFDistribution
España - 1,32 hrs.
Fotografía: Elías M. Félix
Edición: Alberto Gutiérrez
Música: Adrian Foulkes, Federico Jusid
Diseño Prod.: Balter Gallart
Guion: David Victori, Jordi Vallejo, Clara Viola
Actores: Mario Casas, Elizabeth Larena, Milena Smit
Director: David Victori
La dictadura perfecta - Por Alejandro Caro
Sinopsis: El presidente mexicano recibe al embajador de EE.UU, quien presenta sus cartas credenciales y el anfitrión hace el siguiente comentario “los mexicanos son mejores que los negros”, lo cual, se transforma en tendencia en las redes sociales. Para tapar este error, buscan una noticia, donde involucran al gobernador Carmelo Vargas (Damián Alcázar) con el tráfico de drogas y este para ocultar su poco claro actuar, se involucra en el secuestro de las gemelas Garza…..
Luis Estrada es un reconocido director, guionista y productor mexicano, y que aborda abiertamente los problemas de corrupción del gobierno mexicano. Sus filmes como “La ley de Herodes”(1999) y “El infierno” (2010), han traído una controversia por los temas de corrupción y narcotráfico entre las autoridades de gobierno. Pero por otra parte, también sus trabajos cinematográficos han sido reconocidos con premios. En otras palabras, su filmografía no pasa inadvertida.
“La dictadura perfecta”, lo primero que hay que decir es que “Cualquier coincidencia con nuestra realidad es mera ficción”. Esta es una sátira de cómo se mueve el poder con los medios de comunicación. La sátira tiene la genialidad de un discurso de crítica aguda de los vicios que tienen en este caso el poder político y los medios de comunicación. Está claro que se les quiere enrostrar su falta de ética y lo hace genialmente, en forma lúdica y burlesca.
Este filme es interesante porque nos acerca a un humor muy del común de la gente, con palabras y gestos que usan los personajes, algunos bastante al límite, -bueno, la sátira acaso es eso-. El relato que presenta el filme, nos debe invitar a leer el texto que está por debajo, cómo el poder se mueve, tanto para mantener su "statu quo" como para acrecentar su permanencia, cualquiera que esta sea, con manipulación o “cortinas de humo" para desviar la atención frente a problemas cruciales de la comunidad. En otras palabras, podemos decir que el poder tiene muy pocos escrúpulos para alcanzar sus fines.
Esta es una crítica social, y hay estar atentos a las "fake news" o noticias falsas, y no pecar de ingenuos.
Este filme tiene buenas actuaciones con actores mexicanos reconocidos, es para disfrutar del humor y seguramente encontraremos algunas similitudes por estas tierras.
Disponible en Netflix.
Ficha técnica
Título original: La dictadura perfecta
Año: 2014
País: México
Dirección: Luis Estrada
Guion: Luis Estrada, Jaime Sampietro
Reparto: Damián Alcázar. Livia Brito, Joaquín Cosío, Alonso Herrera,, Dagoberto Gama, María Rojo, Sebastián Sánchez
Fotografía: Javier Aguirresarobe.
Música: Benson Taylor.
Género: Comedia, Sátira política.
Distribuidora: Alfhaville Cinema
Luis Estrada es un reconocido director, guionista y productor mexicano, y que aborda abiertamente los problemas de corrupción del gobierno mexicano. Sus filmes como “La ley de Herodes”(1999) y “El infierno” (2010), han traído una controversia por los temas de corrupción y narcotráfico entre las autoridades de gobierno. Pero por otra parte, también sus trabajos cinematográficos han sido reconocidos con premios. En otras palabras, su filmografía no pasa inadvertida.
“La dictadura perfecta”, lo primero que hay que decir es que “Cualquier coincidencia con nuestra realidad es mera ficción”. Esta es una sátira de cómo se mueve el poder con los medios de comunicación. La sátira tiene la genialidad de un discurso de crítica aguda de los vicios que tienen en este caso el poder político y los medios de comunicación. Está claro que se les quiere enrostrar su falta de ética y lo hace genialmente, en forma lúdica y burlesca.
Este filme es interesante porque nos acerca a un humor muy del común de la gente, con palabras y gestos que usan los personajes, algunos bastante al límite, -bueno, la sátira acaso es eso-. El relato que presenta el filme, nos debe invitar a leer el texto que está por debajo, cómo el poder se mueve, tanto para mantener su "statu quo" como para acrecentar su permanencia, cualquiera que esta sea, con manipulación o “cortinas de humo" para desviar la atención frente a problemas cruciales de la comunidad. En otras palabras, podemos decir que el poder tiene muy pocos escrúpulos para alcanzar sus fines.
Esta es una crítica social, y hay estar atentos a las "fake news" o noticias falsas, y no pecar de ingenuos.
Este filme tiene buenas actuaciones con actores mexicanos reconocidos, es para disfrutar del humor y seguramente encontraremos algunas similitudes por estas tierras.
Disponible en Netflix.
Ficha técnica
Título original: La dictadura perfecta
Año: 2014
País: México
Dirección: Luis Estrada
Guion: Luis Estrada, Jaime Sampietro
Reparto: Damián Alcázar. Livia Brito, Joaquín Cosío, Alonso Herrera,, Dagoberto Gama, María Rojo, Sebastián Sánchez
Fotografía: Javier Aguirresarobe.
Música: Benson Taylor.
Género: Comedia, Sátira política.
Distribuidora: Alfhaville Cinema
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