viernes, 10 de noviembre de 2017

Jigsaw: el Juego Continua - Por Juan Pablo Donoso

Jigsaw significa “sierra eléctrica”, y también “castigo implacable”. Ambas cosas se aplican a “destajo” en esta 8ª secuela de la serie. Las más famosas anteriores fueron las dirigidas por Fletcher Markle (1949) y la de Val Guest (1962).

Historias de sangrientas venganzas, mutilaciones y torturas tienen un numeroso público en todo el mundo. Y mientras más brutales sean las carnicerías, menos lógica y textos tengan los argumentos, y más crueles sean los malvados, más exitosas y comerciales serán.

Esta secuela – dentro de su estilo – presenta una realización prolija, con muy buen ritmo, personajes escogidos para sufrir intensamente mientras son descuartizados y, cosa que se agradece en medio de todo el desparramo de vísceras, momentos de humor negro que nos permiten recordar que sólo se trata de una película, por lo tanto, verla con cierto distanciamiento para evitar la náusea.

En precuelas anteriores hubo un bestial descuartizador llamado John Kramer, apodado Jigsaw, que había muerto hace 10 años. Bueno, ahora nos enteramos que sigue vivo y continúa con sus andanzas, cada vez más ingeniosas y sofisticadas.

El relato funciona en dos niveles paralelos: la gradual matanza de las víctimas, y los afanes de la policía por dilucidar quién es el asesino, dónde está y capturarlo. A medida que el carnicero avanza en sus faenas, el grupo policial lo va cercando para depararnos una consabida sorpresa al final.

Méritos: personajes más empáticos y diferenciados, tanto entre las víctimas como entre los policías y forenses, con sus negros toques de humor.
Carencias: las muertes ahora son un poco menos “refociladas” que en las anteriores. Es decir, más “dulces” (¡!) dentro de toda esa masacre. Predomina más la gritadera histérica que el profundo pavor ante sus destinos fatales.

Desde las más antiguas civilizaciones, la complacencia en la sangre y mutilaciones fue siempre un escape psicológico morboso para la mayoría de las personas; radica en el subconsciente, ya sea por reprimidos afanes de venganza o por un primitivo deleite sádico. (Ej. El Coliseo Romano, las torturas de la Inquisición, los suplicios chinos, las cabezas jíbaras, la antropofagia, etc.). Y el otro cauce de desahogo lo aporta la pornografía explícita de todos los tiempos.

SANGRE, MUTILACIONES Y VÍSCERAS PARA SATISFACER LA MORBOSIDAD DE MILLONES DE ESPECTADORES. REALIZADA CON CALIDAD EN SU GÉNERO.

Ficha técnica

Título Original: Jigsaw
BFDistribution Crimen, horror, misterio
EE.UU. – 1,32 hrs.
Fotografía: Ben Nott Edición: Kevin Greutert
Música: Charley Clouser Diseño
Prod.: Anthony Cowley
Guionistas: Pete Goldfinger, Josh Stolberg
Actores: Matt Passmore, Tobin Bell, Callum Keith Rennie
Directores: Michael Spierig, Peter Spierig

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