Lo que pudo ser un enredo pretencioso, o un torrente de sensacionalismo barato, resultó en un filme alucinante de misterio, terror psicológico y solidaridad.
Aunque la historia es simple, es la selección estética de luces, música y colores, más las actuaciones, y el pulso del director las que le otorgan el mérito.
Eloísa (Thomasin McKenzie) es una muchachita huérfana inglesa, de provincia, llena de sueños e ilusiones. Decide abandonar la casa de su querida abuela (Rita Tushingham) para ir a Londres a estudiar diseño de vestuario femenino.
Su inocencia contrastará con la vida libertina, y el sarcasmo de sus compañeras de estudio. Optará por arrendar una pieza en una antigua casa en el barrio bohemio de Soho. La cordialidad de la anciana propietaria (Diana Rigg), la hará sentirse acogida en una habitación amplia y decorada al estilo de los años 60.
Cuando todo parece ir bien, Eloísa nota que al mirarse al espejo, en vez de su imagen ve la de otra muchacha, rubia y sofisticada. Como el fenómeno se repite con cada vez más frecuencia, gradualmente, su vida se comienza a transformar en la de Sandie, una cantante que debió prostituirse para ascender como artista.
Lo esotérico es que sus vivencias como Sandie ocurren en el pasado, en el furor de los años 60 en Inglaterra. Temiendo estar esquizofrénica intenta averiguar, en la época actual, quién fue esa muchacha que se apodera de sus sueños, y cuyas relaciones con hombres diversos, y fantasmales sin rostro, la van conduciendo hoy día a un final catastrófico.
El desquicio y la angustia se van estrechando hasta culminar con una sorpresa absolutamente lógica cuando se descubre la verdad.
En paralelo con el glamoroso tratamiento audiovisual del drama, disfrutamos con las actuaciones de ambas protagonistas - Thomasin McKenzie, una revelación como Eloísa, y Anya Taylor-Joy como Sandie, a quien ya antes aplaudimos en La Dama de Gambito (SIGNIS-17/11/20).
Y nuestro placer aumenta al reencontrarnos con legendarios astros del pasado encarnando a personajes ancianos: Rita Tushingham (Sabor a Miel - La Maña - Dr. Zhivago), Terence Stamp (Billy Budd - Lejos del Mundanal Ruido) y, a la insigne estrella inglesa Dame Diana Rigg (Sra. Peel de Los Vengadores - El Velo Pintado - Game of Thrones), a quien dedicaron esta su última película antes de fallecer.
Si bien hemos visto mejores CGI (efectos especiales computarizados) en otras producciones, lo que esta nos entrega es una experiencia de aterrador trastorno psicológico, inserto en dos épocas simultáneas, donde la dualidad de las imágenes, la nostalgia de la canciones y la coherencia del relato nos sumergen en una hipnótica pesadilla creativa.
¡POR FIN UNA GRAN PELÍCULA DE MISTERIO, TERROR Y LOCURA REALIZADA CON POESÍA Y REFINAMIENTO CINEMATOGRÁFICO! HERMOSA, TENSA Y ALUCINANTE.
Ficha técnica
Título Original: Last Night in Soho
Aunque la historia es simple, es la selección estética de luces, música y colores, más las actuaciones, y el pulso del director las que le otorgan el mérito.
Eloísa (Thomasin McKenzie) es una muchachita huérfana inglesa, de provincia, llena de sueños e ilusiones. Decide abandonar la casa de su querida abuela (Rita Tushingham) para ir a Londres a estudiar diseño de vestuario femenino.
Su inocencia contrastará con la vida libertina, y el sarcasmo de sus compañeras de estudio. Optará por arrendar una pieza en una antigua casa en el barrio bohemio de Soho. La cordialidad de la anciana propietaria (Diana Rigg), la hará sentirse acogida en una habitación amplia y decorada al estilo de los años 60.
Cuando todo parece ir bien, Eloísa nota que al mirarse al espejo, en vez de su imagen ve la de otra muchacha, rubia y sofisticada. Como el fenómeno se repite con cada vez más frecuencia, gradualmente, su vida se comienza a transformar en la de Sandie, una cantante que debió prostituirse para ascender como artista.
Lo esotérico es que sus vivencias como Sandie ocurren en el pasado, en el furor de los años 60 en Inglaterra. Temiendo estar esquizofrénica intenta averiguar, en la época actual, quién fue esa muchacha que se apodera de sus sueños, y cuyas relaciones con hombres diversos, y fantasmales sin rostro, la van conduciendo hoy día a un final catastrófico.
El desquicio y la angustia se van estrechando hasta culminar con una sorpresa absolutamente lógica cuando se descubre la verdad.
En paralelo con el glamoroso tratamiento audiovisual del drama, disfrutamos con las actuaciones de ambas protagonistas - Thomasin McKenzie, una revelación como Eloísa, y Anya Taylor-Joy como Sandie, a quien ya antes aplaudimos en La Dama de Gambito (SIGNIS-17/11/20).
Y nuestro placer aumenta al reencontrarnos con legendarios astros del pasado encarnando a personajes ancianos: Rita Tushingham (Sabor a Miel - La Maña - Dr. Zhivago), Terence Stamp (Billy Budd - Lejos del Mundanal Ruido) y, a la insigne estrella inglesa Dame Diana Rigg (Sra. Peel de Los Vengadores - El Velo Pintado - Game of Thrones), a quien dedicaron esta su última película antes de fallecer.
Si bien hemos visto mejores CGI (efectos especiales computarizados) en otras producciones, lo que esta nos entrega es una experiencia de aterrador trastorno psicológico, inserto en dos épocas simultáneas, donde la dualidad de las imágenes, la nostalgia de la canciones y la coherencia del relato nos sumergen en una hipnótica pesadilla creativa.
¡POR FIN UNA GRAN PELÍCULA DE MISTERIO, TERROR Y LOCURA REALIZADA CON POESÍA Y REFINAMIENTO CINEMATOGRÁFICO! HERMOSA, TENSA Y ALUCINANTE.
Ficha técnica
Título Original: Last Night in Soho
2021 Drama, terror, misterio, suspenso Inglaterra -1,56 hrs.
Fotografía: Chung-hoon Chung
Edición: Paul Machliss
Música: Steven Price
Diseño Prod.: Marcus Rowland
Guion: Krysty Wilson-Cairns, Edgar Wright
Actores: Thomasin McKenzie, Anya Taylor-Joy, Diana Rigg
Dirección: Edgar Wright
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