miércoles, 21 de junio de 2023

Nidal - Por Carlos Correa Acuña

Primer trabajo documental de la carrera de Cine de la Universidad del Desarrollo, un proyecto trabajado por casi tres años y película de egreso de sus realizadores. Estas son las credenciales de “Nidal”, un filme que tiene a las Dunas de Concón como marco de fondo pero que no solo se refiere a la incidencia de las inmobiliarias en ese hábitat natural, sino que aporta una mirada particular sobre un entorno que ha debido evolucionar obligadamente producto de las circunstancias, exigiendo la búsqueda de nuevas formas de adaptación para lograr su subsistencia.

Lo primero que destaca de esta realización codirigida por Josefina Pérez-García y Felipe Sigala, estrenada mundialmente en el Festival Internacional de Cine de Thessaloniki, es una preciosa fotografía compuesta por cuadros muy bien compuestos. Muchas tomas constituyen verdaderos aciertos, proezas logradas gracias al talento y perseverancia de sus autores, y, por cierto, a lo imprevisible que es aquello que capturan sus lentes.

“Nidal” nos muestra en forma clara la invasión sobre un lugar que posee una naturaleza privilegiada. La destrucción del medio ambiente es presentado como un crimen, un hecho a todas luces cuestionable, tanto desde el punto de vista ético como desde el punto de vista del necesario equilibrio que un ecosistema debe tener para poder mantenerse activo y en armonía.

Al mostrar la naturaleza en pleno esplendor en sus diversos entornos, lo que surge primeramente es la forma de convivencia que debería primar para mantener la estabilidad y permitir el desarrollo de cada una de las especies que habitan el lugar. De lo adverso o amigable que resulte, depende el futuro, el que fluctúa entre dos extremos; subsistencia o exterminio.

Para mí es inevitable preguntarme finalmente qué quiere comunicar este trabajo. La verdad es que no lo tengo nada claro. Primero percibo que es una sentida denuncia, pero luego creo que es un llamado a la conciencia sobre ciertos sucesos que modifican nuestra forma de vida en un sentido que se escapa a lo que en realidad queremos como sociedad. Después, al reflexionar un poco más, pienso que en realidad lo que reflejan las imágenes es un testimonio de los cambios que se han ido produciendo en el tiempo, una constatación empírica -aquel contraste naturaleza/cemento-, de aquello que conlleva un desarrollo que poco tiene de complaciente y que tal vez sin querer arrasa con todo a su paso.

Profundizando en el contenido de este trabajo, me cuesta distinguir el fin último que han buscado sus autores. Incluso leyendo sus palabras o entrevistas, se desdibuja, de acuerdo a lo observado, el verdadero sentido de lo que en pantalla nos exhiben. Es muy cierto que una imagen vale más que mi” palabras, sin embargo en este caso el discurso se torna un poco difuso. La técnica de cuadros fijos, donde lo que sucede entra y sale de pantalla, es realmente de un gran valor agregado, sin embargo, y al menos en este caso, la ausencia de textos o diálogos no ayudan a dilucidar el núcleo mismo del mensaje.

“Nidal”, aún sin ser explícito en su motivación final, es un trabajo cinematográfico excelente, cuidado y preciso, que logra plasmar en imágenes una realidad que a veces escapa a nuestros ojos. Desde el punto de vista de la belleza, es pulcro en sus detalles y encuadres, un esfuerzo encomiable por encontrar aquellos ángulos perfectos que puedan abrir ventanas y habilitar una búsqueda más allá de cualquier consideración y que necesita de los espectadores para poder interpretar una tesis que no resulta tan sencilla de dilucidar.

Ficha técnica

Título original: Nidal
Género: Documental
Duración: 61 minutos
Idea original: Matías Zúñiga
Dirección: Josefina Pérez-García y Felipe Sigala
Dirección de fotografía: César Rivas
Edición: Josefina Pérez-García
Producción: Josefina Pérez-García y Felipe Sigala
Casa Productora: Cine UDD

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