miércoles, 10 de octubre de 2018

Nace una estrella - Por Carlos Correa

Jackson Maine -Bradley Cooper-, exitoso cantante country, solo encuentra refugio en el alcohol. Luego de un multitudinario concierto su deseo de embriagarse lo lleva a un bar donde descubre a Ally -Lady Gaga-, una cantante que interpreta una delicada y particular versión de “La vie en Rose”, llenando con clase el pequeño escenario que tiene para desarrollar su pasión artística pues en el día trabaja como mesera en un céntrico restaurante.

Esta película, tercer remake del clásico musical de 1937, con dos versiones -1954 y 1976- la última con Barbra Streisand, es el debut en la dirección de Bradley Cooper. ¡Y qué debut! Cooper, quien con su versátil nivel de actuación ya no nos sorprende, protagoniza y dirige este proyecto cinematográfico que está llamado a ser una de las revelaciones del 2018. La cámara del director es sensible, reposada y en otros momentos ansiosa y febril, acertando en todos los aspectos. Los primeros planos que entrega son conmovedores, los suaves efectos de contraluz en los conciertos, la forma de fundir las imágenes al retratar la historia y los magníficos planos generales hablan de una cualidad hasta ahora desconocida del protagonista de “El Francotirador” y donde podemos, sin duda, apreciar su cercanía con el gran Clint Eastwood. “Nace una estrella” marca también el primer rol protagónico de la popular cantante Lady Gaga y es un verdadero descubrimiento, quizás tanto como el de su personaje en la película. Gaga logra encarnar, con mucha sencillez, un papel cálido y creíble, representando a una joven y apasionada artista, insegura y tímida, que se encuentra con una oportunidad única para desarrollar su talento.

Cooper, quien también colabora en la escritura del guion, calcula muy bien el desarrollo del metraje. La combinación de las escenas musicales con las románticas, las tomas más personales y reflexivas en contraposición con el trasfondo del gran espectáculo, proporcionan un ritmo preciso que avanza vigorosamente y nos mantiene permanentemente atentos. Además, logra conjugar una química notable en la pareja protagónica. Es amable y suave, nada se ve forzado. El romance que surge fluye de forma espontánea y natural en un excelente trabajo de ambos solistas, flexibles y dúctiles en la composición de los diálogos y sobre todo en la necesaria e imprescindible comunicación no verbal.

Un párrafo especial para la banda sonora que está conformada en su mayoría por canciones originales escritas por Lady Gaga y el mismo Bradley Cooper. Desde el comienzo, con una brillante interpretación de la clásica “La vida en Rosa”, Lady Gaga deja de ser la famosa estrella del pop, se compromete con Ally, y desarrolla para ella un estilo único y particular. Incluso hay un cambio de color en su voz, más natural y transparente, algo cruda por momentos, para así representar los primeros pasos de una nerviosa cantante tremendamente talentosa. Con el correr de la cinta, Ally va madurando y adquiriendo un rol mucho más osado. Su voz también varía y adquiere matices y colores propios de quien ya conoce su instrumento y es capaz de configurarlo para cada circunstancia interpretativa. Por su parte, Bradley Cooper canta sus canciones con una calidez sorprendente y un color de voz muy interesante. Tanto en sus propios solos como en los temas compartidos a dúo con Lady Gaga, Cooper no se queda atrás -el material vocal de ambos es claramente distinto y dispar- consiguiendo un buen equilibrio.

El ocaso de una estrella y el nacimiento de otra es una historia clásica. Puede ser repetitiva o bien constituir algo nuevo y esto último es justamente lo que consigue esta tercera versión de la icónica cinta de 1937. Sabemos que depende mucho de la forma de relatar, de contar la historia y por cierto de la forma como se construyen los personajes, los entornos y las situaciones, lo que realmente hace la diferencia entre una y otra. Tomando esos aspectos, esta nueva puesta en escena se destaca precisamente porque no se aprecian planicies narrativas ni ripios en un guion bien elaborado y bien filmado, donde lo predecible deja de serlo al solo enunciarlo y el enfoque es profundamente artístico y sobre todo humano.

“A Star Is Born” nos muestra el lado oscuro del éxito y también la miseria de una progresiva decadencia. Y no solo eso, nos hace reflexionar profundamente sobre la soledad del éxito, los sueños y esperanzas de juventud, la añoranza, el amor, el valor de la vida y la búsqueda permanente de un equilibrio maduro. De manera íntima y delicada, esta la película nos toca y sumerge a través de la música en nuestro propio camino personal, para reconocer aquella estrella que todos los días nace dentro de nosotros.

Ficha técnica

Título original: A Star Is Born
Año: 2018
Duración: 135 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Malpaso Productions / Gerber Pictures / 22, Indiana Pictures / Live Nation Productions / Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) / Thunder Road Pictures. Distribuida por Warner Bros.
Género: Drama. Musical. Romance | Remake
Guion: Will Fetters, Bradley Cooper, Eric Roth, Dorothy Parker, Alan Campbell, Robert Carson (Historia: William A. Wellman)
Música: Canciones: Lady Gaga, Bradley Cooper
Fotografía: Matthew Libatique
Reparto: Bradley Cooper, Lady Gaga, Sam Elliott, Andrew Dice Clay, Bonnie Somerville, Dave Chappelle, Michael Harney, William Belli, Rafi Gavron, Rebecca Field, Anthony Ramos, D.J. Pierce,  Steven Ciceron, Andrew Michaels, Jacob Taylor, Geronimo Vela, Frank Anello, Germano Blanco
Dirección: Bradley Cooper

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