miércoles, 3 de mayo de 2023

Beau tiene miedo - Por Carlos Correa Acuña

Ari Aster, como guionista y director, ofrece una apuesta arriesgada, un trabajo muy personal y reflexivo sobre la vida. Cuenta nada menos que con Joaquin Phoenix para componer su narrativa, un actor capaz de transmitir solo con su mirada los sentimientos más profundos e íntimos de este hombre que se ve enfrentado a sus miedos más extremos cuando trata de llegar a la casa de su madre.

“Beau tiene miedo”, en sus cuatro secciones, describe una verdadera odisea, algo que podría no tener sentido alguno o bien contenerlo todo. Lo que abarca es tan vasto que se transforma en un infinito, una especie de “loop” que suele retornar siempre a un origen, a un nacimiento, a una primera vez, a una instancia primigenia.

Hay gran talento y mérito composicional en esta obra de Aster. El análisis de personalidad es exhaustivo (aunque parcial), lo referente a las relaciones es profundo, y las amarras emocionales, significativas. La soledad de Beau nos hace sentir gran parte de su angustia existencial. Phoenix, un actor de magnitudes gigantescas, “es” la película. Sus hombros la sostienen, su pulso le da vida, su sangre le entrega fluidez. Su interpretación, en síntesis, es vibrante, sensible, y absolutamente comprometida.

Esta cinta resulta inclasificable. ¿Comedia negra? ¿Terror psicológico? ¿Drama humano? Ninguna de las anteriores y todas a la vez, un cruce inexacto que fácilmente descoloca. Lo que, desde mi visión, puedo señalar con certeza, es que se trata de una obra que provoca los sentidos, tremendamente abstracta y al mismo tiempo muy humana. Estamos ante un viaje sensitivo a través de islas de sentimientos y sensaciones, un tránsito esquizofrénico que gira en torno a la culpabilidad y a un motivo principal, el agua.

Ari Aster no la hace fácil, ni con la duración -179 minutos-, ni tampoco con señales que nos permitan elucubrar acerca de sus intimas motivaciones. La interpretación recae en nosotros, en nuestro camino recorrido, en nuestra propia historia de vida, y fundamentalmente en esa relación hijo - madre que queda tan visiblemente expuesta en tantos sentidos y dimensiones.

Párrafo aparte para la sección central -la médula significativa-, que cuenta con una animación creada por los chilenos Cristóbal León y Joaquín Cociña, de excelente factura y de gran vuelo artística, un verdadero cortometraje dentro de la película. El punto de inflexión que allí se ofrece es trascendente, tal vez imposible de graficar de otra forma; un tránsito extraño y a la vez conmovedor, con imágenes que se suceden vertiginosamente, que rápidamente cambian de lugar, de ambiente, tal como, podríamos suponer, operaría en la mente del protagonista.

El sello del director es el cine de autor, sin presiones, dogmatismos, ni nada convencional. Quizá por eso se atreve a realizar este retrato de vida que ofrece diversas fases y etapas. Asimismo, esa extrañísima mezcla de surrealismo con hiperrealismo, pasando por momentos minimalistas y maximalistas, entrega una vaguedad especial a un relato que, en lo simbólico y metafórico, configura, prácticamente, un trabajo de psicoanálisis abiertamente expuesto.

En síntesis, “Beau Is Afraid” no es fácil de entender ni de digerir. Requiere tiempo -para verla y para procesarla-, porque los espectadores somos parte esencial de la propuesta; en nosotros radica la conversación íntima, la reflexión profunda, y tal vez una necesaria introspección.

Ficha técnica

Título original: Beau Is Afraid
Año: 2023
Duración: 179 minutos
País: Canadá
Compañías: Coproducción Canadá-Finlandia-Estados Unidos; A24, Square Peg, IPR.VC, Access Industries. Distribuidora: A24
Género: Drama. Comedia | Comedia dramática. Drama psicológico
Guion: Ari Aster
Música: The Haxan Cloak
Fotografía: Pawel Pogorzelski
Reparto: Joaquin Phoenix, Nathan Lane, Amy Ryan, Kylie Rogers, Armen Nahapetian, Parker Posey, Patti LuPone, Stephen Henderson, Michael Gandolfini, Zoe Lister Jones
Dirección: Ari Aster

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