Raghu, un bebé elefante, ha perdido a su madre en circunstancias trágicas y deambula desamparado por el Parque Nacional Mudumalai, ubicado en la frontera de los estados de Karnataka y Tamil Nadu de la India. Para protegerle de su fragilidad, el pequeño es confiado a una pareja indígena, Bomman y Bellie, quienes lo acogen como parte de su particular familia. Ellos son cuidadores de elefantes, una tradición cultivada por generaciones, y que sin lugar a duda ha resultado fundamental para dar resguardo a estos seres débiles y desprotegidos que, de otra forma, no hubiesen podido subsistir.
Un trabajo de cinco años es el que nos presenta la directora Kartiki Gonsalves, quien conoció a Raghu de tan solo tres meses de edad, y que desde ese momento decidió sumergirse en el seno de esta familia humano-elefante perteneciente a la tribu Kattunayakan, para compartir con ellos, conocer sus costumbres, seguir el cotidiano día a día, hasta descubrir que aquella vital experiencia podría llegar a transformarse en un documental.
Ganadora del Óscar 2023 al mejor corto documental, la calidad de filmación de esta película es notable. La edición fina y de precisión asombrosa, imprime un ritmo cadencioso conmovedor. Las tomas de excelencia conforman cuadros plásticos tan bien elaborados que la suma de otros recursos técnicos como el uso de drones o secuencias en cámara lenta, no hacen más que potenciar cada decisión artística de la realizadora. La música, otro elemento clave del filme, una partitura firmada por Sven Faulconer, logra imbuirnos en un relato que por momentos es una verdadera poesía audiovisual.
La cámara de Gonsalves no solo expone el robusto vínculo entre la pareja y el elefante, sino que también pone de relieve la belleza de los paisajes y sus entornos. Esta armonía natural, esta compenetración de la vida tribal -la comunidad también es parte del relato-, en perfecta unión con la naturaleza, remarca lo fundamental que es para la cultura india la conservación del medio ambiente.
La historia que vamos conociendo poco a poco está, además, muy bien narrada. Con mínimos antecedentes, la pieza comienza triste, con este elefante huérfano y en muy mal estado de salud. Lentamente, gracias al cariño, amor y cuidado que recibe por parte de Bomman y Bellie, lo vemos crecer y desarrollarse en un ambiente rebosante de ternura y gestos amorosos, sumando al metraje una gratificadora luz de esperanza.
La rehabilitación en estos casos no es sencilla, hay muchos factores que pueden jugar en contra, sin embargo la perseverancia, y principalmente el calor de hogar, finalmente rinde sus frutos. Ver jugar a Raghu con Krishna es precioso; observar cómo esta familia cuidadora se desvive por ellos se transforma en una verdadera lección de vida.
El tratamiento artístico de este documental, y lo reitero, es de excelencia. Bien elegida cada toma, cada fotograma; textos precisos en los momentos adecuados; velocidad propia para cada segmento, casi dando cuenta de capítulos, para lo cual el ritmo que enseña la música es fundamental;, y colores que representan diversos estados de ánimo -contemplativo, reflexivo, demostrativo o de denuncia-, despiertan admiración por este trabajo, que en mi opinión, se encuentra muy cercano a la perfección.
Cuando llega Ammu, un nuevo bebé elefante, para ser integrado a la familia, el relato logra progresar y evolucionar. Acá apreciamos que lo cotidiano no es relleno, o algo sin importancia, sino que, por el contrario, es imprescindible para dar el contexto adecuado a los hechos. La precisión y finura se mantienen, y las fotografías se embellecen aún más. La familia crece, se extiende, se honra la tradición familiar. La realización personal y comunitaria alcanza, con genuina humildad, alturas insospechadas.
“The Elephant Whisperers”, (susurradores de elefantes, en su traducción literal), es un sentido homenaje a las tradiciones familiares y por sobretodo un reconocimiento explícito al sentido más profundo de la paternidad y la maternidad. Kartiki Gonsalves logra capturar la emoción en lo que filma y transmitirla a nosotros a través de sus imágenes. Imposible quedarnos indiferentes, pues desde el primer segundo el magnetismo es instantáneo. Qué bello es sentirse tocado profundamente por una historia tan sensible como la que describe este documental, y además tener conciencia que confluyen en él todos los elementos que hacen posible una excelente cinematografía; historia, relato, guion, ritmo, fotografía, música, entre muchos otros aspectos, todos actuando en sinergia y comunión, para lograr un hermoso resultado capaz de traspasar no solo la pantalla, sino cualquier frontera imaginable.
