miércoles, 1 de enero de 2020

El caso de Richard Jewell - Por Carlos Correa

Clint Eastwood regresa a la silla de director para conducir una película sobre un caso real sucedido durante el desarrollo de los Juegos Olímpicos en el año 1996. Richard Jewell -Paul Walter Hauser, mientras estaba de guardia durante un Concierto en el Centennial Olympic Park de Atlanta, descubrió una mochila sospechosa. Con premura hizo activar el protocolo de seguridad y logró evacuar a cientos de personas. Efectivamente la amenaza era cierta, la mochila contenía un aparato explosivo que detonó en el concurrido lugar causando dos muertos y un centenar de heridos. La acción de Richard, oportuna y a la vez arriesgada, evitó que las consecuencias fueran aún más lamentables. Hasta ese momento, los hechos lo posicionaban como figura nacional, un héroe que con valentía había impedido una tragedia mayor, sin embargo, la historia cambia radicalmente; comienza a ser investigado por el FBI como principal sospechoso y el caso adquiere una inusual cobertura cuando la investigación es filtrada por la prensa.

Eastwood configura el relato en torno a la personalidad de Richard. El comienzo de la cinta, algo lento y con detalles que no parecen demasiado trascendentes, es fundamental para comprender lo que el metraje ofrece desde su segundo tercio. La vida de Richard, su permanente ilusión de ser reconocido junto a sus sueños y fracasos, nos da luces sobre lo que viene. El protagonista vive con su madre, Barbara "Bobi" Jewell -Kathy Bates-, en una pequeña casa de Atlanta. La relación de ambos es estrecha y naturalmente las características de hijo único brotan espontáneamente como rasgos importantes de su personalidad.

Paralelamente, el director desarrolla la otra cara de la moneda, es decir lo que sucede con los responsables en el FBI y su necesidad imperiosa de encontrar culpables. Suma a lo anterior el decisivo papel e influencia que los medios de comunicación ejercen una vez que se hacen públicas las sospechas sobre el guardia. En estos dos papeles, tanto en del agente a cargo del FBI como en el de la reportera que difunde la noticia, Eastwood sitúa una mirada que, desconociendo si es verdadera o no, introduce un aspecto polémico pues expone el intercambio de información a cambio de favores sexuales.

En el centro del relato está la relación de Richard con Watson Bryant -Sam Rockwell-, el abogado que toma la defensa de su caso. Ambos se conocieron anteriormente en una pequeña oficina de abogados donde Richard era el encargado del correo postal. Ahora, en este momento angustiante, Watson es la única carta a la que puede recurrir y para su beneficio, el ahora abogado independiente no duda en tomar su representación. Jewell debe soportar la humillación de ser investigado sin mayores pruebas que acrediten su participación y de ver cómo su madre sufre por esta situación. También asume estoicamente presiones indebidas. Su respeto a la autoridad y a la ley le hace más vulnerable aún pero con ello también muestra un coraje digno de destacar e imitar. Watson no solo debe lidiar con las implicancias jurídicas de una situación que a todas luces se presenta como un caso débil sino que también con la firme convicción de inocencia de su representado la que tal vez por lo mismo le impide defenderse y se expone en demasía.

Clint Eastwood filma un guion escrito por Billy Ray, basado en el artículo de 1997 “American Nightmare: The Ballad of Richard Jewell” de Marie Brenner y lo dota de carácter documental. “Es una historia que necesita ser contada”, señala el director y con ello define su posición sobre la injusticia que recae sobre Richard, las investigaciones parciales y guiadas hacia el primer sospechoso, las verdaderas responsabilidades del acto terrorista y la influencia de los medios en casos de esta connotación social. “Es por eso que quise hacer esta película", continúa el director, "para devolverle el honor a Richard. Porque es el hombre común, que quiere ser un oficial de policía, más que nada, para dedicarse a mejorar a la humanidad, quien hace esta acción heroica y luego paga un alto precio por ello”.

“El caso de Richard Jewell” encierra muchos detalles y puntos de vista. Es real, compleja y tambien polémica; fija posiciones que naturalmente pueden ser compartidas, rebatidas o tal vez solo desestimadas. Eastwood, con una cámara precisa y clara que pone su foco en la humanidad de los personajes, en sus sentimientos y emociones, logra trasmitir un mensaje vital sobre una realidad que muchas veces se instala por sobre la veracidad de los hechos. Nuevamente Clint Eastwood nos regala, fiel a su estilo y a su manera, un homenaje a la justicia filmando una historia que lleva a la reivindicación definitiva de Richard Jewell.

Ficha técnica

Título original: Richard Jewell
Año: 2019
Duración: 131 minutos
País: Estados Unidos
Productora: Malpaso Productions / Warner Bros. Brasil / Appian Way / Misher Films / 75 Year Plan Productions. Distribuida por Warner Bros. Brasil
Género: Drama | Basado en hechos reales. Juegos olímpicos. Años 90. Periodismo
Guion: Marie Brenner, Billy Ray
Música: Arturo Sandoval
Fotografía: Yves Bélanger
Reparto: Paul Walter Hauser, Jon Hamm, Olivia Wilde, Sam Rockwell, Kathy Bates, Wayne Duvall, Dexter Tillis, Desmond Phillips, Nina Arianda, Ian Gomez, Randy Havens, Mike Pniewski, Niko Nicotera, Dylan Kussman, Beth Keener, Billy Slaughter, David Shae, Shiquita James, Deja Dee, Kendrick Cross, Jill-Michele Melean, Mitchell Hoog, David Lengel, Marc Farley, Victoria Paige Watkins, Charles Green, Shawn Weston Thacker
Dirección: Clint Eastwood

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