viernes, 30 de junio de 2023

Indiana Jones y el Dial del Destino - Por Carlos Correa Acuña

La apertura de esta quinta entrega de “Indiana Jones” nos remonta a 1944, postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, y ese contexto es importante porque vemos en Europa al Dr. Henry Jones -un incombustible Harrison Ford-, con la misión de recuperar preciados objetos robados por los nazis, además de evitar, junto a su colega y amigo Basil Shaw -Toby Jones-, que Jürgen Voller -Mads Mikkelsen-, un excéntrico científico nazi, obtenga el Arquímedes Dial, complejo dispositivo capaz de permitir viajes en el tiempo.

Pero pasan 25 años y el tiempo no transcurre en vano. Jones, al borde de jubilarse de su cátedra y aún con muchos devenires, se siente incómodo por la carrera espacial -Estados Unidos versus Unión Soviética-, debido la inclusión de ex nazis en los diversos programas Apolo. Por supuesto que nuestro protagonista tiene toda la razón, porque Voller se ha infiltrado allí al conseguir un protagónico cargo, y aún mantiene su obsesión de obtener el “Dial”, cueste lo que cueste. Son tantos los potenciales peligros que esta situación conlleva, que Indiana, junto a la hija de Basil (y además su ahijada), Helena Shaw -Phoebe Waller-Bridge-, emprenden una arriesgada cruzada para detener a este loco desenfrenado, de paso proteger al mundo, y, lo que no es menor, impedir que la historia sea reescrita.

James Mangold dirige esta nueva secuela con pulso firme. La apertura es grandiosa -mucho más que solo un guiño a las tres primeras cintas de la saga-, y observamos, casi con nostalgia, aquello que en su momento fue el sello distintivo que marcó nuestra niñez y adolescencia. Las secuencias iniciales están hechas a la más pura esencia de “Indiana Jones”, y por supuesto es algo que conocemos de memoria y además hemos visto muchas veces. ¿Entonces, por qué no pierde fascinación, al menos para mí? Es difícil describirlo, pero cuando uno ha estado inmerso por décadas en este fantástico mundo, tal vez nada sobra, y los excesos lejos de ser un pecado son, por el contrario, justamente lo que queremos y buscamos presenciar.

Cuando la película avanza, con ese salto de 25 años, comienza a construirse una nueva historia, y creo que allí está la mayor particularidad de esta entrega, pues sin lugar a dudas su énfasis está en el momento de la vida en que “Indy” se encuentra. No es al azar que el artefacto permita hacer viajes en el tiempo aprovechando aperturas o grietas. Tampoco lo es que su inventor, milenios antes, lo haya separado en dos partes para que ojalá nunca fuera encontrado. Y claro, los descubrimientos de Basil, sumados a esos códigos ocultos que también deben ser hallados, definitivamente entregan sentido a la obsesión de Voller por modificar -desde fases tempranas-, el curso de la historia. ¿Pero, qué tiene que ver en esto la edad del protagonista? A mi modo de ver, tiene completa relación, porque a fin de cuentas lo que estamos haciendo es viajar con él y acompañarlo en un periplo que es mucho más extenso que esta película; y me arriesgo aún más: la invitación es a vivir con él el paso del tiempo y todo lo que eso significa, es decir, cuestionar si existe un futuro, si todo está dicho y es tiempo de retirarse a los cuarteles de invierno, o bien constatar que ya no existe un fin último o una razón poderosa para continuar en este mundo.

Harrison Ford está notable, no solo por su habitual prestancia sino por la solidez que logra impregnar en cada una de sus secuencias. No flaquea en ningún momento, y sostiene siempre el relato en sus hombros con una serenidad que solo la experiencia de los años es capaz de entregar. Phoebe Waller-Bridge lo acompaña de forma estupenda, poniendo el contrapunto femenino y también esa diferencia generacional que la película se encarga de remarcar a cada instante. Por cierto, el personaje que Mads Mikkelsen logra construir, resulta certero y muy interesante, porque no es solo un villano sin escrúpulos, sino que además es inteligente y posee un fondo -absolutamente cuestionable por cierto-, que tiene toda lógica y sentido. Podríamos decir, incluso, que es un malvado culto, astuto y hasta con buenos modales y buen gusto, un deschavetado “con clase”, muy a la altura de los eruditos a los que debe enfrentar.

Párrafo aparte para John Williams, el maestro, el compositor; me aventuro a decir, casi co director. La cinta, en sus dos horas y media, es un verdadero concierto, un manjar musical, con una partitura que vuela por sí misma y que nos hace preguntarnos -como siempre-, qué sería de la escena sin este personaje sonoro que marca los ritmos, señala los cambios de acción, anticipa emociones, y nos pone en alerta cada vez que se vislumbra una nueva variante de la trama. ¡Sencillamente de excepción!

“Indiana Jones and the Dial of Destiny”, es para fans, no tengo dudas. Solo me pregunto el grado de aceptación y alcance en generaciones más nuevas que no conocen la historia o simplemente no han descubierto aún este mundo. Tal vez allí la película no funcione del todo, porque tiene muchas reminiscencias y códigos que para nosotros son totalmente naturales. Y claro, tal vez no existe modo de hacerla más transversal porque sería traicionar su esencia y posiblemente allí correría el riesgo de alejarse del nicho sobre el que camina con paso firme y seguro.

Entretenida, vertiginosa, aunque quizá un poquito larga, esta entrega final no defrauda en absoluto. Tiene todos los condimentos que esperamos, y por eso salimos del cine encantados, una vez más, felices de presenciar un acto de magia, una transportación única que nos hace, literalmente, viajar en el tiempo para volver al momento de nuestra propia historia cuando fuimos testigos -y además nos hicimos amigos- de las primeras aventuras del inmortal Indiana Jones.

Ficha técnica

Título original: Indiana Jones and the Dial of Destiny
Año: 2023
Duración: 154 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Amblin Entertainment, Lucasfilm, Paramount Pictures. Distribuidora: Walt Disney Pictures
Género: Aventuras. Acción | Secuela
Guion: Jez Butterworth, John-Henry Butterworth, James Mangold. Personajes: George Lucas, Philip Kaufman
Música: John Williams
Fotografía: Phedon Papamichael
Reparto: Harrison Ford, Phoebe Waller-Bridge, Antonio Banderas, John Rhys-Davies, Toby Jones, Boyd Holbrook, Mads Mikkelsen
Dirección: James Mangold

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