Ficha técnica
Título original: The Elephant Whisperers
Año: 2022
Duración: 41 minutos
País: India
Compañías: Sikhya Entertainment. Distribuidora: Netflix
Género: Documental | Mediometraje. Animales
Guion: Kartiki Gonsalves, Priscilla Gonsalves, Garima Pura Patiyaalvi
Reparto: Documental
Música: Sven Faulconer
Fotografía: Anand Bansal, Kartiki Gonsalves, Krish Makhija, Karan Thapliyal
Dirección: Kartiki Gonsalves
Un trabajo de cinco años es el que nos presenta la directora Kartiki Gonsalves, quien conoció a Raghu de tan solo tres meses de edad, y que desde ese momento decidió sumergirse en el seno de esta familia humano-elefante perteneciente a la tribu Kattunayakan, para compartir con ellos, conocer sus costumbres, seguir el cotidiano día a día, hasta descubrir que aquella vital experiencia podría llegar a transformarse en un documental.
Ganadora del Óscar 2023 al mejor corto documental, la calidad de filmación de esta película es notable. La edición fina y de precisión asombrosa, imprime un ritmo cadencioso conmovedor. Las tomas de excelencia conforman cuadros plásticos tan bien elaborados que la suma de otros recursos técnicos como el uso de drones o secuencias en cámara lenta, no hacen más que potenciar cada decisión artística de la realizadora. La música, otro elemento clave del filme, una partitura firmada por Sven Faulconer, logra imbuirnos en un relato que por momentos es una verdadera poesía audiovisual.
La cámara de Gonsalves no solo expone el robusto vínculo entre la pareja y el elefante, sino que también pone de relieve la belleza de los paisajes y sus entornos. Esta armonía natural, esta compenetración de la vida tribal -la comunidad también es parte del relato-, en perfecta unión con la naturaleza, remarca lo fundamental que es para la cultura india la conservación del medio ambiente.
La historia que vamos conociendo poco a poco está, además, muy bien narrada. Con mínimos antecedentes, la pieza comienza triste, con este elefante huérfano y en muy mal estado de salud. Lentamente, gracias al cariño, amor y cuidado que recibe por parte de Bomman y Bellie, lo vemos crecer y desarrollarse en un ambiente rebosante de ternura y gestos amorosos, sumando al metraje una gratificadora luz de esperanza.
La rehabilitación en estos casos no es sencilla, hay muchos factores que pueden jugar en contra, sin embargo la perseverancia, y principalmente el calor de hogar, finalmente rinde sus frutos. Ver jugar a Raghu con Krishna es precioso; observar cómo esta familia cuidadora se desvive por ellos se transforma en una verdadera lección de vida.
El tratamiento artístico de este documental, y lo reitero, es de excelencia. Bien elegida cada toma, cada fotograma; textos precisos en los momentos adecuados; velocidad propia para cada segmento, casi dando cuenta de capítulos, para lo cual el ritmo que enseña la música es fundamental;, y colores que representan diversos estados de ánimo -contemplativo, reflexivo, demostrativo o de denuncia-, despiertan admiración por este trabajo, que en mi opinión, se encuentra muy cercano a la perfección.
Cuando llega Ammu, un nuevo bebé elefante, para ser integrado a la familia, el relato logra progresar y evolucionar. Acá apreciamos que lo cotidiano no es relleno, o algo sin importancia, sino que, por el contrario, es imprescindible para dar el contexto adecuado a los hechos. La precisión y finura se mantienen, y las fotografías se embellecen aún más. La familia crece, se extiende, se honra la tradición familiar. La realización personal y comunitaria alcanza, con genuina humildad, alturas insospechadas.
“The Elephant Whisperers”, (susurradores de elefantes, en su traducción literal), es un sentido homenaje a las tradiciones familiares y por sobretodo un reconocimiento explícito al sentido más profundo de la paternidad y la maternidad. Kartiki Gonsalves logra capturar la emoción en lo que filma y transmitirla a nosotros a través de sus imágenes. Imposible quedarnos indiferentes, pues desde el primer segundo el magnetismo es instantáneo. Qué bello es sentirse tocado profundamente por una historia tan sensible como la que describe este documental, y además tener conciencia que confluyen en él todos los elementos que hacen posible una excelente cinematografía; historia, relato, guion, ritmo, fotografía, música, entre muchos otros aspectos, todos actuando en sinergia y comunión, para lograr un hermoso resultado capaz de traspasar no solo la pantalla, sino cualquier frontera imaginable.
Ficha técnica
Título original: The Elephant Whisperers
Año: 2022
Duración: 41 minutos
País: India
Compañías: Sikhya Entertainment. Distribuidora: Netflix
Género: Documental | Mediometraje. Animales
Guion: Kartiki Gonsalves, Priscilla Gonsalves, Garima Pura Patiyaalvi
Reparto: Documental
Música: Sven Faulconer
Fotografía: Anand Bansal, Kartiki Gonsalves, Krish Makhija, Karan Thapliyal
Dirección: Kartiki Gonsalves
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