Drama como pocos, esta película escrita y dirigida por Nadine Labaki resulta desgarradora. La historia corresponde a Zain, un niño de 12 años que ha decidido demandar a sus padres por traerlo al mundo.
El relato transcurre en Beirut, Líbano, donde se circunscriben las acciones. Luego de la apertura inicial y con el juicio en pleno desarrollo, las imágenes se remontan meses atrás para describir el día a día de la familia. Veremos cómo Zain y su hermana Sahar comercian en la calle para llevar algo de dinero a su casa. También observaremos cómo usan recetas falsas para comprar Tramadol, molerlo y sumergirlo en ropa que su madre venderá a drogradictos en prisión.
El hacinamiento y las miserables condiciones de vida en las que esta numerosa familia intenta sobrevivir resultan dramáticas. La subsistencia no está garantizada y la lucha diaria es sencillamente dificilísima. Marginación, pobreza, discriminación, ambientes hostiles y amenazas permanentes, son el pan de cada día. Zain se rebela, pero poco puede hacer, sin embargo consigue urdir un plan para escapar con su hermana. Cuando la apuesta fracasa producto del matrimonio forzado de Sahar con el casero Assad, Zain decide marcharse solo y buscar su propio camino.
Si la vida que llevaba era difícil, ahora, totalmente solo y en la calle, se aprecia imposible. Sin embargo, en un parque de diversiones, conoce a Rahil, una mujer etíope, trabajadora y migrante, que se desempeña como aseadora en una de las instalaciones del complejo. Ella tiene un hijo muy pequeño, Yonas, al que cuida y protege, pero ambos están en peligro pues los papeles de la madre están por vencer e inevitablemente será deportada. No obstante, Rahil acoge a Zain bajo su techo, principalmente para que cuide a su hijo y así dedicarse conseguir los documentos que logren extender su permanencia.
Contar más antecedentes acerca de la trama puede ser contraproducente, pero no entregar los detalles ya señalados podría entregar una visión equívoca sobre este delicado trabajo. Es que la sustancia de la historia no solo se centra en la relación de Zain con sus padres, sino que abarca muchas otras aristas que explicitan las brutales condiciones de vulnerabilidad que viven numerosas personas, ya sean nacionales o extranjeras, en un lugar que se podría encontrar en cualquier lugar del mundo.
El trabajo de Nadine Labaki resulta agrio, difícil de ver, complejo de asimilar y puede provocar un natural rechazo, porque se siente muy real y es tremendamente duro. Por momentos adquiere aspecto documental, porque la libertad de movimiento de la cámara produce dudas. No sabemos si lo que observamos es actuación o realidad. La cámara vibra en cada secuencia, cuando acompaña en primeros planos y cuando se desplaza grandes distancias; no da tregua, incomoda, resulta punzante, a veces amenazante. ¡Un gran mérito!
Impresiona la actuación de Zain Al Rafeea interpretando al protagonista. Su corta edad no le impide dotar con una amplia paleta de sentimientos a cada una de sus secuencias, demostrando carácter, fragilidad, fortaleza, abatimiento, desilusión, esperanza y resiliencia. Qué decir del pequeño Yonas, a quien da vida Boluwatife Treasure Bankole. La cámara de Labaki lo capta en escenas que conmueven, con movimientos que sin duda son espontáneos pero que parecen perfectamente estudiados y ensayados. ¡Tremendo acierto!
“Cafarnaúm” es una denuncia escrita con letras mayúsculas. Es un grito contra la indiferencia, contra la marginación, contra quienes prefieren mirar hacia el lado y no hacerse cargo de las dificultades. El Premio del Jurado en Cannes y la ovación de 15 minutos luego de su estreno dan cuenta del impacto conseguido por relevar algo que conocemos pero que muchas veces pasamos por alto.
El ojo agudo de una cineasta, su talento artístico y su cruda forma de filmar nos interpela directamente respecto a estos temas complejos que como sociedad tenemos el deber de abordar. La realidad supera la ficción y este es un claro ejemplo. Lamentablemente es una realidad triste, que conmueve, y que necesita ser visibilizada para al menos ser tomada en cuenta. El cine lo permite y esta película consigue su objetivo. Y ahora, ¿qué hacemos nosotros?
Ficha técnica
Título original: Capharnaüm
Año: 2018
Duración: 126 minutos
País: Líbano
Productora: Coproducción Líbano-Estados Unidos-Francia; Les Films des Tournelles
Género: Drama | Pobreza. Infancia
Guion: Nadine Labaki. Historia: Labaki Jihad Hojeily
Música: Khaled Mouzanar
Fotografía: Christopher Aoun
Reparto: Zain Al Rafeea, Yordanos Shiferaw, Boluwatife Treasure Bankole, Kawthar Al Haddad, Fadi Kamel Youssef, Cedra Izam, Alaa Chouchnieh, Nour el Husseini, Elias Khoury, Nadine Labaki
Dirección: Nadine Labaki
El relato transcurre en Beirut, Líbano, donde se circunscriben las acciones. Luego de la apertura inicial y con el juicio en pleno desarrollo, las imágenes se remontan meses atrás para describir el día a día de la familia. Veremos cómo Zain y su hermana Sahar comercian en la calle para llevar algo de dinero a su casa. También observaremos cómo usan recetas falsas para comprar Tramadol, molerlo y sumergirlo en ropa que su madre venderá a drogradictos en prisión.
