Bien realizado testimonio de la confusión, e inmadurez, de un grupo de adolescentes chilenos en nuestros días.
Ha obtenido más de 8 distinciones en festivales nacionales e internacionales.
Hecha con profesionalismo, habla de una generación, todavía escolar, de clase media suburbana. Pasto potencial para encapuchados y vándalos juveniles. Hay una rabia contenida, poco definible, pero dolorosa, unida a ciertos ideales, en especial relacionados con la música.
Se ambienta en Quilicura, barrio de origen de su guionista/director Luis Pérez García, egresado de la Escuela de Cine de la Universidad de Chile.
Dividida en 7 episodios, luce como fondo musical canciones de Piero, Ontoro, Dr. Pez, Patio Solar, Rawcorp, Ezekiel Nunez, Lord Sucio y Nick Santino.
Su protagonista es un colegial, Martín (Max Salgado), quien junto a cuatro jóvenes más, se dedica a rapear, grafitear paredes, tatuarse y robar alcohol. Poco le importan sus estudios, y menos su hogar de clase media. Su único ideal es la música.
Mantiene nuestro interés gracias a una conjunción de méritos: actuaciones honestas y espontáneas, fotografía y edición sobrias y, como ámbito sociológico, flota una impotencia existencial contra el mundo ajeno que los rodea.
En forma paralela seguimos a Sol (excelente Ignacia Uribe), una muchachita escolar, también desorientada y rebelde que vive con su madre (Paula Zúñiga), y adora a su perrita Canela.
Cuando se le extravía la mascota iniciará la búsqueda por calles y plazas hasta que, por un accidente automovilístico, conocerá a Martín y a sus amigos, entablando con ellos una relación de amistad y nobleza humanitaria.
Prioriza la convivencia diaria, y los avatares familiares, por sobre un argumento más orgánico. Llena de cabos sueltos que sólo sirven para atisbar el mundo del cual provienen esos jóvenes.
El autor prefiere acompañar a Martín en la consecución de su objetivo: grabar un vídeo rapero, y escuchar, hasta donde sea posible, sus motivaciones:
“Para mí el rap es todo; la forma que tengo de expresarme. La manera de ordenar mis ideas. La rabia contra el sistema, pero también es poesía. Es lo real, lo verdadero. El Hip Hop es mi casa. Es el mundo que me ha visto crecer. Por eso lo cuido tanto”. Y agrega: “Las letras son para mí como un hijo”.
Con estos ideales se siente incluso capaz de apagar los faroles de alumbrado callejero con sólo desearlo.
La realidad de su entorno se encarga de consolarlo con el lema: “La desilusión es inevitable al crecer en un mundo injusto. Pero con buenos amigos el futuro alberga esperanza”.
HONESTA EXPLORACIÓN DEL MUNDO DE JÓVENES MARGINALES, SIN PERSPECTIVA PARA EL FUTURO DE SUS VIDAS.
Ficha técnica
Drama social - 2020 Chi1e -1,39 hrs.
Fotografía: Simón Kaulen
Música: Pablo Mondragón
Actores: Max Salgado, Ignacia Uribe, René Miranda
Guionista y Director: Luis Pérez García
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