martes, 19 de diciembre de 2023

Juntos pero no tanto - Por Carlos Correa Acuña

Vaya personalidad la de Oren Little -Michael Douglas-. Paciencia, no tiene, empatía tampoco. No es querido, pero por favor, alguien así es difícil que sea aceptado por el resto del mundo. A él, esto poco le importa porque vive en su mundo, su propio mundo, desde que murió su mujer. La escasa relación que tiene Oren con otras personas se remite a sus últimos cartuchos como vendedor inmobiliario, y por supuesto, incomodar uno por uno a sus vecinos del edificio (del que, por de pronto, él también es el dueño).

Leah -Diane Keaton-, vive en el departamento de al lado y muy pocas palabras cruza con el ermitaño energúmeno. Ha perdido también a su esposo y, sin hijos, se dedica a rememorar su carrera de cantante con algunas actuaciones nocturnas en un lugar muy cálido e íntimo. La vida de estos dos “conocidos-desconocidos” está destinada a la intrascendencia, sin embargo la visita del hijo de Oren crea una historia diferente. Recién separado, le pide al abuelo que se haga cargo de su nieta de 10 años, Sarah -Sterling Jerins-, porque debe pasar unos meses en prisión. La negativa inicial de Oren se hace sentir de costa a costa, sin embargo la sencilla acogida que Leah le da a la pequeña, marca la diferencia: es el comienzo de una incierta aventura.

Con guion de Mark Andrus y dirigida por Rob Reiner, esta película es delgada y muy discreta, de una liviandad que la hace muy poco comprometida con cualquier temática que quiera ser sustentada al interior del relato. Y no es que la premisa sea insuficiente, al contrario, hay cosas importantes que se pueden explorar, pero quedan relegadas a un segundo plano por decisión editorial, es decir, por los caminos que se eligen al momento de componer la narración.

Si la forma de desarrollar el contenido nos aleja, la única razón que tenemos para darle una oportunidad es el peso de sus actores protagónicos. Y es verdad, tanto Michael Douglas como Diane Keaton sostienen la película al punto de sentir la responsabilidad que ello significa, especialmente Keaton, quien canta con mucha veracidad y profundidad en sus intervenciones musicales. La química que se da entre ambos consagrados es también automática, y aunque pueda ser predecible lo que vaya a pasar, disfrutamos de cada una de sus escenas, diálogos, miradas y complicidades.

“And So It Goes” dura apropiados 94 minutos. No es necesario más (podría haber sido menos aún, pero así está bien), para una película que solo quiere que nos distraigamos, y que, aunque tenga un fondo del que se podrían extraer piezas clave, opta por saltarlo olímpicamente en beneficio de una forma lúdica de la que solo nos quedará un recuerdo agradable, claro, si es que queda.

Ficha técnica

Título original: And So It Goes
Año: 2014
Duración: 94 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Castle Rock Entertainment, ASIG Productions, Envision Entertainment, Foresight Unlimited, Clarius Entertainment
Género: Comedia. Drama. Romance | Comedia romántica. Vejez / Madurez
Guion: Mark Andr

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