jueves, 17 de febrero de 2022

Licorice Pizza - Por Juan Pablo Donoso

Retorno nostálgico y disparatado a los años 70 en California.

Quien lo hace es Paul Thomas Anderson, el prestigioso realizador de Magnolia (1999), El Hilo Invisible (2017), Boogie Nights (1997).

Con su habitual destreza narrativa se dio el gusto de contar una historia de amor adolescente, que parecía sin futuro, en una producción de 2 horas y 13 minutos.

¿Cómo lo hizo? Rellenando el frágil hilo central con una enorme cantidad de estampas, anécdotas paralelas, y reviviendo a muchas estrellas del cine, la TV y la farándula de la época.

Vemos cómo Gary, un escolar testarudo de solo 15 años - carismático Cooper Hoffman - se enamora y trata de conquistar a Alana, una muchacha judía, 10 años mayor, que tomaba fotos oficiales a los estudiantes de esa escuela.

El tesón incansable del joven, quien participaba como actor de comparsa en comedias televisivas, gradualmente consigue que la muchacha lo acepte solo como amigo, y le ayude en la gestión de iniciativas comerciales.

Pasarán pocos años y la relación se irá haciendo más cercana, al punto de recelarse en secreto cada vez que alguno de ellos coquetea con alguien más acorde a sus edades.

Y es en este lapso, tan largo antes que ella se atreva a reconocer su amor por él, que suceden innumerables incidentes cotidianos; aparecen fugazmente otras conquistas, se inician y culminan negocios, irrumpen figuras excéntricas de la farándula, se manipulan pomposas campañas políticas, se vislumbran los familiares, y se revelan secretos prohibidos. Todo en un frenesí equivalente a la adrenalina del protagonista.

Quien espere una clásica historia de amor se preguntará varias veces a dónde apunta este relato tan largo y disperso. Pues bien, si ha sido nominado al Óscar y a otros galardones, se debe a la cercanía y al carisma de sus dos protagonistas. Y también al caleidoscopio satírico con que Anderson revive su propia juventud, haciendo caricatura de las estrellas, políticos, restaurantes, marihuana y estupideces que ya pasaron de moda. Hasta el título, Licorice Pizza, era sólo el nombre de una cadena de pizzerías de entonces: “2 palabras que me recuerdan mi niñez” (Anderson).

Entre otros veremos en breves roles a Sean Penn (como William Holden), a Bradley Cooper (como el peligroso Jon Peters, peluquero y productor que fue novio de Barbra Streisand) y a varios infaltables en otros filmes de este director como la estupenda Harriet Sansom Harris (Fraser - El Hilo Invisible).

Entre los guiños del autor nos introduce a Alana Haim (como Alana) que sin ser hermosa logra conquistarnos. Junto a sus dos hermanas (que también lo son en la película) integran un popular trío musical en la vida real.

BRILLANTE FACTURA ARTESANAL PARA MANTENERNOS ENTRETENIDOS CON NIMIOS INCIDENTES COTIDIANOS. MÁS SENSACIONES Y VIVENCIAS QUE NARRATIVA.

Ficha técnica

Sátira, romance. Canadá, EE.UU. - 2,13 hrs. 
Fotografía: Paul Thomas Anderson, Michael Bauman, 
Edición: Andy Jurgensen 
Música: Jonny Greenwood 
Diseño Prod.:Florencia Martin 
Actores: Alana Haim, Cooper Hoffman, Sean Penn 
Guionista y Director: Paul Thomas Anderson

No hay comentarios.:

Publicar un comentario