martes, 20 de febrero de 2018

Testamento - Por Juan Pablo Donoso

El tenaz afán por descubrir la VERDAD, cobra un precio doloroso en el mismo investigador implacable.

Aunque es ficción, se inspiró en un hecho real.

La investigación es tan minuciosa que nos hace olvidar que es película. Junto al protagonista, sólo queremos que triunfe la VERDAD.

A fines de la Segunda Guerra Mundial – 1945 – un grupo de aristócratas nazis en Rechnitz, Austria, por divertirse decidieron soltar a 200 prisioneros judíos en un bosque y salir a cazarlos como si fueran animales de presa. Los mataron a todos y los sepultaron en la cercanía. El hecho se guardó como secreto oficial. Pero había rumores de quienes escucharon la masacre a la distancia.

Cuando, hace pocos años, se supo que iban a pavimentar esa zona y construir sobre ella un suburbio de Lansdorf, el joven historiador judío Yoel solicitó a las autoridades buscar la fosa con los cadáveres de las víctimas para darles digna sepultura.

Nadie le creía la versión. Le dieron un corto plazo para buscar la supuesta fosa antes de iniciar la urbanización de la zona.

Yoel, luchando contra el tiempo, comienza la titánica tarea de hallar posibles testigos del crimen. Pero casi nadie quería colaborar: dos judíos que lo hicieron tiempo atrás, fueron misteriosamente asesinados.

La película juega a dos bandas: la búsqueda urgente de testigos y excavaciones, y, una revelación familiar de Yoel que le trastocó de raíz su identidad religiosa.

Yoel practicaba el judaísmo de forma estrictamente ortodoxa. Lo manifestaba en su vestuario y en sus cabellos. Educaba a su pequeño hijo con el máximo rigor para el Bar Mitzvá. Como ferviente científico fundamentó su acción diciendo: “El arqueólogo busca el valor en las cosas antiguas; el historiador lo hace buscando la VERDAD DE LOS HECHOS”.

Y si bien su epopeya vindicatoria de las víctimas logró un resultado positivo, en su vida personal y religiosa se repitió de alguna forma el revés con que Shakespeare castiga a su Shylock en El Mercader de Venecia.

Es un filme inteligente y muy bien armado. Con personajes hablando en inglés, alemán, hebreo y yidish mantiene el suspenso y el interés. Y al mismo tiempo, en el nivel humano, nos invita a reflexionar sobre los límites aceptables de las intransigencias milenarias de algunas religiones.

APASIONANTE INVESTIGACIÓN DE POST-GUERRA QUE COMBINA SABIAMENTE EL RIGOR DE LA VERDAD CON LA VIRTUD DE LA TOLERANCIA.

Ficha técnica

Título Original: The Testament (Haedut) 
BAMA (Bs.As.) Drama, suspenso Israel y Austria – 1,28 hrs. 
Fotografía: Moshe Mishali 
Edición: Gilad Inbar 
Música: Walter.W. Cikan y Marnix Veenenbos 
Diseño Prod.: Tamar Gadish 
Actores: Ori Pfeffer, Rivka Gur, Hagit Dasberg 
Guionista y Director: Amichai Greenberg 
Premio al Mejor Filme – Festival de Haifa 2017

No hay comentarios.:

Publicar un comentario