Naomi Watts es Sam Bloom, esposa y madre de tres hijos con una familia estable y feliz, que durante unas vacaciones en Tailandia sufre un serio accidente que la deja paralítica. Esta situación da vuelta su vida y la de quienes le rodean pues ya no se puede valer por sí misma, depende de los demás para hacer cosas mínimas y su participación en lo cotidiano queda reducida a ser una mera espectadora.
Sam pierde las ganas de vivir, de seguir adelante, le resulta difícil poder sobreponerse a lo que le ha sucedido. El hecho de seguir con vida no parece suficiente, todo carece de sentido, no hay horizonte que pueda entregarle alguna motivación. Además de lo anterior, las cosas en su casa no caminan del todo bien. Su esposo Cameron -Andrew Lincoln-, se esfuerza pero no consigue abarcarlo todo y los niños, Noah, Rueben y Oli, tampoco pueden hacer mucho para ayudar a su madre.
El escenario cambia cuando sus hijos encuentran y llevan a casa a un herido polluelo de urraca al que llaman Penguin. Deben cuidarlo porque está débil, alimentarlo, darle gotitas de agua, mimarlo y jugar con él. Lo que en un principio es una carga para Sam, lentamente se transforma en un ejemplo, un motivo y una esperanza. Empezará a resurgir y lentamente a tomar conciencia que ella también puede salir adelante.
Basada en el libro “Penguin Bloom”, escrito por Cameron Bloom y Bradley Trevor Greive, la cinta presenta una historia basada en hechos reales. Dirigida por Glendyn Ivin, el relato es vivencial, explícito y emotivo. Aunque carece de mayor tensión y de una mayor construcción de sus personajes, el metraje es agradable y a la vez esperanzador. La forma que adopta para resolver los conflictos es tal vez demasiado mágica, pero su foco no está en esa construcción sino en el hecho de mostrar una historia real de superación y sobrevivencia.
“Penguin Bloom” funciona en su estilo aunque rosa el drama fácil, muchas veces visto y también habitualmente mal resuelto. Esta vez, y posiblemente gracias a la actuación de Naomi Watts, lo supera, sin embargo se aprecia su debilidad en un deslavado Andrew Lincoln, quien parece no soportar el peso propuesto para su papel.
En resumen, amor, resiliencia y superación, en cortos 95 minutos. Una película para levantar el ánimo y comprobar que, ante las mayores dificultades, sí se puede obtener la fuerza y el valor para superarlas. Notable las imágenes con la urraca, un personaje más -muy en el centro, indudablemente-, lo que crea una conexión especial ante la maravilla de la naturaleza, los comportamientos y lo fundamental del apoyo emocional y espiritual.
Ficha técnica
Título original: Penguin Bloom
Año: 2020
Duración: 95 minutos
País: Australia
Productora: Coproducción Australia-Estados Unidos; Broadtalk, Made Up Stories
Género: Drama | Discapacidad. Aves/Pájaros
Guion: Harry Cripps, Shaun Grant. Libro: Cameron Bloom, Bradley Trevor Greive
Música: Marcelo Zarvos
Fotografía: Sam Chiplin
Reparto: Naomi Watts, Andrew Lincoln, Jacki Weaver, Rachel House, Gia Carides, Leeanna Walsman, Lisa Hensley, Randolph Fields, Felix Cameron, Griffin Murray-Johnston, Abe Clifford-Barr
Dirección: Glendyn Ivin
Sam pierde las ganas de vivir, de seguir adelante, le resulta difícil poder sobreponerse a lo que le ha sucedido. El hecho de seguir con vida no parece suficiente, todo carece de sentido, no hay horizonte que pueda entregarle alguna motivación. Además de lo anterior, las cosas en su casa no caminan del todo bien. Su esposo Cameron -Andrew Lincoln-, se esfuerza pero no consigue abarcarlo todo y los niños, Noah, Rueben y Oli, tampoco pueden hacer mucho para ayudar a su madre.
El escenario cambia cuando sus hijos encuentran y llevan a casa a un herido polluelo de urraca al que llaman Penguin. Deben cuidarlo porque está débil, alimentarlo, darle gotitas de agua, mimarlo y jugar con él. Lo que en un principio es una carga para Sam, lentamente se transforma en un ejemplo, un motivo y una esperanza. Empezará a resurgir y lentamente a tomar conciencia que ella también puede salir adelante.
Basada en el libro “Penguin Bloom”, escrito por Cameron Bloom y Bradley Trevor Greive, la cinta presenta una historia basada en hechos reales. Dirigida por Glendyn Ivin, el relato es vivencial, explícito y emotivo. Aunque carece de mayor tensión y de una mayor construcción de sus personajes, el metraje es agradable y a la vez esperanzador. La forma que adopta para resolver los conflictos es tal vez demasiado mágica, pero su foco no está en esa construcción sino en el hecho de mostrar una historia real de superación y sobrevivencia.
“Penguin Bloom” funciona en su estilo aunque rosa el drama fácil, muchas veces visto y también habitualmente mal resuelto. Esta vez, y posiblemente gracias a la actuación de Naomi Watts, lo supera, sin embargo se aprecia su debilidad en un deslavado Andrew Lincoln, quien parece no soportar el peso propuesto para su papel.
En resumen, amor, resiliencia y superación, en cortos 95 minutos. Una película para levantar el ánimo y comprobar que, ante las mayores dificultades, sí se puede obtener la fuerza y el valor para superarlas. Notable las imágenes con la urraca, un personaje más -muy en el centro, indudablemente-, lo que crea una conexión especial ante la maravilla de la naturaleza, los comportamientos y lo fundamental del apoyo emocional y espiritual.
Ficha técnica
Título original: Penguin Bloom
Año: 2020
Duración: 95 minutos
País: Australia
Productora: Coproducción Australia-Estados Unidos; Broadtalk, Made Up Stories
Género: Drama | Discapacidad. Aves/Pájaros
Guion: Harry Cripps, Shaun Grant. Libro: Cameron Bloom, Bradley Trevor Greive
Música: Marcelo Zarvos
Fotografía: Sam Chiplin
Reparto: Naomi Watts, Andrew Lincoln, Jacki Weaver, Rachel House, Gia Carides, Leeanna Walsman, Lisa Hensley, Randolph Fields, Felix Cameron, Griffin Murray-Johnston, Abe Clifford-Barr
Dirección: Glendyn Ivin
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