lunes, 8 de enero de 2024

Maestro - Por Carlos Correa Acuña

Sinopsis: Un retrato del singular carisma de Leonard Bernstein y de su pasión por la música a medida que ascendía a la fama como el primer director de orquesta nativo de Estados Unidos de renombre mundial, todo ello tras su ambición de componer tanto obras sinfónicas como populares para Broadway.


Lo que primero destaca de esta enorme producción es el gran parecido que logra Bradley Cooper al interpretar a Leonard Bernstein. Realmente se parece mucho. Y eso augura una película de detalles, de sinuosidades, y provoca gran expectación. ¿Lo cumple? Por una parte sí, porque conocemos detalles de la vida de un músico esencial en la escena mundial del Siglo XX, pero por otra parte no, porque algo no cuadra en esta esperada película.

Vamos a los aspectos principales. Siendo una película sobre un músico, hay bastantes secuencias sin sonido, diálogos largos, y un ritmo mayormente lento. Los textos no son demasiado profundos, salvo algunas frases inolvidables de Bernstein. Son más bien cotidianos y algo mundanos. Es la decisión editorial del tratamiento, es decir, aquello a lo que se le pone énfasis y que se destaca de la personalidad del famoso director y su entorno más cercano. Es contradictorio, sí, pero claro, ¿tal vez es su vida una contradicción en sí misma?

Desde su debut, reemplazando a un gigante como Bruno Walter, comienza la carrera del joven Leonard, con altos y bajos pero siempre “in crescendo”. ¿El foco? Su sexualidad, o mejor dicho su bisexualidad. Aparece Felicia Montealegre -Carey Mulligan-, y la fascinación es inmediata, pero no al punto de abandonar su esencia. Entonces, ¿esta película es sobre Leonard o Felicia? ¿O sobre el artista o la persona? La centralidad no se decide, y nos perdemos. Son muchos estímulos los que se presentan y nos obligan a deambular entre unos y otros en busca de alguna explicación convincente.

Leonard Bernstein es, indudablemente, un genio. Musicalmente hablando, y desde el punto de vista de la composición, su trabajo es alucinante. Partituras llenas de color, un estilo inigualable, y un derroche de energía que se siente actual hasta el día de hoy. Como director, imprescindible, sus años en Nueva York dejaron una huella indeleble que se recordará por años. Y como persona, bueno, acá está el punto central de una cinta que tal vez pretende desmitificar el mito, o bajar a un sitio pedestre a un ser humano de arte excepcional, y poseedor, por cierto, de muchas carencias.

La cinta va y viene entre la euforia y la depresión, algo similar al forte-piano (sonido fuerte, sonido suave), esos contrastes permanentes y fundamentales a la hora de analizar cualquier partitura clásica de los grandes maestros. Y la película también los tiene, porque por momentos es luminosa, y por otros, oscura y hasta tenebrosa.

Si la relación con Felicia es el gran motivo del relato, quisiera compartir una frase que no es mía pero que me representa completamente. Leonard Bernstein se ve atrapado por Felicia en una vida que él, realmente, no quería vivir. Y este punto podría ser clave para interpretar todo el recorrido de la cinta, porque ante las indefiniciones focales, es necesario encontrar el punto fundamental, la esencia de un retrato que, queramos o no, persigue algún fin u objetivo.

Dejo para el final los mejores momentos que, para mí, son musicales. La escena con el Adagietto de la Quinta Sinfonía de Mahler es brillante. La breve aparición de “West Side Story”, de fondo, ilustrando una escena aparentemente menor, es perfecta. Y la secuencia con la Sinfonía No 2, “Resurrección”, de Mahler, es sencillamente sublime. ¿Por la música o por la realización? Abro el debate.

Reconozco que esperaba una película diferente, una donde el componente musical fuera mayor, o al menos equilibrado con el comportamiento personal. ¿Qué me encontré? Un enorme trabajo de producción, una realización excepcional pero con poca alma, con poco cuerpo, indefinida, irregular y con mínimos contrapesos. Tal vez me jugaron en contra las altas expectativas, quizá, pero esperaba algo diferente, lo que no significa que no valore enormemente el talento de Bradley Cooper en la actuación y en la dirección. Es solo que no cumplió con mi imaginación, y mi propia concepción del Maestro Bernstein, a quien conozco principalmente gracias a sus composiciones e interpretaciones.

Un aviso. Al final hay imágenes reales para apreciar el gran trabajo de similitud en la interpretación.

¡Bravo! ¡Bradley Cooper además dirige, no solo cine, y déjenme decirlo, bastante bien!

Ficha técnica

Título original: Maestro
Año: 2023
Duración: 120 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Sikelia Productions, Amblin Entertainment, Netflix, Fred Berner Films, 22 & Indiana Pictures. Productor: Martin Scorsese, Steven Spielberg, Bradley Cooper, Todd Phillips. Distribuidora: Netflix
Género: Drama | Biográfico. Música
Guion: Josh Singer, Bradley Cooper. Biografía sobre: Leonard Bernstein
Música: Leonard Bernstein
Fotografía: Matthew Libatique
Reparto: Bradley Cooper, Carey Mulligan, Matt Bomer, Maya Hawke, Sarah Silverman
Dirección: Bradley Cooper

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