A veces los grandes artistas se descubren en lugares inesperados, este es el caso de “La traviata, mis hermanos y yo”, que nos muestra a un adolescente llamando Nour, que se encuentra en época de vacaciones en Francia. Nour (Maël Rouin-Berrandou), es el menor de cuatro hermanos, con quienes se turna para cuidar a su madre que se encuentra en coma. De ella heredó el amor por la ópera italiana y a pesar de su corta edad, disfruta escuchando a Pavarotti. El joven debe trabajar, al igual que todos sus hermanos. para poder solventar los gastos de la casa y de la enfermedad de su madre. Es durante uno de estos oficios que su vida le presenta una oportunidad inesperada, conoce a Sarah (Judith Chemla), una cantante de ópera que se encuentra dando clases de canto a unas jóvenes. La maestra se da cuenta del potencial que tiene Nour, pero sus enseñanzas van mucho más allá…
Este filme nos va mostrando una historia muy conmovedora. Dos personas con vidas diametralmente opuestas se unen a través de la música. También, para Nour, su gusto por la ópera le permite soñar, evadirse de su cruda realidad, e incluso tiene la esperanza que su madre, reaccione cuando él le cante esas arias que tanto le gustaban. En su difícil realidad, la música representa casi una tabla de salvación, son los momentos en que él disfruta, vibra, se conecta con sus recuerdos, con sus emociones, saca su dolor, porque es un joven que maduró en forma repentina debido a su realidad y a la presión de sus hermanos. En estos últimos hay momentos en que llegan a ser detestables, pero a medida que avanza la trama, uno puede llegar a entender lo desorientados y también, desesperados que están, tratando de generar recursos de cualquier modo.
El protagonista de la película, Maël Rouin-Berrandou, logra conmover con su interpretación, es muy carismático. Judith Chemla realiza un gran papel, representando a todos esos maestros que han sido fuente de inspiración para un alumno. Es bonito ver como se unen y conectan, gracias a su amor por la música. Sarah esta ayudando a Nour, de una manera que ni siquiera imagina.
Es imposible no emocionarse viendo “La traviata, mis hermanos y yo”, es una película que llega al corazón y nos invita a reflexionar, acerca de las diferencias sociales, de lo significativo que puede ser el arte para alguien y de cómo una persona puede cambiar la vida de otra.
Director: Yohan Manca
Duración: 108 minutos
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jueves, 3 de noviembre de 2022
La traviata, mis hermanos y yo - Por Elizabeth Salazar T
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