La película comienza con créditos de casi 10 minutos, ¿por qué?, lo ignoro, para luego sumergirnos en una lección muy técnica de talento, de música, orquesta, de conocer a esta mujer respetada y casi venerada por algunos.
Estamos en un un auditorio lleno de gente que admira a Lydia Tár, la entrevista el columnista del New York Times, Adam Gopnik, quien primero que todo, da a conocer el extenso y formidable curriculum de la compositora y directora de orquesta. Vemos a Francesca, secretaria de Lydia, en las sombras del lugar y como mueve sus labios a la par con Gopnik, pues sabe de memoria la extensa experiencia de esa mujer que admira tanto.
La dirección, el ritmo, el tiempo, en que el grupo suene como uno solo, que debes estar predispuesto a escuchar, son algunos temas que con mucha elegancia y soberbia, Lydia va explicando, y todos embelesados por su discurso.
La melomanía está ahí, presente, se siente con el cuerpo y el alma.
Para escribir esta reseña, donde he lanzado y pensado cada día en alguna palabra o frase, me ayudo de Mahler, sí, ese compositor que admira Lydia, y del cual yo desconocía. Lo tengo de fondo cada vez que me detengo a escribir algunas líneas, para que me ayude a desmarañar esta historia.
Siguiendo con la trama, la primera parte de esta cinta es muy técnica en música y de dirección de orquesta, también nos muestra quién es esta mujer y el poder que tiene; está en la cima, ella sabe que es la mejor, sabe que es temida y adorada, y se aprovecha de ello.
Una segunda parte, cambia fuertemente a lo que para mí es un thriller psicológico, lleno de elementos inquietantes; fantasma ocultos que van apareciendo y que, de alguna forma, quiere seguir escondiendo, nos muestra la manipulación, el narcisismo, la envidia, el morbo, a una sociedad frívola que convierte a mortales en dioses, y en esto ella se aprovecha al máximo.
No, no tenemos otra película de hombres manipuladores y obsesivos, estamos ante una lesbiana poderosa en el ámbito de la música, una directora de la Filarmónica de Berlín. Que abusa de su poder tanto en lo laboral, sentimental y sexual, hasta más allá del límite. Una genio de su oficio, que en su mente estar en la cima será para siempre, a quien no le importan los choques generacionales; es más, pareciera que los disfruta. Su narcisismo no la hace ver más allá y no prever que su vida se podría derrumbar, no, eso no está en su mente.
Tár nos encamina al mundo de la música, de una orquesta, del director o maestra, de las complejidades de las personas, y Todd nos lleva de la cima de la montaña al más bajo abismo, con muchos elementos que a veces no sabes encontrarle una explicación en el momento, pero tienen su hilo conductor en la historia, como el sonido de un objeto, el grito de una mujer, la presencia de un perro, etc.
Al terminar de ver esta cinta, me hizo recordar a Heneke, François Girard, y Hamaguchi por su tratamiento. Así como el movimiento #metoo. Una película con muchas sensaciones, en realidad Todd Field nos trae polémica, discusión, dar que hablar, y vaya que lo da con tantos temas encontrados en esta trama.
Cate Blanchett carga con toda la película, mostrándonos a una mujer tan fascinante como aterradora, sensible y manipuladora, una mujer que lo tiene todo, una capacidad de liderazgo a veces obsceno, pero a pesar de cargar con esta responsabilidad cinematográfica, no es solo ella, porque no puedo ni debo quitarle mérito a la fotografía fría en casi todo el desarrollo, o asimilar mi cabecita loca a "El vampiro" de Munch en una de sus escenas; los personajes secundarios, como su pareja, la maravillosa Sharon o su secretaria Francesca (quienes debieron haber sido nominadas, o al menos una ) son geniales en su rol, o la nueva músico que llega, o los hombres que mantienen poca pantalla (como Sebastian, Andris o Eliot) pero si son muy influyentes e importantes, todos son parte de la orquesta que Cate va dirigiendo. O eso cree.
Una película que no es para todo público, es densa, es muy psicológica, y por sobretodo técnica, y en esto último es lo que muchos pueden sentirse agobiados. En lo personal, en ningún momento la sentí pesada ni aburrida, al contrario estaba muy interesada en saber más; y no, no es intelectualismo, es arte para mí.
Pero si quieres persecuciones adrenalínicas, bombas que derrumban todo, peleas a morir, o saltar sobre tu asiento, acá no es.
Tár es una muy buena película, pero su complejidad me deja contradicciones. Mantiene grandes actuaciones, acá nadie sobra, todos se complementan muy bien, pero Cate está realmente fabulosa, se mete en el personaje a más no poder. La fotografía, como señalé, es muy buena así como la puesta en escena, la música es un deleite, en especial para mí, la composición de Besomorph & Jurgaz, se me eriza la piel y termino estas líneas escuchándola.
Con un guion complejo y peligroso con el cual se arriesgó este Director, pero supo guiar no solo a cada persona, sino que cada movimiento de ellos con su mágica batuta.
Ficha técnica
Dirección y guion: Todd Field
Música: Hildur Guðnadóttir
Fotografía: Florian Hoffmeister
Montaje: Monika Willi
País: Alemania - EEUU
Año: 2022
Género: Drama
Duración: 158 minutos
Protagonistas: Cate Blanchett, Noémie Merlant, Nina Hoss, Sophie Kauer, Julian Glover, Allan Corduner, Mark Strong
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