Ainara Aparici, cineasta española, valenciana, se instaló en San José, Costa Rica, en un hogar donde se han criado 130 hermanos.
Cuando el matrimonio de Melba (65) y Víctor (70) perdieron su primera hijita, adoptaron a otra niña abandonada por su madre. Más adelante, además de un hijo propio, siguieron acogiendo criaturas desvalidas.
Era tan hermosa la manera en que criaban a esos niños, que de las clínicas les seguían enviando los hijos desprotegidos.
Con el paso de los años los mayores cuidaban a los menores, y las niñas, junto con las tareas del hogar, recibían maternalmente a las más chicas.
Pasaron varias generaciones de muchachos que pudieron seguir sus vocaciones y afrontar la vida. Y las que llegaron muy pequeñas se realizaron como alumnas normales, después en trabajos, en matrimonios y maternidades.
Lo admirable es que ello fue la obra de un hogar particular bajo el amparo amoroso de un padre, y de una madre firme pero entrañable.
Las realizadoras se limitaron a permanecer en esa casa durante meses registrando el diario vivir. Con un mínimo de explicaciones verbales dejaron que las imágenes hablaran por sí mismas.
Ilustraron el pasado con dibujos en acuarela, y dejaron que los habitantes dieran sencillos testimonios de sus visiones del mundo.
El resultado es de una autenticidad maravillosamente captada por las cámaras. Se deducen los tristes orígenes personales de esos niños.
Para ellos fue como volver a nacer, pero en un hogar verdadero.
Ante la natural pregunta de cómo logra ese matrimonio mantener a tan inmensa familia, ellos mismos nos dicen: “Con la ayuda de Dios y de personas que aportan dinero, servicios y bienes, hemos podido sostener el proyecto con holgura”. Y para nosotros, desde afuera, sólo nos parece un “milagro”.
Recomendamos ver este documental para admirar ¡cómo captaron la espontaneidad y alegría de esos niños y niñas! Creerles cuando le dicen a estos padres: “Hay niños que nacen de la pancita de la mamá, en cambio yo nací de tu corazón”.
Disfrutar con ellos los simples avatares diarios pero, más que nada, recibir el testimonio con el corazón abierto para que en vez de tristeza se nos colme de auténtica ternura.
En contraste con los horrores con que diariamente nos golpean las noticias nacionales y del mundo, un documental como este nos reactiva la esperanza, la fe y el amor por la vida y la humanidad.
Gracias Ainara Aparici y Susana Quiroz quienes junto a su equipo, y a su Fundación Kumelén, nos estimularon con esta joya audiovisual.
TESTIMONIO DE UN MILAGRO. UN CANTO FÍLMICO DE AMOR PURO E INMENSO.
Ficha técnica
Documental - 2021 Chile - 1,10 hrs.
Fotografía: Eduardo Guaita
Edición: Rosa Ordóñez
Música: Edu Svart, Max Zagal
Producción: Daniela Camino
Guion: Ainara Aparici, Susana Quiroz
Dirección: Ainara Aparici
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