viernes, 2 de diciembre de 2022

Mal de Ojo - Por Carlos Correa

Los padres de una familia de clase alta -Samantha Castillo y Arap Bethke-, están muy preocupados por la salud de su hija menor, Luna -Ivanna Sofia Ferro-. Los tratamientos parecen no ser efectivos y la pequeña se muestra cada vez más deteriorada. La verdad, se desviven por su hijita, al punto de postergar a la mayor, Nala -Paola Miguel-, una adolescente de 13 años que siente estar en un plano totalmente secundario.

En la búsqueda de una cura deciden viajar al campo. Nala no quiere, pero no le queda otra que aceptar. Podría ser la única opción de revertir la condición de su hermana. Además, el destino no es cualquiera, se trata de un lugar llamado “Las Ánimas”, donde vive la abuela Josefa -Ofelia Medina-, una mujer mayor, solitaria, y muy mañosa.

El lugar, una casona vieja y casi abandonada, posee un halo de misterio que se ve incrementado por una antigua leyenda que cuenta la historia de unas trillizas, una bruja mala y una hechicera, en un contexto de magia oscura, con un ente denominado “Bacá”, que sería responsable del llamado “Mal de Ojo”.

Con guion de Edgar San Juan, Junior Rosario e Isaac Ezban, y dirigida por el propio Ezban, esta cinta ocupa todos los ya conocidos elementos del género de terror. No sorprenden, pero se usan muy bien, los efectos de sonido que crecen en volumen, los glissandos en las cuerdas, los cluster (grupo de notas cercanas tocadas simultáneamente), las disonancias, y particularmente el “tritono”, un intervalo de una cuarta aumentada que representa al diablo en la música.

También observamos otros efectos en clave visual, como cuartos ocultos y oscuridad, o como cuando se escucha detrás de la puerta o se mira a través de recovecos, los imprevistos golpes, los cambios bruscos, y todo aquello que permite que saltemos, un poco mas o un poco menos, de nuestros asientos.

Cuando las niñas quedan solas con su abuela comienza la progresión de cosas extrañas, es decir, comienza el juego. La sola presencia de la anciana es en sí misma terrorífica, y todas las acciones que se desarrollan a continuación son efectistas, unas verdaderas pesadillas, donde no es claro qué es sueño y qué es realidad. La tensión se suelta, a veces, con pequeñas cuotas de humor, pero se acrecienta con un entrañable leitmotiv presente en las escenas más importantes de la película. Se trata de la famosa Danza Macabra, opus 40, un poema sinfónico compuesto en 1874 por Camille Saint-Saëns, y cuya característica principal es el ya mencionado tritono inicial, a cargo del primer violín de la orquesta, que debe rebajar medio tono la primera cuerda para así lograr el extraordinario efecto.

“Mal de Ojo” es una película original, diferente. Cobra sentido su historia en la medida que avanzamos en el metraje. Llevar el suspenso y terror al campo, a lugares con mitos y leyendas, resulta una decisión acertada, sobre todo por la forma que usa para su narrativa y la manera de entrecruzar esas historias con el presente. Con buen pulso, Isaac Ezban logra un resultado coherente, atractivo visualmente, con buenas actuaciones, y además remata con un buen final, in crescendo, lo que no es muy frecuente en este género. Bien por Ezban y por un renaciente cine de terror mexicano.

Ficha técnica


Título original: Mal de ojo
Año: 2022
Duración: 100 minutos
País: México
Compañías: Film Tank, Cinepolis Producciones, Cinema Maquina, Red Elephant. Distribuidora: Cinépolis Distribución
Género: Terror | Brujería
Guion: Isaac Ezban, Edgar San Juan, Junior Rosario
Música: Camilla Uboldi
Fotografía: Isi Sarfati
Reparto: Ofelia Medina, Arap Bethke, Samantha Castillo, Mauro González, Mildred Motta, Ivanna Sofia Ferro, Paloma Alvamar, Paola Miguel. Cameo: Pablo Guisa Koestinger
Dirección: Isaac Ezban

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