jueves, 13 de agosto de 2020

Work It, al ritmo de los sueños - Por Carlos Correa

Disponible en Netflix.

Nunca he podido bailar. Soy torpe, descoordinado. Algún intento he hecho pero sin obtener resultados. Además, como que no me nace. Quizá el ser músico sea una condicionante, por algo dicen que “los músicos no sabemos bailar”. En fin, no me resulta. ¿Por qué esta introducción? Porque me identifico un poco con la protagonista de esta nueva cinta de Netflix. Veamos de qué se trata.

Quinn Ackerman -Sabrina Carpenter- está a punto de terminar el colegio. Viene la elección de Universidad y ella quiere asistir a Duke. Es su sueño. Cumple bastante bien con los requisitos académicos, es estudiosa y tiene buenas notas. Además, colabora en actividades extracurriculares como el apoyo a un hogar de ancianos y además toca el Cello. Es la alumna ejemplar. Pero en la entrevista de postulación surge algo inesperado. Quien la recibe, Michelle Buteau -Verónica Ramírez-, le dice que ella necesita algo inspirador, una característica que la destaque realmente, que la haga diferente. Quinn, que hace poco ha dejado de ser asistente de iluminación del grupo de baile de la escuela, no sabe qué hacer y se hace una una trampa; le dice que ella también baila.

La trama de esta película es perfectamente predecible. Desde el comienzo observamos las dificultades y también los caminos que conducen a su solución. Entonces, ¿por qué decidí verla? Por lo descrito en el primer párrafo, ya que la protagonista -igual que yo- tiene un tema con el bailar. Y hasta aquí la identificación, porque Quinn va más allá. Al mentir en la entrevista se mete en un tremendo problema y el baile ya no es una opción, es una obligación, algo indispensable y fundamental para conseguir su anhelo de ingresar a la Universidad de Duke.

La pirotecnia de los bailes llama la atención, las coreografías y movimientos son frenéticos. Y también lo que se produce al interior del exitoso grupo del colegio liderado por el engreído pero virtuoso Julliard Pembroke -Keiynan Lonsdale-. De hecho, la mejor amiga de Quinn, Jasmine -Liza Koshy-, tiene una disputa personal con Julliard. Por ello es que cuando Quinn no es aceptada para integrarse al grupo y decide formar uno paralelo, Jas la secunda, con algún temor y varias dudas.

La película es simpática y liviana. La verdad, no pretende nada más. Los estereotipos son clásicos y los temas en juego también. Los hemos visto en muchísimas cintas similares, series, etc. Sumemos un romance, porque Quinn busca un instructor de baile y el elegido es Jake Taylor -Jordan Fisher-, excelente bailarín cuyo camino se ve truncado por una lesión. Los caminos se juntan y … obviamente… se da.

Si bien carece de elementos originales, “Work It” funciona y en estos momentos es de lo más visto en Netflix. Me aventuro a pensar que su confección ligera ayuda mucho para distraernos de los problemas. No necesitamos pensar demasiado sino solo observar y sonreír con la historia. A veces es necesario hacer pausas que nos permitan desconectar. Pasar un rato agradable y disfrutar de coreografías se agradece. Además, sabemos de antemano que eso es todo. Y ojo que tiene algunos temas enunciados que no dejan de ser importantes, pero no es lo medular. Lo central es la entretención, un momento para que la mente se pueda ir a otro lugar y a otro espacio. La música y el baile ayudan y mucho; “Work It” también.

Ficha técnica

Título original: Work It
Año: 2020
Duración: 93 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Distribuida por Netflix. AK Worldwide, Alloy Entertainment, STX Entertainment
Género: Musical. Comedia | Comedia juvenil. Baile. Colegios & Universidad
Guion: Alison Peck
Música: Germaine Franco
Fotografía: Rogier Stoffers
Reparto: Jordan Fisher, Sabrina Carpenter, Keiynan Lonsdale, Michelle Buteau, Drew Tanner, Liza Koshy, Naomi Snieckus, Teya Wild
Dirección: Laura Terruso

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