miércoles, 9 de agosto de 2017

El bar - Por Carlos Correa

Centro de Madrid como primer tema. Caos y desorden generalizado en un pequeño bar, como contrapunto. Álex de la Iglesia es su director. ¿Resultado? Difícil de explicar, más bien debemos dejarnos llevar para descubrirlo.

Varias personas desayunan en un pequeño y céntrico local, cada cual en lo suyo, hasta que al salir por la puerta uno de ellos recibe un disparo mortal. Nadie sale, no saben que pasa. Otro se aventura a socorrer al caído y también es alcanzado por un certero balazo. Desesperación total, un infierno desatado. ¿Terrorismo, francotiradores, algo al interior, uno de ellos mismos? La tensión crece con el correr de los minutos. El miedo avanza, los instintos dominan a los protagonistas y todo se torna primario y violento. ¿Qué está sucediendo? No lo sabemos nosotros y tampoco quienes están en la pantalla. Contar más de la historia no se puede porque arruinaría el proyecto que está rodeado de incertidumbre desde el trailer inicial.
Una vez más, este director español hace de las suyas. Con un comienzo trepidante, con secuencias perfectas, introduce graciosamente a los personajes con los que conviviremos encerrados los siguientes 100 minutos. El humor negro, lo absurdo y grotesco es solo formal. Aumenta la provocación, incomoda y provoca rígidas sonrisas en la medida que los personajes van mostrando su lado más oscuro con el correr del relato.

No es nuevo, en el formato del director, comenzar a todo ritmo e ir dosificando hacia el tercio final. Es parte de su estilo y el es fiel a ello. Sin embargo en esta producción el metraje decae completamente en su desenlace. Es una lástima, pero una tensión como la provocada no tiene cómo desarrollarse. Es como correr desesperadamente 60 minutos y que en los últimos 30 te goleen de contragolpe porque ya las fuerzas no dan. Hay un evidente desequilibrio que conociendo al bilbaíno es sin duda intencional. Y ese desequilibrio quiere ser parte de la tensión, pero esta vez no resulta. Al contrario, le juega en contra a pesar de las secuencias estructuradas que tiene cada sección del relato.

Alex de la Iglesia tiene un talento formidable para filmar en espacios mínimos. Sus locaciones son restringidas y esa falta de espacio provoca gran angustia. Agreguemos una buena dosis de paranoia y personajes caricaturizados y todo debería funcionar. Y por largos momentos lo hace y es realmente reconocible en facetas, tiempos, colores y texturas. Esta teatralidad de la filmación es lo más logrado de esta cinta y justamente cuando la abandona, la película va decreciendo lentamente, aunque la tensión muta de propósito. Ahora queremos que todo acabe pronto.

De la Iglesia es provocador y fiel a ese estilo nos propone una historia en varias capas, donde la crítica social está siempre presente. También critica las apariencias, nuestras relaciones y formas de ser, prejuicios, valores y la difícil tolerancia existente en nuestros días. Su forma es muy original y puede tener férreos opositores cuyos anticuerpos se generan de forma espontánea. Sin embargo, una lectura más global nos puede permitir darle la oportunidad al director de mostrar la faceta más profunda de sus personajes. Una realidad que solo se aprecia en situaciones límite y donde no sabemos a qué seremos conducidos. La idea es brillante. ¿Y entonces, el resultado? Insisto que debemos descubrirlo.

Ficha técnica

Título original: El bar
Año: 2017
Duración: 102 minutos
País: España
Productora: Pokeepsie Films / Nadie es perfecto PC
Guión: Álex de la Iglesia, Jorge Guerricaechevarría
Género: Thriller. Intriga
Música: Carlos Riera, Joan Valent
Fotografía: Ángel Amorós
Reparto: Blanca Suárez, Mario Casas, Secun de la Rosa, Carmen Machi, Jaime Ordóñez, Terele Pávez, Joaquín Climent, Alejandro Awada, Jordi Aguilar, Diego Braguinsky, Mamen García
Director: Álex de la Iglesia

No hay comentarios.:

Publicar un comentario