jueves, 30 de agosto de 2012

El dictador


Por Juan Pablo Donoso

Director: Larry Charles
Con: Sacha Baron Cohen, Anna Faris, Ben Kingsley

Esta nueva película con la dupla del comediante Sacha Baron Cohen y el guionista y director Larry Charles (Seinfeld), se mantiene fiel al estilo de sus anteriores comedias irreverentes y que bordean la pornografía humorística.
BORAT, de enorme éxito mundial, resultó más efectiva y directa para el público que disfruta con los chistes escatológicos y la estupidez de sus protagonistas.

Esta vez Baron Cohen es un grotesco dictador de un país del Medio Oriente que manda decapitar a cualquiera de sus colaboradores por las  razones más nimias y caprichosas.

Por una maniobra de su Primer Ministro (Ben Kingsley) se ve obligado a viajar a EE.UU. para demostrar ante las Naciones Unidas que firmará una Constitución  que implantará la democracia en su país.
Pero la historia se llenará de burdas peripecias cuando llevan a un doble suyo a la ONU en contra de su voluntad de seguir tiranizando a su pueblo.

Al igual que en BORAT, irá descubriendo personas y costumbre en EE.UU. que – supuestamente – alterarían su mentalidad tiránica.

El humor es osadamente grueso, tanto en lo sexual como en lo obsceno, y hará reír a diversos públicos por ese motivo.
Cabe recordar que Sacha Baron Cohen, inglés pero de familia judía, con enorme talento de farsa, tiene en su repertorio a famosos personajes que ha popularizado en la televisión.

Comedia muy gruesa, con audaces recursos sexuales, que logra momentos hilarantes en su desfachatez.    

sábado, 25 de agosto de 2012

FICNOR 2012 – un gran Festival de Patrimonio e Integración


Juan  Pablo  Donoso G.
Profesor Titular
Facultad de Artes
Universidad de Chile


A comienzos de agosto tuvo lugar en Antofagasta FICNOR 2012 – 8° Festival Internacional de Cine del Norte – creado por la recordada cineasta Adriana Zuanic, y hoy producido y bajo la Dirección General de Pedro Arturo Zlatar, y la Producción Ejecutiva del académico Víctor Mario Bórquez.

El evento contó con la presencia de destacados representantes del cine nacional, latinoamericano y europeo.

Además de la exhibición de 21 largometrajes, participaron en competencia 6 cortos realizados en el norte de Chile, y cuya temática aludió al universo específico de la región. 

El propósito de este Festival fue resaltar los valores patrimoniales, incluyendo tanto los chilenos como también otros de nuestro continente de habla hispana.

Fue así como la filmografía boliviana tuvo enorme gravitación gracias a la exhibición de realizadores tan paradigmáticos como Jorge Sanjinés (3 películas), y otras seis creaciones de Paolo Agazzi, Héctor Ferreiro, Álvaro Olmos y Thomas Kronthaler.

Aunque algunos de éstos ya son clásicos retrospectivos, también hubo estrenos.

Venezuela abrió la muestra con el largometraje documental  NIKKEI, de la joven realizadora Kaori Flores, galardonada previamente por exponer con poética visión, la realidad de los inmigrantes japoneses en nuestro continente durante los últimos cien años.

El cine cubano admiró a la audiencia con VINCI (2011), del controvertido director Eduardo del Llano; bellísima obra ambientada en el Renacimiento, mostrando a un Leonardo adolescente encarcelado junto a dos delincuentes. Estuvo presente uno de sus protagonistas, el eximio actor Manuel Romero.
Y de Cuba llegó también la retrospectiva VAMPIROS EN LA HABANA (1986), largometraje de animación de los hermanos Juan y Ernesto Padrón.

De Chile se exhibió HIJA, de María Paz González, LA CLAUSURA DEL DESIERTO, de Mixie Araya, SI VAS PARA CHILE, de Claudio Araya Silva, y EFECTOS ESPECIALES, comedia experimental del joven realizador Bernardo Quesney.

Francia contribuyó con WELCOME de Philippe Lioret, largometraje que aborda el drama de los inmigrantes kurdos en el país galo. Refinada realización.

De los seis cortometrajes en competencia, fueron galardonados AGUAS SERVIDAS, en categoría documental, y LA MALETA DE TONY de Mijael Milies, como ficción.

