Esperábamos algo más enjundioso de Lasse Hallström, connotado director sueco (Chocolate, ¿Qué perturba a Gilbert Grape?, etc.) de gran trayectoria.
Con bellísima fotografía de paisajes en Southport, una aldea pesquera en Carolina del Norte, nos presentan a una esposa quien, habiendo apuñalado a su sádico marido, escapa de la ciudad y se refugia en este pequeño pueblo.
Como su esposo era detective, sin duda investigaría e iría en busca de ella; cosa que emprende desde el comienzo de la cinta.
Mientras Katie se adapta a su nuevo hogar e identidad, trabajando de mesera en un restaurante, conoce a un viudo joven, padre de 2 hijos.
Se inicia el romance, esquivo al comienzo y pleno a medida que pasan los días.
El filme se hace muy largo y lento en sus escenas de ambientación; lo peor es que carece de conflicto, ya que de vez cuando nos muestran al marido buscándole pistas a su esposa fugitiva.
Sólo en las últimas secuencias, cuando la encuentra, sobreviene un clímax de mayor violencia, pero siempre dentro de las manidas fórmulas de acción de los filmes estadounidenses.
Una vez producido el happy end convencional, la película nos entrega un giro sorpresivo que irradia una suave emotividad ya que revela un fenómeno sentimentalmente metafísico.
Es posible que mantenga entretenidas a las espectadoras de historias románticas, pero, sin duda, pudo ser más concisa en lo dramático y más profunda en lo psicológico.
Jóvenes actores, aún poco conocidos por el grueso público, tienen aquí la oportunidad de seguir apareciendo en futuros filmes.
ROMÁNTICA Y SEMI POLICIAL, PERO INNECESARIAMENTE LARGA.
Ficha técnica
Director: Hasse Halstöm
Actores: Julianne Hough, Josh Duhamel, Cobie Smulders
Guión: Dana Stevens, Gage Lansky – Nicholas Sparks (novela)
Fotografía: Terry Stacey
EE.UU. – 115 minutos
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