Lenta, atmosférica, bien actuada y dirigida por la prestigiosa australiana Jane Campion (El Piano, 1993).
El pulso narrativo va generando tensión y sugiriendo misterios que al final se aclaran.
La novela original de Thomas Savage es compleja. Sus personajes centrales son vulnerables y atormentados. En sus turbias motivaciones sustenta la directora el suspenso de lo que vendrá.
Aunque filmada en Nueva Zelandia, se ambienta en un rancho de Montana, EE.UU., en 1925. Parecería ser un “western”, pero en realidad es un drama psicológico que incluye neurosis, alcoholismo, homosexualidad y fetichismo.
Los hermanos Burbank son acaudalados rancheros. George (Jesse Plemons) es tímido y ordenado. Phil (Benendict Cumberbatch), aunque ex universitario, vive como vaquero rudo, sucio y al mando de gañanes subalternos.
El equilibrio se altera cuando George se casa y trae a vivir a la mansión a Rose (Kirsten Dunst), la posadera viuda de una comarca lejana. Desde el comienzo hay adversidad entre ella y el soltero Phil, que la acusa de aprovecharse de la fortuna de su hermano.
El ambiente se torna aún peor cuando Rose trae de vacaciones a su hijo Peter (Kodi Smit-McPhee), joven estudiante de medicina, sensible y afeminado.
Al comienzo, la presencia del muchacho es insoportable para el tosco Phil. Es el hazmerreír de los vaqueros libertinos, mientras Rose va gradualmente sumergiéndose en la bebida. Muy poco puede hacer George para suavizar las sordas relaciones.
Más, de pronto hay un giro y Phil decide entrenar al joven en las destrezas del campo. Ignoramos cuál podría ser su secreta intención al mostrarse, sin razón aparente, tan paternal con el muchacho.
A lo largo del extenso relato, van surgiendo metáforas relativas al aspecto de las montañas, a las canciones que Phil toca en su bango para humillar la poca habilidad de Rose con el piano, y los secretos fetichistas que Peter le va descubriendo a Phil.
Durante el desarrollo de la trama es difícil detectar el protagonismo. Predominan las acciones y reacciones de todos ocultando - deliberadamente - sus reales motivaciones. Es así como tejen la atmósfera y mantienen el suspenso. Suponemos que algo perverso y terrible sucederá al final. Y ocurre, aunque del modo menos esperado.
Y con respecto a la metáfora titular del “perro”, nos remiten al Salmo 22:20 de la Biblia que dice: “Libra de la espada mi alma, de la garra del perro mi vida”. Cita que sólo logramos entender después de ver toda la película y, si nos tomamos el trabajo, de rearmar sus claves en nuestras cabezas.
DRAMA COMPLEJO, MUY BIEN REALIZADO, TENSO, Y CUYA PREMISA YACE OCULTA BAJO LA BELLEZA DE LAS FORMAS.
Ficha técnica
Título Original: The Power of the Dog
Título Original: The Power of the Dog
Drama, romance, western
Inglaterra, Canadá, EE.UU., Australia, Nueva Zelanda -2,06 hrs.
Fotografía: Ari Wegner
Edición: Peter Sciberras
Música: Jonny Greenwood
Diseño Prod.: Grant Major
Actores: Benedict Cumberbatch, Kisten Dunst, Jesse Plemons
Guionista y Directora: Jane Campion
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