jueves, 4 de agosto de 2022

Escalera al Infierno - Por Juan Pablo Donoso

Pretencioso intento irlandés de trenzar lo demoníaco con disquisiciones matemáticas.

Una adolescente rebelde desaparece bajando al sótano de una mansión inquietante. El último escalón la sumerge en otra dimensión.

Del afán de sus padres por buscarla brotarán los enigmas esotéricos y las presencias malignas invisibles. Una añeja resonancia de Poltergeist (1982).

Sobran pistas falsas que obstaculizan la angustia maternal de la protagonista (Elishia Cuthbert). Inercia de la policía, inoportunas reuniones laborales del matrimonio, y la peregrina asesoría de un ex hombre torpe quien - gracias a un golpe en la cabeza - se convirtió en un físico genial (¡!).

Con más rostros de susto que decisiones lógicas, hay una pugna entre madre e hija usada como metáfora del “Gato de Schrödinger”, encerrado en una caja que existe pero que, tal vez, nunca estuvo ahí si nadie lo miró (clásico axioma cuántico). Compleja hipótesis metafísica insertada en un envase de terror manipulado.

Igual, nos permite incursionar en la disyuntiva esotérica del guionista/director versus el tratamiento cinematográfico escogido. Pero queda en la superficie de ambos campos narrativos: corto en uno y sobreabundante en el otro.

Hay símbolos hebreos en todas las puertas que ordenados dicen Leviatán=serpiente del abismo. Y la reiterada consigna hermética del averno: “Disolver y Coagular Eternamente” (¿aporta alguna clave? ¡Quizás!).

Provocativa como ambientación, pero insuficiente como hipótesis. Optó por refugiarse en el facilismo de lo tétrico.

Predomina más la pavorosa parafernalia que el verdadero meollo de lo que se quiere denunciar.

Todos los miembros de la familia se van alienando con la enumeración cuántica de la siniestra bestia de 7 cabezas. ¿Seguirán poseídos para siempre siguiendo los números malditos rumbo al Infierno?

Si el espectador va más allá de los efectos tenebrosos del relato, podría entretenerse elucubrando alguna explicación.

Mal pivoteada entre la supuesta premisa central - “el infierno se lleva a los habitantes de esa casa” - y el desarrollo para llegar a la solución del enigma.

Algo se logra al final, pero ya es demasiado tarde para el ambicioso y recargado proceso.

Síntesis: faltó selección para equilibrar la propuesta dramática entre fondo y forma.

Sin duda el autor se metió en camisa de 11 varas de la que apenas pudo salir. Cosa que bien resolvieron antes Stephen King y Stanley Kubrick en El Resplandor (1980).

DEMASIADOS INGREDIENTES EN LA CACEROLA SERVIDOS ANTES DE ALCANZAR LA COCCIÓN FINAL. 

Ficha técnica

Título Original: The Cellar
2022 Terror, misterio, esoterismo Irlanda - 1,39 hrs. 
Fotografía: Tom Comerford 
Edición: Mairead McIvor 
Música: Stephen McKeon 
Diseño Prod.: Owen Power 
Actores: Elisha Cuthbert, Eoin Macken, Dylan Fitzmaurice 
Guionista y Director: Brendan Muldowney

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