En actividades paralelas, efectuadas todas las mañanas, con charlas y ponencias sobre patrimonio e interacción cultural con las naciones vecinas, hubo valiosas exposiciones sobre temas tan variados como “Experiencias de Jóvenes Realizadores” por Peter McPhee, “Dirección de Arte en Cine y TV”, a cargo del laureado diseñador suizo René Jauch, “Proceso Creativo de la Animación Audiovisual”, por el dibujante croata Branko Farac, y en sesión aparte, sobre el mismo tema, de la animadora chilena Claudia Menéndez; expusieron sobre “La Mujer y su Visualización en el Cine Chileno Actual”, las académicas Alejandra Matus y Jimena Silva; Fernando Blanco, profesor chileno radicado en Stanford, EE.UU., fue invitado para  exponer sobre “Identidad Patrimonial a través del Cine Contemporáneo”; Katterina Osorio disertó sobre el “Patrimonio existente en la 2ª Región”; y el Director de la Cineteca Nacional, Ignacio Aliaga, se refirió al “Desarrollo y Resguardo del Patrimonio Audiovisual Chileno”.
Los realizadores de animación Claudia Menéndez y el croata Branko Farac pudieron, además, ilustrar sus ponencias exhibiendo en las tardes filmes completos de su arte y de sus técnicas, para asombro y admiración del público presente.

La labor difusora de este Festival continuará, a lo largo del año, por las diversas zonas de la región, dando a conocer los aportes de tan loable iniciativa de sus propulsores Zlatar y Bórquez.

En conclusión, el 8° Festival de Cine Internacional del Norte, FICNOR 2012,  celebrado en Antofagasta, fue un evento de enorme trascendencia tanto para Chile como para los países participantes; junto a las valiosas exhibiciones de filmes nuevos y retrospectivos, algunos aún ignorados por nosotros, constituyó una instancia de elevado nivel de reflexión sobre nuestro patrimonio cultural, y confirmó la urgente necesidad de incrementar la integración audiovisual  de las diversas regiones de nuestro país entre sí, como de las naciones vecinas y del resto del mundo.  


lunes, 20 de agosto de 2012

A Roma con amor


Por Carlos Correa Acuña

Woody Allen no se cansa. Una cinta por año demuestra un juvenil espíritu emprendedor a sus 77 años. ¡Admirable! Esta vez, Allen continua su paseo fílmico por Europa, el que ya había tenido escalas en Barcelona, Londres y París. Ahora es el turno de Roma, la ciudad eterna, que configura para el director un nuevo desafío desde el que emerge este nuevo trabajo.

El relato está compuesto por cuatro historias. Una joven artista, turista norteamericana de paso por Roma, que se enamora de un apuesto abogado de la ciudad. El romance avanza, y se deben reunir los padres de la joven pareja -Allen es el singular padre de ella- desencadenándose una hilarante serie de situaciones y diálogos donde la agudeza y el sentido del humor del director encuentran terreno fértil. En paralelo, un joven estudiante de arquitectura y su novia reciben la visita de una amiga quien se introduce en sus vidas, poniendo en riesgo a la pareja. Todo esto transcurre mientras son aconsejados por una figura real y virtual de un respetado y maduro arquitecto -Alec Baldwin- quien revive su juventud en Roma. Simultáneamente, una pareja provinciana de recién casados llega a Roma para su luna de miel, tal vez en la historia más débil pero que tiene como aporte el papel de Penélope Cruz como Anna, una prostituta de la alta clase que deja a políticos y magnates por el suelo. Finalmente el relato más logrado a mi modo de ver, interpretado por Roberto Benigni. Un hombre común, con una vida común, que salta inesperadamente y sin razón a ser una celebridad en Roma, con una inmensa fama y una vida soñada que apenas puede sobrellevar.

En estas historias, cada una en su grado, expresan con maestría la observación social de Allen. Esto es hacer de lo ordinario y común algo visible y extraordinario, exponiendo critica social, cultural y mediática, explicitando los choques culturales y económicos entre Europa y Estados Unidos y llevando situaciones al extremo del absurdo para de esa forma visualizar las diferencias y el contexto en que la sociedad se desenvuelve actualmente.

Probablemente no es esta la mejor cinta del director en su periplo europeo, sin embargo Woody Allen siempre genera opinión. Gusta o no, incomoda, hace reflexionar. Para sus seguidores una nueva aventura. Para quienes disfrutamos del cine, un oasis en medio del bombardeo de secuelas y remakes. Una historia original que tiene como excusa un telón de fondo sin igual, presentando una de las ciudades más bellas y con más historia en el mundo.

