viernes, 8 de octubre de 2021

Sin tiempo para morir - Por Carlos Correa

Disponible en Cines.


“Mi nombre es Bond, James Bond” La clásica frase, esta vez muta y surge desde una pregunta: “¿Nombre? Bond…. James Bond”. Algo que tal vez no tiene ninguna importancia, es reflejo de cambio y adaptación, algo que es un activo importante a lo largo de la saga de películas del ultra famoso agente del MI6.

Luego de “Spectre”, Bond ha abandonado el servicio activo. Disfruta junto a Madeleine -Léa Seydoux-, su paso por Matera, hasta que es sorprendido por un incidente cuando visita la tumba de Vesper Lynd. Y cómo no, comienza la persecución de entrada por la ciudad amurallada, vertiginosa y alucinante, y que culmina con la separación de la pareja, pues Bond sospecha que Madeleine ha sido quien le ha traicionado.

Pasan cinco años y el agente en retiro se encuentra en Jamaica, alejado del mundo, en su propio oasis. Pero no todo es para siempre -menos en el mundo de James Bond-, ya que un científico del MI6, Valdo Obruchev -David Dencik-, ha sido secuestrado desde su laboratorio. Y es solo la punta del iceberg, porque Obruchev ha desarrollado el "Proyecto Heracles", un arma biológica a base de nanobots que infectan inoculando un virus que se transmite con el tacto y que, por estar codificado con el ADN específico de una persona, lo transforma en un arma letal focalizada, pero inofensiva para el resto de los portadores.

Entonces, Bond vuelve al ruedo por la solicitud del agente Felix Leiter-Jeffrey Wright-, y su colega Logan Ash -Billy Magnussen-, quienes le piden ayuda para rescatar a Obruchev, pero de inmediato desconfía. Solo accede, una vez que conoce a Nomi -Lashana Lynch-, una nueva agente "00", quien le entrega detalles sobre sobre el "Proyecto Heracles”. Bond entiende la gravedad de la situación y decide actuar, emprendiendo un duro camino que le llevará a enfrentarse con el mismísimo Lyutsifer Safin -Rami Malek-, un terrorista tan vengativo como sádico.

Esta nueva entrega, oficialmente la número 25, está hecha para Daniel Craig que luce en esplendor. Es su quinta película -y final-, por lo que tiene, además, un sabor especial. Es entretenimiento puro, es verdad, pero siempre con algo más. Es cine del fabuloso, del grande, del efectista. James Bond es una franquicia ya madura, y en esta ocasión el enlace con la película anterior le entrega incluso mayor perspectiva. Explora nuevas facetas y al mismo tiempo se abre hacia el futuro de la historia.

“Sin tiempo para morir” transforma sus aspectos formales como manera de adaptarse a los tiempos actuales. Contiene los ingredientes tradicionales pero con una receta distinta que le da frescura, novedad y atención. Y qué decir del adorable “Aston Martin DB5”. Es otro personaje, un lujo, un regreso esperado y también de aquellos soñados.

Si bien la esencia de James Bond no está en los valores, sí aparecen algunos que son fundamentales: la lealtad, la confianza, la trascendencia y el legado. Están presentes y marcan algunos giros de la acción. También se posiciona lo pertinente de las acciones bélicas, aún con un fin loable. Hay dudas al respecto, no todo sería lícito, pero estamos ante conspiraciones criminales y el fin justifica los medios. ¿O no?

Aunque esta película no aspira a llegar a grandes profundidades, sí se interna en la intimidad del protagonista, tal vez más que en versiones anteriores. Es así como resaltan sus dudas, sus miedos, su relevo natural, y lo que verdaderamente le impulsa en la vida, es decir, sus afectos, sus recuerdos, su rol en el mundo y la marca de su impronta.

James Bond acerca lo inverosímil a nosotros. ¿Vendría a ser un prototipo de héroe? Tal vez, pero con limitaciones. Tal vez esa es la gran diferencia diferencia con aquellos súper héroes invencibles. Acá existe vulnerabilidad y se explora, es perfectamente posible, porque existen muchos flancos abiertos, incluso algunos sin abordar.

Mención especial para Ana de Armas, que interpreta a Paloma, agente que Bond encuentra en Cuba. En pocos minutos demuestra química y gran complemento en secuencias muy interesantes que pueden abrir buenas perspectivas hacia adelante. Y también para Christoph Waltz, quien interpreta a Ernst Stavro Blofeld. Su escena es de antología, marca registrada de un actor que siempre sorprende por su agudeza, gestualidad y carisma.

Gran final para Daniel Craig, un verdadero traje a la medida. Un adiós sin tiempo que da sustento a lo que vendrá en el futuro y que descubriremos en las próximas entregas.

¡Larga vida a James Bond!

Ficha técnica


Título original: No Time to Die
Año: 2021
Duración: 163 minutos
País: Reino Unido
Productora: Danjaq, EON Productions, Metro-Goldwyn-Mayer (MGM), Universal Pictures
Género: Thriller. Acción. Aventuras | Espionaje. Secuela. James Bond
Guion: Neal Purvis, Robert Wade, Cary Joji Fukunaga, Phoebe Waller-Bridge. ver 4 más
Música: Hans Zimmer. Tema: Billie Eilish
Fotografía: Linus Sandgren
Reparto: Daniel Craig, Rami Malek, Léa Seydoux, Lashana Lynch, Ralph Fiennes, Naomie Harris, Ana de Armas, Christoph Waltz, Ben Whishaw, Jeffrey Wright, Rory Kinnear, Dali Benssalah, Billy Magnussen
Dirección: Cary Joji Fukunaga

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