Cinta basada en el libro del año 2017 del mismo nombre, de David Grann. Su trama se centra en una serie de asesinatos en Oklahoma, en la Nación Osage durante la década de 1920, cometidos después de que se descubriera petróleo en tierras tribales.
Gran superproducción nos trae Scorsese, en la cual nos obliga a estar tres horas y media mirando la pantalla, casi sin pestañear. Sí, porque cada detalle es deslumbrante.
A principios del siglo XX, el petróleo aportó una fortuna a la nación Osage, que se convirtieron de la noche a la mañana en una de las personas más ricas del mundo. La riqueza de estos nativos americanos atrajo inmediatamente a intrusos blancos, que manipularon, extorsionaron, robaron la mayor cantidad de dinero posible e incluso recurrieron al asesinato.
Tenemos a Ernest, un joven que llega de la guerra a la ciudad, a la casa de su tío William, quien se autodenomina el rey del valle, un sujeto muy respetado en el sector.
Vemos como los indios Osage son personas de muchos recursos económicos y los blancos trabajan para ellos, cosa que jamás nadie se habría imaginado. La convivencia se ve normal, pero solo es apariencia, pues extraños hechos (en realidad no) comienzan a sucederle a los indios, quienes comienzan a morir, sin que se investigue.
Los "blancos" se aprovechan de la ignorancia y vulnerabilidad de los indios, casándose con ellos, contratándoles seguros de vida, alcoholizándolos, enfermándolos, etc. Todo con el fin de quedarse, de forma inescrupulosa, con su dinero y bienes en general. Eso que les dio el petróleo.
William hace que Ernest se convierta en chofer, específicamente el de una nativa llamada Mollie. Ernest, ignorante y algo torpe, hace caso y pasa con ella el mayor tiempo posible. Como era de esperarse comienza el coqueteo entre la introvertida Molly y el hablador Ernest, hasta que se enamoran y se casan.
Ellos se aman, pero su tío está ahí atento, como un zorro al acecho, oliendo el dinero, fingiendo amabilidad; un ser inescrupuloso.
Pasan los años y los nativos mueren de a poco, nadie hace nada, el racismo es obvio, a nadie le interesan estos nativos. Viajan a la capital y entregan dinero a las autoridades. Ahí llega un grupo de agentes, encabezado por el agente Tom White, se da inicio al FBI. Investigan, y comienzan a atar cabos.
Racismo, corrupción, avaricia, mafia, se resalta mucho la amoralidad. Pero dentro de todo aquello malo que está abrazando la localidad, brilla el amor, el amor entre Mollie y Ernest, pero no sabemos si se mantendrá estando su tío cerca.
Estéticamente será una cinta muy nominada en los próximos festivales, mantiene una grandiosa fotografía, unos planos amplios deslumbrantes, vestuario muy acorde a la época, maquillaje y protésicos buenos. Las actuaciones son geniales de todos, creíbles, te involucras con ellos. El guion nos cuenta muchas historias, pues hay muchos personajes que aportan en cada momento.
En qué podría fallar es en su duración. Son tres horas y medias en las que no debes despegar la vista de la pantalla, nada de salir de la sala: lo haces y te pierdes algo importante.
Y lo otro que faltó, para mí, fue un tema central, una canción o melodía épica.
Una película hecha con respeto, con el fin de crear conciencia y no olvidar.
Ficha técnica
Killers of the Flower Moon
Director: Martin Scorsese
Guion: Eric Roth y Martin Scorsese
Cinematografía: Rodrigo Prieto
Edición: Thelma Schoonmaker
Musica: Robbie Robertson
Duración: 206 minutes
EEUU - 2023
Drama, crimen.
Protagonistas: Leonardo DiCaprio, Robert De Niro, Lily Gladstone, Jesse Plemons, Cara Jade Myers
Killers of the Flower Moon
Director: Martin Scorsese
Guion: Eric Roth y Martin Scorsese
Cinematografía: Rodrigo Prieto
Edición: Thelma Schoonmaker
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Drama, crimen.
Protagonistas: Leonardo DiCaprio, Robert De Niro, Lily Gladstone, Jesse Plemons, Cara Jade Myers
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