Ficha técnica

Título Original: To Rome with love
Distribuidor: DIAMOND
Calificación: 14
Duración: 110 Minutos
Género: Comedia / Drama.
Año: 2012
País: Estados Unidos / Italia.
Elenco: Woody Allen, Alec Baldwin, Roberto Benigni, Penélope Cruz, Judy Davis, Jesse Eisenberg, Greta Gerwig, Ellen Page.
Director: Woody Allen

Vengador del futuro

Por Carlos Correa Acuña

Como un remake de la cinta de los años 90 protagonizada en aquel entonces por Arnold Schazeneger, esta nueva versión dirigida por Len Wiseman no se aparta mucho de la historia original. En un mundo futuro desgarrado por la devastación y las guerras solo existen dos lugares habitables, la Federación Unida de Bretaña y la Colonia, unidos por "la caída" un modernísimo sistema tipo elevador que atraviesa la tierra pasando incluso por el núcleo y que permite recorrer la extensa distancia que los separa en solo 17 minutos. 

Un trabajador llamado Doug Quaid -Colín Farrel- vive su vida normalmente junto a su mujer -Kate Beckinsale-. Salvo un sueño que se repite todas las noches, va a trabajar diariamente, se reúne con sus amigos, regresa a casa. Nada especial. Sin embargo el aviso de una empresa que implanta recuerdos le llama la atención. Al decidir experimentar en ello algo sale mal. Al parecer no es quien cree ser y posee un pasado que está oculto o borrado en su mente. Doug no sabe si fue un espía o contra espía del sistema o de la resistencia, su mujer lo persigue y una rebelde luchadora de la Colonia -Jessica Biel- quiere ayudarle a recobrar sus recuerdos.

La cinta ofrece mucha acción junto a un excelente nivel de producción. Sin tomar en cuenta la versión original, rescato de esta película algunos elementos importantes. El primero es la configuración de este mundo futuro. Las condiciones de vida de los trabajadores de la Colonia son infra humanas. Se siente la opresión de régimen liderado por el Canciller Cohaagen -Bryan Cranston-, y sin duda divide a los seres humanos en personas de primera y de tercera clase (ni siquiera de segunda). La estética del futuro está muy bien lograda. Oscura, hacinada, desprovista de la humanidad que conocemos. ¿Será premonitorio? ¿Vamos hacia allá? Tal vez y sería muy lamentable si no lo detenemos a tiempo. Como una segunda gran temática, el relato pone de manifiesto el tema de la opresión -económica, física, intelectual, de derechos y libertades- de un grupo de personas por sobre otras. Esto no es nuevo, pero verlo tan claro y explícito en una cinta de ficción hace despertar los sentidos y comprender tal vez mejor la revolución que sueñan y en ocasiones emprenden todos quienes se ven en alguna situación desigual producto de cualquier sistema.

Con estos elementos, y muchos otros por cierto, surge la figura de un héroe, alguien capaz de cambiar el estado de las cosas influyendo en el rumbo de la historia. En este caso, Doug es el llamado a conquistar un nuevo orden. En otros casos podrán nacer líderes, caudillos, dictadores o tiranos, quienes gracias a sus contextos sociales podrán emprender sueños, luchas y revoluciones incorporando todo lo que ello involucra para cambiar lo establecido, por algo distinto -no sabemos si mejor- y que puede ser solo un cambio de extremo o una rotación del poder. Sin duda la cinta no pretende profundizar en estas temáticas, pero ellas están allí, a la vista. De nosotros depende el filtro con el que las miremos y si las asociamos o no a nuestra propia construcción de mundo. Al menos es interesante que se expresen y que le den el contexto a una historia simple en la forma, correctamente narrada, actuada y filmada.

Ficha técnica

Titulo Original: Total Recall
Distribuidor: ANDES.
Calificación: TE+7.
Duración: 118 Min.
Género: Acción / Ciencia Ficción
Año: 2012
País: Estados Unidos.
Elenco: Colin Farrell, Jessica Biel, Bill Nighy, Kate Beckinsale, Bryan Cranston, Ethan Hawke, John Cho, Steve Byers.
Director: Len Wiseman

jueves, 16 de agosto de 2012

Un día para sobrevivir


Por Juan Pablo Donoso

Director:  Joe Carnahan
Actores : Liam Neeson, Frank Grillo, Dermot Mulroney
EE.UU. – 2011 – 117 minutos

La producción y realización son loables, ya que se filmó casi enteramente en las montañas nevadas de Alaska, en medio de una naturaleza agreste, virgen y salvaje.

