lunes, 27 de septiembre de 2021

Cry Macho - Por Carlos Correa

Disponible en Cines.


Fines de los años 70, Texas, Estados Unidos. Mike Milo -Clint Eastwood-, es despedido del puesto que desempeñó por años como criador de caballos por su jefe y amigo Howard Polk -Dwight Yoakam-, quien se hartó de su creciente displicencia e indolencia, dejando como un lindo recuerdo aquellos años de estrella rutilante del rodeo tejano.

No obstante, las vueltas de la vida siempre traen alguna sorpresa. Al cabo de un año, Howard regresa para pedirle un favor: necesita que viaje a México y que traiga de regreso a su hijo adolescente para darle una mejor vida, lejos de su conflictiva madre. Sin convicción, pero con espíritu solidario y consciente de su deuda por todas las ayudas brindadas en el pasado por su amigo, Mike emprende un viaje que no comienza de la mejor forma.

Leta -Fernanda Urrejola-, no quiere dar su brazo a torcer, a pesar de que su hijo “Rafo” -Eduardo Minett-, pasa su vida cotidiana en la calle participando en peleas de gallos, tal vez la única actividad que le permite tener un espacio propio, algo de identidad y quizás algún arraigo. Inseparable de su gallo “Macho”, Rafo resulta ser un joven escurridizo, sin embargo Mike da con él con prontitud para exponerle los motivos de su encargo y pese a encontrar las obvias reticencias del muchacho, logra convencerle de regresar a la casa de su padre, lo que seguramente le podría entregar mejores horizontes.

Clint Eastwood, como actor y director, nos trae una película íntima, muy íntima, tal vez de las más personales a su haber. Y es que a sus 91 años no solo sigue vigente como productor y cineasta, sino que aun logra conmover y sorprender. En la cinta también pueden verse ciertas contradicciones, por el uso de formas y elementos que su autor declara. Ver en pantalla el cuerpo delgado y frágil de Eastwood, y a la vez observar la robustez de su dirección, puede ser un claro ejemplo. Este eje debilidad-fortaleza también se expresa a través de otros marcados contrapuntos, como presente-pasado, vejez-juventud y desdicha-amor.

“Cry Macho” puede ser visto como un relato sobre el ocaso de la vida. ¿Qué viene cuando se pierde el sentido? ¿Se vive del pasado o existe algún futuro? Las preguntas en esta realización son más profundas que las respuestas. La filmación es hermosa, hay detalles muy cuidados en varias de sus escenas que, junto con una particular iluminación, entregan algunas pistas acerca del fuero más íntimo del protagonista. Eastwood también filma con la calma que dan los años, con esa sabiduría que solo entrega la edad y la experiencia junto con kilómetros de rodaje.

Basada en la novela de N. Richard Nash, el guion es continuo, no tiene grandes sorpresas y tampoco presenta muchos desafíos. El ingrediente especial, entonces, es la forma de llevar la historia, es decir, todos esos condimentos que Clint Eastwood sabe combinar muy bien. Aunque hay algunas secuencias que carecen de un correlato, las podemos disculpar porque priman otros aspectos que resultan fundamentales como la búsqueda de paz interior, la reconciliación, la pausa necesaria y el amor.

El viaje por el desierto es también simbólico, otra metáfora unida por polos opuestos: uno de ellos se dirige hacia una nueva oportunidad, el otro, hacia su parada final. Acá, el blanco y negro no es literal, está en las capas más profundas, esas capas que descubrimos una vez que logramos sortear la inocencia juvenil de Rafo, las verdaderas intenciones de sus padres y las decisiones que Mike toma en su camino.

Una mención para dos actuaciones femeninas, también con un contrapunto marcado. Fernanda Urrejola logra, en pocos minutos, componer un personaje complejo y del que nos imaginamos claramente su esencia. Por otra parte, Natalia Traven da vida a Marta, una viuda que acoge a los viajeros con una hospitalidad que evoca generosidad y entrega, algo que se transforma en un punto de inicio o tal vez de llegada, una estación cercana, acogedora e inspiradora.

“Cry Macho” esconde bastante tras su aparente simpleza. Miramos a través de los ojos de sus protagonistas y podemos atisbar así el interior de nuestras propias historias. Tal como en muchas oportunidades, completamos el relato en la medida que nos comprometemos con él. Y de la mano de Clint Eastwood no oponemos resistencia, porque nos cautiva con pequeños detalles, nos guía amablemente con una mirada penetrante y una leve sonrisa. Sabemos que allí hay profundidad, lo vemos a través de sus ojos transparentes y lo confirmamos al percibir las debilidades de su cuerpo. Sin embargo, lo que hay allí es un roble, un árbol maduro, un pilar indiscutido, que sigue haciendo lo que más le gusta hacer que es componer buen cine.

Ficha técnica

Título original: Cry Macho
Año: 2021
Duración: 104 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Malpaso Productions, Albert S. Ruddy Productions, Daniel Grodnik Productions, QED International. Distribuidora: Warner Bros., HBO Max
Género: Drama | Road Movie. Vejez / Madurez. Años 70. Años 80
Guion: N. Richard Nash, Nick Schenk. Novela: N. Richard Nash
Música: Mark Mancina
Fotografía: Ben Davis
Reparto: Clint Eastwood, Eduardo Minett, Natalia Traven, Dwight Yoakam, Fernanda Urrejola, Sebestien Soliz, Horacio García Rojas, Daniel V. Graulau, Ana Rey, Brytnee Ratledge, Paul Lincoln Alayo, Alexandra Ruddy, Amber Lynn Ashley
Dirección: Clint Eastwood

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