jueves, 10 de enero de 2019

Creed II: Defendiendo el Legado - Por Juan Pablo Donoso

Un nuevo y merecido éxito para la fórmula que Sylvester Stallone sabe manejar con inteligencia y dinero (US$ 50.000.000).

Si bien sabemos de antemano cuáles son los ingredientes y recursos básicos de toda la saga de ROCKY (1,2,3,4,5 y 6), reconozcamos que este héroe deportivo tiene aún más cuerda que ofrecer a su público que sus también triunfales RAMBOS.

El personaje de Rocky Balboa, con su intelecto simple, bonachón y desvalido, incita un mejor desarrollo dramático para los secundarios que lo rodean, y que son también personas sencillas.

A diferencia de RAMBO, su gentileza sociable y tenacidad nos conquista a nosotros y también a quienes lo acompañan.

Como ya en el 6° capítulo (ROCKY BALBOA – 2005) agotó su veta física y el campeón se retira del boxeo, en el futuro, como entrenador, seguirá contagiando su mística a jóvenes luchadores.

Así nace CREED: CORAZÓN DE CAMPEÓN (2015), en que un ya cansado Rocky estimula a un nuevo pugilista negro – Apollo Creed – quien, a pesar de su talento, termina muerto sobre el ring a manos de un feroz gigante soviético tramposo llamado Ivan Drago.

Ahora, en CREED II:DEFENDIENDO EL LEGADO (2018), será el hijo de Apollo, Adonis, a quien acompañaremos en una cruenta escalada revanchista, que deberá enfrentarse con otro gigante ucraniano, ni más ni menos que con Viktor, el hijo de Ivan Drago.

La escaleta y el clímax son los mismos de siempre. El mérito de esta versión está en el acento que pusieron los guionistas en los valores familiares, en el mayor reposo y ternura de los motivos, y con ello la posibilidad de lograr mejores actuaciones. Stallone, como el Rocky viejo, entrega matices más profundos; lo mismo logra Michael B. Jordan, el joven e indeciso Adonis y, muy en especial Tessa Thompson, su esposa sorda y embarazada (Thor: Ragnarok – 2017).

Y en esa misma línea aplaudimos el patetismo que le dieron a los rivales, el ahora anciano Ivan Drago (Dolph Lundgren) y su hijo el gigantón Viktor (Florian Munteanu) quien, casi como un pelele, viene a lavar el desprestigio de su padre en ROCKY IV. Ellos inspiran más compasión que los protagonistas estadounidenses.

Esta secuela, gracias al trasfondo dramatúrgico de sus personajes, enaltece lo que sería un eslabón más en la industria de películas de acción y violencia deportiva.

UNA FÓRMULA COMPROBADA CUYAS SECUELAS, CUANDO TIENEN FONDO HUMANITARIO, SEGUIRÁN EXCITANDO AL PÚBLICO Y ENRIQUECIENDO A SUS PRODUCTORES.

Ficha técnica


Drama deportivo Warner Bros. Pictures EE.UU. – 2,10 hrs. 
Fotografía: Kramer Morgenthau 
Edición: Dana E. Glauberman, Saira Haider, Paul Harb 
Música: Ludwig Göransson 
Diseño Prod.: Franco-Giacomo Carbone 
Guionistas: Cheo Hodari Coker, Sylvester Stallone, Juel Taylor
Actores: Michael B. Jordan, Sylvester Stallone, Tessa Thompson, Dolph Lundgren 
Director: Steven Caple Jr.

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