El hacinamiento y las miserables condiciones de vida en las que esta numerosa familia intenta sobrevivir resultan dramáticas. La subsistencia no está garantizada y la lucha diaria es sencillamente dificilísima. Marginación, pobreza, discriminación, ambientes hostiles y amenazas permanentes, son el pan de cada día. Zain se rebela, pero poco puede hacer, sin embargo consigue urdir un plan para escapar con su hermana. Cuando la apuesta fracasa producto del matrimonio forzado de Sahar con el casero Assad, Zain decide marcharse solo y buscar su propio camino.
Si la vida que llevaba era difícil, ahora, totalmente solo y en la calle, se aprecia imposible. Sin embargo, en un parque de diversiones, conoce a Rahil, una mujer etíope, trabajadora y migrante, que se desempeña como aseadora en una de las instalaciones del complejo. Ella tiene un hijo muy pequeño, Yonas, al que cuida y protege, pero ambos están en peligro pues los papeles de la madre están por vencer e inevitablemente será deportada. No obstante, Rahil acoge a Zain bajo su techo, principalmente para que cuide a su hijo y así dedicarse conseguir los documentos que logren extender su permanencia.
Contar más antecedentes acerca de la trama puede ser contraproducente, pero no entregar los detalles ya señalados podría entregar una visión equívoca sobre este delicado trabajo. Es que la sustancia de la historia no solo se centra en la relación de Zain con sus padres, sino que abarca muchas otras aristas que explicitan las brutales condiciones de vulnerabilidad que viven numerosas personas, ya sean nacionales o extranjeras, en un lugar que se podría encontrar en cualquier lugar del mundo.
El trabajo de Nadine Labaki resulta agrio, difícil de ver, complejo de asimilar y puede provocar un natural rechazo, porque se siente muy real y es tremendamente duro. Por momentos adquiere aspecto documental, porque la libertad de movimiento de la cámara produce dudas. No sabemos si lo que observamos es actuación o realidad. La cámara vibra en cada secuencia, cuando acompaña en primeros planos y cuando se desplaza grandes distancias; no da tregua, incomoda, resulta punzante, a veces amenazante. ¡Un gran mérito!
Impresiona la actuación de Zain Al Rafeea interpretando al protagonista. Su corta edad no le impide dotar con una amplia paleta de sentimientos a cada una de sus secuencias, demostrando carácter, fragilidad, fortaleza, abatimiento, desilusión, esperanza y resiliencia. Qué decir del pequeño Yonas, a quien da vida Boluwatife Treasure Bankole. La cámara de Labaki lo capta en escenas que conmueven, con movimientos que sin duda son espontáneos pero que parecen perfectamente estudiados y ensayados. ¡Tremendo acierto!
“Cafarnaúm” es una denuncia escrita con letras mayúsculas. Es un grito contra la indiferencia, contra la marginación, contra quienes prefieren mirar hacia el lado y no hacerse cargo de las dificultades. El Premio del Jurado en Cannes y la ovación de 15 minutos luego de su estreno dan cuenta del impacto conseguido por relevar algo que conocemos pero que muchas veces pasamos por alto.
El ojo agudo de una cineasta, su talento artístico y su cruda forma de filmar nos interpela directamente respecto a estos temas complejos que como sociedad tenemos el deber de abordar. La realidad supera la ficción y este es un claro ejemplo. Lamentablemente es una realidad triste, que conmueve, y que necesita ser visibilizada para al menos ser tomada en cuenta. El cine lo permite y esta película consigue su objetivo. Y ahora, ¿qué hacemos nosotros?
Ficha técnica
Título original: Capharnaüm
Año: 2018
Duración: 126 minutos
País: Líbano
Productora: Coproducción Líbano-Estados Unidos-Francia; Les Films des Tournelles
Género: Drama | Pobreza. Infancia
Guion: Nadine Labaki. Historia: Labaki Jihad Hojeily
Música: Khaled Mouzanar
Fotografía: Christopher Aoun
Reparto: Zain Al Rafeea, Yordanos Shiferaw, Boluwatife Treasure Bankole, Kawthar Al Haddad, Fadi Kamel Youssef, Cedra Izam, Alaa Chouchnieh, Nour el Husseini, Elias Khoury, Nadine Labaki
Dirección: Nadine Labaki
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