Basada en hechos reales, esta cinta relata la historia de Walraven (Wally) van Hall -Barry Atsma-, un banquero comprometido con la resistencia holandesa durante la Segunda Guerra Mundial. Los sucesos se remontan a la ocupación nazi y la necesidad de financiamiento para familias desposeídas, artistas y familiares de prisioneros de guerra. Wally y su hermano Gijs -Jacob Derwig-, crearon un completo sistema financiero en las sombras para apoyar al Fondo de Ayuda Nacional -Nationaal Steunfonds (NSF)-, organismo con cerca de 2.000 funcionarios y cuyo trabajo en colaboración con el gobierno de Londres configuró el llamado "Banco de la resistencia".
La película se centra en Wally y en su agudo sentido solidario. Un sentido del deber que incluso pone en jaque la seguridad de su familia. Los riesgos son enormes. Todo es clandestino, secreto, bajo siete llaves. Los nazis están encima y los soplones también. Y no solo por conveniencia; las torturas y apremios terminan por pasar la cuenta y más de alguno, bajo presión extrema, entrega nombres. La audacia de Wally se contrapone a la prudencia de Gijs. No obstante aquello, prima la visión del primero, cuya fuerza y decisión es encomiable. Los valores que representa el protagonista son esenciales. La protección de la vida, la ayuda solidaria, la contención emocional, la acción decidida. No importa lo difícil que resulte la misión. La importancia vital de lo que aquello significa le impulsa a continuar. Su conciencia es clara. El destino está trazado y su aporte resultará fundamental.
El director Joram Lürsen filma con mucha calma. El guion es reposado y no tiene apuro, salvo cuando describe las operaciones ilegales que los hermanos llevan a cabo. Papeles falsos, letras del Tesoro falsificadas, lavado de dinero y financiamiento a cerca de 30.000 obreros ferroviarios en huelga, figuran entre las diversas triquiñuelas destinadas a desafiar y burlar el control alemán. En este aspecto, la cinta es confusa, difícil, algo árida. Comprender las triangulaciones y los instrumentos empleados tal vez requiere más explicación, algo que la narración no profundiza. Su foco es otro, está puesto en Wally.
La figura de este singular banquero se agiganta con la película, se transforma en un sentido homenaje para este hombre dispuesto a todo por la defensa de sus ideales. El actor Barry Atsma preparó su rol con el hijo de van Hall, Aad, que tenía 82 años en el momento del rodaje. La familia también participó en la confección de la historia, velando siempre por el espíritu y carácter de quien la inspira.
La música compuesta por Merlijn Snitker tiene a su vez un papel central. Desde los primeros compases imprime un sello que luego se desarrolla durante el metraje. Suspenso, emoción, inquietud, amor, añoranza, melancolía, acción; cada momento está reflejado en esta partitura delicada que destaca por su belleza y ductilidad. Asimismo, cuidadas locaciones y una permanente preocupación por los detalles, entregan a la cinta una confección certera para una época llena de incertidumbre y angustia.
“El banquero de la resistencia” rescata una historia tal vez desconocida fuera de Holanda. Implica un reconocimiento a personas decididas y comprometidas con la libertad. Aun cometiendo ilegalidades y fraudes, la justificación es por un bien mayor. Así y todo siempre será un dilema si el fin justifica los medios. Cuando la vida de miles está en peligro y millones han sido exterminados, el discernimiento es todavía más complejo. Surgen en esos momentos los líderes que están dispuestos a sacrificar su vida por los demás. A veces, permanecen ocultos o desconocemos su influencia. El mérito que tiene esta cinta va justamente en esta línea, redescubre a Walraven van Hall, destaca su figura narrando sus acciones, y pone en relieve su lugar en la historia.