Sin embargo, es un relato cruel y cansador de seguir.

Un grupo de trabajadores de una planta petrolífera  en Alaska toma un avión para ir de vacaciones a la ciudad.  La nave es abatida por una feroz tormenta y se estrella en la nieve. Sólo sobreviven siete pasajeros, todos hombres. Perdidos en la inmensidad de esa región buscan la forma de salir de ahí por sus propios medios. Pero en la primera noche ya son atacados por jaurías de inmensos lobos hambrientos. Iniciarán la marcha hacia un bosque, pero los lobos seguirán depredándolos uno por uno.
 
La cinta se hace lenta, pesada. El motivo principal es que los personajes presentan poca diferencia entre sí, y por lo tanto, poco contraste dramático. 

El actor principal, Liam Neeson, un cazador de lobos de la planta industrial, con instintos autodestructivos, es el líder del grupo que busca refugio y sobrevivencia sin hallarla. En él se vislumbra un pasado triste y nihilista. 
El filme resultará cansador para muchos espectadores ya que los lobos, obviamente, son irracionales, golosos y tienen poca imaginación . 

Por más que insertan ciertas reflexiones seudo-filosóficas, ello tampoco genera empatía con los personajes. 
Ni siquiera el final nos consuela. 

¿Qué pretendieron decirnos los realizadores con esta película? 

¡Que, al igual que a Caperucita Roja, de todas maneras se los comerán los lobos!   

martes, 7 de agosto de 2012


Por Juan Pablo Donoso

Director: Pablo Larraín
Guión: Pedro Peirano
Actores: Gael García Bernal, Alfredo Castro, Jaime Vadell, Luis Gneco y muchos otros. 
Chile – 2012  

Esta nueva película chilena presenta varios niveles y ángulos de lectura.

En momentos, por su complejidad, nos recordó Z de Costa-Gavras, que, con logrado suspenso, relata el proceso de erradicar a un dictador griego.

Desde una plataforma puramente argumental, es la historia de un “duelo” entre dos publicistas que son socios de la misma empresa comercial, promocionando productos antagónicos.

La circunstancia de consultar a la población de un país - mediante el voto libre y secreto - si desea continuar con un gobierno militar o volver a la plena democracia, constituye  uno de los fenómenos más insólitos en la historia de la humanidad.

Con semejante trasfondo político, los realizadores del filme crean una ficción en que dos colegas amigos, expertos en propaganda comercial, se encargarán de diseñar  ambas franjas de marketing: la del SI, (que Pinochet siga por ocho años más), y la del NO, (que los partidos políticos vuelvan al juego multi-ideológico).

Tras una larga reflexión, inspirándose en su trencito eléctrico o recorriendo calles en patineta, uno de los socios (Gael García Bernal) opta por hacerse cargo de la franja del NO, dejando a su socio (Alfredo Castro) la gestión vendedora del SI. 

El pasado de su padre como antiguo exiliado, lo inclinó, finalmente,  a abordar la campaña opositora al gobierno.
El resto de la cinta nos lleva, paso a paso, por la búsqueda de tácticas publicitarias, para complacer a las cabezas ejecutivas y financieras de ambos productos.

Incluso los socios creativos comparten el estudio de grabación, y hasta los mismos extras en algunas escenas masivas.
Desfilan por el filme decenas de rostros conocidos, tanto de actores como de sociólogos, encarnando fugaces personajes ficticios del gobierno o de la oposición.

Los únicos documentos auténticos son fragmentos de filmaciones derivados de la época del Golpe de Estado, y algunas declaraciones del verdadero Pinochet, que hoy, luego de 23 años de democracia republicana, y cinco Presidentes, resultan añejas, anacrónicas  y risibles.

Mirada como una competencia publicitaria muy reñida, cuyo resultado final  (aunque sabido) se nos presenta como impredecible durante su desarrollo, el filme mantiene nuestra atención para descubrir cuáles fueron los recursos de ingenio comunicacional que lograron el triunfo de una de las partes.

