Una tragedia brutal entre mafiosos, tratada con la pericia que caracteriza a las buenas películas coreanas.
Cuando sus realizadores optan por la calidad artística, más que por lo comercial, son capaces de brillar en temas tan diversos como lo espiritual (Primavera, Verano…2003), la irracionalidad del hombre contemporáneo (Parásitos 2019), las víctimas inocentes de conflictos internacionales (La Red 2016), y la dignidad bestial de las mafias, como en este filme.
Para proteger a Tae Gu, uno de sus más certeros ejecutores criminales, el Jefe de su banda lo envía a la remota isla Jeju, para evitar que los Jefes de la banda rival lo asesinen en venganza. Allí conocerá a Jae.Yeon, joven sobrina de un traficante de armas, amarga, insolente y de puntería infalible. Un refugio seguro.
Pero en Seul, y bajo extorsiones, su Jefe, Yang, deberá revelar el escondite del joven. Hasta la isla llegará un ejército de sicarios para liquidar al prófugo enemigo.
Semejante tema ya se ha visto en películas anteriores de muchos países. Lo que da categoría a ésta es la perfección de su trama: alterna momentos de tensión y distensión de tal manera que los diálogos y las escenas de violencia se complementan elevando el suspenso sin decaer.
Bellísimas composiciones fotográficas en un paisaje habitualmente lluvioso. Ritmo exterior reposado versus angustia interior siempre contenida. Una caldera hirviendo que, por medio de explosiones parciales, va escalando hacia las inevitables erupciones finales, donde la ferocidad de las imágenes sangrientas nada tienen que envidiar a las más descarnadas matanzas de Quentin Tarantino.
Y resulta tragicómico constatar cómo en medio de toda aquella masacre, con protocolo muy oriental, apelen al respeto por los mayores (¡!)
Lo que en la primera mitad augura un desarrollo más poético que cruel - conducente tal vez a una redentora conclusión - nos cae, en su último tercio, como un mazazo despiadado muy ajeno a un final feliz.
A pesar del nihilismo de su fondo, y de la barbaridad de su forma, resulta imposible dejar de admirar su estupenda factura.
VISCERAL Y TRÁGICA VENGANZA DE MAFIAS. CON EL ALTO NIVEL ARTÍSTICO DE LOS COREANOS CUANDO SE LO PROPONEN.
Ficha técnica
Título Original: Nak-won-eui-bam
Cuando sus realizadores optan por la calidad artística, más que por lo comercial, son capaces de brillar en temas tan diversos como lo espiritual (Primavera, Verano…2003), la irracionalidad del hombre contemporáneo (Parásitos 2019), las víctimas inocentes de conflictos internacionales (La Red 2016), y la dignidad bestial de las mafias, como en este filme.
Para proteger a Tae Gu, uno de sus más certeros ejecutores criminales, el Jefe de su banda lo envía a la remota isla Jeju, para evitar que los Jefes de la banda rival lo asesinen en venganza. Allí conocerá a Jae.Yeon, joven sobrina de un traficante de armas, amarga, insolente y de puntería infalible. Un refugio seguro.
Pero en Seul, y bajo extorsiones, su Jefe, Yang, deberá revelar el escondite del joven. Hasta la isla llegará un ejército de sicarios para liquidar al prófugo enemigo.
Semejante tema ya se ha visto en películas anteriores de muchos países. Lo que da categoría a ésta es la perfección de su trama: alterna momentos de tensión y distensión de tal manera que los diálogos y las escenas de violencia se complementan elevando el suspenso sin decaer.
Bellísimas composiciones fotográficas en un paisaje habitualmente lluvioso. Ritmo exterior reposado versus angustia interior siempre contenida. Una caldera hirviendo que, por medio de explosiones parciales, va escalando hacia las inevitables erupciones finales, donde la ferocidad de las imágenes sangrientas nada tienen que envidiar a las más descarnadas matanzas de Quentin Tarantino.
Y resulta tragicómico constatar cómo en medio de toda aquella masacre, con protocolo muy oriental, apelen al respeto por los mayores (¡!)
Lo que en la primera mitad augura un desarrollo más poético que cruel - conducente tal vez a una redentora conclusión - nos cae, en su último tercio, como un mazazo despiadado muy ajeno a un final feliz.
A pesar del nihilismo de su fondo, y de la barbaridad de su forma, resulta imposible dejar de admirar su estupenda factura.
VISCERAL Y TRÁGICA VENGANZA DE MAFIAS. CON EL ALTO NIVEL ARTÍSTICO DE LOS COREANOS CUANDO SE LO PROPONEN.
Ficha técnica
Título Original: Nak-won-eui-bam
Crimen, drama, Corea del Sur - 2,11 hrs.
Fotografía: Young-Ho Kim
Edición: Lae-won Jang
Música: Mowg
Diseño Prod.: Hyun-Souk Choi, Hwa-seong Jo
Actores: Tae-goo Eom, Yeo-bin Jeon, Seung-Won Cha
Guionista y Director: Park Hoon-jung
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