jueves, 16 de noviembre de 2017

La Red - Por Juan Pablo Donoso

Lo que más temen las ideologías y el fanatismo es el afán del hombre sencillo por vivir en paz. Más aún cuando rayan en lo sádico y en la estupidez.

¿Qué escapatoria tiene un hombre simple cuando queda atrapado entre dos potencias políticas? Será difícil escapar de las redes policiales de una u otra. Esa es la Red que denuncia esta película.

Una vez más, Ki-Duk Kim, toma el partido del hombre esencial para confrontarlo con las entelequias perversas del poder, ya sea democrático o totalitario.

En todos sus filmes, este realizador espiritual confronta la pureza con la contaminación perversa que ha hecho el hombre con la materia. Señeras son obras anteriores como Primavera, Verano, Otoño…, Samaria, Pieta y otras. Siempre veremos la noble vocación del espíritu abriéndose paso por la espesura del error, la ignorancia y el egoísmo.

Namchulwoo es un humilde pescador artesanal de Corea del Norte. Ama a su esposa y a su pequeña hijita. Eso le basta para ser feliz. Un día su red se atora en la hélice de la lancha. Y queda a la deriva en la frontera. La corriente lo arrastra a las aguas de Corea del Sur. Allí será apresado, sospechoso de espionaje, y sometido a un siniestro proceso de interrogatorios y torturas.

Como insiste en sus respuestas de inocencia, la policía le permite deambular por las calles para vigilar sus posibles contactos y, también, para que conozca el alto nivel de desarrollo del sistema capitalista. Hasta le ofrecen desertar, quedarse allí, y formar una nueva familia.

Si bien el pescador se deslumbra con el desarrollo material del régimen, y conoce las desdichas de ciertos habitantes, sólo desea volver a su patria y reunirse con su familia. Después de muchos y dolorosos incidentes le permitirán regresar a casa.

Su retorno será publicitado por el gobierno comunista como el de un héroe ejemplar. Pero en su país será nuevamente sometido a humillantes interrogatorios porque tal vez viene contaminado con los embrujos del oropel capitalista. Por precaución, hasta le prohiben volver a su oficio en el mar por si se tienta de traspasar la frontera nuevamente.

El mismo Namchulwoo será la peor víctima de aquella “red” de conflictos políticos, y de la cual es imposible escapar. Queda capturado entre dos mundos que le resultan ajenos y malignos.

Este filme nos mantiene horrorizados de ver tanta aberración en las estructuras sociales, y donde apenas se columbran leves destellos de humanidad en ambos mundos.

Admirable actuación del protagonista Seung-bum Ryoo ( Premio Blue Dragon al Mejor Actor Nuevo), estupendo ritmo narrativo, sin concesiones ante la tortura, y un mensaje que nos reconcilia con los valores esenciales de cualquier persona que sólo desea vivir con sus seres amados.

“Lo principal de una buena película es la comprensión del hombre sencillo y su forma de vida, más que de sofisticadas teorías gubernamentales o de estéticas cinematográficas”. Ki-Duk Kim

UN PODEROSO LLAMADO A LA CORDURA POR MEDIO DE LA COMPASIÓN Y LA IMPOTENCIA.

Ficha técnica


Título Original: Guemul 
Los Filmes de la Arcadia 
Drama, política Corea del Sur
1,54 hrs. 
Edición: Min Sun Park 
Actores: Seung-bum Ryoo, Won-geun Lee, Young-min Kim 
Guión y Dirección: Ki-Duk Kim

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