viernes, 25 de noviembre de 2011

Si fueras yo, comedia para adultos

Título original: The Change-Up
Calificación: Mayores de 14
Duración: 112 minutos
Género: Comedia
Año: 2011
País: USA
Director: David Dobkin
Elenco: Ryan Reynolds, Jason Bateman y Olivia Wilde.

José Vicente Astorga @aracnus7

Más de una vez hemos visto películas en que los personajes intercambian sus cuerpos.

Hijas con sus madres, amigos con amigos, hombres con mujeres, abuelos con nietos, asesinos con policías... El resultado es que comienzan a vivir las vidas de los otros y a descubrir lo que se ocultaba en la privacidad. Las cosas buenas, las malas y los secretos también.

La lista es larga y parte en 1916 con Vice Versa, dirigida por Maurice Elvey, basada en la novela del mismo nombre del escritor británico Thomas Anstey Guthrie (1882): un niño cambia cuerpo con su pomposo padre.

Una nueva adaptación llega en 1937 para la televisión; otra en 1948 de la mano de Peter Ustinov, y dos chicos en pugna que cambian entre sí por culpa de un tótem indio con el fin de que aprendan a convivir. La siguiente secuela es de 1988 dirigida por Brian Gilbert.

Similar temática vemos en Freaky Friday, Un viernes de locos, que trueca el cuerpo de Jamie Lee Curtis con su hija encarnada por Lindsay Lohan gracias a una galleta de la fortuna; Big, con Tom Hanks, un niño ve convertido su cuerpo en adulto por una máquina de deseos; 18 otra vez, el fallecido George Burns y Charlie Schlatter intercambian sus almas en un accidente, uno de 81 años y el otro de 18... Contracara (Face/Off, John Travolta y Nicolas Cage) nos pone en la frontera de la ciencia-ficción ciencia-verdad con el cambio de rostro de un policía con un peligroso asesino que se apodera no sólo de su rostro, sino también de su vida... y la lista sigue...


Jason Bateman junto a Olivia Wilde


Esta vez es el turno de Ryan Reynolds y Jason Bateman en Si fueras yo, comedia llena de lugares visitados, estereotipos y clichés que se suman a un vocabulario exageradamente vulgar para sustentar el humor verbal en una cinta que desde el primer momento se desinfla por lo predecible de su guión y lo plagada de bromas escatológicas injustificadas, bebés sacados de la serie Jackass y otras cuantas tosquedades innecesarias en la línea de Scary Movie que no dan respiro al espectador que esperaba una comedia romántica de fin de semana y no una serie de gags con lenguaje periférico acordados en una lluvia de ideas con mucha cafeína y poco seso.

Si obviamos toda la basura de la superficie narrativa, lograremos ver los valores que intentan despegar y sustentar las acciones de los personajes un tanto exagerados, con muecas que emulan a Jim Carrey pero que en la cara de Reynolds resultan plásticas y poco convincentes, como también lo fue su actuación interpretando a Hal Jordan en Green Lantern (Linterna Verde).




La reflexión final, como en toda comedia, es que cada cual debe amar su propia vida y no desear la del prójimo, porque se pueden cumplir nuestros deseos y descubrir que lo que teníamos, aunque no era lo mejor, era lo que realmente amábamos.