Ferrari, la “Scuderia”, atraviesa por grandes problemas. Enzo Ferrari -Adam Driver-, su apasionado líder fundador, trabaja afanosamente para mantener la empresa con números azules. Es una carga pesada. Una tragedia familiar y la ardua competencia con rivales como Maserati terminan amenazan ser un punto de quiebre. Al mismo tiempo, su matrimonio con Laura Ferrari -Penélope Cruz-, tampoco pasa por buenos momentos: ambos sobrellevan con mucha dificultad con el dolor de la pérdida de un hijo y la infidelidad en las sombras se hace cada vez más presente.
Casi como última carta, Enzo apuesta todo por la “Mille Miglia”, la emblemática carrera de 1.000 millas a través de Italia. Para alcanzar la anhelada y esquiva victoria, Ferrari conforma un equipo de pilotos talentosos que incluye a Piero Taruffi -Patrick Dempsey- y Alfonso de Portago -Jack O'Connell-, quienes protagonizan una batalla épica donde no solo está en juego el aspecto deportiva sino que también el futuro o el fracaso del “Cavallino Rampante”.
“Ferrari” corresponde a un pequeño momento en la historia de un singular personaje. Es probable que sin su legado, lo que hoy conocemos como “el circo de la Fórmula 1” no sería más que un espejismo. Hay una frase clave que muestra claramente el pensamiento de Enzo Ferrari: “vendo autos para correr, no corro para vender autos…” Su pasión está en las carreras, no en el comercio de los bólidos, y eso se nota, porque los inconvenientes financieros y los accidentes parecen no hacer mella en un espíritu competitivo que parece no tener límites.
Es curioso el formato de esta pieza dirigida por Michael Mann. Por momentos parece una biografía, por otros un documental, una historia real, o una telenovela, pero todo al mismo tiempo. Asimismo, muchas decisiones sobre tomas, encuadres y enlaces de secuencias resultan un poco desconcertantes. Lo primero que me pasa es no entenderlas, y lo segundo, abiertamente discrepar de las opciones elegidas, básicamente porque no las siento balanceadas, justificadas, o bien contrapesadas.
La película transcurre muy lentamente. Es lenta, súper lenta, tal vez como contrapunto premeditado con la velocidad de los autos, sin embargo es un aspecto que no funciona bien. Hay mucho silencio tras los diálogos, y las historias compartimentadas colaboran a la configuración de un relato que toca demasiados temas, en poco tiempo, y sin mucha profundidad.
La centralidad está clarísima desde el enunciado de su título, “Ferrari”. Es la historia sobre "Il Commendatore”, y de allí no se mueve. Está su personalidad, su conciencia, su cariño, sus amores, sus mujeres, su trabajo, sus conflictos, sus desafíos, su carácter, su liderazgo, y un largo etcétera, todo condensado y comprimido en un personaje que exuda fascinación, y que provoca tanto temor como admiración.
Adam Driver se desenvuelve correctamente pero es siempre él, Adam Driver. No siento que se transforme en Enzo Ferrari, a pesar de su excelente trabajo histriónico y una buena capa de elementos para ocultar al actor y resaltar al personaje. Hay, eso sí, una escena en que no es Driver y sí es Ferrari; atención a ella, está desencajado y parece emerger ese italiano intenso del rojo furioso.
Las caracterizaciones secundarias se encuentran poco dibujadas a mi modo de ver, también sin mucho sustento, poco finos, delgados y casi transparentes. Es cierto que no son el foco, sino solo arroz graneado, pero ver a la misma Penélope Cruz intentando un barniz protagónico sin conseguirlo, habla de un trabajo que pudo ser mejor y que lamentablemente se quedó a medio camino.
El tercio final de la película es el que mejor funciona, y claro, es justamente el que contiene la gran carrera, la “Mille Miglia”, y son los autos los que empujan el metraje hacia los mejores momentos. En la pista la edición fluye y la tensión aumenta cuando nos subimos a los autos, porque en el resto del pa cinta nos nos hemos quedado un poco en la vereda, esperando los acontecimientos sin entender mucho las decisiones del director, reatando de despejar la centralidad del relato, y con ello, finalmente, el mensaje que nos quiere transmitir.
“Ferrari”, con un poco más de dos horas de duración, resulta irregular por sus muchos traspiés. Es interesante sí, por supuesto, pero no alcanza a satisfacer las expectativas de un “tiffosi” hecho y derecho. Tal vez querer abarcar mucho tema en muy poco tiempo, o tal vez intentar mostrar a Enzo Ferrari -con sus múltiples dimensiones-, solo tomando un par de años de su vida, son aspectos que juegan más en contra que a favor de este trabajo. Pero bueno, es solo mi opinión personal, la de un amante de las carreras de autos, que, aunque ahora me identifico con otro equipo, le tengo un respeto y admiración suprema a quien fue el precursor de, tal vez, la escudería más emblemática de todos los tiempos.
Ficha técnica
Título original: Ferrari
Año: 2023
Duración: 130 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Coproducción Estados Unidos-Italia; Moto Productions, Iervolino & Lady Bacardi Entertainment
Género: Drama | Biográfico. Coches/Automovilismo. Años 50
Guion: Troy Kennedy-Martin. Libro: Brock Yates
Música: Daniel Pemberton
Fotografía: Erik Messerschmidt
Reparto: Adam Driver, Penélope Cruz, Shailene Woodley, Sarah Gadon, Gabriel Leone, Jack O'Connell, Patrick Dempsey
Dirección: Michael Mann