Queda claro cómo – en un bando u otro – los chilenos somos intrínsecamente democráticos y amistosos. Esto se refleja, por ejemplo, cuando un riguroso coronel de Ejército, asesor del gobierno, influye gentilmente para liberar de la prisión a la esposa activista del publicista opositor. 

Flota en el aire la idea de que a la larga “somos todos amigos, tolerantes y “compadres””.

En medio de toda esta sátira, el único personaje conmovedor fue el pequeño hijo de Gael García Bernal; en sus ojos algo desconcertados, vemos el paradigma de todos aquellos que crecieron durante el gobierno militar, ignorantes de lo que es una democracia representativa, que presenciaban conflictos callejeros, acciones terroristas, pugnas entre partidarios rotundos de un lado y del otro, y cuyo criterio hoy día, como jóvenes adultos, explica su escepticismo frente a la frivolidad de nuestro panorama politiquero.

Nos parece un filme muy SARCÁSTICO, ya que más allá de las reminiscencias emocionales de antiguos partidarios del SI o del NO, estos jóvenes realizadores cinematográficos miran desde lejos el fenómeno, y denuncian hoy, con más humor que gravedad, fanatismos casi ridículos de sus antepasados cercanos.

Hasta en la peluca grotesca de Luis Gneco, como el valiente ideólogo de la oposición, hay un guiño burlón a nuestra manera de revisar el pasado.

¿Influirá en esto que el director de la cinta sea hijo del senador UDI, Hernán Larraín?


Por Alejandro Caro C.

Film basado en una adaptación de la obra “Plebiscito” de Antonio Skarmeta (obra que nunca ha sido estrenada) Relata la historia de cómo se gesta la campaña del NO el año 1988. René Saavedra (Gael García) quien regresa del exilio a participar en el diseño y creación de la campaña, con muy pocos medios y donde la creatividad es el valor más importante y que debe alcanzar para derrotar la  Campaña del Sí, y por lo tanto, a la dictadura, liderada por Augusto Pinochet. 

Para hacer más difícil el camino, este publicista, venido del mundo de los comerciales debe luchar contra diferentes visiones sobre lo que se debe mostrar en los quince minutos, entregados  en televisión, pues, el discurso propuesto por él para la campaña, está basado en la alegría y la esperanza.

Este Film de Pablo Larraín provocará recuerdos del pasado a quienes vivieron esa época, -se encontraran con documentos de archivo de la televisión-.

Larraín tiene el merito cinematográfico de haber construido su film con el soporte técnico utilizado en los años 80 por la televisión, es decir, en cintas de ¾ tal como se aprecia en la misma película, lo cual, la hace tener un color muy real, y el espectador no sabe claramente qué es de aquel tiempo y qué fue realizado recientemente.  Es interesante, como logra hacer un montaje con los personajes de aquella época, colocándolos en escena en la actualidad y, a través de un flash-back, para ir al pasado y mostrar imágenes de aquellos personajes bastante más jóvenes.

Entre los elementos débiles del film esta, la historia del publicista (René Saavedra) y su ex  mujer Verónica (Antonia Zegers) así como la de su pequeño hijo; se siente como  algo no resuelto,  esta historia se pierde, al no ser más desarrollada. Así como la actuación del protagonista, Gael García como René Saavedra, suena más a marketing, que a una buena actuación, de seguro hay mejores actores en Chile y que pueden imitar un acento mexicano, sin que se note.

A veces, se hace largo el film, reiterativo cuando los protagonistas tratan de ponerse de acuerdo como realizar la campaña, no siempre hay que mostrar todo lo que se filma, claro está, en beneficio del relato.

Es un film que hay que ver, y conversar dándonos cuenta que, con poco se puede hacer mucho, solo falta la creatividad la alegría y la esperanza, las cuales no se deben perder frente a cualquier circunstancia de la vida. 




Por Carlos Correa

Año 1988. Se acerca el 5 de octubre, fecha elegida por el dictador Augusto Pinochet para convocar a un plebiscito que decidiría su permanencia en el poder. La oposición busca la forma de ganarlo mientras el gobierno confía en que será un mero trámite. Este es el ambiente que se vive en Chile y que el director Pablo Larraín retrata, basándose en la obra sin estrenar, "El plebiscito" de Antonio Skármeta, en ésta, su tercera película sobre el período de la dictadura militar.

