viernes, 10 de noviembre de 2017

The Square (El Cuadrado) - Por Juan Pablo Donoso

Esta es una película inteligente, provocativa, pero dispersa. Es difícil hallar un eje central para evaluarla. Nos recuerda a Buñuel. Ganó la Palma de Oro en el 70° Festival de Cannes y al otorgárselo el Presidente del Jurado, Pedro Almodóvar, dijo:

“The Square engloba demasiadas ideas y Östlund es muy ambicioso. Ha hecho una película política sobre la ceguera del mundo occidental… Una de las grandes desgracias de la actualidad es la dictadura de lo políticamente correcto…y sus personajes viven por ello un infierno”.

¿Y a cuál infierno se refiere? Pues al de la inasible relatividad de lo que entendemos por Arte; y de cómo proviene y a la vez condiciona los valores de la sociedad. ¿Puede el Arte mejorar a nuestra sociedad?

Empieza con la instalación de un cuadrado en el suelo frente a un importante Museo de Arte Contemporáneo en Suecia. Es un cuadrado vacío, delimitado con cinta luminosa, sobre los adoquines. La propuesta es de una socióloga argentina de apellido Arias: su propósito es entregar un punto de encuentro, de convergencia para los seres humanos: “Un santuario de confianza, seguridad y cariño”.

Christian es un respetado curador de aquel Museo, y defensor de tan altruista obra de arte.

A partir de su instalación iremos constatando cómo eso repercute en su vida, de quienes lo rodean, la incongruencia de su afectividad/sexual, su responsabilidad como esposo separado y padre de dos niñitas, el asedio de la prensa y de la opinión pública, y de cómo el utópico proyecto le revienta en la cara cuando decide, con la mejor intención, publicitarlo mediante un spot televisivo.
Esa sería una difusa columna vertebral del tema de la película. Pero está salpicada de pequeños y variados incidentes en que debe tomar decisiones, y muchas de ellas aumentan cada vez más el desquicio de su vida.

The Square (el cuadrado) termina identificándose con ÉL mismo; él como punto de convergencia de incontables disparates, chascos y contradicciones.

Y aquí vienen entonces las preguntas de fondo de este relato: ¿Basta poner cualquier cosa en un Museo para que sea obra de Arte? ¿Es posible la verdadera libertad de expresión? ¿Qué potencialidades nobles o perversas se ocultan en la presencia “artística” de un cuadrado vacío en la calle? ¿Hay límites entre una estafa “responsable” o “irresponsable” de nuestras acciones?

Christian, en su diario vivir, será testigo y víctima de los problemas de una sociedad moderna, que incluyen migración, mendicidad, batalla de géneros, desigualdad, injusticia, en fin, una pérdida completa de los ideales del cuadrado: “comunicación y confianza mutua entre las personas”.

Fue gran desafío para el guionista y director Ruben Östlund plantear estos dilemas en una sola película de 2 horas y 22 minutos.

Lo abordó por medio de múltiples incidentes, algunos muy graciosos, otros espurios, con personajes tangenciales cuyos comportamientos y reacciones escapan de toda explicación medianamente lógica.

El discurso cinematográfico se desarticula constantemente, brotan eventos inesperados, y se acumulan incidentes cada vez menos controlables por la razón.

El resto se lo dejamos al deleite o desconcierto de cada espectador del filme.

Destacamos el riguroso cuidado del director y su equipo para hacernos cómplice del protagonista, y de cómo por medio de los encuadres y escenarios va rescatando la presencia de los espacios, de las zonas áureas, de los ángulos de encuadre. Queda la impresión que el autor sólo confía, en medio de toda la ambigüedad humana, en la armonía plástica de los espacios y los volúmenes.

Quien sienta curiosidad por conocer esta película prepárese más para disfrutarla que para encontrar las respuestas que ni el mismo autor logra obtener.

¨El mundo occidental está completamente idiotizado; solo quedan la constatación de la debacle y algún intento de rebelión”. Ruben Östlund al recibir el Premio.

UN AUDAZ INTENTO POR ENTENDER EL MUNDO EN QUE VIVIMOS Y, ESPECIALMENTE, CÓMO CONCILIARNOS CON EL ARTE.

Ficha técnica

Palma de Oro en 70° Festival de Cannes.
Cinecolor Films
Tragicomedia, sátira
Suecia, Alemania, Francia, Dinamarca – 2,22 hrs.
Fotografía: Fredrik Wenzel
Edición: Jacob Secher Schulsinger, Ruben Östlund
Diseño Prod.: Josefin Åsberg
Actores: Claes Bang, Elisabeth Moss, Dominic West
Guionista y Director: Ruben Östlund

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