miércoles, 18 de octubre de 2023

Los Asesinos de la Luna - Por Carlos Correa Acuña

Dirigida y producida por Martin Scorsese, quien también co-escribió el guion junto a Eric Roth, esta película -basado en el libro del mismo nombre de 2017 concebido por David Grann-, narra una historia sobre lo sucedido a comienzos del Siglo XX, cuando la Nación Osage, en Oklahoma, Estados Unidos, descubre la existencia de petróleo en sus tierras. El inesperado suceso los hace inmensamente ricos, y al poseer esa fortuna incalculable atraen a buscavidas, intrusos y ladrones blancos que no vacilan en manipular, robar y extorsionar a tal nivel que incluso llegan hasta cometer asesinatos.

Son tres los personajes principales de este relato: Ernest Burkhart -Leonardo DiCaprio-, un joven inquieto y necesitado de nuevas oportunidades, William King Hale -Robert De Niro-, el acaudalado y autodenominado “rey” de la zona -además tío de Ernest-, y Mollie Burkhart -Lily Gladstone-, una nativa americana, cuya familia se ha enriquecido gracias a la abundancia del denominado “oro negro”.

Ernest llega, literalmente, con una mano por delante y otra por detrás, sin nada, solo con la ambición de ser alguien y de forjar un futuro prometedor. Su tío William parece querer ayudarle genuinamente, sin embargo se aprovecha de la inocencia del joven para mover sus piezas y así ganar posiciones ventajosas. Y Mollie, inicialmente reacia a entablar siquiera una conversación, de a poco va cediendo a los impulsos rudos y amables de este joven que ejerce el noble oficio de ser su chofer.

Innegable es la calidad de filmación que Martin Scorsese ofrece en este trabajo de tres horas y media de duración. Cada cuadro, cada escena, posee una fina referencia estética y una composición de primer nivel, algo que destaca naturalmente a primera vista. Y esta es la primera capa de la película, una mega producción que no descuida detalle alguno -notables tomas, movimientos laterales rápidos, y alejamientos sutiles, entre numerosos efectos-, y que construye lentamente cada uno de los rincones y pasillos por donde debe transitar un relato que necesita de un contexto sólido para poder desarrollarse en plenitud.

En un mundo naciente, de creciente ostentación, donde todo se mueve por interés y hacer negocios es lo más importante, no hay demasiado espacio para las relaciones humanas sinceras. Tal vez por eso no resulta sorprendente el enamoramiento y posterior matrimonio de Mollie y Ernest, porque se condice perfectamente con la posición aspiracional de él y las necesidades emocionales que ella presenta.

No sé si la duración del filme se justifica, porque aunque su extensión no es un problema, sí se siente. Dividida en tres partes claramente diferenciadas, son los quiebres los que marcan aquellos puntos de inflexión necesarios para pasar de un compartimento a otro. Y con esto nos introducimos a una nueva capa del metraje, aquella que permite bajar unos peldaños hacia la intimidad de los personajes, cada uno en perfecta sintonía con un desarrollo expresivo bastante cercano a lo teatral. Cuando las muertes parecen inundarlo todo, y los arreglos convenientes en torno al dinero son la tónica absoluta, entramos al valle de la cinta, una sección central que incluye planes turbios y movimientos estratégicos que logran cooptarlo todo con total impunidad. La llegada del FBI, encabezado por Tom White -Jesse Plemons-, marca el inicio del tercio final, una conclusión que va decantando y afinando cada elemento expuesto entregando una perspectiva rica en imágenes tan elocuente como significativa.

Las actuaciones son excelentes, todas, en especial la que nos entrega Lily Gladstone con una gran calma y serenidad para construir un personaje creíble y que despierta nuestra natural empatía. Robert De Niro sobresale como ese viejo zorro curtido por múltiples batallas, capaz de ocultar sus movimientos y verdaderas intenciones tras una piel de oveja que parece suave y generosa. Y DiCaprio sorprende una vez más con su especial acento, junto a muchísimos otros gestos y movimientos corporales que dan vida a un hombre en el que convive una mezcla de sentimientos difícil de describir, y que logra pasar de ser un simple recién llegado a un personaje fundamental de la intriga.

La codicia y la maldad constituyen el pan de cada día en esta realización. Casi no existe antagonismo valórico ante dicha lacra, algo que ni esa aparente consideración y cuidado familiar es capaz de contrarrestar en modo alguno. El aprovechamiento de las circunstancias, y la aniquilación de cualquier rivalidad, es el centro del relato, lo que deja poco margen para encontrar cosas positivas en una cinta que destaca por su honestidad, tanto conceptual como pragmática.

Mucho deja para la reflexión esta película. ¿Lograr la paz, superando una historia de abusos brutalmente concebida? ¿Un reconocimiento en justicia al pueblo de Osage? ¿Una historia de verdad y redención? Existe un sinnúmero de tópicos a analizar en esta nueva catedral de Martin Scorsese, que sin duda representa formalmente una propuesta arriesgada para los tiempos actuales. El personaje de Ernest Burkhart sufre constantes mutaciones en el transcurso de todo el relato pero quedamos siempre con la duda si efectivamente cambia en algún momento, si se arrepiente finalmente, o es todo una fachada que por esas cosas del destino fracasa en la última parte de su intento.

Dudas y más dudas, pasadas, presentes y futuras, que ni siquiera un juicio justo -en este caso el juicio de la historia-, podrá tal vez descifrar o poner en contexto en relación al sometimiento de una Nación que tuvo la “suerte” de enriquecerse de la noche a la mañana y atraer con ello todos los males, habidos y por haber, del mundo moderno.

Ficha técnica

Título original: Killers of the Flower Moon
Año: 2023
Duración: 206 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Appian Way, Apple TV+, Imperative Entertainment, Sikelia Productions, Apple Studios. Distribuidora: Paramount Pictures, Apple TV+
Género: Thriller. Western. Drama | Basado en hechos reales. Crimen. Años 20
Guion: Eric Roth, Martin Scorsese. Libro: David Grann
Música: Robbie Robertson
Fotografía: Rodrigo Prieto
Reparto: Leonardo DiCaprio, Robert De Niro, Lily Gladstone, Jesse Plemons, Tantoo Cardinal, John Lithgow, Brendan Fraser
Dirección: Martin Scorsese

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