René Saavedra -Gael García Bernal- es un joven publicista hijo de exiliados que ha retornado al país para trabajar en una oficina publicitaria que lidera Luis Guzmán -Alfredo Castro-. En medio de un agitado "contexto social", el político José Tomás Urrutia -Luis Gnecco-, ofrece a Saavedra encargarse de la creación de la franja televisiva de la campaña del No, un hecho sin precedentes que permitiría a la oposición disponer de 15 minutos diarios en la televisión pública del país, y que a la postre sería decisiva para el resultado de la votación.

La cinta posee una excelente factura. Está filmada al estilo de los años 80, con un registro de baja definición, oscuro y algo sucio. Esta decisión le permite a Larraín intercalar imágenes de la televisión de la época y fusionarlas con el material de la película logrando una cuidada puesta en escena y una admirable ambientación. Su manejo de cámaras también es notable pues transmite y representa fielmente el miedo imperante en esos trascendentales momentos. El guión de Pedro Peirano colabora manteniendo la tensión dramática durante todo el metraje, aportando las justas dosis de humor y pausa para distender los momentos más complejos.

Observamos en esta película la presencia de varias capas que se entrelazan y se separan constantemente. Por un lado la política, aquella que enfrenta a los líderes de la oposición a una atrevida idea publicitaria de hacer una campaña distinta, fresca y alegre, que no deje de lado los sufrimientos, la violación sistemática de los derechos humanos y la opresión de la dictadura pero cuya mirada esté puesta en el futuro. Otra capa es familiar, tal vez la más delgada y menos desarrollada, pues el protagonista ha sufrido una ruptura familiar que lo ha separado de su hijo y de su pareja Verónica -Antonia Zegers-, una activista opositora al régimen militar. Vemos otra referida al trabajo y a la amistad entre René y su jefe Luis, quienes a pesar de estar en bandos opuestos -Guzmán también es asesor de la dictadura y a medio camino debe hacerse cargo de la desvalorizada franja del Si- siguen trabajando juntos en los proyectos de la agencia manteniendo una viva tensión que es magistralmente conducida por el talento de Alfredo Castro.También encontramos la articulación transversal que entrega al filme el personaje de Luis Gnecco durante todo el relato. Es él quien avanza, retrocede, incomoda, acepta, conduce y lidera un proceso dificultoso de traducción de lenguajes entre políticos y artistas para sacar adelante un producto publicitario audiovisualque fue capaz de influir claramente en este momento histórico de Chile.

La cinta puede, por momentos, acercarse a ser una revisión documental del punto de inflexión que significó para el país el plebiscito del año 1988. Sin embargo, al enfocar el relato en el proceso creativo de la franja televisiva de la campaña y en la historia personal del joven publicista a cargo, la narración adquiere solidez, entregando pasión y emoción a un desarrollo dramático bien elaborado que ya marca un sello en la excelente filmografía de Pablo Larraín, el que fue reconocido, con justa razón, al ganar la Quincena de Realizadores en el Festival de Cannes 2012.

Ficha técnica

Título: NO
Duración:
País: Chile
Año: 2012
Género: Drama
Guión: Pedro Peirano
Elenco: Gael García Bernal, Alfredo Castro,  Luis Gnecco, Antonia Zegers
Director: Pablo Larraín


viernes, 3 de agosto de 2012

Mi semana con Marilyn


Por Musia Rosa

Película basada en el libro del escritor británico Colin Clark, donde cuenta su experiencia personal con la actriz Marilyn Monroe, la que no ha sido corroborada totalmente por las personas cercanas a los hechos.

El filme muestra como Clark (Eddie Redmayne) a la edad de 23 años, recién egresado de la universidad, sólo deseando trabajar en la industria del cine, logra con perseverancia y buenos contactos, ser el tercer asistente de dirección en la película El príncipe y la corista, que protagoniza Marilyn Monroe  junto a Laurence Olivier, quien también es el director del filme.

Esta circunstancia permite armar una historia del cine dentro del cine, mostrando las dificultades del rodaje, por la impuntualidad y arranques temperamentales de Marilyn (Michelle Williams) y las exigencias destempladas de Olivier (Kenneth Branagh), más lo que ocurre fuera del set, donde los roles menores están a cargo de grandes actores bitánicos que contribuyen a darle fuerza y consistencia al relato.

El joven Colin Clark, debido al trabajo que se le asigna de vigilar a la estrella y el profundo interés que siente por ella, se convierte en su protector, mientras ella, maravillada del asedio de los fans y agobiada por sus miedos y debilidades, le demuestra simpatía al joven, dando pie al fugaz romance que surge en la realidad o en la fantasía de Clark.

