"La triste vida de un rechazo que no se olvida"
A finales de los años 50, Rachel, una modesta secretaria en una pequeña ciudad conoce a Philippe, un joven brillante de familia burguesa. De este romance breve e intenso nace la pequeña Chantal, pero Philippe se niega a casarse fuera de su clase social. En adelante sus vidas serán moldeadas por el amor incondicional entre una madre y su hija, eclipsado por el amor imposible de una mujer por un hombre que la rechaza, y de una hija por un padre ausente y abusivo.
Una historia atemporal, no tiene edad, sexo, ni condición social el hecho de ser rechazado por alguien que amas. Pues la esperanza de que seas amado no se pierde, más cuando se tiene un hijo es, muchas veces, incluso un tipo de presión, que en este caso no resulta.
Rachel conoce a Philippe y comienzan un romance, un romance para él pasajero pero no para ella. Ella se enamora, él no. Cuando a él se le termina el contrato de trabajo se va, y Rachel queda sola en su pueblo, enterándose, luego, que está embarazada. Él ya le había dicho que no se casaría con ella por su condición social, y Rachel con esta noticia tiene la esperanza de que su amado cambie de opinión. La comunicación en esos tiempos era por carta, por lo que la ansiedad de una respuesta era mayúscula. Philippe no cambia de parecer, no quiere casarse con ella y tampoco reconocer a su hija, por lo que Rachel se convierte en madre soltera, pero le escribe, quiere saber de su amado y le envía noticias y fotos de su hija, a quien él se digna a visitar cuando tiene un par de meses, sin cariño, sin interés, sin demostrarle ningún afecto a esa pequeñita. Solo viene por sexo con Rachel, y ella, enceguecida de amor, lo acepta, despreocupándose del hecho que haya ignorado a su hija.
¿Hasta qué punto una mujer deja en segundo plano a un hijo, en pos de un hombre?
Pasan los años, cartas van y vienen, Rachel le insiste que reconozca a su hija legalmente, pues sería bueno para la pequeña. Esa es su constante excusa para mantenerse al tanto de él. A él no le intersa esa hija, se ve en la obligación de hacerle otras visitas, muy alejadas, pasan años entre una visita y otra. No la abraza, no la besa, no le da una palabra de cariño, no le interesa. Pero Rachel, en cierto modo, es feliz.
Ya siendo una preadolescente, Chantal, ya tiene más conciencia de la ausencia de un padre, alimentada por una madre que no lo olvida, y se siente dichosa de verlo después de 7 años de su última visita. Y es algo maravilloso verlo, se lanza a sus brazos y él, apenas la toca. Pero comienzan una relación más cercana, se ven más, y Rachel lo convence de darle su apellido. Ambas mujeres son felices de estar cerca de un hombre frío.
Una historia triste, triste para cualquier ser humano quedarse pegado por un amor imposible, pero no imposible por terceros, imposible porque uno de los partícipes desde el comienzo dijo "yo no me quiero casar contigo", con alguien que después dice "no quiero reconocer a esa niña como mía". ¿Por qué Rachel sigue insistiendo, al punto de convertirse en su amante con los años?
El amor enceguece, nos vuelve torpes a veces, pero, ¿qué pasa cuando hay un hijo entremedio? Creo que cualquier padre debe poner en primer lugar a su hijo. Si ve que lo tratan mal, sea física o psicológicamente, por su progenitor al que ama, ¿ignoras a tu hijo, para seguir pegado a ese amor?
Sí, estamos ante un hombre manipulador, narcisista, cruel, aprovechador, egoísta y dominante en todos los aspectos. Que sabe como mover los hilos a su favor, que se aprovecha de la voluntad de dos mujeres vulnerables, una que lo ama como hombre y la otra con la necesidad de tener un padre, un padre que su madre le estuvo inculcando que no olvidara jamás, pues era necesario como mujer tener un lazo.
Pasan los años, y Rachel mantiene esa pena silenciosa, contenida, convence en su interpretación. La quieres consolar o le quieres gritar para que reaccione. Chantal, una pequeña que le dijeron "este es tu padre" y como niña lo aceptó. Una adolescente que lo idealizó por ser un hombre de mucho mundo; una adulta que siempre estuvo cerca de él, nunca pudo escapar de su sombra, fue su peor verdugo.
Un triángulo que fue indestructible por casi 40 años. Una mujer que nunca olvidó, una hija que se crió sin un padre, pero que su madre se encargó de tenerlo presente, y un padre que no quería responsabilidades y dañó.
Una historia que no solo trata de un amor, sino que de los daños emocionales, de pasión, humillación, culpas, egoísmo... que si no se tratan profesionalmente, no se hablan, si no se aceptan tal como son, perdurarán por siempre, y no solo afectará nuestra vida, sino que nuestro entorno.
Una película donde la actriz principal, Virginia Efira, efectúa un buen trabajo. Las actrices que personifican a Chantal en el paso de los años tienen un buen manejo, y qué decir de él, sabe cómo tomar su rol. Mantiene una buena puesta en escena, al manejar los tiempos en que transcurre la historia en base a maquillaje, vestuario, banda sonora y diseño de arte. El guion, tomado de la novela de Christine Angot, en términos generales, fue bien adaptado a la pantalla, donde nos narra una historia de abusos y humillación.
¿En qué puede fallar? Se hace demasiado larga, 15 minutos menos y se cuenta lo mismo, pero al parecer la directora necesitaba explicar todos los detalles sin dejar nada a la imaginación.
Disponible en Cines.
Ficha técnica
Título original: Un amour impossible
Año: 2018
Duración: 135 minutos
País: Francia
Dirección: Catherine Corsini
Guion: Catherine Corsini, Laurette Polmanss. Basado en el Libro de Christine Angot
Música: Grégoire Hetzel
Fotografía: Jeanne Lapoirie
Reparto: Virginie Efira, Niels Schneider, Jehnny Beth, Iliana Zabeth, Coralie Russier, Régis Romele, Didier Sandre, Estelle Lescure, Camille Berthomier
Género: Romance - Drama - Años 50
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sábado, 16 de octubre de 2021
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