martes, 16 de enero de 2024

El juego de la muerte - Por Carlos Correa Acuña

Muy interesante propuesta resulta ser esta película, de factura Rusa, a cargo de la directora Anna Zaytseva. Y son varias las razones que están involucradas en este ágil desarrollo de una hora y media de duración que nos mantiene atrapados, y al borde del asiento, de comienzo a fin.

La historia trata de dos hermanas adolescentes, Dana y Julia, quienes viven junto a su madre. Por supuesto la relación entre ellas es frenética y cambiante a cada minuto, sin embargo un punto de inflexión lo cambia todo. Julia descubre unas fotos “subidas de tono” de su hermana mayor, amenaza con dejarla al descubierto, y al poco tiempo pierde la vida en forma trágica. Nada es muy claro ante tal conmoción, pero existen algunas pistas ocultas en el computador de Julia que sugieren la posibilidad de algún tipo de intervención por parte de terceros. Dana se obsesiona, quiere saber la verdad, descubrir qué motivó la muerte de su hermana. Para lograrlo, se interna en oscuras redes virtuales, y también reales, de las que le resultará tremendamente difícil escapar.

“Blue Whale”, la ballena azul, ¿les suena? Claro. A mediados de la década pasada surge este juego en base a desafíos que llevan al extremo a muchos adolescentes. Autolesiones, peligrosas acciones, e incluso atentar contra la propia vida son parte de las pruebas, sin dejar de lado otras más que tienen que ver con humillaciones públicas, situaciones indignas, y tantas otras. Esto es parte del mundo que encuentra Dana Brunetti -Anna Potebnya-, al investigar en qué se encontraba su hermana Julia -Diana Shulmina-, al momento de morir.

Anna Zaytseva, la directora, cuenta que conoció una historia similar por las noticias, por lo que cuando recibió esta idea no dudó en llevarla a la pantalla para ejemplificar muchas cosas que deberían ser tomadas en cuenta y reflexionadas. Y es verdad, poco se sabe sobre lo que hacen los adolescentes en línea, menos con sus grupos de amigos virtuales, y menos aún, si ante diferentes estímulos y sensaciones se embarcan en situaciones que no alcanzan a dimensionar y sopesar.

La película atrapa, no cabe duda. La puesta en escena -aunque ya hemos visto esto muy bien desarrollado en otras cintas como “Missing”-, basada en una pantalla de computador con aplicaciones, ventanas, chats de todo tipo, y un vértigo virtual permanente, resulta muy atractiva. Tiene muchos de entornos que conocemos, sin embargo no los explicita mayormente, obviamente por los derechos de marca que están involucrados, sin embargo sabemos de qué espacios se trata. Y acá varios puntos. No se puede demonizar a los mensajeros (aplicaciones) por lo que sucede dentro de ellas. Son los comportamientos de las personas aquello que marca la diferencia, porque un determinado lugar de encuentro virtual no tiene nada malo en sí mismo, salvo, por supuesto, el control inicial de seguridad, la validación de sus usuarios, las políticas de uso, etc., pero que en la mayoría de los casos son tan generales y fáciles de burlar, que en realidad de filtro poco y nada tienen.

Volviendo al metraje, impacta la velocidad y verosimilitud de lo que vemos en pantalla. Hay muchas pistas y también muchos distractores mientras vemos cómo Dana va internándose en una red que la come por fuera y también por dentro. Las amistades en línea también son inestables (más que mal, lo virtual es un símil de lo real, pero en una dimensión diferente), y tal como sucede en más de una oportunidad, las confianzas son defraudadas una y otra vez.

“YA idu igrat”, aparte de ser entretenida, es interesante, además, como punto de partida de una reflexión mayor con jóvenes que pueden estar viviendo situaciones de este tipo y que no saben cómo comportarse o cómo manejarse. Punto de partida, no final, sin duda, porque otra característica de los tiempos actuales es la velocidad con la que suceden los cambios, porque si pensamos que hoy día cualquier inteligencia artificial puede sostener un diálogo fluido, definitivamente ya no sabemos quién está detrás de los mensajes y de las pantallas.

Bien por esta película al relevar un tema importante con una estética y ritmo adecuado. Ojalá logre conversaciones y aperturas tal como los actores solicitan al público al final, antes de los créditos. Un aporte en esa línea, desde la dinámica del cine, siempre es bienvenida, y supera cualquier aspereza técnica o aspecto no logrado, ya que, raya para la suma, es mucho más lo que propone para solo ser un producto de entretención.

Ficha técnica

Título original: YA idu igrat
Año: 2021
Duración: 91 minutos
País: Rusia
Compañías: Bazelevs Production, RTP
Género: Thriller | Redes sociales
Guion: Evgeniya Bogomyakova, Olga Klemesheva, Anna Zaytseva
Música: Sergey Moiseenko
Fotografía: Egor Vetokhin
Reparto: Anastasya Bratsyun, Timofey Yeletsky, Danya Kiselyov, Olga Pipchenko, Anna Potebnya
Dirección: Anna Zaytseva

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