Buena recreación de la época y cuidada escenografía, para acentuar ese propósito, se utilizó también el mismo estudio en que se filmó El príncipe y la corista en 1957.

La actriz Michelle Williams (Blue Valentine), realiza un fino trabajo de acercamiento a la figura, gestos y voz  de la gran y recordada estrella,  mostrándola como la mujer insegura, sensual, ingenua y ansiosa de amor y cariño, actuación por la que obtuvo el Globo de Oro y la nominación al Bafta y al Oscar de Hollywood.

El filme, primer largometraje de Simon Curtis, cumple su cometido: mostrarnos un episodio de la glamorosa y atormentada vida de Marilyn Monroe, para acercarnos más a la historia real y a la leyenda.

Ficha  técnica

Titulo Original: My Week with Marilyn
Distribuidor: Bf Distribution
Calificación: Todo espectador
Duración: 99 minutos
Genero: Drama - Comedia
Año: 2011
Pais: EE.UU.
Elenco: Michelle Williams, Eddie Redmayne,Kenneth Branagh, Ema Watson, Judi Dench, Julia Ormond
Director: Simon Curtis

Un método peligroso

Por Juan Pablo Donoso G.

Debió ser más larga, porque el resultado quedó sinóptico; y para peor, con algunas secuencias muy logradas, y otras, demasiado densas en sus diálogos psiquiátricos y referencias históricas.

Bellísima ambientación, tanto de escenarios como de vestuario. Prolijas actuaciones. Sólo Keira Knightley resulta dispareja encarnando a la histérica Sabina Spielrein.

Más que orientar al espectador en la importancia de Freud y Jung para la psiquiatría moderna, el filme divaga sobre las tribulaciones afectivas y vacilantes de estos grandes médicos.

Si bien entrega algunos conceptos  sobre del nacimiento del psicoanálisis, la cinta oscila entre las flaquezas carnales de sus protagonistas – el amorío de Jung con su paciente Sabina Spielrein - y en sus divergencias por el rigor científico de Freud, versus una postura más holística y espiritual de Jung.

La presencia de Otto Gross, interpretado por Vincent Cassel constituye un desvío del tema central, sólo para indicar que la motivación sexual y libertaria del psicoanálisis freudiano podía confundirse con el desquicio y el libertinaje.

Cassel emana histrionismo desde la pantalla, pero su personaje pierde consistencia en el conjunto.

Hay dicotomía entre la primera parte, en que Jung intenta el tratamiento a una muy desquiciada paciente Sabina Spielrein, y luego, cuando casi olvidándola a ella viene su relación de avenimiento y discordia con su maestro  Freud, para más tarde recuperar su relación con la Spielrein en términos de nostalgia y profesionalismo, ya que ella – una vez sanada -  fue la primera psicoanalista femenina de la historia.

Para haber calado más a fondo en este relato multifacético proveniente de la novela de John Kerr, y luego de la obra teatral de Christopher Hampton, necesitó más desarrollo.

Es poco claro lo que el guionista quiso expresar: termina con un Jung solitario y desconcertado con su vida afectiva y profesional, en circunstancia que fue brillante como médico, filósofo, sociólogo, escritor y teólogo.

Lo mejor de la cinta es la ambientación, la caracterización de sus personajes y la música. El resto queda vago e incompleto en su propósito dramático.

Como biografía es superficial; como indagación profunda de casos psicológicos es sólo episódica; como gatillante de emociones catárticas en el espectador es demasiado discursiva y racional.   

¿Qué pretendió decirnos, o sugerirnos?  La mirada vacía de Jung al final de la cinta ratifica esta interrogante.

Faltó el núcleo dramático que justificara el fondo inteligente de esta seudo historia de amor y masoquismo.

¿Por qué era tan “peligroso” el método psicoanalítico si con el principal caso visto en la cinta – la Spielrein – fue exitoso?

Ficha  técnica

Titulo Original: A Dangerous Method
Distribuidor: BFD
Calificación: 14 años
Duración: 99 minutos
Genero: Drama
Año: 2011
Pais: Alemania
Elenco: Michael Fassbender, Keira Knightley, Viggo Mortensen, Vincent Cassel, Sarah Gadon, Christian Serritiello, Andrea Magro
Director: David Cronenberg