Seis partes y un epílogo conforman esta nueva película del director David Fincher. Las secciones, bastante simétricas en duración, corresponden a las ciudades que recorre el protagonista, interpretado por Michael Fassbender. Hablamos de París, República Dominicana, Nueva Orleans, Florida, Nueva York y Chicago, en ese orden, escenarios clave en los que transcurren los hechos.
¿Qué tenemos acá? Primero, un profesional hecho y derecho, prolijo, obsesivo y meticuloso, que tiene todo calculado y planes que abarcan hasta la letra Z. Segundo, su ámbito de acción, pues su negocio es matar por encargo; un asesino a sueldo, y de los “top”, de los caros, esos que escasean porque son infalibles. Y tercero, un imprevisto en su último encargo lo pone literalmente de cabeza, le obliga a usar todo el abanico de opciones que maneja para sortear un sinnúmero de dificultades que se le presentan, desde sus clientes, pasando por sus intermediarios, cercanos y hasta por su propia integridad.
Fincher filma un guion de Andrew Kevin Walker sobre una novela gráfica francesa del mismo nombre escrita por Alexis "Matz" Nolent e ilustrada por Luc Jacamon, y lo hace con una destreza digna de elogio. Las sutilezas observadas en cada detalle se disfrutan enormemente, junto a la magnífica edición de Kirk Baxter que resalta la fotografía de Erik Messerschmidt. Me quedo con los mencionados detalles porque son los que hacen la diferencia, son los que permiten que la película se sienta mucho más corta que sus 120 minutos, y provoca que estemos pegados a la pantalla casi sin pestañear.
Michael Fassbender configura un personaje de culto, el que bien podría cobrar vida propia si se quisieran explorar ramificaciones. Su natural impasividad, un control desmesurado que podría incluso ser diagnosticado como un “TOC Asesino”, es brillante, porque transmite perfectamente esa ausencia de sentimientos para una labor que claramente no tiene ningún asomo de empatía. Además, al repetir ese mantra, que escuchamos varias veces, permite que nos adentremos en la mente criminal de un hombre que sabe perfectamente lo que hace y también la forma de moverse en un mundo que para nosotros resulta ajeno y tremendamente despiadado.
Fassbender sostiene el relato y no es menor su participación. Lo vemos prácticamente siempre, y cuando dejamos de observarlo por pocos instantes, sabemos que está detrás de nosotros, respirando y atento al siguiente movimiento. Esos ciclos, una metodología estudiada y perfecta, es artesanía pura, una maldad inherente apartada de cualquier moralidad posible. Mucho del contenido, del texto, lo recibimos en forma de voz “en off” gracias al relato del protagonista. Y esa decisión es un riesgo, porque son muchos momentos, y las secuencias de acción se separan bastante unas de otras. Acá hay un mérito del director que debemos reconocer, porque el ritmo nunca decae, y la tensión tampoco; estamos siempre encima, esperando un giro o un cambio que nos saque de la pista o nos derive, con brío, a otra carretera.
“The Killer” atrapa, entretiene, y aunque no lo quiera, nos deja un tema de reflexión. ¿Hay cambios en el personaje? ¿Las sensibilidades expuestas, las vulnerabilidades, existe algo que vaya contrariando sus principios? ¿O la frialdad se mantiene a tope, pase lo que pase, para dar cumplimiento ciego a una especie de mandamiento que debe aplicar cada vez que debe ejecutar una acción criminal? Véala y me cuenta si este es un rollo mío o la cinta da para algo más. En lo que creo que podremos estar de acuerdo es que las espaldas de David Fincher son sólidas, no defrauda en lo absoluto, y además se vienen más colaboraciones suyas para Netflix. ¡En horabuena!
