Una de aquellas películas inglesas - u obras teatrales - en que, aparentemente, sucede poco y donde toda la magia está en sus actores.
Exquisita sutileza narrativa. Coinciden los tormentos creativos de un escritor con el advenimiento de un personaje - ¡de aspecto desastroso! - que viene a iluminarle la vida como hombre y como artista.
Versión cinematográfica de la obra teatral de Alan Bennett que en el escenario protagonizó la legendaria Maggie Smith, y que sin su talento habría sido imposible realizar.
Se nos cuenta en varios planos simultáneos. La mezcla de todos ellos nos lleva a la conmovedora resolución de tan insólitas coincidencias.
El dramaturgo solterón Bennett, en la vida real, sufre de crisis creativa. Se refugia en un tranquilo barrio de Londres para huir del mundanal barullo. Allí, en la quietud de su casa, con un solo arrendatario, podrá dialogar consigo mismo, como si fuera su doble, para hallar inspiración.
Verá interrumpida su paz cuando una anciana vagabunda se instale a vivir en un destartalado furgón frente a su casa. Se niega a marcharse, y permanecerá ahí hasta fallecer al cabo de 15 años.
Despertará su compasión dándole de comer y facilitándole el baño para que - ¡a veces! - haga allí sus necesidades. En otros momentos usará ella también la vereda o el tarro de basura en la calle.
Ante la imposibilidad de liberarse de su presencia, crecerá una relación entre ellos mezcla de piedad, molestia e impotencia. Hay en la miseria y desaseo de Miss Shepherd un halo de dignidad que, gradualmente, va subyugando la curiosidad del escritor.
¿Quién era esa señora tan arrogante y, a la vez, tan paupérrima? Aquí viene la otra dimensión de la historia. Su verdadero nombre era Margaret Fairchild. Eximia pianista en un comienzo, monja católica después, y fugitiva de la policía al atropellar por accidente a un motociclista en la carretera.
El mundo de ella - con escuálidas mesadas de un hermano - y su vagancia por las calles recogiendo cachureos, se nos va develando a lo largo del tiempo. Su altanería, insolencia y extraña fragilidad se van filtrando en los diálogos del dramaturgo con su doble hasta crear - ¡por fin! - su obra teatral más feliz y entrañable.
La sumisión de Bennett como simple ciudadano compasivo fue la iluminación para que su alter ego escritor concibiera tal vez la mejor creación de su vida. Lo que en el autor era sólo intelecto, en el hombre vulnerable era la humanidad que le faltaba.
La dupla de Alex Jennings como Bennett (y su doble), con Maggie Smith como la anciana pordiosera configuran una de las premisas más poderosas del arte dramático: alma, inteligencia e inefable compasión.
1 Premio BAFTA y 8 nominaciones
UN PRODIGIO DE MADUREZ, TALENTO ACTORAL Y FINURA NARRATIVA. ¡MAGNÍFICA!
Ficha técnica
Título Original: The Lady in the Van
Título Original: The Lady in the Van
2015 Biografía, tragicomedia Inglaterra - 1,44 hrs.
Fotografía: Andrew Dunn
Edición: Tariq Anwar Música: George Fenton
Diseño Prod.: Juan Barba Guion: Alan Bennett
Actores: Maggie Smith, Alex Jennings, Jim Broadbent
Director: Nicholas Hytner
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