Es una mirada íntima de este sacerdote, nacido en una familia acomodada, pero eso no le impidió hacer una opción radical por la humanidad.
Haciendo una interpelación a la Iglesia con su vida y una relectura bíblica liberadora, como cura obrero junto a otros como Mariano Puga y Roberto Bollton.
Realizando labores de periodista, si lo podemos decir así, con su “No podemos Callar” y posteriormente con Policarpo, que era reproducido hasta en Paris; recordemos que no existían medios de comunicación independientes.
Participando activamente en el movimiento contra la tortura, colocándose es los cuarteles donde se torturaba con el riesgo que eso implicaba. Decía a quienes le acompañaban: hay que tener dignidad para enfrentar la represión y nos debe acompañar esa actitud y compostura.
Hombre elegido con una misión: la vida de los demás. En los momentos críticos convocaba a la calma, defensor de la justicia y la verdad con su testimonio de vida, consecuente con su forma de vivir, pensar y actuar, involucrando a otros.
La represión y sufrimiento de las personas lo llevó al compromiso y a la acción concreta de su vitalidad ética, pues era un hombre ético, plasmado en su coherencia.
Con este proceso de cambio durante su vida, lo lleva a transformarse en apóstol de los derechos humanos. Cuestionando a la Compañía de Jesús y a la Iglesia con su compromiso.
Su preocupación no estaba en la vida eterna, pues eso le correspondía a Dios y tenía claro que debía preocuparse de esta vida y servir.
Escribió en sus memorias: “El llamado era a comprometerme solidariamente con la situación del pobre y explotado. Y esto definitivamente mientras hubiera pobres en Chile. Y no un compromiso desde afuera sino uno que partiera de cierta identificación con el pobre, asumiendo su vida, sus intereses, su visión del mundo. Era un llamado a una conversión existencial. Y a ese llamado dije sí”. Donde lo decisivo era la justicia. La sociedad debía, ante todo, buscar la justicia, que está más allá de la caridad.
El documental técnicamente tiene varias debilidades, con un guion muy plano, carente de tensión dramática que permita hacer aflorar alguna emoción, pensando sobre todo en aquellos que no lo conocieron. En otras palabras, un guion intelectualmente insípido (incluyendo el título del documental) que no logra pasar del guion literario al guion cinematográfico.
El documental debe tener un buen estudio de campo, para mostrar lo nuevo del personaje que permita hacerlo más atractivo, ahí está una de sus fortalezas.
No aprecio eso aquí, pocas imágenes del protagonista Pepe Aldunate y se limita a entrevistas que ocurren casi todas en un mismo lugar.
Faltó un recorrido por aquellos espacios y personajes por la cual se la jugó, como los movimiento contra la tortura y desaparecidos. Ahí está la memoria, herencia espiritual y existencial de José Aldunate
Buena música y fotografía.
Finalmente, en una entrevista le preguntaron qué epitafio desearía que pusieran en su tumba y esto respondió: "Hizo lo que pudo”, “Le fue más o menos”, “Que descanse en paz”.
Para estos tiempos es oportuno ver este documental de un hombre de fe, con un profundo sentido de lo humano.
Disponible en Youtube
Ficha técnica
País: Chile
Duración: 3 episodios de 10 a 14 minutos aprox.
Producción y realización: Ivo Oliva - Ricardo Grau - Cristóbal Emilfork SJ.
Género: Documental
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