Ficha técnica
Título original: The Killer
Año: 2023
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Archaia Entertainment, Paramount Pictures, Plan B Entertainment, Boom! Studios, Panic Pictures. Distribuidora: Netflix
Género: Thriller. Intriga | Crimen. Cómic
Guion: Andrew Kevin Walker. Novela gráfica: Alexis Nolent
Música: Trent Reznor, Atticus Ross
Fotografía: Erik Messerschmidt
Reparto: Michael Fassbender, Arliss Howard, Charles Parnell, Kerry O'Malley, Sala Baker, Sophie Charlotte, Tilda Swinton
Dirección: David Fincher
¿Qué tenemos acá? Primero, un profesional hecho y derecho, prolijo, obsesivo y meticuloso, que tiene todo calculado y planes que abarcan hasta la letra Z. Segundo, su ámbito de acción, pues su negocio es matar por encargo; un asesino a sueldo, y de los “top”, de los caros, esos que escasean porque son infalibles. Y tercero, un imprevisto en su último encargo lo pone literalmente de cabeza, le obliga a usar todo el abanico de opciones que maneja para sortear un sinnúmero de dificultades que se le presentan, desde sus clientes, pasando por sus intermediarios, cercanos y hasta por su propia integridad.
Fincher filma un guion de Andrew Kevin Walker sobre una novela gráfica francesa del mismo nombre escrita por Alexis "Matz" Nolent e ilustrada por Luc Jacamon, y lo hace con una destreza digna de elogio. Las sutilezas observadas en cada detalle se disfrutan enormemente, junto a la magnífica edición de Kirk Baxter que resalta la fotografía de Erik Messerschmidt. Me quedo con los mencionados detalles porque son los que hacen la diferencia, son los que permiten que la película se sienta mucho más corta que sus 120 minutos, y provoca que estemos pegados a la pantalla casi sin pestañear.
Michael Fassbender configura un personaje de culto, el que bien podría cobrar vida propia si se quisieran explorar ramificaciones. Su natural impasividad, un control desmesurado que podría incluso ser diagnosticado como un “TOC Asesino”, es brillante, porque transmite perfectamente esa ausencia de sentimientos para una labor que claramente no tiene ningún asomo de empatía. Además, al repetir ese mantra, que escuchamos varias veces, permite que nos adentremos en la mente criminal de un hombre que sabe perfectamente lo que hace y también la forma de moverse en un mundo que para nosotros resulta ajeno y tremendamente despiadado.
Fassbender sostiene el relato y no es menor su participación. Lo vemos prácticamente siempre, y cuando dejamos de observarlo por pocos instantes, sabemos que está detrás de nosotros, respirando y atento al siguiente movimiento. Esos ciclos, una metodología estudiada y perfecta, es artesanía pura, una maldad inherente apartada de cualquier moralidad posible. Mucho del contenido, del texto, lo recibimos en forma de voz “en off” gracias al relato del protagonista. Y esa decisión es un riesgo, porque son muchos momentos, y las secuencias de acción se separan bastante unas de otras. Acá hay un mérito del director que debemos reconocer, porque el ritmo nunca decae, y la tensión tampoco; estamos siempre encima, esperando un giro o un cambio que nos saque de la pista o nos derive, con brío, a otra carretera.
“The Killer” atrapa, entretiene, y aunque no lo quiera, nos deja un tema de reflexión. ¿Hay cambios en el personaje? ¿Las sensibilidades expuestas, las vulnerabilidades, existe algo que vaya contrariando sus principios? ¿O la frialdad se mantiene a tope, pase lo que pase, para dar cumplimiento ciego a una especie de mandamiento que debe aplicar cada vez que debe ejecutar una acción criminal? Véala y me cuenta si este es un rollo mío o la cinta da para algo más. En lo que creo que podremos estar de acuerdo es que las espaldas de David Fincher son sólidas, no defrauda en lo absoluto, y además se vienen más colaboraciones suyas para Netflix. ¡En horabuena!
Ficha técnica
Título original: The Killer
Año: 2023
Duración: 118 minutos
País: Estados Unidos
Compañías: Archaia Entertainment, Paramount Pictures, Plan B Entertainment, Boom! Studios, Panic Pictures. Distribuidora: Netflix
Género: Thriller. Intriga | Crimen. Cómic
Guion: Andrew Kevin Walker. Novela gráfica: Alexis Nolent
Música: Trent Reznor, Atticus Ross
Fotografía: Erik Messerschmidt
Reparto: Michael Fassbender, Arliss Howard, Charles Parnell, Kerry O'Malley, Sala Baker, Sophie Charlotte, Tilda Swinton
Dirección: David Fincher
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