miércoles, 21 de noviembre de 2018

Amor de vinilo - Por Carlos Correa

En una costera localidad inglesa la vida es apacible y tranquila. Tal vez demasiado para una pareja que divide su tiempo entre el trabajo y el hogar y que sin embargo la rutina ya les está pasando la cuenta. Duncan -Chris O’Dows- tiene una obsesión por un cantante rock norteamericano que solo publicó un disco y del que desde hace veinte años nadie sabe nada. Como uno de sus principales fans, ha creado una comunidad virtual en torno a la estrella donde se debate su historia, sus mitos, leyendas y se especula sobre su presente. Annie -Rose Byrne-, por su parte, ya está cansada del tema y no logra conseguir su propio espacio vital: quiere tener hijos y Duncan se opone, algo que sin duda los tensiona bastante. El punto de inflexión se produce cuando Duncan recibe un CD con las muestras iniciales del famoso álbum del artista llamado “Juliet, Naked”. Para él, es oro puro; para ella, algo vacío e insustancial, lo que origina variadas respuestas en el foro, incluida una muy particular del propio Tucker Crowe -personificado por Ethan Hawke- escrita directamente a Annie y que se convierte en el punto de partida de una cada vez más estrecha y cercana comunicación.

En esta comedia romántica basada en la novela de Nick Hornby, la música también es protagonista. Con una narración amable, la dirección de Jesse Peretz imprime al guion un ritmo que destaca algunos de los elementos propios de la construcción de un mito artístico. ¿Hay una sobre valoración del trabajo de Crowe? ¿La intriga y misterio que se crea en torno al artista le da mayor valor a un trabajo que tal vez pudiera ser calificado como “promedio”? No hay respuesta a estas preguntas. Es que la opinión que se tenga de una obra por parte del público -incluso la del propio autor- es muy distinta al afecto que esta creación produce en quien la recibe. Aquello es totalmente subjetivo pues así sucede con cualquier expresión artística.

El desarrollo del relato es interesante aunque podamos anticipar varios de los sucesos. La correspondencia electrónica entre Annie y Tucker los va acercando paulatina y profundamente, mientras en forma directamente proporcional aumenta el abismo con Duncan, pese a vivir juntos. La clave son las reacciones, los sentimientos y las relaciones entre los protagonistas. Tiene que ver con puntos de encuentro y con miradas comunes o distantes sobre la vida entre múltiples factores. La responsabilidad paternal, la preocupación o despreocupación sobre ello, el tener o no tener familia, son temáticas que cobran relevancia y están presentes especialmente en la historia de vida del cantante.

“Amor de vinilo”, título otorgado en español a la película no hace justicia con su original. Al contrario, nos da una pista falsa de la historia y nos confunde. En cambio, “Juliet, Naked”, el nombre de la única grabación de Tucker Crowe, es más significativo, pese a que “comercialmente” tal vez no sea del todo convincente. La buena elección de los actores para los roles principales permite a la cinta abordar el metraje desde diversas perspectivas sin abandonar un estilo amable y encantador que progresa hacia el sentido y profundidad que nosotros, los espectadores, estemos dispuestos a entregarle.

Ficha técnica

Título original: Juliet, Naked
Año: 2018
Duración: 105 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Apatow Productions
Género: Comedia. Drama | Música
Guion: Tamara Jenkins, Evgenia Peretz, Jim Taylor (Novela: Nick Hornby)
Música: Nathan Larson
Fotografía: Remi Adefarasin
Reparto: Rose Byrne, Ethan Hawke, Chris O'Dowd, Megan Dodds, Jimmy O. Yang, Lily Newmark, Lily Brazier, Johanna Thea, Azhy Robertson, Ayoola Smart, Georgina Bevan, Laura Camberley, Michael Chapman, Begoña Fernández Martín, Karol Steele, Janine Catterall, Lee Byford, Florence Keith-Roach, Andrew Dunkelberger, Thomas Gray, Sascha Panknin
Dirección: Jesse Peretz

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