Nueva y muy premiada cinta chilena narrada con la modalidad minimalista, hoy tan en boga por nuestro cine nacional (El Año del Tigre, La Vida de los Peces, Gloria, etc.).
Este lenguaje consiste en poner al personaje central en una situación provocativa, y seguirlo muy de cerca, con exceso de primeros planos, a lo largo de un lentísimo proceso.
Ahora se trata de Alejandro (Alejandro Goic), un ex torturador de la DINA o CNI quien, una vez retornada la democracia a Chile, queda enfrentado a la soledad, al olvido, al desprecio de los suyos, y a los tormentos de su conciencia y de su memoria.
Lo acompañamos en su desolado e inhóspito domicilio, donde sólo lo acompaña su viejo perro. Trabaja manejando un taxi y deambula por la ciudad como un alma en pena, relacionándose con otros tan traumatizados como él, y con ocasionales mujeres para la cuales tampoco tiene relevancia.
Desorientado psicológicamente hasta la hipocondría, ya que incluso su ex esposa lo rehuye y le impide acercarse a la hija de ambos, terminará incorporándose a una iglesia evangélica donde sentirá que – por fin – como ayudante del Pastor, su vida volverá a tener un asomo de sentido.
El filme es lento y lleno de detalles, tanto de los objetos que manipulan los personajes como por el deambular de Alejandro por las calles y barrios de Santiago de Chile.
La dirección de fotografía, de Bárbara Álvarez, que incluye una elocuente iluminación, demuestra una vez más el talento y sensibilidad de la artista.
La actuación de Alejandro Goic nos mantiene cerca del corazón de su personaje sin aspavientos y con una rica variedad de sutiles matices.
Participan en roles secundarios otras conocidas caras del teatro y la TV chilenos; todos ellos adecuadamente al servicio de la idea rectora del guionista y director Fernando Guzzoni.
El realizador participó de la prestigiosa residencia otorgada por el Festival de Cannes para proyectos de jóvenes autores entre septiembre de 2011 y marzo de 2012: ahí gestionó ahí co-producción chileno-francesa-alemana.
Estamos ante un filme que se negó a utilizar efectos emocionales y que, por lo mismo, podría resultar algo plano, e incluso críptico, a cierto público. Pero su factura audiovisual, su pulso narrativo, y su honestidad al mostrar la situación de los parias de un régimen autoritario, suscitarán el respeto de aquellos espectadores más exigentes de un cine estéticamente más purista y con menos concesiones.
TRABAJO SERIO, MADURADO Y PROLIJO, DESTINADO A ESPECTADORES MÁS EXIGENTES Y REFLEXIVOS.
Ficha técnica
Director y Guionista: Fernando Guzzoni
Fotografía: Bárbara Álvarez
Actores: Alejandro Goic, Amparo Noguera, Daniel Alcaíno, Sergio Hernández
Chile, Francia y Alemania – 81 minutos
Distinguida en los festivales de Suecia, Cuba, San Sebastián y Valdivia.