El guion es tan frágil que ni siquiera tiene protagonista. Salvo que se lo atribuyamos al pobre escualo, que muy poco entiende de clásicas estructuras dramatúrgicas.
Unos jóvenes disfrutan de un fin de semana con alcohol y sexo en una playa de San José de Costa Rica. Todavía con la resaca de la noche anterior toman sin permiso unas motos acuáticas y se divierten haciendo piruetas en alta mar. La terrible colisión frontal entre ellos los deja a la deriva y a merced de un asiduo tiburón blanco de la zona. El resto es el desarrollo del suspenso, dolor y sangre donde cada uno de ellos va sucumbiendo sin que nadie los rescate.
Lo mejor son las tomas con drones y submarinas. Y algunos buenos primeros planos. Mérito del director de fotografía.
La actriz Holly Earl (Nat) carga con el mayor peso interpretativo porque los demás son sólo “carnada para tiburón” (título original de la película). La muchacha le da peso a la situación luciendo algunos sobrios subtextos.
Por su carencia de conflicto antagónico, el desarrollo se hace largo a pesar que dura sólo 1,27 hrs.
A ratos hay mucha sangre, y en otros muy poca. Tomas crudas de cuerpos despedazados. Para colmo de tormento, sufren pesadillas con el tiburón.
El toque romántico son las típicas confesiones, entre amigas, de infidelidades con los novios mutuos.
Nat es la única valiente. Heroína clásica de EE. UU. se autodefine: “Las chicas de Kansas nunca nos rendimos”(¡!).
UNA NUEVA CATÁSTROFE CON TIBURONES O MONSTRUOS MARINOS. SÓLO QUE AHORA EL POBRE ESCUALO PASA HAMBRE DEBIDO A UN GUIÓN POCO SUSTANCIOSO.
Ficha técnica
Título Original: Shark Bait
2022 Suspenso, terror Inglaterra - 1,27 hrs.
Fotografía: Ben Moulden
Edición: Tommy Boulding, Nick McCahearty
Música: Walter Mair
Diseño Prod.: Paul Burns
Guion: Nick Saltrese
Actores: Holly Earl, Jack Trueman, Catherine Hannay
Director: James Nunn
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