Ficha técnica
Título original: Bankier van het Verzet
Año: 2018
Duración: 123 minutos
País: Holanda
Guion: Marieke van der Pol
Música: Merlijn Snitker
Fotografía: Mark van Aller
Reparto: Jacob Derwig, Barry Atsma, Pierre Bokma, Fockeline Ouwerkerk, Raymond Thiry
Productora: NL Film, Evangelische Omroep (EO), Zilvermeer Productions, Mollywood, Nanook Entertainment, Dutch FilmWorks (DFW)
Género: Drama. Bélico | II Guerra Mundial
Dirección: Joram Lürsen
La película se centra en Wally y en su agudo sentido solidario. Un sentido del deber que incluso pone en jaque la seguridad de su familia. Los riesgos son enormes. Todo es clandestino, secreto, bajo siete llaves. Los nazis están encima y los soplones también. Y no solo por conveniencia; las torturas y apremios terminan por pasar la cuenta y más de alguno, bajo presión extrema, entrega nombres. La audacia de Wally se contrapone a la prudencia de Gijs. No obstante aquello, prima la visión del primero, cuya fuerza y decisión es encomiable. Los valores que representa el protagonista son esenciales. La protección de la vida, la ayuda solidaria, la contención emocional, la acción decidida. No importa lo difícil que resulte la misión. La importancia vital de lo que aquello significa le impulsa a continuar. Su conciencia es clara. El destino está trazado y su aporte resultará fundamental.
El director Joram Lürsen filma con mucha calma. El guion es reposado y no tiene apuro, salvo cuando describe las operaciones ilegales que los hermanos llevan a cabo. Papeles falsos, letras del Tesoro falsificadas, lavado de dinero y financiamiento a cerca de 30.000 obreros ferroviarios en huelga, figuran entre las diversas triquiñuelas destinadas a desafiar y burlar el control alemán. En este aspecto, la cinta es confusa, difícil, algo árida. Comprender las triangulaciones y los instrumentos empleados tal vez requiere más explicación, algo que la narración no profundiza. Su foco es otro, está puesto en Wally.
La figura de este singular banquero se agiganta con la película, se transforma en un sentido homenaje para este hombre dispuesto a todo por la defensa de sus ideales. El actor Barry Atsma preparó su rol con el hijo de van Hall, Aad, que tenía 82 años en el momento del rodaje. La familia también participó en la confección de la historia, velando siempre por el espíritu y carácter de quien la inspira.
La música compuesta por Merlijn Snitker tiene a su vez un papel central. Desde los primeros compases imprime un sello que luego se desarrolla durante el metraje. Suspenso, emoción, inquietud, amor, añoranza, melancolía, acción; cada momento está reflejado en esta partitura delicada que destaca por su belleza y ductilidad. Asimismo, cuidadas locaciones y una permanente preocupación por los detalles, entregan a la cinta una confección certera para una época llena de incertidumbre y angustia.
“El banquero de la resistencia” rescata una historia tal vez desconocida fuera de Holanda. Implica un reconocimiento a personas decididas y comprometidas con la libertad. Aun cometiendo ilegalidades y fraudes, la justificación es por un bien mayor. Así y todo siempre será un dilema si el fin justifica los medios. Cuando la vida de miles está en peligro y millones han sido exterminados, el discernimiento es todavía más complejo. Surgen en esos momentos los líderes que están dispuestos a sacrificar su vida por los demás. A veces, permanecen ocultos o desconocemos su influencia. El mérito que tiene esta cinta va justamente en esta línea, redescubre a Walraven van Hall, destaca su figura narrando sus acciones, y pone en relieve su lugar en la historia.
Ficha técnica
Título original: Bankier van het Verzet
Año: 2018
Duración: 123 minutos
País: Holanda
Guion: Marieke van der Pol
Música: Merlijn Snitker
Fotografía: Mark van Aller
Reparto: Jacob Derwig, Barry Atsma, Pierre Bokma, Fockeline Ouwerkerk, Raymond Thiry
Productora: NL Film, Evangelische Omroep (EO), Zilvermeer Productions, Mollywood, Nanook Entertainment, Dutch FilmWorks (DFW)
Género: Drama. Bélico | II Guerra Mundial
Dirección: Joram Lürsen
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