miércoles, 26 de octubre de 2022

1976 - Por Elizabeth Salazar T.

La actriz y directora Manuela Martelli, estrenó su opera prima “1976”, este año, en el Festival de Cannes. A partir de este hecho, teníamos mucho interés en ver “1976”. Finalmente, la espera se acabó y esta semana la película se estrena en las salas de cine nacionales. El filme nos muestra a Carmen (Aline Küppenheim), una mujer chilena de clase acomodada, que se traslada al Litoral Central para poder supervisar la remodelación de su casa. Al lugar llega su familia compuesta por su marido, hijos y nietos, en forma esporádica. Carmen tiene mucha cercanía con el sacerdote del lugar, el Padre Sánchez (Hugo Medina). Lo apoya en algunas actividades, como leer libros a personas no videntes, pero esta vez él quiere pedirle un favor particular que la llevará a conocer una realidad muy diferente a la suya.

Desde el inicio de la película, llama la atención el juego con las imágenes que hace la directora. Los zapatos, durante el filme, tendrán un simbolismo importante. Carmen necesita pintura para su casa, accidentalmente su zapato se mancha con un poco de pintura, comienzan a intercalarse imágenes, también las situaciones, algo ocurre en la calle, Carmen está dentro del local, dos realidades se cruzan. Y la pintura comienza a teñir los números que dan título a la película; serán los primeros detalles de los muchos que vamos viendo a medida que se desarrolla la trama. Se nota un filme muy femenino, pero también es muy feminista. De hecho, se encuentra inspirado en Noni, la abuela materna de Martelli, y ella misma ha declarado que busca destacar el rol de las mujeres que vivían en esa época, que ayudaron en forma anónima y con valentía, durante el período de dictadura.

El personaje de Carmen vive con todo tipo de comodidades. Su marido Miguel (Alejandro Goig), es médico, ella tiene algunos conocimientos de enfermería, pero no continuó sus estudios debido a que tras su matrimonio se convirtió en una dueña de casa. Podemos ver durante el filme cómo su marido siempre la está disminuyendo e incluso anulando. Él no cree en sus capacidades, dice frases como “es bueno que ayude al padre” dando a entender que así tiene algo que hacer… o “esa cabecita en qué anda pensando”…

A partir de la ayuda que realiza al sacerdote, con un joven llamado Elías (Nicolás Sepúlveda), Carmen se va dando cuenta de muchas situaciones que hasta el momento ella desconocía. Se acerca al otro Chile, sale totalmente de su zona de confort. También, es su relación con Elías la que la impulsa a realizar este redescubrimiento, ella es capaz de hacer muchas más cosas de las que su entorno piensa. Elías se refiere a ella con respeto y admiración, muy contraria a la actitud de su marido. Además, ella es una persona muy empática y solidaria, aunque en cierta medida, a través de este acto solidario, ella también vuelve a encontrar sus motivaciones, a sentirse útil, valiosa, haciendo algo importante y valiente.

Hay que destacar la actuación de Aline Küppenheim, realmente es excelente; podemos ver la evolución del personaje, es muy emotiva su interpretación. Además, llama la atención la estética del filme, detallista y cuidada, igualmente su ambientación en los años setenta. La música también es otro elemento que aporta a la película mucha tensión y suspenso en algunas escenas.

Un gran debut de Manuela Martelli en la dirección, un aporte al cine chileno. Una muy buena película para ver y reflexionar.

Ficha técnica

Directora: Manuela Martelli
Duración: 97 Minutos
Distribuye: Market Chile

Estreno el 20 de octubre en cines

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