sábado, 12 de septiembre de 2020

Un asunto de familia - Por Carlos Correa

Disponible en Netflix.


Esta cinta escrita y dirigida por Hirokazu Koreeda presenta a la familia Shibata. Osamu -Lily Franky- y Shota -Kairi Jō-, suelen cometer pequeños hurtos para llevar a su casa algunos productos esenciales. Osamu trabaja en la construcción y su salario no alcanza. Tampoco el de su esposa Nobuyo -Sakura Andō-, con sus labores en una lavandería industrial. Aki -Mayu Matsuoka-, también aporta a la familia gracias a su trabajo en un club privado. Son pobres y mayormente viven gracias a la pensión que cobra la abuela Hatsue -Kirin Kiki- dinero que proviene de su fallecido esposo.

La condición en las que vive esta singular familia tiene carencias. El espacio es pequeño, comparten colchones, no tienen privacidad y menos independencia. Se nota el sacrificio, sin embargo se ven cercanos y unidos como un núcleo. Una noche especialmente fría, Osamu y Shota descubren en la calle a una niña pequeña y desvalida. No lo piensan mucho, la acogen de inmediato y la llevan a casa. Nobuyo no está de acuerdo, pero al ver las condiciones en que se encuentra la pequeña, acepta que se quede con ellos. Yuri tiene padre y madre pero no quiere volver con ellos. Prefiere quedarse con los Shibata. Lentamente comienza a ser parte de la familia e incluso recibe un nuevo nombre: Lin.

“Manbiki kazoku”, su título original, resultó ganadora de la Palma de Oro a la Mejor Película en el Festival de Cannes del año 2018. Y méritos tiene en abundancia. Es un relato íntimo, pausado, cuyo centro son los vínculos. Lo vemos en la familia, en cómo se relacionan y la forma cómo enfrentan la vida. La información sobre cada uno de ellos la vamos descubriendo mientras avanza la historia. Podemos incluso confundirnos, pero lo que no dejamos de observar en ningún momento es el sentido de protección que existe entre ellos. Se cobijan, se cuidan, se quieren.

La cinta profundiza también en numerosos valores y en lo que sucede cuando son transgredidos. En un comienzo pueden parecer transgresiones menores, pequeños robos hormigas, algunas mentiras, etc. Incluso el padre le enseña a Shota que “está bien robar cosas que aun no han sido vendidas, ya que no le pertenecen a nadie”. Shota asiente, obediente, pero algo interno le dice que aquello no es correcto. Lin se suma, con su inocencia y corta edad, lo que genera aun más dudas en Shota.

Los miembros de esta familia -tal vez como muchas- esconden secretos. La cinta solo los deja al descubierto cuando ya estamos sobre el desenlace y tal vez por ello nos toma de sorpresa. Su último cuarto es revelador y nos amplía el sentido profundo del relato que hemos observado.

“Un asunto de familia” es conmovedora. Gran parte de sus aciertos tienen que ver con sus actuaciones naturales. Cada uno de los personajes posee una construcción depurada, simple por fuera y tremendamente compleja en su interior. Las miradas son ventanas al interior del alma, donde atisbamos la profundidad de la vida que representan. La dirección de Hirokazu Koreeda es sensible y pura. Los lugares en los que ubica la cámara son especiales, ángulos precisos -y también hermosos- para que podamos observar de cerca este drama existencial. El ritmo que imprime es poético y también, por momentos, lleno de efervescencia. Hay escenas que recordaremos porque nos llegan directo, sumado a algunos exquisitos detalles de la partitura escrita por Haruomi Hosono.

Qué difícil es verse enfrentados a colisiones de valores como las que representa esta obra. Cuando vemos una transgresión y al mismo tiempo un profundo amor, es imposible no sentirnos cuestionados. ¿Aceptamos lo que nos es correcto en aras de un bien mayor? ¿Prima la compasión al ser interpelados por una realidad que se cuela en nuestras fibras íntimas? La película logra que empaticemos con sus protagonistas, nos lleva a su realidad, nos comparte sus sufrimientos y también nos hace parte de sus momentos felices. El metraje seduce, logra que bajemos ciertas barreras de contención y nos involucremos emocionalmente. Luego viene decantar la experiencia, revisar lo que sentimos en retrospectiva. Este cine de autor, profundo y comprometido, nos envuelve en su manto y nos transmite con fuerza su esencia. Al finalizar, ya no somos los mismos, nos hemos visto transformados de la mano de una historia guiada magistralmente por su autor.

Ficha técnica

Título original: Manbiki kazoku (Shoplifters)
Año: 2018
Duración: 121 minutos
País: Japón
Productora: AOI Promotion, Fuji TV, Gaga Communications Inc
Género: Drama | Pobreza. Familia
Guion: Hirokazu Koreeda
Música: Haruomi Hosono
Fotografía: Ryûto Kondô
Reparto: Kirin Kiki, Sôsuke Ikematsu, Lily Franky, Moemi Katayama, Sakura Ando, Mayu Matsuoka
Dirección: Hirokazu Koreeda

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